...y finalmente qué?
Soy el resultado inexplicable de las decisiones catastróficas de mi vida. Que lejos de ser equívocas fueron tan acertadas como lo soy yo.

Aún me caracteriza una sonrisa y un vivo recuerdo de lo que fui y no he olvidado ser.

Sin embargo me han partido las verdades que deberían ser eternas mentiras.
Mas no me he de quejar, puesto que gracias a aquello que he logrado sobrevivir, debo decir que vivo y soy más mujer que nunca.
Ni hablar... aquí no escogí vivir, ¡pero qué sublime es! (Fortuna la mía!).

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Hola... (qué difícil es esto!) Soy una mujer que vive en el caos de la ciudad de México. Debo decir que este caos me es sencillo y fascinante... pero también diré que la costumbre hace sencillo casi todo y lo simple me envuelve y me gusta y me mueve delicadamente. Es sublime.
Soy mujer y profesionista d las mentiras, también soy hija, hermana y leal amiga. Pero ahora sobre todo soy madre. Hermoso regalo!

A mi corta edad a veces creo que tengo la fortuna de sentir que tengo aún menos años de los que aparento... otras veces creo que envejezco rápido y me gusta ser alma vieja y tener lo exquisito de lo viejo y del diablo. Y es que madurar y crecer duele... y eso envejece. Pero hoy se que se envejece dignamente. En los últimos años me he dedicado... no!, corrección... la VIDA se HA dedicado a hacerme crecer, y ahora empiezo a aplicarlo sin dejar de ser esta mujer que ha decidido ser y amar(se).
También las revivo como docente... gran responsabilidad! Diseñar humanos...

Aunque crecer significó sentir -o querer- morir por un rato, hoy sirvió para demostrarme que soy más fuerte de lo que creí y ayudó a encontrarme de nuevo, de pie y frente a un espejo para reconocer los colores que me enganchan para encararlos e iluminarlos ante mi vida y mis actos tan obscuros como mi luz. Tengo una dualidad exquisita.
Afortunadamente no se me ha olvidado disfrutar las simplezas y los pequeños detalles de la vida! Sólo así he logrado seguir sanamente viva.
Lo más importante para mi... mi niña, mi sangre y la familia que he escogido -y me ha escogido- siendo leal a mis amores, espacios, tiempos y convicciones.

Temo a los alacranes, a bajar escaleras y no me gusta la leche sola, ni las zanahorias cocidas. Me gusta reconocer las texturas con los labios y mis mejillas, me encantan los postres, soy fan del pay de manzana y el agua de horchata y siempre valoraré una mirada, un beso y un abrazo... más valoraré quien desee sólo caminar conmigo entre esas cosas.

Escribo... (¿escribo?) por que es la única forma que sé para desahogar mis gritos, por que es la mejor forma que conozco para pensar y dejar saber(me).
Por que desde niña las letras me han acompañado. Por que es la forma que aprendí para compartirme y regalarme. Es la única forma que conozco para admitir mi vulnerabilidad. Por que soy noble y mujer por naturaleza.
Y es que si me ves podrías decir, como la gente dice, que soy fuerte, decidida y hasta seca... Pero, ¿la verdad?, la verdad es que las apariencias siempre engañan... y yo he sabido engañar bastante bien durante mucho tiempo...