Cuando nací llovía tanto que mi madre pensó que me pariría en medio del río Morote que amenazaba con entrar sin permiso a la casa, los dolores eran cada vez mas fuerte, su agua se fundía con la del río que se apresuraba a mojar el viejo corredor de madera.
Mi padre en el corral que ya era presa del agua, dejaba libre el ganado en un afán de que estas no perecieran si las aguas continuaban subiendo como en la llena pasada que el llano quedo abnegado de agua y las reses muertas eran parte del desolado paisaje.

Mientras la comadrona hervía el agua que serviría para limpiar el carmín de mi nacimiento, mi madre se encomendó a la virgen y se dispuso a dejarme salir, solo fueron tres fuertes dolores para que mi pequeña cabeza asomara por el túnel oscuro de sus piernas, y en ese preciso momento la lluvia dejo de caer, un sol brillante ilumino el llano, y el mejor arco iris que nunca jamás se vería en toda la llanura del Morote adorno mi nacimiento, mi padre pensó que era un buen augurio y mi nombre fue Iris tiempo despues me contaron que Iris es la mensajera de los Dioses yo prefiero pensar que soy feliz.