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BLA,BLA,BLA O BIOGRAFÍA NO AUTORIZADA DE LIAMWI
Cualquier parecido con la realidad
Es una evidencia
Nací en un pueblito perdido, donde solamente podían construir las hormigas y los socios sucios del político, dueño de todas las tierras.
Nací en “Pueblo Tapao”, una aldea de tiendas de paja movible, un caserío que pintaron primero de azul para que no se olvidara de votar por los conservadores.
Pero un día en época pre-electoral con gritos histéricos de libertad y hermandad, el mismo político ordenó pintar el caserío de rojo para que sufragara por los liberales, su nueva libertaria ideología.
Nuestro ilustre copartidario cambiaba de partido como se cambia de camisa según las veleidades y conveniencias del cacique político de la gran ciudad que movía como títere a nuestro ilustre jefe de partido, hasta que tanto despropósito, tanta corrupción, terminó por atraer a los guerrilleros, primero fue el camarada Pedro Alambre Puntudo y sus seguidores anarquistas, un signo revolucionario de esperanza que en la práctica se tradujo en quema de cosechas, fincas dinamitadas, reses tiroteadas o macheteadas y en el reclutamiento forzoso de los jóvenes adiestrados para lanzar cilindros bombas contra los pueblos.
Los revolucionarios crucificaron al pueblito pregonando su libertad.
Luego por las montañas trasportaron a los nuevos salvadores, “los paras” que más tarde se convertirían en una mano negra que desplazó en caravanas de miseria a sus pobladores entonces mi pobre padre con una parcelita terminó en medio de tres fuegos, cuando llegó el ejército a rescatar un pueblito fantasma del que ya no quedaba nada.
Emigramos a las luces mentirosas de la ciudad, bueno para ser más exactos, nos desplazaron.
Recuerdo la primaria: Un aula, un patio asfixiante. Todos jugando bolas a escondidas de los profesores.
Yo también fui acólito, cantor, y para actuar de monaguillo, aprendí una lengua muerta, que hoy por hoy, me niego a resucitar. Yo me paraba ante un angelito de yeso, que ofrecía agua bendita en la pileta y no sé porque el angelito no me parecía viril, tal vez asexual.
Mi primer recuerdo:
Cuando contento y nervioso, partía con un maletín bajo el brazo y dentro, la media-mañana, chorreando mis cuadernos sin estrenar. Inquieto iba hacia el sistema de campanas y filas, regaños, paseos y castigos.
Yo también hablé‚ el lenguaje del gamín, desarrollo, miseria, prostitución y hampa.
A los siete años visitando a mi abuelo, conocí la muerte en la bajada de los buses con bancas de iglesia, como sillas que se movían por empinadas cuestas, de cimas peligrosamente abandonadas a la miseria.
De pronto fui un adolescente, con el aire que muchos nuevos "sardinos " respiran, vagancia y estudio, o mejor una práctica ciega, nos enseñan a contar, para después comprar y vivir de ilusiones.
Para Campoamor donde vivo, y para mis profesores, fui un "loco", también para algunos amigos, cuando les contaba sobre "los hombres primitivos" o les hablaba de caballos sin pies y alados de fuego, o refería historias de contrabandistas mitad hombre, mitad mercancía o elogiaba la valentía de los indios de este valle, que prefirieron ahorcarse que a vivir en medio de nuevos dioses y bandidos españoles.
Vivía dando vueltas con mis amigos por las amplias calles de Campoamor, portando una inseparable grabadora a todo volumen, escuchando música rock y llevando el ritmo con la cabeza, pensando en los sueños como una ventana abierta a lo desconocido y los veía avanzar como "huellas" de vida, en una rectilínea autopista irreversible, como un punto de encuentro entre dos eternidades.
Sale el sol y percibo una imagen de Campo Amor: Muchachos de cabellos largos, guitarras, flautas que nosotros mismos fabricábamos y muchas botellas de vino, que nosotros por sus efectos devastadores rebautizamos como "vino tres patadas".
Escribía sin necesidad de escritorio cerca a un poste o la esquina.
Para esta época, ya había salido del liceo y estudiaba en la universidad.
Y hasta me las tiré de profeta, si fui un profeta sin rebaño, en la Universidad de Antioquia, les hablaba a mis amigos y ellos fingían escucharme, mientras alegremente engañábamos a la vida en ese diálogo de sordos, parecidos a los diálogos de paz que por ese entonces patrocinaba nuestro pantallero presidente
En esta parte del escrito transcribo sin autorización la perorata del aprendiz de profeta, que para su desgracia no ha logrado todavía cuando ya sus cabellos pintan canas ser profeta en su tierra…
…ni en ninguna parte
Escuchadme.
Tomo este lapicero para expresar mi indecisión suprema...
Escuchadme...
Yo un cero a la derecha,
que vivo montado en el caballo de la derrota
que todavía vivo de ilusiones y quimeras inútiles,
Os invito a seguirme los pasos,
ante una botella de vino "Tres Patadas"
haciéndome una cirugía del alma
Os cuestiono, os pregunto
¿Alguna vez no has creído
que eres un cofre
que guarda el néctar de todo lo conocido y desconocido
Como la última ventana abierta a lo inesperado?
A veces no crees escuchar voces y que en cada puerta que abres hay un nuevo mundo…
!Es el escape a la normatividad y al asfalto de nuestra civilización!
Aférrate a ese mundo, es ficticio, pero es tuyo,
lo sacaste de la imaginación.
Por eso os propongo desde este púlpito que no es púlpito
Perdete en lo tuyo, aunque te tilden de loco,
aunque nadie te comprenda,
lo importante es que tú mismo después de esa cirugía del alma,
te comprendas
Diviértete soñando
da la gran batalla
no te le marees a nadie ni a nada
no necesitas de aplausos y aprobaciones
ni de certificaciones
deja simplemente que la soledad y el silencio
se traduzcan en imágenes y palabras
o en un cuaderno contra el pecho
tus escritos, tus poesías.
que de hoy en adelante tus letras vibren con el momento y con tus miles de incógnitas
que nunca habrás de resolver...porque la vida es tan corta, aunque paradójicamente a veces te parezca tan larga...
rompe las ataduras de los demás y las tuyas, las cadenas ideológicas, para ser independientes hasta de los independientes
Por ejemplo, yo seguiré‚ acostumbrado a las malas noticias, mientras no alcance mi renacer tantas veces aplazado.
Vivir sencillamente
disfrutar de los encantos del anonimato.
arrojando al tarro de la basura muchos de los ideales intelectuales.
Porque desgraciadamente estamos contaminados
y la cura no es el tic tac del presente, con su prisa, polución y tendidos de asfalto.
con sus normas, prohibiciones y aceptaciones
es inútil entonces que cargues el mundo.
o que escudriñes el esqueleto de tu historiografía muerta.
El universo no irá más lejos
mientras no trasformes cada acto fallido a una decisión interior.
Una razón insobornable
que surge de tu alma
que resurge de tí mismo
como el ave Fenix de sus cenizas.
a crear, a hacer de la vida una labor de encantamiento
Os invito a seguirme
aunque os advierto
apenas estoy aprendiendo
a caminar!
Caminaba con un cuaderno bajo el brazo, eran mis poesías.
Me creía en ese entonces un poderoso caballero capaz de conquistar el mundo.
Los años habrían de mostrarle la realidad a ese pobre iluso.
O me veían pasar con muchas jovencitas, conquistables pero efímeras, perdidas en el tiempo y en las sombras de la noche.
Les cuento por sino lo sabían que he vivido siempre en este Medellín industrial, con un Metro como un inmenso gusano de cemento, que pusieron a embestir el Parque de Berrío, el lugar donde nacimos todos los antioqueños que nos respetemos, un Metro que devora la estética de esta ciudad que nunca van a terminar de hacerla.
Medellín de la eterna primavera, cruel e indiferente ante la muerte, de mucha violencia y balaceras, pero que tiene el raro encanto de meterse con todo y montañas en el alma, que nos ha hecho expresar:
“Amo a estas montañas de Medallo".
Ciudad eternamente bella, que nos ha hecho rabiar pero también afirmar orgullosos:
" No hay nada como la bella villa".
Después mis amigos, a mi generación, a todos estos atravesados la dura realidad nos tocó de frente, con el trabajo, el hogar, la familia, el triunfo social, el fracaso, la muerte de muchos.
Debido a mi ignorancia decidí ser maestro, entonces sin necesidad de notario y sin pertenecer a ninguna orden religiosa, a partir de ese momento realicé votos perpetuos de pobreza que hasta el momento he cumplido con un estoicismo ejemplar.
Este maestro desde que nacieron sus hijas- en realidad sus mejores obras y por las cuales la literatura y todas sus convicciones políticas las dejó ir al diablo-ángeles traviesos, que inundaron de mimos y travesuras su existencia, ha sufrido una rara metamorfosis.
Ya no se reconoce, inclusive ha llegado a actos que el joven ateo de ayer, consideraría denigrantes, como el verse en medio del frío de la madrugada y una lluvia menudita, haciendo fila frente a un colegio religioso, para solicitar un ficho.
"Y es que hoy por hoy con tanto sicario en las aulas, es recomendable que las niñas estudien en colegios femeninos y mucho mejor si es con religiosas, para que les inculquen la moral y las buenas costumbres".
Afirma categóricamente una señora regordeta en la fila y su mojada compañera, que hace un momento chiflaba a los que intentaban colarse a recibir el ficho pasado por lluvia, confirma esta opinión y se explaya en comentarios, sobre lo peligroso que es hoy en día matricular a las niñas en colegios mixtos, porque según sus palabras textuales:
"Salen graduadas en el bachillerato de mamás".
Me ha tocado el ficho 35. Me retiro mojado y optimista pensando que mi hija de 6 años a lo mejor pueda estudiar en la Escuela Popular de Niñas.
La lluvia de los años no sé si apaciguó el sol que ardió en mí, pero definitivamente soy otra persona.
Por eso éste maestro que ya pinta canas, cuando se mira en el espejo, no sabe si reírse del joven de ayer o del señor de hoy.
William H Ramírez P
2004
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