Nací de una estrella y fui bautizada al azar con el nombre de una de ellas. Provengo de una familia especial, tanto que en ocasiones suelo dispersarme en algún ocaso de verano.

Mi espíritu ha vagado por varias vidas y está una vez más de paso, tratando de incorporar un par de lecciones. Mi sentido vital es aprender y ese aprendizaje pasa principalmente por la experimentación.

De antaño busco plasmar mis vivencias y credos, mas me he sorprendido dibujando miedos ajenos. Sí, creo en la vida, así como en la muerte y hoy quiero verter un poquito de mí en este mar infinito.

Mi vida se reconcilia con la esencia del ser y está atenta y ávida de poder nutrirse de las raíces del árbol de fuente vital.

Un beso,

Flaca
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La gente pasaba de un lado a otro, como si supiera dónde iba, era como si todos se dejaran fluir, como si fueran hojas libres con las que danza el viento; ¡pero qué distinto es bailar con el viento!, sentir que cada fibra de nuestro ser se emociona verdaderamente y forma parte de un acto sin igual.


©® Carolina Aldunce
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