Me llamo Alfonso. Vivo en Concepcion, Chile.

Llevo años escribiendo de a gotas pero nunca publiqué porque ninguno de los cuentos que salían de mis pasos se parecían a los que llegaban a mis manos y lentes. A pesa de esto, de cuando en cuando, y como mi imaginación se mueve y vive, con el tiempo muchos cuentos se han ido quedando esperando en esa carpeta o esa libretita escondida, amontonandose quejumbrosos pero esperanzados, hasta que una que otra historia se las arregla para llegar hasta aqui.

Confieso que a pesar de que he participado en espacios formativos no he aprendido nada de tecnica, ni ritmo ni de formalidades. Estoy lleno de faltas de ortografía y tiendo a dispersar la tensión de los relatos perdiendo foco, asi que los cuentos que encontrarás para mi son inmensos ejercicios de condensación en pocas palabras fluidas de lo que siento o imagino. Confieso tambien que disfruto del cuento como un maravilloso lugar de experimentación y exploración, como ese glorioso espacio donde el lenguaje por fin funciona como puente pequeñito y porfiado entre la fantasía y la realidad donde ambos habitamos jugando a la ficción momentánea, vos que lees y yo que escribo, en que las palabras toman forma o sustancia y podemos tranquilamente beberlas, almozarlas, caminar sobre ellas, abrigarnos y convivir.

Por ultimo confieso que me he encontrado que los cuentos que he hecho casi siempre tratan de corazones rotos, personajes quebrados, inmensas melancolías, asuntos no resueltos y vidas perdidas. Sin embargo, uno que otro cuento levanta la bandera del viaje hacia la granta hermosura de la que está hecha la vida. En pocas palabras y a modo de introduccion, eso se encontrará ud en estas páginas estimado lector.

Por utlimo, declaro que sería encantador si ud pudiese criticar alguno de los cuentos, si sobra una coma o si perdió la fuerza ganada mientas se acercaba el final. Le invito porque creo que solo mediante un dialogo de este tipo las creaciones crecen, no tema ud decir que no le gustó o que no lo entendió, que está flojo o que le parece ridiculo. Lo invito para que vuestras fructíferas miradas permitan mirar lo que a simple vista no pude y quizas jugar a mejorar las creaciones.