"Todo lo que es visible oculta otra cosa visible. Nosotros vemos el mundo como algo que está fuera de nosotros mismos, cuando, en realidad, sólo tenemos una imagen de él en nuestra mente.
El árbol, nacido de la tierra hacia el cielo, es una estampa gozosa. Para comprenderla debemos permanecer muy quietos, como el propio árbol.
Cuando nos movemos, el árbol se convierte en espectador. Al igual que las sillas, una mesa o una puerta, el árbol sigue montando guardiante el agitado espectáculo que es nuestra vida. Más tarde, cuando el árbol se haya transformado en un ataúd, volverá a desaparecer bajo tierra, y si lo consumen las llamas, se desvanecerá en el aire"

... y las dudas de ayer sólo envejecen.