A quien le importa lo que yo piense, no busco amistades pasajeras que por un instante de ceguera crean ver lo que no esta allí.
Esta soy yo, que aunque me escondo mucho tras la penumbra mantengo mis ojos claros y veo lo que otros desean esconder.
No me interesa caerle bien a todo el mundo. No quiero ser moneda de oro.
Quien desee a mi lado recorrer uno o dos caminos que lo haga con sinceridad, no quiero sonrisas que solo te muestran hermosas perlas, por detrás son dentaduras llenas de filudos colmillos… cárceles de fugitiva falsedad.
Esta soy yo. Para algunos divertida, para otros no tanto.
Solo otorgo sonrisas cuando lo creo necesario.
En ocasiones soy la niña seria que no permite que nadie le ponga una mano encima.
Pueden llamarme aburrida, mojigata y anticuada. Tantos insultos no me ofenden.
Si puedo doy un buen consejo, de lo contrario guardaré silencio.
Hipocresía no quiero. Se que soy diferente.
Mi vida, mi forma de pensar, mi yo único.
Hay tantos que piensan que tomo ideas olvidadas y las hago mías, pero no se ven en el juego de (yo tengo que hacer lo que el hace para no quedarme atrás).
Esta soy yo.
Con talentos y habilidades que mi Padre me otorgó.
Pero sin la “chispa de originalidad” que otros poseen.
Sin mascaras, sin falsedad, sin mentiras, sin pretender ni querer se lo que no soy. Esta soy yo.
Hay un solo ser en este mundo por quien me tomaría la molestia de cambiar, pero El me ama tanto que me acepta como soy. GRACIAS PADRE MIO, GRACIAS SEÑOR JESUS.