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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Crítica / Círculo de lectura: Evelyne de James Joyce - [F:5:12286]


ninive,14.04.2012
Propongo este texto por dos razones. Una es la de acercarnos al texto sin el miedo que generalmente provoca el nombre del autor. Sus cuentos del libro "Gente de Dublin" son perfectamente accesibles.

Otro motivo es presentar algo muy parecido al cuento del profesor suplente de Ribeyro pero en clave femenina.

Ustedes dirán. Somos todos coordinadores.
 
ninive,14.04.2012
Eveline
James Joyce

Sentada ante la ventana, miraba cómo la noche invadía la avenida. Su cabeza se apoyaba contra las cortinas de la ventana, y tenía en la nariz el olor de la polvorienta cretona. Estaba cansada.
Pasaba poca gente: el hombre de la última casa pasó rumbo a su hogar, oyó el repiqueteo de sus pasos en el pavimento de hormigón y luego los oyó crujir sobre el sendero de grava que se extendía frente a las nuevas casas rojas. Antes había allí un campo, en el que ellos acostumbraban jugar con otros niños. Después, un hombre de Belfast compró el campo y construyó casas en él: casas de ladrillos brillantes y techos relucientes, y no pequeñas y oscuras como las otras. Los niños de la avenida solían jugar juntos en aquel campo; los Devine, los Water, los Dunn, el pequeño lisiado Keogh, ella, sus hermanos y hermanas. Sin embargo, Ernest jamás jugaba: era demasiado grande. Su padre solía echarlos del campo con su bastón de ciruelo silvestre; pero por lo general el pequeño Keogh era quien montaba guardia y avisaba cuando el padre se acercaba. Pese a todo, parecían haber sido bastante felices en aquella época. Su padre no era tan malo entonces, y, además, su madre vivía. Hacía mucho tiempo de aquello. Ella, sus hermanos y hermanas se habían transformado en adultos; la madre había muerto. Tizzie Dunn había muerto también, y los Water regresaron a Inglaterra. Todo cambia. Ahora ella se aprestaba a irse también, a dejar su hogar.

¡Su hogar! Miró a su alrededor, repasando todos los objetos familiares que durante tantos años había limpiado de polvo una vez por semana, mientras se preguntaba de dónde provendría tanto polvo. Tal vez no volvería a ver todos aquellos objetos familiares, de los cuales jamás hubiera supuesto verse separada. Y sin embargo, en todos aquellos años, nunca había averiguado el nombre del sacerdote cuya foto amarillenta colgaba de la pared, sobre el viejo armonio roto, y junto al grabado en colores de las promesas hechas a la beata Margaret Mary Alacoque. El sacerdote había sido compañero de colegio de su padre. Cada vez que éste mostraba la fotografía a su visitante, agregaba de paso:

-En la actualidad está en Melbourne.

Ella había consentido en partir, en dejar su hogar. ¿Era prudente? Trató de sopesar todas las implicaciones de la pregunta. De una u otra forma, en su hogar tenía techo y comida, y la gente a quien había conocido durante toda su existencia. Por supuesto que tenía que trabajar mucho, tanto en la casa como en su empleo. ¿Qué dirían de ella en la tienda, cuando supieran que se había ido con un hombre? Pensarían tal vez que era una tonta, y su lugar sería cubierto por medio de un anuncio. La señorita Gavan se alegraría. Siempre le había tenido un poco de tirria y lo había demostrado en especial cuando alguien escuchaba.

-Señorita Hill, ¿no ve que estas damas están esperando?

-Muéstrese despierta, señorita Hill, por favor.

No lloraría mucho por tener que dejar la tienda.

Pero en su nuevo hogar, en un país lejano y desconocido, no sería así. Luego se casaría; ella, Eveline. Entonces la gente la miraría con respeto. No sería tratada como lo había sido su madre. Aún ahora, y aunque ya tenía más de 19 años, a veces se sentía en peligro ante la violencia de su padre. Ella sabía que eso era lo que le había producido palpitaciones. Mientras fueron niños, su padre nunca la maltrató, como acostumbraba a hacerlo con Harry y Ernest, porque era una niña; pero después había comenzado a amenazarla y a decir que se ocupaba de ella sólo por el recuerdo de su madre. Y en el presente ella no tenía quién la protegiera: Ernest había muerto, y Harry, que se dedicaba a decorar iglesias, estaba casi siempre en algún punto distante del país. Además, las invariables disputas por dinero de los sábados por la noche comenzaban a fastidiarla sobre manera. Ella siempre aportaba todas sus entradas -siete chelines- y Harry enviaba sin falta lo que podía; el problema era obtener algo de su padre. Éste la acusaba de malgastar el dinero, decía que no tenía cabeza y que no le daría el dinero que había ganado con dificultad para que ella lo tirara por las calles; y muchas otras cosas, porque generalmente él se portaba muy mal los sábados por la noche. Terminaba por darle el dinero y preguntarle si no pensaba hacer las compras para el almuerzo del domingo. Entonces ella debía salir corriendo para hacer las compras, mientras sujetaba con fuerza su bolso negro abriéndose paso entre la multitud, para luego regresar a casa tarde y agobiada bajo su carga de provisiones. Le había dado mucho trabajo atender la casa y hacer que los dos niños que habían sido dejados a su cuidado fueran a la escuela regularmente y comieran con la misma regularidad. Era un trabajo pesado -una vida dura-, pero ahora que estaba a punto de partir no le parecía ésa una vida del todo indeseable.

Iba a ensayar otra vida; Frank era muy bueno; viril y generoso. Ella se iría con él en el barco de la noche, para ser su mujer y para vivir juntos en Buenos Aires, donde él tenía un hogar que aguardaba. Recordaba muy bien la primera vez que lo había visto; había alquilado una habitación en una casa de la calle principal; y ella solía hacer frecuentes visitas a la familia que vivía allí. Parecía que hubieran transcurrido sólo pocas semanas. Él estaba en la puerta de la verja, con su gorra de visera echada sobre la nuca, y el pelo le caía sobre el rostro bronceado. Así se conocieron. Él acostumbraba encontrarla a la salida de la tienda todas las tardes, y la acompañaba hasta su casa. La llevó a ver La Niña Bohemia, y ella se sintió endiosada al sentarse junto a él en las butacas más caras del teatro. Él tenía gran afición por la música y cantaba bastante bien. La gente sabía que estaban en relaciones y, cuando él cantaba la canción de la muchacha que ama a un marino, ella se sentía siempre agradablemente confusa. Él, en broma, la llamaba “Poppens” (amapola). Al principio, para ella resultó emocionante tener un amigo, y luego él comenzó a gustarle. Conocía relatos de países distantes. había comenzado como grumete por una libra mensual en un barco de la Altan Lines que iba al Canadá. Le nombró los barcos en los que había trabajado y enumeró las diversas compañías. Había navegado a través del estrecho de Magallanes, y relató anécdotas de los terribles indios patagones; tuvo suerte en Buenos Aires, dijo, y sólo había vuelto a su patria para pasar las vacaciones. Naturalmente, el padre de ella se enteró, y le prohibió, terminantemente, continuar tales relaciones.

-Conozco a esos marineros... -dijo.

Un día, su padre discutió con Frank, y después de eso ella tuvo que encontrarse en secreto con su enamorado.

La tarde se oscurecía en la avenida. La blancura de las dos cartas que tenía sobre el regazo se iba desvaneciendo. Una de las cartas era para Harry. Su padre había envejecido últimamente, según había notado; la extrañaría. A veces se portaba muy bien. No hacía mucho, una vez que ella debió permanecer en cama durante un día, él le había leído en voz alta una historia de fantasmas y le había preparado tostadas sobre el fuego. Otro día, cuando su madre aún vivía, fueron a merendar a la colina de Howth. Recordaba a su padre poniéndose el sombrero de la madre para hacer reír a los niños.

El tiempo transcurría, pero ella continuaba sentada junto a la ventana con la cabeza apoyada en la cortina, aspirando el olor de la polvorienta cretona. Lejos, en la avenida, podía oír un organillo callejero. Conocía la melodía. Era extraño que justo esa noche volviera para recordarle la promesa hecha a su madre: la de atender la casa mientras pudiera. Recordó la última noche de enfermedad de su madre; estaba en el cerrado y oscuro cuarto situado del otro lado del vestíbulo, y había oído afuera una melancólica canción italiana. Dieron al organillo seis peniques para que se alejara. Recordó la exclamación de su padre, cuando volvió al cuarto de la enferma.

-¡Malditos italianos! ¡Ni siquiera aquí nos dejan en paz!

Mientras meditaba, la lastimosa visión de la vida de su madre trazaba una huella en la esencia misma de su propio ser; aquella vida de sacrificios intrascendentes que desembocó en la locura final. Se estremeció mientras oía otra vez la voz de su madre repitiendo una y otra vez, con estúpida insistencia, las voces irlandesas:

-¡Derevaun Seraun! ¡Derevaun Seraun!

Se puso de pie con súbito impulso de terror. ¡Escapar, debía escapar! Frank la salvaría. Él le daría vida, tal vez amor también. Pero deseaba vivir. ¿Por qué había de ser desgraciada? Tenía derecho a ser feliz. Frank la tomaría en sus brazos, la estrecharía en sus brazos. La salvaría.

***

Estaba en medio de la movediza multitud, en el muelle del North Wall. Él la tenía de la mano, y ella sabía que él le hablaba, que le decía con insistencia algo acerca del pasaje. El muelle estaba lleno de soldados con mochilas pardas. A través de las abiertas puertas de los galpones, entrevió la masa negra del barco, inmóvil junto al muelle y con los ojos de buey iluminados. No respondió. Sentía sus mejillas pálidas y frías y, desde un abismo de angustia, rogaba a Dios que la guiara, que le señalara su deber. El barco lanzó una larga pitada fúnebre en la niebla. Si se iba, mañana estaría en el mar, con Frank, rumbo a Buenos Aires. Sus pasajes habían sido reservados. ¿Podía volverse atrás, después de todo lo que Frank había hecho por ella? La angustia le produjo náuseas, y siguió moviendo los labios en silenciosa y ferviente plegaria. Sonó una campana, que le estremeció el corazón. Sintió que él la tomaba de la mano.

-¡Ven!

Todos los mares del mundo se agitaron alrededor de su corazón. Él la conducía hacia ellos, la ahogaría. Se tomó con ambas manos de la verja de hierro.

-¡Ven!

¡No! ¡No! ¡No! Imposible. Sus manos se aferraron al hierro, frenéticamente. Desde el medio de los mares que agitaban su corazón, lanzó un grito de angustia.

-¡Eveline! ¡Evy!

Él se precipitó detrás de la barrera y le gritó que lo siguiera. La gente le chilló para que él continuara caminando, pero Frank seguía llamándola. Ella volvió su pálida cara hacia él, pasiva, como animal desamparado. Sus ojos no le dieron ningún signo de amor, ni de adiós, ni de reconocimiento.


 
musas-muertas,14.04.2012
Gracias Ninive!!!!! James Joyce!!! Admiro a este autor. no se si tanto por su obra literaria como por su propia biografia.He leido Dublineses, una hermosa coleccion de quince cuentos, de estos personajes, los Irlandeses. Eveline es uno de ellos. Soy un apasionado de Joyce y ya lo habia leido y me encantó en su momento y me volvio a encantar ahora.
El cuento tiene su marca de orillo y sus habituales contradicciones (o no)...
A Primera vista uno pensaria que Evelyn es otro Matias (el profesor suplente) que se entusiasma por una vida mejor pero luego se arrepiente. Creo que no.o no por las mismas razones.
Evelyn, una irlandesa, tiene arraigadas las costumbres, religion y patria u hogar tan propias de los Irlandeses (e ironicamente tan odiadas por Joyce... "Me hablas de lengua, patria y religión. Esas son las redes de las que he de procurar escapar" J.Joyce).
Los personajes de Joyce son siempre gente sencilla que enfrentan problemas profundos.
para los interesados el grito de la madre de Eveline "¡Derevaun Seraun!" es latin y significa algo parecido a "el fin del placer es el dolor".
todavia no quiero sambullirme en el cuento pero comparto algo mas de J Joyce
Segun J L Borges en 1939 definio a Joyce como uno de los primeros escritores de nuestro tiempo. dijo "Verbalmente, es quizá el primero. En el Ulises hay sentencias, hay párrafos, que no son inferiores a los más ilustres de Shakespeare o de Sir Thomas Browne"
Adicionalmente agrego que a Joyce se le atribuye el uso de "non Serviam" latin de "no servire" (Ulises y Retrato del artista adolecente) que biblicamente a su vez esta atribuido a Satanas cuando rechazo servir a Dios. sos frases que lo definen.
Me siento feliz de que James Joyce este esta vez entre nosotros.
Gracias y disculpen el entusiasmo.
Abrazos a todos
 
SOFIAMA,14.04.2012
Comenzaré a hacer un análisis y trataré de ser lo más didáctica que pueda. Soy docente y no puedo dejar eso, de lado.


James Joyce, el irlandés de Dublín, como es conocido en el Reino Unido, es un Maestro en el arte de la palabra como lo era Ribeyro y, además, como Ribeyro un crítico social de la situación de Irlanda a comienzos del siglo XX. Eso se puede observar en cada uno de los 15 relatos que se conocen de este escritor, y que están recopilados en la obra llamada Dubliness. Esta colección es lectura obligatoria en las escuelas secundarias de Irlanda. Lo digo con conocimiento de causa, ya que parte de mis estudios los hice en Inglaterra y pude notar que los irlandeses que conocí allá, terminaban odiando o amando a este escritor, dependiendo de cuál lado cada uno se situaba. No se pierda de vista, el problema de carácter religioso que ha confrontado ese país durante toda la vida, por lo tanto, muchas de las obras irlandesas no escapan a este conflicto. Por ello, tendremos que estar muy alerta con lo que se diga. Imagino que eso se discutirá más adelante. No lo haré, ahora, puesto que mi objetivo en estos momentos, es situarme en lo que se llama b la estructura interna del relato y a las estrategias discursivas /b usadas por el escritor para dar a conocer la trama.


Comenzaré con la b introducción del relato /b
Ya desde las primeras líneas, se observa que el escritor sitúa al lector en el sitio de los acontecimientos: Irlanda. i “…Antes había allí un campo, en el que ellos acostumbraban jugar con otros niños. Después, un hombre de Belfast compró el campo…” /i

Observamos, también, que el escritor hace una orientación de carácter descriptivo (como lo hacía Ribeyro) para b orientar el relato, /b mostrándonos b la condición sumisa de la mujer en esa época. /b

La joven mujer, Eveline (19 años de edad), que quiere escapar con su novio para liberarse del yugo del padre que la maltrata psicológicamente desde que murió su madre, se empieza a cuestionar que: “tal vez no volvería a ver más aquellos objetos familiares…” “… Ella se casaría y sería una mujer respetada, y bla, bla…” “… Iba a ensayar otra vida…” “Escapar, escapar, Frank la salvaría…”

No obstante, como cualquier mujer sumisa de esa época y de ahora, no se cuestiona, si no iría a caer en otro yugo de carácter masculino. Eso, ya de por sí, es una crítica social de la condición de la mujer, para James Joyce en aquella época; para mí, en todas.


Ese problema que critica James Joyce sigue vigente en nuestra sociedad, y sucede porque los machistas no se han acabado, ni se acabarán, ya que, desgraciadamente, somos las mismas mujeres quienes propiciamos eso desde el nacimiento de los hijos. ¿O me dirán los lectores que no se han dado cuenta de cómo, todavía, hay mujeres que le sirven hasta el agua al hombre, y le dicen al hijo varón: eso no es trabajo de hombre? ¿O no somos las mismas mujeres las que decimos: él colabora con los quehaceres de la casa? ¿Cuándo vamos a aprender a decirles: tú haces la parte que te corresponde como un miembro de esta familia? Reflexionemos sobre esas interrogantes


En la b disposición interna del relato, /b notamos cómo está presente la preocupación de la mujer de ser juzgada por escaparse con un hombre. Eso, desde mi punto de vista, tiene una carga implícita de carácter social y religioso. ¿O me van a negar que todas las religiones, todas, sin excepción, nos enseñan que la mujer debe ser pura purita, o sea, el ejemplo de beatitud clásica? (Perdonen mi apasionamiento, pero es que a mí este tema me enardece. Cuando termine mi análisis les explicaré el porqué, ya que sino agarraré por otros derroteros).


Todas estas situaciones las va presentando el escritor a medida que va desarrollando la historia para darle fuerza a la trama planteada y llegar a un desenlace coherente. b El desenlace final /B es el esperado. Cuando el escritor introduce frases como éstas: “Era extraño que justo esa noche volviera para recordarle la promesa hecha a su madre: la de atender la casa mientras pudiera.” “Le pedía a Dios que la iluminara…”

El lector empieza a visualizar lo que se avecina: ella no se iría y que su “supuesta libertad y nuevas oportunidades de vida se deshacen en el universo.” De ahí, que pueda mencionarse que el b proceso integrador de la historia /b fue, perfectamente, logrado: se dio una situación inicial que llevó a una situación final de manera coherente. O sea, el puritanismo religioso y los prejuicios sociales fueron más fuertes que sus deseos de “liberarse”. Es normal que así haya sido, ya que eso era un principio de vida para Eveline. Ojo, no estoy para nada en desacuerdo con lo romántico que pueda ser la vida, con los enamoramientos. No, no se confundan, yo soy una apasionada del romanticismo bien llevado, pero amigos, la realidad de Eveline es la realidad de muchas mujeres del hoy por hoy.

Desde el punto de vista de la b temporalidad, /b no diría que es lineal, puesto que la protagonista de la historia hace unos flash backs a su vida. Por lo tanto, difícil para mí decir que sea lineal. Esperaré a ver qué opinan ustedes.
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Ahora, si les explicaré por qué me enardecen b las Evelines. /b Soy profesora universitaria, pero algunos días a la semana colaboro con una institución religiosa donde -todos los días- acuden mujeres que han sido maltratadas por los hombres: padres, hermanos, maridos, hijos, y así sucesivamente. También, son maltratadas por las madres, las hijas, las nueras, las suegras, pero en su mayoría, son por hombres. Cuando nuestras Evelines se refieren a los hombres, dicen cosas como las mencionadas: “es que él no colabora” y cosas por el estilo. Se les da ayuda social, se les ubica en hogares de protección con sus hijos menores de edad. Se les busca trabajo. Sin embargo, un gran número de mujeres vuelven a “sus hogares” porque “quién le va a preparar el almuerzo a los hijos que ya son mayores de edad, que están solitos en sus casas.” Además, están convencidas de ello. Muchas veces, ha pasado que vuelven los maridos a buscarlas. Le vuelven a prometer la luna, el psicólogo le hace ver el fracaso que les espera. Se van con ellos, regresando, nuevamente, al comienzo. ¿Díganme si no tengo razón de enfurecerme con esas Evelines de la sociedad?

 
SOFIAMA,14.04.2012
Ahhh, perdón. gracias Nínive. Al igual que el Musita, adoro a Joyce. Un beso
 
m_a_g_d_a2000,15.04.2012
Bueno, pues ya somos tres los enamorados de Joyce. Mañana comento.

Gracias, Ninive.
 
musas-muertas,15.04.2012
Urgente organicemos la "James Joyce fan society"....
 
SOFIAMA,15.04.2012
Apoyo la moción Musitas querido.
 
m_a_g_d_a2000,15.04.2012
Totalmente de acuerdo con crear el club de fans de Joyce que propone Musas. Gracias a Ninive por traerlo y a Sofi por habernos hecho esa estupenda introducción al relato.

Como bien ha dicho Sofi, Eveline es uno de los 15 relatos del libro “Dublineses”, en el cual la parálisis a la hora de actuar es tema recurrente. Ninive decía que se podía comparar a Eveline con Matías, el malogrado profesor del cuento anterior, para mí la diferencia es que Matías intenta actuar, Eveline ni siquiera eso. Todo el relato es un monólogo interior, la mujer apenas se mueve de detrás de la ventana durante todo el texto y ni siquiera al final cuando parece que está en el muelle, establece diálogo con ningún otro personaje.

“Eveline” toca también otro tema que se repite en todo el libro, el intento de escapar de la realidad que rodea a los personajes. ¿Intento?, en este caso simples elucubraciones. Como a la mayoría de los personajes de Joyce, la situación la tiene atrapada, un escenario agobiante en el que se mezcla el machismo casi congénito de los irlandeses de la época (dejémoslo ahí, en la época) con las dificultades económicas, el alcoholismo del padre y su papel como ama de casa al cuidado no solo de un padre que envejece pero que se ha convertido en un déspota con ella, sino también de sus hermanos y unos niños que aparecen en la mitad del texto, ¿quiénes son esos niños?.

Según avanza la historia vemos que retrocede la determinación de Eveline por marchar a vivir una nueva vida y van apareciendo las mil excusas (o a lo mejor necesita muy pocas) para quedarse en lo que para ella es una precaria seguridad.

Como en toda la obra de Joyce, el uso de las palabras no es gratuito, siempre guardan un valor simbólico importante, el agua frente al hormigón, el asomarse a la ventana desde detrás de las cortinas, el polvo, la cretona, el recuerdo de la excursión con sus padres a Howth, lugar en el que con un simple paseo puedes divisar el mar en toda su extensión, los prados, sentirte libre sin moverte de allí.

También se puede bucear un poco en la vida de Joyce y ver hasta que punto, una vez más, este influye en el cuento. Su hermana Margaret también era conocida familiarmente como “Poppie” y también le prometió a su madre, en su lecho de muerte, sacar adelante la casa.

O podemos ir más allá y sacar influencias más clásicas en este cuento de Joyce.

En fin, un escenario riquísimo el que nos queda abierto para hablar y hablar sobre este texto.

 
sara_eliana,15.04.2012
Éste es un relato en el que el espacio condiciona la vida de los personajes. El campo, ese a rural de casa deslucidas, en el que Eveline jugaba con sus hermanos y amigos, se ha transformado en un espacio urbano cuyas casas presentan brillo y prolijidad. El regreso del vecino a determinada hora podría sugerir un barrio de trabajadores fabriles. El crecimiento ha sido acelerado, ya que la protagonista sólo tiene diecinueve años, vale decir que el proceso de urbanización habría llevado aproximadamente unos diez años.

Eveline ha crecido con el pueblo. Eso significa que su percepción del mundo pudo haberse modificado respecto de la visión que tendría su madre, personaje ausente pero de gran peso. Su vida se ha desarrollado con una silenciosa aceptación pero sin demasiado apego al entorno: limpiaba los objetos pero no sabía quién era el sacerdote de la foto, el que en un ámbito religioso sin duda tendría una significación destacada. No obstante, reconoce que a pesar de las dificultades con su padre y lo duro de esa vida de trabajo y sacrificios, “no le parecía ésa una vida del todo indeseable”. Resulta claro que el padre, con ella, es severo y un tanto insoportable pero considerado. Jamás la maltrató como a los varones porque era una niña, y solo agudizó su celo y su vigilancia después que murió la madre.

Su horizonte gira radicalmente cuando conoce al marinero, un hombre de mundo que la llevará a Buenos Aires, donde él tiene una casa. Es bueno recordar que Irlanda tiene una larga y frondosa tradición de emigraciones, si bien no tanto a Sudamérica, creo, sí a América del Norte. Frank ha hecho una “carrera” en la marina mercante y Ernest, el hermano de Eveline, siempre está en algún lejano país como decorador de iglesias.

El tiempo del relato tiene su punto clave en el momento en que el personaje está frente a la ventana. Hay un antes y un después de esa escena. Apoyada en esa ventana Eveline reconstruye toda su vida anterior, el lector conoce su vida a través del relato del narrador en analepsis, quizás mejor aún decir en racconto, ya que el período narrado cubre casi toda la historia. La ventana es el elemento crucial (siempre lo es en la literatura, cada vez que aparece una ventana es para mirar a través de ella), desde allí la protagonista “mira” y revisa su vida dada la decisión que está por tomar.

¿Cuál es la encrucijada de Eveline? Por un lado la promesa de una vida llena de emociones, con grandes cambios, casarse, ser la señora de, esperando tener un trato diferente del que había tenido su madre, ya que sentía la presencia del padre como una amenaza. Por otro, seguir con la misma rutina, limpiando la misma casa, trabajando en la misma tienda, discutiendo las mismas monedas con su padre, acarreando las mismas bolsas de las compras. Ella puede ir a ensayar otra vida.

¿Cuál es el dilema de Eveline? ¿Por qué motivo, finalmente, no parte con Frank rumbo a Buenos Aires? Dejando al costado que de por sí una decisión de esa magnitud no es sencilla para nadie, hay que ver en qué condiciones está el personaje para jugar esa carta. Aún es muy joven, ni siquiera es mayor de edad, se ha criado en un marco de protección máxima por toda la familia, le ha prometido a la madre en el lecho de muerte que atendería la casa mientras pudiera, y eso significa la casa y sus ocupantes.

¿Qué busca ella en Frank? Busca protección, busca contención, la misma protección y contención que tiene en su casa de Irlanda:

“Se puso de pie con súbito impulso de terror. ¡Escapar,debía escapar! Frank la salvaría. Él le daría
vida, tal vez amor también. Pero deseaba vivir. ¿Por qué había de ser desgraciada? Tenía derecho a ser feliz. Frank la tomaría en sus brazos, la estrecharía en sus brazos. La salvaría.”

Tal vez amor también. Quizás, acaso, quién sabe si el amor. Ella busca allí la salvación de su rutina, de su vida deslucida. En realidad, lo que Eveline busca es otro padre, otro hermano, ya no se siente protegida en el hogar, los hermanos se fueron, el padre envejece y ella no está acostumbrada a decidir por su vida, tanto lo han hecho todos por ella.

¿Qué significa irse con Frank? En gran medida significa no volver jamás. Pasar el resto de su vida en contacto con su familia únicamente por las cartas. Es la historia de casi todos los inmigrantes de las más variadas procedencias en América: querer volver y no poder, porque la mayoría no tenía los medios suficientes. El texto no da motivos para poner en duda las intenciones del muchacho, pero el padre ha dicho “conozco a esos marineros …”

Finalmente, su miedo, su prudencia, su cobardía, su enamoramiento muy relativo, su falta de costumbre de decidir su propia vida pueden más. Aquí el problema no es la actitud de Frank, si es sólida o no su propuesta. Sea la que sea, no será aceptada por Eveline, porque ella prefiere seguir ligada a la seguridad de su familia y sus tradiciones antes que lanzarse a una aventura que de por sí hubiera erizado la piel del más pintado.

Cariños, y buen domingo para todos.

 
Gadeira,15.04.2012
Decir Irlanda, es nombrar pastos frescos y ganado. Es rememorar un paisaje húmedo y una exquisita tradición musical. Pero nombrar Irlanda, es también citar patriarcado y un país de marcada tradición católica y arraigo rural. Es reconocer una sociedad donde a la mujer se le ha asignado un papel sumiso, que hoy en día pensamos obsoleto. Esta sumisión de la mujer irlandesa no es comparable con la establecida en otras culturas y países, en los que la mujer no tiene valor alguno. El patriarcado irlandés se basa o basaba en un reparto de papeles, sobre todo a partir de la segunda guerra mundial, donde las mujeres tuvieron que hacerse cargo de labores hasta entonces impensables.
El matriarcado irlandés, como otros muchos a los que podríamos hacer referencia, más aún si se trata de países que profesan la fe católica y en los que el ruralismo imperó como soporte económico, quedaba relegado a la tierra, al hogar, sus faenas y cuidados hacia los miembros de la familia; es decir, el matriarcado irlandés podría suponer la infraestructura dentro de la superestructura que sería el patriarcado.

Me llama poderosamente la atención el leer este cuento y encontrarlo de plena vigencia. No me refiero a que con él se puedan comparar o no, situaciones familiares o sociales idénticas, sino a la visión preclara y avanzada de Joyce. El tratamiento que hace de la coyuntura socio- familiar de un hogar en los años cuarenta, la he visto retratada, por ejemplo, en ciertas películas que bien irlandesas, inglesas o norteamericana, muestran el retrato de familias irlandesas actuales.
Los tiempos han cambiado en Irlanda, el papel de las mujeres por supuesto que también; pero sigue dándose ese protectorado no solo paterno, sino filial, (este último dato me parece muy interesante) por parte de los varones hacia sus hermanas. Joyce sería como padre o hermano, la antítesis de este perfil. Adelantado a su época, visionario, o tal vez de aguda crítica, Joyce, no comulgaba con ruedas de molino. Más bien, como buen quijote, arremetió contra ellos.

Cuando en el cuento se nombra la desgraciada vida de la madre de Eveline, pienso que es coyuntural a su familia, pero no a todas las madres de familia irlandesas de la época.
Joyce abominaba de la religión católica y de las férreas ataduras que esta conlleva. No fueron pocas las veces que alzó su voz contra ella. Creo recordar que esto le llevó a la excomunión. Ya me corregiréis si me equivoco.

Joyce plasma en su cuento realista, la imagen cotidiana de una familia de clase media; la de una sociedad anquilosada, que él, persona lúcida, censura. Narra una realidad dura, pero pienso que de alguna forma dignifica su mediocridad mostrándonos también sus aspectos más dulces. El padre bromeando con sus hijos pequeños en la colina, o cuidando de Eveline mientras estuvo en cama, podrían ser unos ejemplos . Escenas al fin de una Irlanda que Joyce vivió y de la cual, él sí tuvo la valentía de partir. Eveline bien podría representar a la propia hermana del autor, que tras abandonar su tierra, terminó regresando a ella. Bien conducida por la nostalgia, o bien porque creyó su obligación como mujer, volver al lugar familiar.

La Eveline protagonista decide mantenerse en su hogar pese a que ello, la conduzca a la infelicidad y a la falta de libertad. Buenos aires es la tierra prometida para Eveline, pero Irlanda supone el arraigo, la promesa por cumplir de por vida realizada a la madre; en definitiva Eveline decide serle fiel a Irlanda. Joyce plasma con ese gesto el realismo y una suerte de fidelidad “flauberiana” .El espíritu de Eveline, sus ansias de libertad y vida, se encuentra de esta forma con el de Enma Bovary, pero se distancia irremediablemente cuando se impone el momento de ser fiel a quién, a pesar de no hacernos felices, nos lo entregó todo. Enma era soñadora, pero también ingrata. Enma nunca hubiese dudado en tomar ese barco. Siempre he pensado, y esto es muy particular, que a Flaubert, no le caía bien su Enma. Por el contrario, pienso que pese a todas sus creencias, Joyce admira a Eveline. Tal vez a través de Eveline, Joyce se quiso redimir a sí mismo. Siempre se culpó de no haber vuelto a su país y visitado a su padre.

Por último y a nivel anecdótico e investigable, quiero comentaros que al parecer, una vez Joyce se enamoró de una alumna hija de un comerciante judío. La chica en cuestión se llamaba Amalia, y su apellido era Popper . Pregunto: ¿Tendrá algo que ver este apellido ·”Popper” con la designación .Poppens (amapola) que aparece en el cuento?


Chicos, de momento hasta aquí llego. Os ruego perdonéis mis ausencias en algunos cuentos. A veces se debe a que ando muy atareada con asuntos particulares, otras porque no soy capaz de emitir juicio alguno. Simplemente me paralizo, seguramente por ignorante. Jajjajaja

Besos.
 
musas-muertas,15.04.2012
Va otro aporte para la busqueda de "Poppens".... la hermana mayor de James Joyce era Margaret Alice Joyce pero la familia la llamaba cariñosamente "Poppie"
Segun la misma Margaret confeso, la familia le decia "Poppie" por una capucha roja que usaba siempre de niña y que les recordaba a una amapola...

 
musas-muertas,15.04.2012
Si bien Joyce no fija el lugar de residencia de Eveline claramente tiene un puerto importante.... estando este cuento entre "dublineses" puede presumirse que la ciudad era Dublin. El hecho que un comerciante de Belfast (ya por esa epoca discutido dominio Ingles) tampoco es casual. Joyce, que escribio Dublineses entre el 1904 y 1914, politicamente mencione a un "posible subdito de la corona Inglesa comprando porbiedades en Dublin justo cuando en 1912 Irlanda lograria la firma de la la "Home Rule", o el autogobierno limitado de Irlanda. De ser asi estariamos frente a otra ironia ya que Joyce siempre manifesto que la nacion le importaba "un cuerno"...
la mencion del sacerdote, las promesas hechas a la beata Margaret Mary Alacoque y su hermando harry trabajando de decorador de Iglesias....otras mas....
Este escritor me fascina...
 
m_a_g_d_a2000,15.04.2012
Como indica Gadeira, Irlanda era, y probablemente sigue siéndolo, fervientemente católica y de ahí el papel que le toca a la mujer y a la vez el comportamiento del padre hacia ella, duro pero no tanto como con sus hermanos.

Señala también, Gadeira, que puede que Joyce se quiera redimir a través de Eveline porque se marchó de Irlanda. En 1904, cuando escribió esta historia, Joyce aún no se había alejado de Irlanda para no volver.

Como bien señala Musas, el texto está lleno de ironías, de “juegos” con las palabras y las ideas, de simbolismos, algo que se irá desarrollando muchísimo más según avance la obra de Joyce. Pero es que su misma vida es una ironía, por ejemplo, aunque como dice Musas, el autor manifestaba que Irlanda le importaba un cuerno, toda su obra tiene como un protagonista más a Irlanda, sobre todo a su ciudad, Dublín, desde “Dublineses”, pasando por el Retrato del Artista Adolescente y cómo no, en su” Ulises”. Parece que más que no importarle en absoluto, durante toda su vida estableció una relación de amor-odio con su país y especialmente con su ciudad.

Otro hilo del cual tirar, se ha dicho que Joyce era un hombre que profesaba gran respeto a las mujeres, un feminista de su tiempo. ¿Os parece que esto está reflejado en el texto?
 
SOFIAMA,15.04.2012
Sí Magda, lo que señalas en tu comentario, está reflejado porque él resalta (como critica social) ese papel tan denigrante que tenía la mujer en esa época, y la opresión avasallante sufrida, sobre todo, en un país donde el fanatismo religioso hace mella en todos los actos sociales de esa época. Y sí, la realidad para James Joyce era que Dublín era una ciudad abrumadoramente estancada en los prejuicios y en la tristeza, sobre todo, en contra de la mujer.


Según entiendo, algunos críticos dicen que él nunca abandonó su ciudad, desde el punto de vista espiritual, ya que él siempre sintió y pensó como un Dublinés.


Según un documento publicado en la red, pareciera ser que, en efecto, su sentir como Dublinés lo llevaba en su esencia. Me remito a este comentario que extraigo, textualmente de su autora: “Su primera salida del país natal fue a París, cuando tenía veinte años, estancia que se vio interrumpida por la muerte de su madre. El 16 de junio de 1904 tuvo lugar su primera cita con Nora Barnacle, la que sería su pareja durante toda su vida. Escogería, precisamente, un 16 de junio para situar la acción de su novela Ulises. El 8 de octubre de 1904 Joyce iniciaría su autoexilio con Nora. b Desde Europa seguiría recreando su ciudad, dejando madurar su obra. /b (REBECA LUQUE CUESTA. Licenciada en Historia. Estudiante de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Universidad Complutense de Madrid. Madrid. España.


Esta misma investigadora, añade en su estudio algo interesante para reflexionar: “Por otro lado, podemos relacionar también el hecho de dejar Irlanda no entendiéndolo solamente como una migración, sino también, vinculando la historia de Eveline con la vida de su autor, con un autoexilio a consecuencia del desencanto con el país natal y la falta de esperanzas y oportunidades que ofrece.”


Sí, hay mucho para cortar, pero a mí se me agota el tiempo porque mi viaje está en puerta y tengo mucho que hacer. Así que mis intervenciones se van diluyendo de a poco. Sigan adelante, es un tema interesante y un escritor fascinante. Suerte.
 
ninive,15.04.2012
El cuento nos repropone una figura femenina. Tuvimos aquí a la psicótica Emma Zunz, a la señorita Emily de Faulknerautoritaria y morbosa, a la mujercita de Kafka que le envenena la vida con su desprecio. Son todas mujeres que se largan a la acción sin titubeos.
Evelin no es como ellas, Evelin está cansada de la vida que lleva , lo sabemos ya en el primer párrafo. Está cansada de la rutina, de tener solo recuerdos felices de la infancia, no tan lejana. Está cansada de ver objetos siempre los mismos a su alrededor que desempolva una y otra vez y siempre es lo mismo.

Frank el marinero representa para ella el cambio, el encontrarse en otro lado, lejos de esas paredes , lejos del tedioso trabajo que no le agrada, lejos de un padre que le escatima los centavos y el cariño. Todo podría cambiar si sólo tuviera un poco de coraje porque se pregunta ¿será prudente?"de una u otra forma en su hogar tenía techo y comida y gente que había conocido durante toda su existencia"
Iba a ensayar otra vida piensa y algo de esa futura vida el hombre le había hecho conocer, el teatro en las butacas más caras, la protección y el respeto que no había tenido su madre .
No ama a Frank pero le gusta lo que siente junto a él, por eso lleva su indecisión hasta el límite, hasta la verja de hierro que separa a los que viajaba de los que quedaban en tierra. Y allí su inseguridad, su costumbre al padre y a la ciudad y a su vida opaca vencen al posible cambio de vida.
La juventud de la protagonista impide que se pueda decir que su acto fue de cobardía, fue solo falta de madurez.
 
justine,15.04.2012
"Todos los mares del mundo se agitaron alrededor de su corazón.
Él la conducía hacia ellos, la ahogaría."
Evelyn tuvo miedo de la libertad. Cuando se volvió hacia el marinero su cara estaba pálida y fría (miedo), no hubo ni una mirada de amor ni de reconocimiento (agradecimiento) pormostrarle una cara menos trágica de la vida.
Esto es una muestra del inmovilismo que impera en las sociedades y grupúsculos católicos ortodoxos, por supuesto en la Irlanda de Joyce. La sumisión, el sentido del deber, el sacrificio vano, el rechazo del placer,la obediencia extrema y el respeto a las tradiciones. Obligación, sacrificio familia, deberes que se anteponen a la libertad y al amor (placer). Mantener un patriarcado inútil (padre borracho y maltratador que se difumina y embrutece ante la ausencia de la figura femenina en su hogar), en lugar de crear y cambiar, asumir el autogobierno de su vida (aunque fuera de forma encubierta, pues probablemente el matrimonio le hubiera reconducido a su punto de partida inicial), da idea de lo que la figura de Evelyn representa para Joyce.
Entiendo plenamente a este autor, a mí también me excomulgaría la Iglesia Católica (o cualquier Iglesia) y lo que representa en la estructura social si me dedicara a escribir sobre ello con el talento del autor. Yo apostataría, pero en esta España de Dios te obligan a consumir demasiados recursos. Seguiré a Joyce, no he leído su obra, pero sus comentarios me lo han hecho, muy, pero que muy sabroso para mis sentidos.
Buena semana a todos.
 
musas-muertas,15.04.2012
Me sumo a los comentarios de Ninive y Justine.... creo que tenemos claro el entorno personal, animico y cultural de Eveline.... pero Eveline hace exactamente lo opuesto de lo que hizo Joyce en su vida.
Este cuento es acaso una critica? una justificacion? una piadosa comprension?
Eveline es justamente lo que Joyce no queria ser...
Joyce dijo de Irlanda ..."Si Irlanda quiere cambiar primero tiene que ser Europea"
Joyce murio en Zurich Suiza.
 
Gadeira,15.04.2012
Magda, gracias por el apunte que haces en referencia a que es imposible lo que yo refiero sobre Joyce, ya que la obra es anterior a su partida. No había caído en ese dato evidentemente importantísimo.

 
leobrizuela,16.04.2012
Este cuento lo escribió Joyce en su etapa de París, donde vivió muy estrechamente. Es uno de los tres cuentos que aportó por encargo del editor de una publicación, el Irish Homestead, a una libra por relato.
La pobre respuesta de los lectores hicieron suspender la tarea e inclinaron aún más la balanza para que Joyce renegara de los irlandeses.
Luego publicará éste y catorce cuentos más en un tomo (Dublineses) donde el último de ellos -Los muertos- ha cobrado fama por su excelencia y por haber sido llevado al cine por John Houston.
¿Que agregar a lo dicho sobre la historia en los comentarios que anteceden? Cierta es, a mi modo, la condición de sometimiento radical de la protagonista a un estado de cosas inalineable, al cual le resulta imposible renunciar por un super-yo que la despoja de la acción que, racionalmente, se hallaba a punto de ejecutar.
Comparto lo del Club de Joyce, admirado por Borges y autor de una gigantesca obra, como es Ulises.
 
SOFIAMA,16.04.2012
Excelente aporte Leobrizuela, tú has recogido, a manera de corolario, todo el mensaje trascendental de la historia: b "...de sometimiento radical de la protagonista a un estado de cosas inalineable, al cual le resulta imposible renunciar por un super-yo que la despoja de un super yo..." /b ¡Claro que es así! No es fácil despojarse de tanto prejuicios que se toman como principios de vida. Brillante.
 
ninive,16.04.2012
García Márquez tomó de Joyce la idea de la reducción del lugar común donde tienen lugar sus novelas para convertirlo en espacio universal o espacio mítico. Esa misma idea Borges lo llama el Alef,que es el lugar que funciona como representación arquetípica de una realidad mayor.
Cuanto más profundiza en un microcosmo reducido Joyce consigue reflejar el macrocosmo

iIdea tomada libremente del Blog Los jardines de Babel/i

Amo los relatos que me permiten sentir lo que se narra. Esto lo logran los autores con el inteligente uso de las imágenes sensoriales.
Ya en el comienzo de Evelin nuestros sentidos están invitados a participar: Evelin se apoya (tacto) y huele( olfato) la cortina, mira(mira) por la ventana, (escucha) los pasos del vecino sobre la grava.
 
leobrizuela,16.04.2012
Es muy cierto; Nínive; esa particularidad se la denomina "propiedad organoléptica aplicada a las letras"
 
ninive,16.04.2012
Un compañero-a de la página dijo que Evelyn es un monólogo interior. No es así. El monólogo es una primera persona que escribe lo que piensa y siente. En este cuento de Joyce el narrador es omniscente en tercera persona.
No quise enfatizar sobre el error, me serví de esta observación para hacerles llegar el monólogo famoso de
Molly Bloom en el Ulisses de James Joyce.


"...me gustan las flores quisiera tener la casa entera nadando en rosas Dios del cielo no hay nada como la naturaleza las montañas salvajes luego el mar y las olas precipitándose luego la hermosa campiña con campos de avena y trigo y todo género de cosas y todo el lindo ganado andando por allí que haría bien al corazón ver los ríos y los lagos y las flores y todo género de formas y olores y colores brotando hasta de las zanjas primaveras y violetas eso es la naturaleza para aquellos que dicen que no hay Dios no daría ni el blanco de una uña por toda su ciencia por qué no se ponen a crear algo le preguntaba muchas veces al ateos o como se llamen que vayan primero a lavarse sus miserias luego van pidiendo a gritos un sacerdote cuando se mueren y por qué por qué tienen miedo del infierno a causa de su mala conciencia ah sí les conozco bien quién fue la primera persona en el universo antes de que hubiera nadie el que lo hizo todo ah ellos no saben y yo tampoco así pues podrían lo mismo tratar de impedir que el sol saliera mañana el sol brilla por ti me dijo el día que estábamos tumbados entre los rododendros en el promontorio de Howth con el traje de mezclilla gris y su sombrero de paja el día que conseguí que se me declarara si primero le di un poco de la torta de semilla que tenía dentro de mi boca y era bisiesto como ahora sí hace dieciséis años Dios mío tras aquel largo beso yo casi perdí el aliento sí él decía que yo era una flor de la montaña sí eso somos flores todo el cuerpo de mujer sí esa fue la única verdad que dijo en su vida y el sol brilla hoy por ti sí por eso me gustó porque vi que comprendía o sentía como es una mujer y supe que yo podría hacer de él lo que quisiera y le di todo el placer que podía para llevarle a que me pidiera que dijese sí y yo primero no quería contestarle mirando sólo el mar y el cielo estaba pensando en tantas cosas que él no sabía de Mulvey y Mr. Stanhope y Hester y de Papá y del viejo capitán Groves y de los marinos que jugaban a pájaro al vuelo y a saltar del burro ya lavar platos como ellos lo llamaban en el malecón y el centinela frente a la casa del gobernador con esa cosa alrededor del casco blanco pobre diablo medio achicharrado y de las muchachas españolas riendo con sus mantones y sus altas peinetas y de los gritos por la mañana de los griegos judíos árabes y Dios sabe quienes más de todos los rincones de Europa y de la calle del duque y del mercado de aves todas cloqueando ante Larby Sharon y de los pobres burros resbalando medio dormidos y de los vagos tipos dormidos con su cara a la sombra de las gradas y de las grandes ruedas de los carros de bueyes del viejo castillo de hace miles de años sí y de todos aquellos hermosos moros todos de blanco y con turbante como reyes pidiéndole a una que se sentara en su tiendecita y de Ronda con las viejas ventanas de las posadas ojos mirando tras las rejas ocultos para que el enamorado bese los barrotes y de las tiendas de vinos entreabiertas por la noche y las castañuelas y de la noche que perdimos el barco de Algeciras el vigilante rondando sereno con su linterna y oh el mar el mar carmesí a veces como de fuego y las soberbias puestas de sol y las higueras de los jardines de la Alameda si todas las raras callejuelas y las casas rosa y azul y amarillo y de las rosaledas y los jazmines y los geranios y cactus y de Gibraltar cuando niña y cuando flor de montaña sí cuando puse la rosa en mis cabellos como las muchachas andaluzas la llevan y debí llevar una roja sí, y cómo él me besaba al pie de la pared morisca y me pareció bien lo mismo de él que de otro y después le pedí con los ojos para poder volverle a pedir sí y él luego me pidió si quería decir sí mi flor de montaña y primero le rodeé con mis brazos y lo atraje hacia mí para que pudiera sentir mis pechos todo perfume sí y su corazón latía como alocado y sí dije si quiero Sí."

Espero que lo disfruten
 
musas-muertas,16.04.2012
Excelente monologo, puro Flujo de conciencia.... emocionante Ninive.... Asi es Joyce.... bendita su alma!!
 
justine,16.04.2012
Desbocado el lenguaje del deseo en pluma de Joyce.
 
girouette,16.04.2012
Gracias Ninive por la invitación: Contemplo en esta historia un mundo muy ambiente muy atractivo, sin embargo, hay demasiado detalle en esta partida, que por momentos y según mi opinión se vuelve tediosa.
Eveline no amaba a Frank y a su corta edad intuyó que
podía esperar aún, obedeció a su corazón sabiamente.
 
girouette,16.04.2012
PERDÓN: con un ambiente... detalles
 
chilichilita,16.04.2012
Muchas gracias Ninive por la invitación. Magistral cuento, lleno de controversias en el pensamiento de la protagonista. El narrador se interna tanto en su ser que nos hace sentir con ella, toda una realidad desbastada que no acepta cambiar, no logra vencer los mandatos que la atan. Tremendo eso de estar oliendo la polvorienta cretona, nada mas triste, dejar pasar la vida que la llama y quedarse en su punto, sin salida. No es una narración lineal, para mí, tiene muchos momentos de ida y vuelta.
 
ladanny,17.04.2012
leobrizuela comparto tu admiración por Dubliners y en especial "Los Muertos" del que tengo grabada la magnífica película.
Los comentarios son interesantísimos. Yo modestamente hago un primer análisis del terror al cambio. Tanto "El Profesor..." como Eveline no pueden sobreponerse a a dejar su lugar, ya sea en el secundario, ya sea en su pequeño pueblo, con el mandato de su madre.
Quiere irse pero de pronto recuerda sólo lo bueno, borra lo negativo y no se atreve a viajar ,nada menos que a Buenos Aires, donde vivo. La última frase me sacudió: "Sus ojos no le dieron ningún signo de reconocimiento, ni de amor..."
Soy admiradora de ferviente de Joyce y aquí se está dando en teatro el "El monólogo de Molly Bloom" .Después de verlo les cuento.
Ninive estoy de acuerdo con vos de que no es un monólogo interior.Es un narrador omnisciente.
Seguiré analizando el cuento a mi manera y gracias por todos los aportes
 
mepm,17.04.2012
Me gustaron muchos las descripciones y el patrón sicológico de la protagonista, las evocaciones y ese roce con el romanticismo. Aunque hay iteraciones en el texto no resultan tan desagradables; el final, ese final que puso, con ese frío agresivo y lapidante de la incapacidad afectiva es lo que en realidad robó mi atención y obviamente las pinceladas de prosa en las descripciones.

Muchas gracias por la invitación.
 
qoele,17.04.2012
Opinando acerca de la primera impresión, desde la epidermis del cuento, debo decir que como trama me pareció bastante banal, aparentemente, donde no pasa nada. Tenemos otra chica de 19 años, como Emma, y no estoy a buscar algún punto de contacto salvo la edad.
Bien, en un par de líneas se podría aferra la historia de Evelyn: la chica está en la ventana, debe abandonar su barrio, su padre, la casa paterna e irse a la Argentina con su amado Frank. Se encuentran en el puerto al momento del embarque, pero en este punto crucial, ella se arrepiente y lo deja irse solo.
Punto y aparte, todo aquí, salvo que esta historiela la escribió un Joyce a sus primeras armas como escritor y a su primer personaje femenino.
Aclaro que el libro ya lo había leído por completo y, seguramente es una lectura imprescindible para irse acercando al Ulises.
Bueno, siguiendo con mi impresión, pero ahora tratando de llegar a la sustancia del cuento, que no está de más recordar que es la sustancia subjetiva de un lector, nadamás.
Decía que el asunto cambia completamente porque está la voz y la mirada de Joyce, la singularidad de sus descripciones, el ritmo que nos lleva en las alas de una lectura extraordinariamente agradable. Esa tensión que nos lleva a un final, de una desarmante simplicidad, la chica se arrepiente y el marino se va solo. Punto.
Pero es ahí, donde uno queda desilusionado de la banalidad del asunto, que explota lo inesperado y la mente aferra en un sólo manotazo toda la historia y la teje de nuevo, en busca de lo no visto, que pueda explicar lo desconcertante del asunto. Digamos es un regreso al subconciente de la lectura, y volvemos a la compañía de una Evelyn apoyada a una ventana sintiendo el olor de la cortina, los pasos en barrio que nos lleva a imaginar todo ese mundo irlandés que la rodea y la fagocita en su viaje por la memoria: los hermanos, la madre, el padre que envejece, las cartas, la potencia del cotidiano que va sofocando su libertad soñada lejos, etc,. Entonces, el final sufre un vuelco desconcertante, y nos deja con múltiples infinitas posibilidades literarias sobre las cuales reflexionar en absoluta libertad, según la imaginación y sensibilidad de cada lector.
Evelyn e salgo más que una chica sofocada de todo el tedio que rodea su vida, sino más bien es un personaje complejo y multiforme, en conflicto con el mundo externo, pero principalmente consigo misma.
Joyce no describe su carácter ni su aspecto físico, pero lo delinea a través de los acontecimientos, ya respirando el polvo de las cortinas, de algo monótono, viejo, tedioso, mientras desea la libertad de una nueva vida junto al bueno y fuerte Frank, marino del cual su padre había dejado un comentario negativo.
La complejidad de la mentalidad de esta chica, en lucha feroz, entre el volar o quedarse, está narrada con mucha potencia y no es posible simplicar. La influencia del mundo externo y de su propia infancia, de su propio universo de joven irlandesa, que no la deja preocuparse de su propio destino, al final ocupa todo su ser y bloca su mente al momento definitivo, cuando había imaginado su propia felicidad lejos de todos, en otro continente, en otras distancias. Aquí está la tragedia de Evelyn y la fuerza de la educación familiar, el recuerdo y la promesa a su madre loca, la soledad imaginada de su padre-patrón, que se quedaría sin ella.
Un destino terrible para una chica en plena juventud, de una flor que aborta y que dará, posiblemente, paso a una solterona ácida, con una vida de una monotonía polvorienta, en un mañana aún lejano, según la velocidad del tiempo, físico y mental.
Al final, la elección de la libertad la sofocó y paralizó, no tenía el instrumental existencial para alcanzarla.
Seguramente Joyce, como en los otros cuentos que forman parte de este libro, nos muestra la historia moral de la Irlanda de su tiempo y una despiadada, pero también humorística, radiografía de una ciudad, sus habitantes, el ambiente, donde se mezclan la angustia, la desesperación, una verdad trágica, donde se equilibra magistralmente lo realista con lo simbólico.
Ya el sólo hecho de imaginar a Evelyn de regreso a su trabajo, con la bruja de su jefe que la martiriza, ya me siento mal.
Sólo un par de palabras, antes de terminar con este ladrillo que al parecer se me escapó de las manos, acerca del estilo de Joyce, con el paréntesis de la traducción naturalmente. Debo hacer notar lo evidente, pero es extraordinario como conjuga la fluidez del relato, que nos hace volar por las frases, a las descripciones tan ricas de particulares, donde este mítico escritor nos deleita con su magnífica potencia verbal.
 
leobrizuela,17.04.2012
Chapeu, qoele. Lo suyo es superlativo.
 
ninive,17.04.2012
Yo creo que todos son superlativos. Hubiera querido publicar otro cuento
pero no lo hago por la extensión de los textos.

¿alguien sugiere una próxima lectura? Recibo propuestas en
mi LdV.
 
hugo52,17.04.2012
Se me ocurre, después de haber leído los comentarios anteriores y releído el cuento, mostrar algunos indicios en el relato, que anticipan el final. Si bien es cierto que en todo el texto se va presentando la duda de la protagonista sobre la decisión última, y su sueño de una mejor vida lo contrapone con su pasado, su creencia religiosa y el compromiso asumido ante su madre moribunda, después de recordar sus penurias expresa, "ahora al partir no le parecía esa vida del todo miserable", y más adelante, rememora la calidez del padre cuando ella tuvo que pasar un día en cama, que le leyó un cuento y demás...
Al comienzo, se narra que "ellla, sus hermanos y hermanas se habían transformado en adultos", lo que parece exagerado con apenas ser mayor de 19 años, pero ya va insinuando como anticipo cual sería la decisión final.
 
glori,17.04.2012
Es un cuento que me hace pensar en las promesas que uno hace a veces, y luego le terminan condicionando la vida. Me gustan estos relatos que van desnudando los sentimientos y conflictos de los protagonistas.
 
justine,18.04.2012
El gran Sabina glori, dice "Las mejores promesas son las que no hay que cumplir"
 
ninive,18.04.2012
Sayari envía por error al foro anterior de Ribeyro un comentario muy
interesante sobre el escritor cosmopolita y el telurico, citando una
correspondencia entre Arguedas y Cortázar

b escribe SAYERA 18-4-2012/B

Tengo sobre Joyce opiniones contradictorias. Y es el resultado de mi
enorme
provincialismo. Para explicar mejor mis ideas recurro a un debate ocurrido
a finales de los sesenta. Reunió a José María
Arguedas, peruano y Julio Cortázar, ¿europeo, argentino?
Transcribo un buen resumen hallado en la red. ARGUEDAS VERSUS
CORTÁZAR. Cuando cerraba la década del sesenta, una
polémica sacude a la literatura Latinoamericana: el debate entre
Arguedas y Cortázar, altercado que bien resume la discusión
entre cosmopolitas y telúricos. En su famosa "Carta a Roberto
Fernández Retamar", enviada desde París en mayo de
1968,
el argentino Julio Cortázar afirmó que un escritor alejado
de
su país e instalado en el viejo mundo podía descubrir con
efectividad las auténticas raíces de lo latinoamericano.
Cortázar renegaba del telurismo afirmando que éste le
resultaba "completamente ajeno" y "hasta aldeano".
Estas ideas provocaron la ira de Arguedas que respondió con un
adelanto de su novela El zorro de arriba y el zorro de abajo publicado en
la revista Amaru meses después. Allí Arguedas reconoce la
aguijoneante genialidad de Cortázar, pero aclara que: "Todos
somos provincianos, don Julio. Provincianos de las naciones y provincianos
de lo supranacional". Cuando parecía que la discusión
había terminado, un año después, Cortázar
replica, esta vez desde la cosmopolita revista Life, diciendo que estaba
de
acuerdo con aquello que todos éramos provincianos, pero que
"existe una diferencia entre ser un provinciano como Lezama Lima, que
precisamente sabe más de Ulises que la misma Penélope, y los
provincianos de obediencia folklórica para quienes la música
de este mundo empieza y termina en las cinco notas de una quena".
Como
era de esperarse estas declaraciones causaron en Arguedas una profunda
molestia, la cual volcó en su artículo "Un inevitable
comentario a unas ideas de Julio Cortázar" publicado en El
Comercio en junio de 1969. Allí el escritor peruano aclara que las
quenas modernas tienen más de cinco notas y que para recordarle ese
detalle a Cortázar le ha dedicado un jaylli quechua. Años
después, en el Tercer diario, publicado en El zorro de arriba y el
zorro de abajo, Arguedas aseguró que don Julio quiso ningunearlo.
Con ánimo de revancha, el autor de Yawar fiesta, en una fina
humorada helenística, retrata a Cortázar como un ser
ridículamente mitológico, que "cabalga en
flamígera fama como sobre un gran centauro rosado".

La polémica continuo y puede se la puede seguir con facilidad.

La serie de ambivalentes opiniones que declaro al inicio de este
comentario, se ubica en el reflejo del breve encuentro de estos dos
escritores. Me siento aferrado a una quena de cinco notas no puedo
desprenderme de ese cierto ánimo telurico que Cortazar
condena. He sentido mayor emoción leyendo a Lezama Lima que a
Joyce.
He percibido mi piel abierta y florecida acompañado de
García
Márquez y del mismo Isaac Singer. He leído Ulises con
lápiz en mi mano. He admirado su técnica, la musicalidad de
las palabras, sus infinitos conocimientos. Ayudado por expertos me
sumergí en la serie de simbolismos que contiene. ¡Qué
duda cabe! He apreciado la portentosa técnica que permite a sus
personajes ejerciten sus múltiples lenguajes en silencio, sin que
el
lector lo perciba como una ofensa a su inteligencia. En fin, aprecio todos
esos aspectos de este insular creador; pero, su compañía no
me abriga, no me habla al oído ni edifica mis sueños.

Sé que suena sacrílego decir lo que pienso en un espacio
donde, estimo, todos razonan y sienten distinto. Y me permito hacerlo
porque creo que el salón lo permite. Sin embargo; me inclino
culposo
y provinciano frente a los conocedores y admiradores cercanos de su obra.
Pero, no sé decir otra cosa, y así lo expreso, sin
propósito polémico.

Reconozco que he tomado una ruta inapropiada para cumplir con la gentil
invitación de Ninive; pero, creo que hay siempre un espacio para
disentir y otros para coincidir.

Y para no incumplir con mi deber, diré que Evelyn; es una
muestra de la extraordinaria musicalidad de sus palabras. En el idioma
original es sin duda más notoria esta virtud. Creo que es uno de
los
placeres que buscamos los lectores cuando abordamos un texto literario.
Esperamos que la prosa sea una especie de partitura musical bien
elaborada.
Con Joyce nunca nos acompaña la decepción en este espacio.
Me
agrada las discretas señales que envía para situarnos en el
contexto de la historia, en su geografía y desarrollo. ¿La
profundidad sicológica de los personajes? Creo que es lograda con
suficiencia y con ahorro de palabras. Como es propio de los maestros,
¿no?

Es grato conversar en este salón.


qoele,18.04.2012 [k=0] [Borrar] [Karma-]
Parece que te equivocaste de foro, sayari. Me parece muy interesante lo
que
dices, aunque no tienes por qué justificarte. Son los lectores
quienes les dan infinitas vidas a los libros, y éstas son siempre
diversas. Esto es claro.
En cuanto a la famosa polémica, creo que ambos tenían
razón y, nuevamente, cada uno toma partido según sea su
propia individualidad existencial y de lector.
Personalmente un tiempo estuve con Cortázar, no sé me
parecían menos agresivas sus ideas y más innovadoras,
después entendí a Arguedas, y hoy creo que ambos
tenían razón, porque no podían escribir de otro modo,
que como ellos escribían y concebían la literatura.







 
ninive,18.04.2012
SAYARI *corrijo
 
ninive,18.04.2012
¿Recuerdan el cuento del niño que dijo que el rey estaba desnudo? Bueno, yo confieso que NO PUDE leer el ULISES, me aburrió terriblemente.

Encontré alguien que dice más o menos lo mismo y también me siento respaldada por las palabras de Sayari que dice que no legusta leer con un lápiz en la mano.
Yo leo con un lápiz en la mano para señalar lo que me gusta, pero si tuviera que llenar las páginas de signos de interrogación,dejaría esa lectura para otro momento.

bFragmentos de un escrito de Mario Alfageme/b

i….. El “Ulises” de Joyce me aburre. ¿Cómo puedes decir eso? ¿Pero tú te consideras lector? ¿Y tú quieres dedicarte a la escritura? ¡Sí es una de las novelas más importantes del siglo XX!

........no pongo en duda el interés de la novela, ni la capacidad de de James Joyce para escribir el libro utilizando diferentes estilos, como el humor negro, la parodia o los monólogos; lo que si hago es rebelarme contra lo establecido y gritar, a sabiendas de que se me tachará de banal, insustancial o trivial, que estoy harto de la pedantería que supone aceptar que las grandes obras de la literatura universal son divertidas.

…. Además es preferible que el que lea se divierta, porque si no corremos el riesgo (todos), de que no lo vuelva a hacer. ...." i/
 
qoele,18.04.2012
No conozco a Mario Alfageme, que reconoce la grandeza de Joyce y el Ulises, pero ataca esa forma de pedantería que supone que las grandes obras sean divertidas. Pedantería que lo tiene hasta la tusa, es decir harto.
Me pregunto, eso sí, si el considerar aburridas, tediosas, o poco divertidas, las grandes obras que cuentan con el consenso de los lectores de diversas épocas, no sea también una variable de la pedantería?
Por otra parte, la literatura, y no sólo, está plagada de estas declaraciones o confesiones, contra las cuales nada tengo, porque le dan sabor a la conversa.
Darwin, por ejemplo, decía que encontaba a Milton intolerablemente cretino, y a Shakespeare tan tedioso que le provocaba un malestar físico.
Y la lista se podría alargar, alimentando nuestra perplejidad.
En todo caso, ninive, te confieso que mi primera lectura del Ulises fue "heroica", porque me leí los dos tomos, sin entender absolutamente nada, y mi mente caminaba lentísimamente sobre las frases en un estado de sopor invencible, salvo en brevísimos instantes, en que una partícula subatómica de interés iluminaba mi cerebro, reglándome una belleza extraña, que no alcanzaba a identificar, porque la frase siguiente me anestesiaba nuevamente, y así llegué al final, en un estado catatónico, después de interminables meses de terrible lectura, de testaruda lectura, de pedante lectura para no sentirme entre los exclusos del Ulises. Un desastre en toda la línea.
Después de muchos años retomé el libro, pero con la ayuda de algunos ensayos que explicaban su estructura y cosas así, y debo confesar que lo disfruté maravillosamente, aferrando lo que pude nadamás, pero ha sido una de mis mejores lecturas.
Tanto así que me compré el Finnegans Wake, que hasta el día de hoy duerme y reposa beato en mi librería.
Dicen que es uno de los libros más divertidos de leer, pero Joyce dice que lo entenderán los lectores de los próximos 300 años, por eso no lo molesto.
 
sayari,18.04.2012
Aqui corrijo el error en el envio, que Ninive supo corregir de inmediato. Gracias por ello.

Tengo sobre Joyce opiniones contradictorias. Y es el resultado de mi
enorme
provincialismo. Para explicar mejor mis ideas recurro a un debate ocurrido
a finales de los sesenta. Reunió a José María
Arguedas, peruano y Julio Cortázar, ¿europeo, argentino?
Transcribo un buen resumen hallado en la red. bARGUEDAS VERSUS
CORTÁZAR./b Cuando cerraba la década del sesenta, una
polémica sacude a la literatura Latinoamericana: el debate entre
Arguedas y Cortázar, altercado que bien resume la discusión
entre cosmopolitas y telúricos. En su famosa "Carta a Roberto
Fernández Retamar", enviada desde París en mayo de
1968,
el argentino Julio Cortázar afirmó que un escritor alejado
de
su país e instalado en el viejo mundo podía descubrir con
efectividad las auténticas raíces de lo latinoamericano.
Cortázar renegaba del telurismo afirmando que éste le
resultaba "completamente ajeno" y "hasta aldeano".
Estas ideas provocaron la ira de Arguedas que respondió con un
adelanto de su novela El zorro de arriba y el zorro de abajo publicado en
la revista Amaru meses después. Allí Arguedas reconoce la
aguijoneante genialidad de Cortázar, pero aclara que: "Todos
somos provincianos, don Julio. Provincianos de las naciones y provincianos
de lo supranacional". Cuando parecía que la discusión
había terminado, un año después, Cortázar
replica, esta vez desde la cosmopolita revista Life, diciendo que estaba
de
acuerdo con aquello que todos éramos provincianos, pero que
"existe una diferencia entre ser un provinciano como Lezama Lima, que
precisamente sabe más de Ulises que la misma Penélope, y los
provincianos de obediencia folklórica para quienes la música
de este mundo empieza y termina en las cinco notas de una quena".
Como
era de esperarse estas declaraciones causaron en Arguedas una profunda
molestia, la cual volcó en su artículo "Un inevitable
comentario a unas ideas de Julio Cortázar" publicado en El
Comercio en junio de 1969. Allí el escritor peruano aclara que las
quenas modernas tienen más de cinco notas y que para recordarle ese
detalle a Cortázar le ha dedicado un jaylli quechua. Años
después, en el Tercer diario, publicado en El zorro de arriba y el
zorro de abajo, Arguedas aseguró que don Julio quiso ningunearlo.
Con ánimo de revancha, el autor de Yawar fiesta, en una fina
humorada helenística, retrata a Cortázar como un ser
ridículamente mitológico, que "cabalga en
flamígera fama como sobre un gran centauro rosado".

La polémica continuo y puede se la puede seguir con facilidad.

La serie de ambivalentes opiniones que declaro al inicio de este
comentario, se ubica en el reflejo del breve encuentro de estos dos
escritores. Me siento aferrado a una quena de cinco notas y no puedo
desprenderme de ese cierto ánimo telurico que Cortazar
condena. He sentido mayor emoción leyendo a Lezama Lima que a
Joyce.
He percibido mi piel abierta y florecida acompañado de
García
Márquez y del mismo Isaac Singer. He leído Ulises con
lápiz en mi mano. He admirado su técnica, la musicalidad de
las palabras, sus infinitos conocimientos. Ayudado por expertos me
sumergí en la serie de simbolismos que contiene. ¡Qué
duda cabe! He apreciado la portentosa técnica que permite a sus
personajes ejerciten sus múltiples lenguajes en silencio, sin que
el
lector lo perciba como una ofensa a su inteligencia. En fin, aprecio todos
esos aspectos de este insular creador; pero, su compañía no
me abriga, no me habla al oído ni edifica mis sueños.

Sé que suena sacrílego decir lo que pienso en un espacio
donde, estimo, todos razonan y sienten distinto. Y me permito hacerlo
porque creo que el salón lo permite. Sin embargo; me inclino
culposo
y provinciano frente a los conocedores y admiradores cercanos de su obra.
Pero, no sé decir otra cosa, y así lo expreso, sin
propósito polémico.

Reconozco que he tomado una ruta inapropiada para cumplir con la gentil
invitación de Ninive; pero, creo que hay siempre un espacio para
disentir y otros para coincidir.

Y para no incumplir con mi deber, diré que Evelyn; es una
muestra de la extraordinaria musicalidad de sus palabras. En el idioma
original es sin duda más notoria esta virtud. Creo que es uno de
los
placeres que buscamos los lectores cuando abordamos un texto literario.
Esperamos que la prosa sea una especie de partitura musical bien
elaborada.

Con Joyce nunca nos acompaña la decepción en este espacio.

Me
agrada las discretas señales que envía para situarnos en el
contexto de la historia, en su geografía y desarrollo. ¿La
profundidad sicológica de los personajes? Creo que es lograda con
suficiencia y con ahorro de palabras. Como es propio de los maestros,
¿no?

Es grato conversar en este salón.

 
ninive,18.04.2012
qoele,18.04.2012 [k=0] [Borrar] [Karma-]
Me parece muy interesante lo
que
dices, aunque no tienes por qué justificarte. Son los lectores
quienes les dan infinitas vidas a los libros, y éstas son siempre
diversas. Esto es claro.
En cuanto a la famosa polémica, creo que ambos tenían
razón y, nuevamente, cada uno toma partido según sea su
propia individualidad existencial y de lector.
Personalmente un tiempo estuve con Cortázar, no sé me
parecían menos agresivas sus ideas y más innovadoras,
después entendí a Arguedas, y hoy creo que ambos
tenían razón, porque no podían escribir de otro modo,
que como ellos escribían y concebían la literatura.



 
musas-muertas,18.04.2012
Comparto con Ninive. Aunqye admiro a Joyce y he leido algunos libros de el (sobre todos los primeros) , a Ulises nunca lo termine... me resulta mas facil sacarle jugo a las piedras....
Si en cambio me facina el concepto de la tecnica de "Flujo de conciencia" de Joyce. el ejemplo del parrafo de Ninive arriba me parece excelente. las contradicciones que mencionan son justamente las que enriquecen este foro. Son las que proporcionan meditacion y angulos a veces no explorados. No creo en escritores perfectos y novelas perfectas. Es un arte y por lo tal sujeto a sentimientos intimos de personas diferentes.
por ejemplo, estoy seguro que no a todos les gustan los zapallitos rellenos... jejeje (a mi no)
 
qoele,18.04.2012
Estoy de acuerdo con musas-muertas (?) en esto de las contradicciones y ptos. de vista diversos, porque es esto lo que hace interesantes los foros, y la sinceridad naturalmente.
Si pudieramos escribir la lista de los libros que estamos dejando "para mañana", veríamos algo muy interesante, sin duda.
 
ninive,18.04.2012
Hablando de esos libros que dejamos para mañana ... te deseo,
qoele ,que llegues a leeer el Finnegans Walk dentro de 300
años y a mi me deseo que siga coordinando todavia el foro para
intercambiar opiniones.
 
qoele,18.04.2012
Veo que hasta el momento, pocos le han hincado el diente al cuento de Joyce, cuando en otros casos se ha superado abundantemente el centenar de aportes. Será que el tiempo es poco aún y ya llegarán nuevas opiniones.
 
ninive,18.04.2012
El número de los posteos no es índice de calidad. Creo que los habituales del círculo han dejado su opinión y son todas excelentes
 
ninive,18.04.2012
¿quién nos dijo que Frank parte con la nave? Lo suponemos. Les invito a dar otro final a Evelin.
 
m_a_g_d_a2000,18.04.2012
¿Qué podemos decir del simbolismo del lenguaje? El olor de la polvorienta cretona, el hormigón de las calles, el agua, el rumbo hacia el este que supondría su viaje ...
 
filiberto,18.04.2012


Joyce está catalogado como un escritor que brilla, entre otras cosas, por su agudeza psicológica y una de las muestras de ésta última, es el personaje y la historia de Evelyne.
Una historia si se quiere, y a simple vista, aburrida y sin matices que poco puede interesar a quien lee. Sin embargo cuánto muestra de la realidad de muchas mujeres de todas las épocas.
Eveline y la ventana: El mirar el exterior a través de una ventana, simboliza una personalidad temerosa, carente de iniciativa, incapaz de desenvolverse alejada de la protección de hogar y familia o de sustituto.
Sobre el desenlace del cuento: ¿Podríamos estar ante la concreción del dicho popular “más vale malo conocido que bueno por conocer? Tal vez, sin embargo, una Evelyne saturada, da cauce al impulso de prepararse para la partida hacia lo que se supone una vida mejor. ¿Por qué se arrepiente a último momento? Se arrepiente porque es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta, de que el cambiar una dependencia por otra no traerá solución a su problema y de que lo único que puede liberarla de sus inquietudes, es el animarse a resolver su vida por ella misma. Para ambas opciones hay que contar herramientas psicológicas suficientes, las cuales, la joven no posee.
Opción1-Evelyne no está enamorada, de otro modo sin dudar, hubiese atravesado el mundo por estar con su amor.
Opción 2- Para la época, una muchacha de su edad, a la deriva por la vida, sin la tutela paterna o de un hermano mayor, de un esposo, supone desde lo social una “prostituta” o algo equiparable con ese plano y para enfrentar semejante estigma, decididamente, Evelyne no está lista y opta por el “mal conocido” que desencadena el desenlace de la historia.
Excelentes: Polvorienta cretona, animal desamparado.
De acuerdo con Ninive: Cada lector interpreta y elabora su personal conclusión del cuento y no hay por qué justificarse. Esa es otra de las maravillas de la literatura. Cada lector es libre de aceptar como bueno a un escritor que no lo es tanto y de descartar a otro encumbrado. También está en su ánimo el interpretar la lectura como mejor le plazca. Debo reconocer que, si bien sé ver la valía literaria de Joyce y admiro su temática (uno de los motivos de su grandeza) no logro sensibilizarme con sus escritos tanto como con los trabajos de otros autores menos adorados. ¿No lo habré leído lo suficiente? Cuando lo leí ¿no era mi momento? ¿No estoy capacitada para interpretarlo? Tal vez…acepto también que no es la primera vez que me sucede con escritores laureados a lo largo de la historia.
Este foro es excelente, cada cuento que se analiza es un caudal de conocimientos imperdible.
Hay un poema de un autor llamado Kavafis, Ventanas, que resume en sus versos la ambig[uedad del cuento :

LAS VENTANAS (THE WINDOWS)

In this darkened rooms, where I spend
oppressive days, I pace to and fro and around,
searching for the windows.– When a window
opens it will be a consolation.–
But the windows are not found, or I cannot
find them. And perhaps it is better I do not find them.
Perhaps the light will be a new tyranny.
Who knows what new things it will show?



En estos cuartos oscuros, donde pasé
días opresivos, que el ritmo de aquí para allá y en todo,
buscando las ventanas -. Cuando una ventana
se abre, será un consuelo. -
Sin embargo, las ventanas no se encuentran, o no puedo
encontrarlos. Y tal vez es mejor que no los encuentre.
Tal vez la luz será una nueva tiranía.
¿Quién sabe qué cosas nuevas se mostrará?

Traductor Google


Sigo con mis vacaciones. Trataré de dar el final.

 
leobrizuela,18.04.2012
No se me ocurre otro final para el cuento, pero tengo algunas razones por las que Evelin reniega de la partida.
1: Había olvidado la maleta.
2: Recordó que la navegación la mareaba y no tenía Dramamine.
3: Era la noche de San Patricio y no quiso perdérsela.
4: Se había ido con la ropa de entrecasa y las zapatillas viejas.
5: La señorita Gavan la esperaba a bordo para bajarla de una oreja.
6: (Y decisoria) Cuando leyó "Directo a Buenos Aires" tuvo cabal comprensión del futuro que le aguardaba.
 
justine,18.04.2012
Yo he aprovechado para leer diario de un escritor adolescente, Voy por la mitad, prosa magnífica. Iglesia, patria, tradición, deber, política. Plagado de valores hipócritas de los que terminará huyendo.
Respecto al nº qoele, no es lo mismo elaborar críticas sobre la obra por ende magnífica de un cuentista como Ribeyro, que comentar y criticar la obra de un escritor, cuentista igualmente magnífico pero que es autor de una obra tan brillante, tan universalmente alabada, tan única pero a la que muchos de los comunes de los mortales todavía no poseemos el bagaje intelectual suficiente para abordarla y disfrutar. Los que estamos por aquí somos el esqueleto (cimiento y paredes A vedes llegan los yesaires y los decoradores, otras nos quedaremos con las paredes más desvestidas, pero la obra no desmerece.
Estoy con ninive en la excelencia de lo comentado.
 
justine,18.04.2012
Todos nos amedrentamos un poco ante lo imponente. La admiraciónes fácil, pero los aspirantes a pluma nos cohíbimos.
Fumemos un cohíba a la salud de Joyce y las arcas de los neumólogos, y de paso a la farmacia para la biodramina de Evelyn. Evelin está destinada a sufrir, no tiene la fuerza suficiente para odiar a su padre y lo que representa.
 
girouette,18.04.2012
"Sus ojos no se dieron ningún signo de adiós, ni de reconocimiento"... Se fue cada uno por su lado, y así, al parecer nada verdadero los unía.
 
ninive,18.04.2012
Leobrizuela qué poco románticos son tus finales del cuento.

EN EL PUERTO

Evelyn...Evy...

Frank ve desesperado que la muchacha se ha distanciado, que lo deja ir adelante sin ella. La mira y encuentra unos ojos sin ninguna expresión.Evelyn se ha detenido en la reja.

'Ven ¿qué pasa Evy...
Una extraña que mueve los labios como murmurando una plegaria lo mira sin verlo.... ajena, paralizada.
De pronto Frank comprende.
Entre la movediza multitud el joven ha comprendido:
Evelin tiene miedo, llegó a desear con la mente lo que su corazón no acepta.

-Te daré tiempo mi Poppens .

La larga pitada fúnebre se escucha nuevamente
Frank lucha a brazo partido con los que pujan por llegar al barco.Va contra corriente
!Al diablo los pasajes, al diablo la carrera y la casa de Buenos Aires. Es bastante joven como para rehacerse una vida en Dublin con la mujer que ama. Evy...vida mía, no te dejo, no me dejes.
-No parto si tu no quieres...

En su corazón se agitaban todos los mares del mundo.
 
musas-muertas,18.04.2012
jajajajaja Leo!!!! Genio.... Claro, es la 6ª razon la que definio a Eveline.... Enamorada no habia entendido bien...cuando se dio cuenta que iba a Buenos Aires, dijo, "mejor me quedo en Irlanda" seguro que cuando pasaban los años y leia las noticias iba diciendo .... "menos mal que me quede" lo lamento por el pobre de Frank....jeje.

La historia habla de no pocos inmigrantes Irlandeses a todas partes del mundo... Aqui los tuvimos desde mucho antes (1800), el almirante Guillermo Brown, protagonista importante en nuestra independencia era Irlandes.
Irlanda fue siempre un pais pobre y Testarudo, De profunda raices Celtas y una Fe Catolica mas fuerte que la del vaticano, Enfrentados permanentemente a su acerrimo enemigo la Gran Bretaña. Irlanda se parece, salvando las distancias, al pueblo de un cuento que tuvimos hace poco en el foro "La Seca"....

En ese ambiente levanto el desafio de Ninive de darle otra vuelta de tuerca a al final de este Cuento.

.... Frank impavido vio que su futuro se ahogaba en el mismo mar tumultuoso que avizoro Eveline. su amor se alejaba achicandose en el horizonte del malecon del puerto...
Sin dudarlo, salto la barrera de Hierro y corrio tras ella.
el corazon le latia con fuerza, grito -Evy!, Eveline!.
ella finalmente se detuvo como fulminada por un rayo, ni se dio vuelta.
Frank la alcanzo y cariñosamente la volteo.
Eveline tenia los ojos inundados en lagrimas.
Frank le dijo - Eveline te quiero en mi vida y en mi futuro, el lugar no importa. Te amo.
Eveline se derrumbo en sus brazos. ... Si , lo amaba, pero su carcel personal la retenia.
pasaron varios minutos, la gente los miraba abrazados, algunos murmuraban.... de pronto un joven de unos 30 años se les acerco y les dijo.
Pocos cosas me conmueven mas que el amor.
Por favor acompañenme a mi casa, esta cerca del puerto aqui en Raghtar.... permitanme que les ayude.
Eveline miro sus ojos y supo que podia confiar en el.
Frank balbuceo un "gracias" y estiro su mano introduciendose - Mi nombre es Frank
El los miro entre divertido y emocionado, y estrecho la mano de Frank.... mirandolo a los ojos le dijo.
El mio es James.... James Joyce

s
 
ninive,18.04.2012
uno a cero. Pierdo yo naturalmente
 
musas-muertas,18.04.2012
gracias Ninive auque a mi me encanto el tuyo, sobre todo la frase final "En su corazón se agitaban todos los mares del mundo"...pero me parece que es mejor que no contemos los porotos todavia, no faltara alguien que nos mate el punto.... jeje
 
sendero,19.04.2012
Muchas Gracias a mi querida amiga Ninive por la invitación y gracias multiplicadas a todos los amigos del foro, que me he pasado leyendo, y de los que he aprendido nucho sobre el autor. No han dejado nada que comentar, hasta finales imaginativos han propuesto. Aunque ya lo han referido, solo acentuo, que nuestra protagonista no estaba en agujdo enamoramiento, si hubiese estado con tal emoción, seva se va y se va.
Una belleza de cuento, donde la tensión se mantiene hasta el fina. En una brevedad describe y analiza su epoca, su ciudad, sus mujeres y añado que las cosas han cambiado en forma, pero lo que sintio Evelin en su corazón, muhcas mujeres lo siguen percibiendo.
Gracias por su enseñanza y un abrazo enorme Rub
 
Gadeira,19.04.2012
Encantadores finales el de ninive y musas. Abiertos a la esperanza, al triunfo del amor.
El guiño literario de musas me resulta fantástico.

Besos chicos.
 
Gadeira,19.04.2012
Tras caminar un largo trecho, Eveline volvió su mirada. Las lejanas luces del puerto temblaban opacadas por sus lágrimas; del barco apenas la silueta dibujada entre la niebla. De Frank, la imagen de unas manos aferradas a la barrera y el eco de una voz que gritaba su nombre.

Eveline se repetía que Buenos Aires no era más que un sueño inalcanzable. Su realidad era otra. Se debía a su progenitor y a Irlanda. No podría ser feliz imaginando la honra de su padre en boca de las malas lenguas del lugar. ¿Qué dirían sus hermanos? La compararían con esas mujeres sedientas de derechos femeninos, que de vez en cuando alzaban su voz y pegaban en las paredes clandestinos panfletos reclamando libertad e igualdad.

De camino a su hogar, Eveline pasó frente a la casa de la señorita Gavan. De repente un olor a rancio se le instaló en la pituitaria. Se detuvo unos instantes y luego corrió, corrió hacia el puerto como alma que lleva el diablo.
 
sara_eliana,19.04.2012


Con la cabeza apoyada sobre la vieja cortina de cretona, Eveline piensa: "Frank debe estar desesperado en el puerto. Qué suerte que todavía no se inventó el celular".



 
musas-muertas,19.04.2012
Clap,clap,clap Gadeira...me encanto el tuyo...
Sarita, te dije que me fascina tu humor?....
me animo a otro final tipo Sarita....

Evelin vuelve corriendo al puerto. El barco ha soltado amarras, Frank la observa entre la multitud y sin pensarlo se arroja al mar, nada en las aguas aceitosas del puerto, se trepa por una cuerda escupiendo el aceite y el agua inmunda del puerto, la abraza todo mojado....
- Eveline por que te fuistes?
- esteee me dijo un señor de que en unos años se podra volar en aviones.... y como yo me mareo en los barcos.... pense...Frank?, Frank?.... estas enojado conmigo?....Frank?...
 
sayari,19.04.2012


Los foros son para discentir o coincidir. No creo haya alternativa adicional. Aún cuando, el derecho de simplemente opinar sea el más frecuentado.

En este caso me permito discentir con las opinión de Justine respecto a Julio Ramón Ribeyro y aquella en que señala que aún no tenemos "los simples mortales el bagaje intelectual suficiente para abordarla
y disfrutar" la obra de los "grandes escritores".

Me parece que ambos puntos de vista emanan de una visión eurocentrica de la literatura y, considero, extremando el ámbito, de una manera de ver a la sociedad misma.

No considero que Joyce ni otro creador sea el parámetro de comparación para la evaluación de la obra de Ribeyro, ni de otro escritor. En todo caso podría ser la literatura misma y su propio desarrollo. Y, quizá, ni siquiera ella misma sea parámetro suficiente. Una obra de arte es autónoma y autosuficiente. Puede gustar o no, ser inmortal o no; pero luce merecimientos suficientes para ser evaluada con autonomía y no con las letras y las palabras de otro autor.

Por otro lado, no dejo de considerar, en esta evaluación, la vida del creador. Para mi, tan importante como su obra. Es decir, su contribución a hacer más elevada nuestra estatura humana. Que sea siempre la voz de los que tienen voz, la mano de los que no poseen pinceles ni instrumentos creativos, aún. Y no me refiero con esto a creador alguno en particular.

Finalmente. ¿Carecemos algunos escogidos de el "bagaje intelectual" para juzgar a Joyce? ¿Quíen mide ese bagaje? ¿Es que hay un bagajetómetro" instalado en alguna basilica europea? ¿Saber o ignorar que los cásicos griegos inspiran el "Ulises", además de conocer los nombres de los dioses del Olimpor griego, es motivo de nota aprobatoria?

Me recuerda lo que comento, a la opinión de algún Papa del medioevo, unida a la emitida por muchos "intelectuales" españoles y europeos respecto a si los "indios americanos" teniamos alma.

Bueno, aqui me quedo, con el animo sereno y feliz de participar en este espacio.
 
SOFIAMA,19.04.2012
Bien planteamiento Sayari. Con el respeto que todos me merecen, me adhiero a tu opinión.
 
SOFIAMA,19.04.2012
Perdón, BUEN planteamiento
 
justine,19.04.2012
Pues yo tampoco disiento en absoluto del comentario de sayari, aunque con matices que se quedarían exclusivamente en la esfera de lo mío personal, me explico:
No soy europeísta pero es cierto que conozco más la literatura europea que la americana (soy europea). A mi edad me cogió el realismo mágico fuera de la escuela y mis estudios han sido estrictamente científicos (a los cuales he tenido y aún tengo que dedicar la mayoría de mis lecturas). Es falta de mi bagaje cultural (que no poseo, convivo con un filólogo e historiador y sé de lo que hablo) el que me pueda sentir más cómoda (atrevimiento), emitiendo una opinión sobre Ribeyro (del que no conocía ni el nombre del autor ni a su obra) que opinando sobre Joyce, que conozco su nombre y el Ulises (que tampoco he leído) porque lo que sí puede discernir de lo poco que sé es que el Ulises y Joyce son más universales hoy por hoy, que prosas apátridas de Ribeyro, y por lo tanto mi opinión sobre Joyce va a “medir mejor” de forma indirecta mi propia opinión sólo por el hecho de ser más referenciado.
No sé tampoco muy bien porque me extiendo en esto, pues si algo tengo claro es que en este foro se viene a hablar de los autores y de sus obras, y todas las opiniones se consideran válidas y enriquecedoras. A este foro vengo con la humildad del alumno.

Sus palabras “Cualquier obra puede gustar o no, ser inmortal o no; pero luce
merecimientos suficientes para ser evaluada con autonomía y no con
las letras y las palabras de otro autor” estoy totalmente de acuerdo, aunque las tesis, tesinas y doctorados seguirán existiendo nos guste o no.

A partir de aquí sayari, y a pesar que hemos venido a hablar de una obra de Joyce, tengo que responder por alusiones. Extrapolar un comentario personal por todo lo más aséptico con “extremando el ámbito, de
una manera de ver a la sociedad misma”. “Me recuerda lo que comento, a la opinión de algún Papa del
medioevo, unida a la emitida por muchos "intelectuales"
españoles y europeos respecto a si los "indios americanos"
teniamos alma”, van varios pueblos y tengo que defenderme.

Ciertamente hace unos años, leyendo el prólogo de una gramática española antigua, leí un comentario parecido al que comenta añadiendo una coletilla en la que hacían referencia a las mujeres y a las especies inferiores (refiriéndose con éstas a indios de algunas tribus americanas”. He de decirle sayari, que no daba crédito y tuve que leerlo con horror repetidas veces y después comprobar la edición, que escalofriantemente era de principios del pretérito siglo. Mi indignación humana no tiene medida (esa no), ante tamañas afirmaciones, y por supuesto agradecería que cuando usted extreme en otra ocasión un comentario que no le pertenezca lo haga extremando el cariño, sin tergiversar ni llevarlo al puerto que usted elija. Si quiere pescar en otros caladeros, abra usted un foro, que alguien le seguirá.

Por último decirle que que tengo escritores favoritos. Mi autor por excelencia es Jorge Luis Borges. Y ahora no me diga que lo considero suizo y no argentino.

Y ahora yo tanbién me quedo con el ánimo sereno y feliz.




 
qoele,19.04.2012
Yo también creo que aquí, prevalentemente se dan opiniones, pero cuando el ámbito se expande y se polemiza literariamente, en el sentido que se buscan los puntos en común y los que dividen, pero dentro del universo exclusivo de los argumentos, todos ganamos y nos enriquecemos.
En las polémicas, controversias, intercambio de ideas opuestas o por aclarar, hay un salto de cualidad en los participantes, porque uno se ve obligado a esforzar la propia expresión e ir al encuentro del otro, allá donde uno no ha sido comprendido, o por opacidad u oscuridad voluntaria o menos de cómo hemos dicho algunas cosas. Quizás sólo al pasar, sin haberlas profundizado, o reflexionado lo suficiente, y por subjetividad, o lo que sea, nos aferramos y empecinamos en defender una zona de nuestras ideas no suficientemente metabolizadas. Entonces, ahí es donde funciona la terapia de la escritura.
Confieso que no me queda claro el punto de la discordancia entre sayari y justine, pero creo que debe ser algo muy profundo y que merecería de ser aclarado.
Veo que sayari le ha dedicado varios textos a un escritor como Arguedas, entonces ahí hay un concepto de la literatura bien definido.
Yo digo que todos tenemos severos límites en todos los ámbitos del saber, como del arte. Límites que se mueven, que se modifican con nuestras sucesivas experiencias vitales, con nuestras lecturas, vivencias, sentimientos y etc.
Hay más de seis mil lenguas en la tierra, muchos nos movemos en una, otros en más de una o en varias. Son límites diversos, en relación a las seis mil.
Otro tanto en las ciencias exactas o menos, donde ni siquiera se entienden los científicos entre ellos, porque hay especialidades en las especializaciones, y cosas así.
Entre el Finnegans Wake y Caperucita roja, hay un inmenso océano donde cada cual encuentra donde nadar con comodidad.
Para mí, por ejemplo, el que haya nacido un Joyce es una bendición para la escritura y la literatura, como para la física lo es un Einstein o para la pintura un Picasso, o un Miguel Ángel para la escultura, y así por el estilo.
Pero yo puedo disfrutar con un Bach o con un Jarabe de palo, según sean las circunstancias.
 
elclubdelapaginaazul,19.04.2012
Los estantes de la sala de lectura se ha actualizado con la publicación de los últimos cuentos leídos.

Mañana mandaremos un nuevo trabajo para disfrutar o rechazar.
 
justine,19.04.2012
Bien qoele, eran precisamente estas las palabras que necesitaba escuchar.
 
sayari,20.04.2012



Pasé por este foro por una gentil invitación de una amiga entrañable. Miré, lei, y vi que era un territorio donde se cultivaba las ideas y se aceptaban las diferencias.

Me equivoqué. Alguien que parece ser importante en el manejo de estos espacios, hoy me invita a ipescar en
otros caladeros/i; añade que iabra un foro,/i, propio, de sociedad anonima. Además, me augura i que alguien (me) seguirá./i en mis propositos disociadores de la paz social. Nunca he tenido el desproposito de pretender que alguien ime siga./i y nunca he permanecido en atmosferas enrarecidas por la censura.

Permitanme una última digresión, antes de dejar el foro.

No tengo escritores sagrados. Más bien tomo distancias de aquellos que han servido al fascismo o a alguna forma de dictadura. Aprecio de lejos, muy de lejos, por eso, a Camilo José Cela; ni leo a Gimenez Caballero. Por la misma razón prefiero a Ernesto Sabato en lugar de Borges. Me agrada el irlandes Samuel Beckett, enrolado en la resistencia y receptor de la Cruz de Guerra. Aprecio a William Yeats, por su vinculacion a los afanes nacionalista de su patria sometida. Admiro, por supuesto sus obras, como aquellos que les concedieron el Premio Nobel.

Creo es suficiente.

Un saludo a todos los que quieran recibir mis gracias por lo aprendido en este espacio.





 
qoele,20.04.2012
Lamento, de verdad, la respuesta de sayari. Una excesiva susceptibilidad no ayuda al intercambio de puntos de vista literarios.
¿Qué de malo o de tan grave dijo justine, como para abandonar un foro donde sólo había amistad y buena armonía?
Un Sábato, al que admiro, no habría estado de acuerdo, sospecho.
 
justine,20.04.2012
Apreciado Sayari:
Todos, y eso le incluye, pueden participar y comentar en los foros, especialmente en el foro círculo de lectura, puesto que todos somos lectores y amantes de la literatura.
Le explico un poco, usted “vini, vidi vinci” y pensó que sus criterios de lo que es un foro podían aplicarse en este. Este foro se caracteriza porque todos demos nuestros puntos de vista, nuestras opiniones y nuestras dudas y nos enriquezcamos con ello. Todos queremos crecer en este aspecto. Este comportamiento lleva implícito no polemizar: cada uno lee, opina, mira y en un ejercicio de introspección lleva hasta su cauce interior lo que crea de provecho para sí, que es mucho. Si se admite la crítica positiva.
Léase: “Los foros son para discentir o coincidir. No creo haya alternativa
adicional. Aún cuando, el derecho de simplemente opinar sea el
más frecuentado”. En este foro se disiente cara adentro y se fomentan las actitudes positivas, por lo tanto se refuerzan opiniones, pero no se ponen en tela de juicio aquella con las que no coincidamos porque se corre elriesgo d que el foro forme bandos y grupitos donde después el aprendizaje y el conocimiento literario se vea menoscabados. Créame usted que de esta forma se abarcan finalmente un amplio abanico te posibilidades pero de una forma positiva, en que cada uno se refuerza y obtiene progresos y satisfacción. En mi práctica diaria ejerzo también la docencia y sé de lo que hablo.: Uno aprende a ser crítico interiorizando el conocimiento y no las neurosis.
También tengo camino en el recorrido de esta página y he vistoso que ocurre cuando uno pretende anteponer los criterios propios al interés de un grupo, simplemente se desintegran y acaban perdiendo la esencia misma que los define. Por lo que he leído en su sitio, usted sabrá bien de lo que le estoy hablando.
Veo que usted se interesa principalmente de un tema por encima de los otros, pero no ha de pensar que cuando hablamos de Joyce, hablamos de la conquista y que cuando un europeo opine le este infligiendo a día de hoy el mismo sometimiento que ocurrió otrora. No todo es traslacional.
Únicamente por este motivo, y tal vez por falta de tiempo para la explicación y ciertamente, por polemizar sobre un tema tan delicado que me aludía directamente, le invité a que usted creará otro foro, si es que ya no hay creados foros sobre el tema que usted trajo a este, a mi parecer sin venir a cuento. Los errores y aciertos del pasado hay que mirarlos con distancia y no revivirlos, para no perpetuarlos.
Usted está en su derecho de seguir entrando y comentando lo que piense de los textos y autores que con tanto mimo mostramos como una forma de arte esencial. Llevamos varios autores y nunca hemos antecedido un texto ni a un autor en detrimento de otro y personalmente cada uno tiene sus opiniones y sus preferencias.
Me disculpo ante usted si mis palabras han podido ofenderle de forma personal, aunque cuando uno se defiende o defiende aquello en lo que pone su empeño, muchas veces no sabe adonde el dardo se dirige.
Queda pues reinvitado (que nunca le eché, no soy quién) a participar en el círculo de lectura, pero sepa que hay unos canales de desarrollo del mismo que todos los participantes nos hemos comprometido implícitamente a seguir.
 
filiberto,20.04.2012
Él se precipitó detrás de la barrera y le gritó
que lo siguiera. La gente le chilló para que él continuara
caminando, pero Frank seguía llamándola. Ella volvió
su pálida cara hacia él, pasiva, como animal desamparado. Sus
ojos no le dieron ningún signo de amor, ni de adiós, ni de
reconocimiento.
La marea de gente que ascendía por las escalerillas del barco, quitó a Frank de su vista para siempre. No sintió en el corazón el desgarro del “nunca más”.
Levantó su valija de cartón. Con la mano libre, apretó entre sus dedos los escasos billetes ahorrados para el viaje. Con temor, trastrabillando, inició el camino hacia su vida. Sonrió. Por un tiempo, tampoco volvería a ver a su padre.
 
filiberto,20.04.2012

Qué penita que sayari no encuentre modo de quedarse. Los cambios de opinión enriquecen a los que participamos de esta página.
No he notado diferencias irreconciliables nunca ¿por qué tendría que ser esta la primera vez?¡Con lo valiosos que son ambos!



 
filiberto,20.04.2012

Y si fueran irreconciliables, los puntos de vista diferentes deberían ser útiles para avanzar en el camino, jamás para que alguien quede fuera.
 
justine,20.04.2012
¡Genial filiberto! Este final es de lujo. La niña-mujer que madura y decide finalmente llevar el timón de su vida.
 
musas-muertas,20.04.2012
Quiero agregar un ultimo comentario en relacion a lo ocurrido por primera vez desde que asisto al foro.
El disenso y las diferentes ideologias literarias y sociales siempre existieron en este foro y las percibia como una forma genial de aunar criterios y aprender. Nunca me senti agraviado por otros que pensaran distinto ni discriminado porque otros supieran mas que yo y confieso que no todas las opiniones vertidas las comparto.
Me incomoda la defensa/ofensa a ultranza bajo la percepcion de victimas de discriminacion.... yo nunca encontre ninguna.
Me molesta sentirme obligado a tomar bandos (soy americano pero no antieuropeo, mi cultura es limitada pero no me incomoda la mayor cultura de otros).
Me siento y siempre me senti comodo en este foro. pienso seguir asistiendo. No soy ingenuo, no tengo la solucion a los antagonismos del mundo, simplemente estoy convencido que su solucion no es la confrontacion sino el respeto.
 
ladanny,20.04.2012
Frank ve la palidez de Eveline, su mirada perdida,sus manos aferradas a los barrotes.
¡No me voy sin vos! -exclama desesperado, afloja sus manos, la levanta en vilo y la lleva al camarote.

Muchos años después rodeados de sus nietos, Evelina, sin perderse una ronda de mate, les cuenta de su infancia, allá en la lejana Irlanda...
 
m_a_g_d_a2000,20.04.2012
Me gusta este foro porque:

El respeto hacia los otros es absoluto. Para mí esto es una condición indispensable para participar.

Aprendo siempre. En algunos textos (la mayoría) hay quien sabe muchísmo más que yo del autor o del cuento, en otros que yo pueda conocer un poco más en profundidad, siempre hay visiones nuevas.

Descubro lecturas y autores.

Siento el foro como una tertulia entre personas unidas por un libro alrededor de una mesa camilla.

 
glori,20.04.2012
Eveline comprende que la promesa a su madre carece de sentido. Intuye que la cobardía que siente, es el resultado de la educación rígida que ha recibido. Decide rebelarse. Emprende el idílico viaje a Buenos Aires con su amado Frank.

En su solitaria vejez, luego de años de pasar penurias y maltratos, apenas recuerda a aquella adolescente que creyó en el amor.
 
m_a_g_d_a2000,20.04.2012
-¡Eveline! ¡Evy!

Frank seguía andando hacia ella a contra corriente. Quería avanzar, pero era arrastrado por la marea humana que los separaba cada vez más. De nuevo gritó su nombre extendiendo sus brazos hacia ella.

- ¡Evy, ven conmigo! ¡No podré continuar sin ti!

No le dio tiempo a más, en el mismo instante en que terminaba la frase se encontró de bruces contra el suelo. Había tropezado con algo. No, no era ”algo” sino “alguien”, una joven casi una niña que ahora estaba sollozando mientras se tocaba un tobillo herido en el choque. Él, aún intentando buscar a Eveline con la mirada se volvió hacia ella para darle una excusa rápida e intentar alcanzar a su amada. Sus ojos entonces se encontraron con una cabellera roja como el fuego y unos ojos azules en la cara más pecosa que había visto nunca. Le preguntó si se había hecho daño y le ayudó a levantarse, cogió su maleta tirada unos pasos más allá y se ofreció a ser su apoyo hasta llegar al barco. Pensó que podría arder eternamente en aquella hoguera, bucear en los mares de aquellos ojos, pasar noches enteras contando las pecas de ese rostro. Juntos se dirigieron hacia el barco. Eveline había dejado de existir.
 
musas-muertas,20.04.2012
Hermoso final Magda!!! Amor a primera vista!!
 
ninive,20.04.2012
Me parece que estos fines de cuento son una actividad que estimula la fantasía y nos mantienen a la sombra de un gran escritor.
La mayoría de los buenos textos dejan una enseñanza de estilo y redacción, de uso de verbos y metáforas.
Agotadas las críticas a los cuentos este abocarnos a reescribir sobre el tema nos recuerda que !estamos en una página de escritores!
Estoy muy contenta por lo que estamos construyendo entre todos. Les deseo un buen fin de semana.
 
sayari,21.04.2012
bJustine:/b Agradezco el ánimo conciliador que luce; y luce bien y sincera. No encuentro razón de aceptar sus disculpas, porque no he sentido agresión personal en momento alguno. Y, a las ideas no se les falta el respeto. Lo que ha estado en discusión ha sido una manera de sentir, de hacer, de mirar la literatura; y por este camino, lo ha estado también la forma de entender un foro. Es, en todo caso, una antigua discusión que, promete continuar.

No comparto su entendimiento de lo que significan estos espacios. No logro comprender que un lugar donde se reúne el lenguaje y la inteligencia, sea un territorio vedado a la polémica. Tampoco me resulta aceptable coincidir con la idea que afirma que hay i unos canales de desarrollo del mismo que todos los participantes nos hemos comprometido
implícitamente a seguir/i

¿Cómo se logra esta uniformidad?, es un misterio insondable para mi corto entendimiento. Por ello, no me siento en condiciones de profundizar en sus fundamentos.

Debo señalar también que no me he sentido discriminado. Para alcanzar estado semejante se requiere poseer el alma subalterna y sometida. No, lo mío es una apuesta por una forma de pensar y de actuar que nada tiene que ver con antígenos contra algo o alguien. No me considero anti-europeo, anti-norteamerciano, y menos pro-chino. Soy culturalmente hijo de mi realidad y de mis circunstancias. Desde alli hago lo que está a mi alcance por hacer significativa mi vida y en algo más digna y humana la pequeña comunidad en la que me desenvuelvo; y que incluye, claro está, estas páginas que nos unen y nos acercan.

Quizá hubiera sido deseable un director de debates que encauce de manera conveniente tantas hervores e inquietudes.

No es el espacio para debatir estos temas, sin duda. Pero, si, considero, lugar para expropiar mensajes ajenos que interpretan bien lo que siento y pienso sobre la literatura que; al final de cuentas, es la vida misma.

Se trata del discurso de aceptación de William Faulkner del Premio Nobel de Literatura. Vale la pena unos minutos de interes en las palabras de este ser único.

bEstocolmo, Suecia 10 de diciembre de 1950/b

iSiento que este premio no se me concedió a mí como hombre, sino a mi trabajo —el trabajo de una vida en la agonía y en el sudor del espíritu humano, no por la gloria y menos que nada por el beneficio, sino por producir los materiales del espíritu humano que antes no existían. De modo que este premio se me ha confiado solamente a mí. No será difícil encontrarle una dedicatoria a la parte del dinero, proporcionalmente con el propósito y el significado de su origen. Pero me gustaría hacer también lo mismo con la aclamación, usando este momento como pináculo desde el cual me puedan escuchar los hombres jóvenes y las mujeres dedicados ya a la misma angustia y afán, entre los cuales ya está aquél que algún día se pare donde yo estoy parado.

Nuestra tragedia hoy es un miedo físico general y universal sostenido desde hace tanto que ahora podemos incluso cargarlo. Ya no hay problemas del espíritu. Hay solamente una pregunta: ¿Cuándo reventaré? Debido a esto, el hombre joven o la joven mujer que escriben en la actualidad se han olvidado que los problemas del corazón humano en conflicto consigo mismo puede por sí solo escribir bien porque solamente eso vale la pena de escribir, valen la pena la agonía y el sudor. Deben aprenderlos otra vez. Deben enseñarse que la base de todas las cosas es tener miedo: y, enseñándose eso, olvidarlo para siempre, no dejar espacio en su lugar de trabajo más que para las viejas realidades y verdades del corazón, las verdades universales que necesitan de cualquier historia efímera y condenada —amor y honor y lástima y orgullo y compasión y sacrificio. Hasta que no lo hagan así, trabajarán en la maldición. Escriben no de amor sino de lujuria, de las derrotas en las que nadie pierde ningún valor, y de las victorias sin esperanza y, lo peor de todo, sin lástima o compasión. Sus penas no se conduelen de los huesos universales, no les dejan ninguna cicatriz. Escriben no con el corazón sino con las glándulas.

Hasta que aprendan estas cosas, escribirán como si sólo estuvieran parados, observando el final del hombre. Yo no creo en el fin del hombre. Es harto simple decir que el hombre es inmortal sencillamente porque prevalecerá, porque cuando el eco de la última campanada del juicio se haya apagado en la última y más miserable roca, vacilante, aunque ya no le sacuda la marea, en el último crepúsculo rojizo y agonizante, aún entonces habrá un sonido más: el de la mezquina pero inextinguible voz humana que seguirá hablando y hablando. Lo que yo creo es algo más. Creo que el hombre no sólo perdurará, sino que prevalecerá. Es inmortal, no porque sea la única criatura que tiene una voz inagotable, sino porque tiene un alma, un espíritu capaz de compasión y sacrificio y resistencia... El deber del poeta, del escritor, es escribir sobre esas cosas. Es privilegio del escritor ayudar a que el hombre resista elevándole el corazón, recordándole el coraje y el honor y la esperanza y el orgullo y la compasión y la piedad y el sacrificio que han sido la gloria del pasado. La voz del poeta necesita no simplemente ser el recuerdo del hombre, puede ser uno de los puntales de los pilares que lo ayuden a resistir, a prevalecer.../i

Creo que es suficiente. Disculpen ustedes si mis palabras inquietaron algunos espiritus. Nunca tuve el ánimo de ofender ni denigrar. Sólo me ha motivado mi estrecho afán de parecer un humano comprometido con sus ideas, su filiación y fe.

Los visitaré en cuanto sea posible.

Un abrazo a todos.



 
ninive,21.04.2012
Muchas gracias Sayari, serás siempre bienvenido en el círculo de lectores.
 
sara_eliana,21.04.2012
Me ha dado mucha, muchísima felicidad la nueva intervención de sayari. Amo este espacio y es parte de mi vida cotidiana, y creo que su participación nos hace bien a todos.

Seguí los intercambios con interés. Pocas veces puedo dejar una opinión "sobre el pucho" como dirían por mis arrabales; casi siempre necesito hacer un recorrido. Participar en estos espacios requiere todo un ejercicio de manejo de la palabra en el que es imposible no equivocarse alguna vez. El impacto que provoca puede ser tan delicado y sutil como aniquilante. Es todo un aprendizaje que yo, en particular, he tenido que transitar. Por eso me creo con algún derecho a mencionarlo. Sin embargo, también aprendí que no vale y poco aporta el ser demasiado suceptible.

Mi comentario intenta centrarse únicamente en la perspectiva literaria. Puedo aceptar o rechazar tales o cuales obras desde mi subjetividad, pero debo ser consciente de que la obra literaria de autores como Arguedas, Cortázar, Joyce, Sábato, Borges, Cervantes, El Archipreste de Hita, Góngora, Lope de Vega, Shakespeare, Faulkner ... tantos y tantos más ... han sido avaladas por la humanidad, y por algo ha sido. La humanidad les ha adjudicado un valor, una vida propia. Y voy a dar un ejemplo.

En mi carrera tuve que leer y trabajar EL ASTILLERO, de Onetti. Pude hacer un ensayo sobre su magnífico valor literario; pero por favor, no me pidan que lo vuelva a leer. Me resultó pesadísimo, como dice nínive que le resultó el Ulises. El mismo Borges dijo más o menos con estas palabras: "Si la lectura de un libro no le resulta agradable, gratificante, ese libro no es para usted. Déjelo, búsquese otro." Pero que no me guste a mí no significa que no sea una obra cumbre de la literatura.

En lo personal, no me gusta mezclar la biografía del autor con el análisis literario. Acepto que sin duda alguna, la vida, las vivencias cotidianas, los avatares propios y ajenos, dejan huella en la producción. Pero eso lo dejo para el autor; no para mí-lector-lectora. Rara vez incluyo este tipo de datos en mis lecturas. Sí, en cambio, incluyo muchos datos del contexto histórico social en el que de alguna manera, por presencia o por ausencia, el autor se manifiesta. Por ejemplo, si tuviéramos que analizar la obra de Neruda con su biografía personal, estaríamos al horno, ya que tiene un costado muy romántico con la muerte de su amor, Matilde Rodríguez, pero otro no tanto, con una mujer anterior y una hija, a las que dicen las malas lenguas que abandonó ... etc. Pero esto es, como dije, una cuestión personal.

La discusión Arguedas-Cortázar me recuerda a otras tantas discusiones literarias, por ejemplo, Borges-Sábato, Sarmiento-Andrés Bello, por solo mencionar las más famosas. Hasta Cervantes, Góngora, Lope, llegan las discusiones literarias. Son, al margen de los temas puestos como pretextos, en el fondo, discusiones ideológicas, posturas irreconciliables por estar generalmente en las antípodas. Y es casi imposible no compartir una más que la otra.

Amo a Arguedas desde que lo conocí. Amo a Cortázar desde que lo pude comprender. Y considero que en esta discusión se refiere a lo que tan bien observó Alejo Carpentier, que muchos autores americanos, sin serlo, se inscribieron y aún se inscriben en la tendencia indigenista o negroide, con el ánimo de ser autóctonos, logrando en realidad una obra artificial, de calidad discutible. De sobra sé que este no es el caso de Arguedas.

Respecto de literaturas y su conceptualización ideológica, me gusta quedarme con la definición de Octavio Paz: "la literatura es como las plantas, nace de la tierra". En su glorioso estudio sobre la obra de Sor Juana Inés de la Cruz habla de las literaturas "transplantadas".

Nuestro barroco americano tiene un ingrediente innegable del barroco español. Pero es más que eso, porque aquí se le sumaron los componentes locales. La argamasa fue tan bella que ayudó a los europeos a leer con otra mirada su propio barroco, es decir, a revalorizar su barroco, que hasta entonces había sido considerado un movimiento cursi, pesado, recargado, etc.

Creo, con Mikhail Bajtin y Julia Kristeva, que la cadena literaria es universal. No hay una sola obra literaria que no esté, de algún modo, relacionada con todas las demás. Lo cual no significa que todos tengamos nuestras preferencias y nos identifiquemos más y mejor con algunos autores que con otros. Me cuesta leer el astillero de Onetti, pero seguramente tengo mucho que aprender de él.

Bueno . ... estas son solamente algunas reflexiones.

Un gran abrazo, un cariño enorme, y es una verdadera gloria que desde la comodidad de nuestro hogar podamos estar en relación desde los lugares más distantes y diferentes, compartiendo esto que nos convoca, la expresión literaria.

Desde Neuquén, Patagonia argentina, besos a todos. Buen fin de semana.

 
ninive,21.04.2012
Importante y necesaria tu participación Sara-eliana.
 
justine,21.04.2012
Sara_eliana, tu conocimiento impregnado de sabiduría es muy necesario entre nosotros. Gracias por este aporte plagado de interesantes matices.
Un abrazo.
Nos Vemos en la Broma.
 
rhcastro,10.07.2013
Creo que estos espacios de lectura son muy ùtiles y se deben reactivar.
 



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