Llegamos a nuestro cálido rincón, y ahí nos dejamos reposar.
El silencio hizo hablar a nuestros cuerpos,
no necesitábamos nada más.
Solo caricias, solo abrazos solo besos callados,
pero que gritaban y hacían explotar
un amor reprimido por mucho tiempo,
un amor que salía por los poros eh inundaba todo,
tanto que ni nuestras almas quedaron sin mojarse.
Recorrí tus manos, tu vientre, tus muslos, tu cara, tus brazos,
tu cabello, tu pecho, tu cintura, tu espalda.
Y todos gritaban al unísono que no los dejara,
que no parara de besarlos.
Por su parte mi cuerpo se excitaba pero de ternura,
sentía ganas pero de mirarte,
me invadía el deseo por no dejarte ir y me atrapó la pasión
de amarte con locura.
Ahora se que los cuerpos tiene su propio idioma
y que jamás los podremos entender si no se ama de verdad,
así como yo te amo!!!
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