No esperaré aquí,
sentada, a que
la vida se consuma en
fuegos eternos,
no esperaré que cada
día, al salir el sol,
deba lloverme entera
cuando no te encuentre a mi lado...



No recuerdo como llegué aquí, por simple arte prosaico o cualidades insignificantes, o porque mi profesor de literatura consideró que mi poesía era una vil basura que nadie concebía para leer un rato siquiera, al final de cuentas, como pasen las cosas o como no pasen, no me siento orgullosa de ser quien soy, la literatura me ha dado tanto o casi cuanto me ha quitado de las manos, me ha inflingido el mismo dolor que yo a ella, destrozandola, cuando está parturienta, es por eso tal vez, que Calíope no quiere ninguna honesta y sincera relación de estricta cortesía conmigo, es más, a veces me mira desde una nube color marrón, se queja un rato y después sonríe: el oficio de poeta y escritor consiste en ignorar que algún día mi bella musa griega pisará el umbral de mi puerta, para llamar, de una u otra manera, a la inspiración sedentaria que está sentada y se balancea en el balcón de uno de los tantos edificios que me rodean.

En fin, las cosas terminan de algún modo, las cosas vienen y van y la literatura nos babea las manos como una bola de lana que fuere sumergida en el agua tácita del remordimiento, con todo eso, creo que ella me seguirá amando. Calíope es una musa desnuda que gusta de follar con mujeres que nada tienen que ver con ellas y de acosar superfluamente a las que en realidad tienen una estricta relación amorosa con ella, que no dista de dos o tres poemas semanales, para hacerle sonreír y deleitarnos, luego, con sus incontenibles bailoteos, con sus gemidos orgíasticos, y con sus sandalias, único atuendo que no es capaz de saltearle en cuerpo a la vista de un hombre que se margina mirandole los senos.

La poesía es un bello papel inerte al que el poeta le da remedios hasta convertirle en un zombie, no tenemos idea si será capaz de morir de alguna manera, a no ser que le generen un gran daño cerebral...

Cuando comencé a escribir, gran parte de mi colección literaria fue a parar a una pira infame de singular manera, sin embargo la producción no termina con una hoguera, es más, terminas calentando las ideas que te acogen el cuerpo en ella, esperando que te ayuden a ver que puede pasar con lo que aún no eres capaz de escribir, las cosas se terminan entonces, de esa manera cruel y despiadada, viendo volar las palabras langueteadas al papel en una volantina de humo y vapores extraños que contienen la lírica mas inhumana posible, desastrada.

No queméis la prosa, oh poetas, hacedla un buen fuego y con él cocinar el mes que viene...

Así, y solamente de esa manera, comencé a perderme en el mundo literario adoptando cierto tenor frívolo que aún no me deja de lado, aunque en realidad las cosas que me están pasando ultimamente, no son cosas que, precindiendo de una obligación genérica, deban estar interactuando solamente con el verso cabalístico que nos hace en cierta forma, más líricos, sino, me pierdo en un ambiente disoluble que es el caligrama, aunque en realidad las cosas en la internet no sean lo más apreciable que pueda haber, después de todo, la internet más que un medio de comunicación de masas, es uno de comunicación de gastos y noticias fraudulentas, virus, música y quizás que otras denodadas cosas que no quiero en este momento recordar, en una de esas por el estado de ánimo que me inflinge la vida en estos días.



Arte poética
Que el verso sea como una llave que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
cuanto miren los ojos, creado sea,
y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
el adjetivo, cuando no da vida, mata.

Estamos en el siglo de los nervios.
El músculo cuelga,
como recuerdo, en los museos;
mas no por eso tenemos menos fuerza;
el vigor verdadero
reside en la cabeza.

¿Por qué cantáis la rosa, oh, poetas?
¡Hacedla florecer en el poema!

Sólo para vosotros
viven todas las cosas bajo el sol.

El poeta es un pequeño Dios.

V. Huidobro

Libros Fundamentales
Une seison en enfer................. A. Rimbaud
Les fleurs du mal..................... C. Baudelaire
Ratada.................................. R. Muñoz
Hijos..................................... R. Muñoz
Poemas y antipoemas............... N. Parra
El astronauta en llamas............. J. Campos
Altazor.................................. V. Huidobro
Inri....................................... R. Zurita
Anteparaíso............................ R. Zurita

Filosofía Estequiométrica
Algún día mediremos las palabras por el solo efecto que en el ser humano su clamor genera, y cuando logremos motivar su mente con poesía pura, con libros de amor indómito, la labor del poeta, será regir el cielo...

L. Schmidt