¡ TIEMPO ¡ ...¡VUELVE POR MI!
¡Mira ahí viene!...ponte lista...le dijo Claudia, a Patricia...ella volteó y efectivamente se acercaba Roberto...¿Lista?..insistió Claudia...Sí..contestó nerviosamente.
Estaba las dos grandes amigas a punto de culminar un romántico plan, en donde la dulce Patricia, fingiría un choque contra el joven de ojos café, que le robaba el sueño desde tiempo atrás. No había sido nada fácil, para la amiga, de la enamorada, convéncela de llevarlo a cabo; La timidez siempre fue su gran problema.
¡Ahora!...le indico Claudia...al mismo tiempo qué la empujaba para el “accidental “ choque...Patricia titubeo un poco...Suficiente para que Rita, su hermana, se adelantara y...¡Fuera ella la qué chocara con Roberto!
Lo siento dijo Roberto, al mismo tiempo que se agachaba rápidamente, a recoger los libros, de la joven que materialmente había atropellado.
Dios... ¡Qué hermosas piernas!..pensó Roberto...
Discúlpame..no me di cuenta que tratabas de salir...No te preocupes la contestó Rita...No en verdad me siento mal...¿no te lastimaste?....No soy tan frágil..contestó en forma por demás coqueta Rita...¡y se esta riendo conmigo!...se emociono el joven ...podemos ir a la enfermería..insistía...No mira..mejor invítame un café y platicamos, en lo qué se me pasa el gran susto..bromeó la hermana oportunista. Claro vamos, le dijo él; satisfecho de su suerte.
¡Es una maldita víbora! Exclamo bastante alterada Claudia..¿pues por donde llegó?...seguía hablándole a una pasmada joven mujer....qué no podía todavía creer lo qué le había hecho su hermana. ¡otra de sus porquerías!...¿y que vamos hacer ahora?... Nada dijo Patricia...nada...mientras caminaba hacia la puerta, donde ella había soñado tener un final totalmente diferente...¿Cómo nada?..¡me va ha oír esa desgraciada!...Pero su amiga ya no contestó...las palabras no salieron de su boca....no así las lagrimas que corrieron por sus mejillas.
¡Vivan los novios! Todos gritaban con entusiasmo, sobre todo las mujeres, ¡al fin esa serpiente dejaría en paz a sus novios y esposos!...Los hombres, principalmente amigos de Roberto, comentaban: No entiendo como se caso con ella...todos la teníamos sin ningún problema..y él mira...hasta se amarró...¡cállate..ahí viene a que los felicitemos!..dijo otro de sus amigos...
Muy bien Ingeniero...el trabajo está estupendo...el cliente quedo muy satisfecho...creo qué es tiempo de hablar de su promoción ... Le decía el director de la compañía; A Roberto. qué trabajaba como gerente de producción; gracias señor...en verdad ha valido la pena el esfuerzo, resulto todo un éxito ese diseño. Así es y pues como Don Julián está a punto de jubilarse, pues estamos pensando en usted para la gerencia general, termino diciendo el director. Muchas gracias contestó el emocionado Ingeniero.
La tarde estaba maravillosa, no siquiera el trafico infernal de viernes de quincena hacia mella en el animo de Roberto.
Todo me sonríe, tengo una esposa bellísima, me van a ascender en el trabajo, no puedo pedir más, pensaba Roberto mientas manejaba. Bueno creo que le debo de dar una sorpresa a Rita, le voy a comprar ese anillo de diamantes, qué tanto le gusto, y sin pensar más, busco un lugar donde estacionarse para comprar la sorpresa qué la daría a su esposa.
Mire este es precioso le decía la dependiente de la lujosa y cara joyería, No señorita, el qué quiero es aquel, dijo Roberto, ¡ese!...está bien en seguida se lo muestro...la contestó, sorprendida la empleada y agregó...pero es de los más caros ....No importa...contestó el ilusionado ingeniero.
Bueno...no voy a regresar a la oficina...voy por mi mujercita y la llevo a cenar, y ahí le doy el anillo ....disfrutaba por adelantado ...y dirigió su automóvil hacia su casa.
El espectáculo era grotesco...¡en su propia cama!...¡su mujer!....con un imberbe muchachillo.
¡ Qué chingados pasa Rita ¡ grito furioso Roberto.
El impúber brinco espantado y tomando arrebatadamente sus ropas, salió por la puerta opuesta, a donde se encontraba el trastornado marido.
Cálmate idiota, le dijo Rita..¿pues que esperabas? ....si tú nunca me has satisfecho como hombre y bien lo sabes...contestó la cínica mujer, recuperado rápidamente el frió aplomo, tan característico en ella.
Pero..no...balbuceo Roberto..pasando de la ira a un total descontrol, ante la desfachatada respuesta de la mujer.
¿Acaso creíste, que yo toda la vida continuaría masturbarme? ¡Para quitarme las ganas de un hombre de verdad!..continuo diciendo Rita mientras recogía el vestido tirado en el piso y empezaba a ponérselo sobre su cuerpo desnudo y aún empapado en sudor.
Lárgate desgraciada puta..solo acertó a decir Roberto con dolida voz.....claro que si...pero te voy a salir muy cara....eso te lo aseguro.....respondió fríamente Rita.
No entiendo..yo nunca....Dios mío.... decía Roberto mientras, llorando como niño, manejaba sin rumbo fijo...solo quería quitarse la imagen de su mujer con el tipo ese encima.... los ruidos y gemidos ....abrir la puerta...verlos....
¿Como esta usted? pregunto amablemente la joven estudiante a la buena señorita Patricia, qué era desde hace mucho tiempo, la encargada de la biblioteca de la universidad.. Bien muy bien..pero algo cansada...contestó la hermosa dama, levantando la encanecida cabeza del libro de entregas, qué en forma meticulosa revisaba, todos los días. Me alegro...contestó la adolescente y continuo su camino desenfadadamente...¿Cuántas veces le preguntaban eso? pero nunca se detenían a platicar con ella...simplemente la saludaban y seguían ....qué no se darían cuenta que ella deseaba ardientemente..hablar..comentarles...en fin...¡vivir!...Vamos pensó la anciana mujer...en verdad estoy vieja...y sentimental...Ahora todo me duele y no se refería precisamente a los dolores de la vejez..sino a la actitud superficial con la qué era tratada...ella; era ya parte de los muebles de la escuela... Pero esa mañana le habían llamado a la dirección general y amablemente la habían ofrecido su... ¡jubilación!...Al recordar las palabras del nuevo director, no pudo evitar, que lentamente, una lagrima se deslizara por su mejilla. Su trabajo es muy bueno, estamos muy satisfechos, pero, ya tiene usted sesenta años y hemos pensado que en reconocimiento a su labor, debe descansar ya de ese constante trajinar diario, con los estudiantes...esas palabras sonaban como pedruscos cayendo dentro de su cabeza. Así de simple fue la reunión con el director...así de escueta la terminación de años de trabajo.
Donde había quedado su vida, en donde se torció...ella la joven tierna y dulce..tal vez algo tímida...pero la más inteligente de su generación. La soledad era ahora su única compañera.
Pensaba esto cuando salía por ultima vez de su amada biblioteca y caminaba por las calles de la escuela, encontró cierto alivio en ese andar y en los rápidos saludos que algunos estudiantes le otorgaban , pero no por las caras de los actuales estudiantes, sino ella recordaba a sus amigos estudiantes, ¿cómo olvidar a Claudia?..Ahí tomábamos clase de ingles ..Ahí vi, por primera vez, a Roberto ....¡Roberto!..¿cuanto tiempo hacia que no sabia nada de él? No podía olvidar jamás...cuando por unos vecinos de su cuñado, se enteró de que lo estaban embargando y más por curiosidad, que por sospechar la verdad, acudió al llamado de esas personas. Aún le dolía recordar esa escena; Roberto totalmente ebrio y sentado en el frente de la casa, con la ropa totalmente arrugada y se notaba que hacia varios días no se aseaba, su antes sonrisa segura y triunfante, era ahora una triste mueca.
No la reconoció inmediatamente, sino hasta después qué ella lo sacudiera varias veces, fue cuando balbuceando le dijo...¿Patricia?...hola..sabes...¡ja!.. tú hermana no está..ya se fue... y de una risa estúpida paso a un llanto desgarrador.
Nunca entendió realmente que sucedió, pues su hermana, simplemente le dijo; “son cosas de la vida” y soltando una carcajada dio por terminada la explicación.
Ella pagó la deuda de un anillo, por el cual estaban por embargar la casa de Roberto, lo hizo con los ahorros de toda su vida. Bueno pensó, siempre tendré tiempo para juntar dinero y especializarme en Francia y después de eso, Roberto simplemente desapareció..desde tiempo atrás había abandonado su trabajo y nunca más supo de el.
Como me duele la cabeza... rumió el sucio anciano, que limpiaba el bar de mala muerte, a cambio de dejarlo dormir, en la bodega del fondo, del mal oliente lugar.
Apúrate viejo inútil, se escucho una autoritaria voz y te advierto, continuo la irritante voz, si te vuelvo a encontrar lamiendo las copas usadas...¡te corro!... viejo puerco. Sabes; se escucho una voz femenina, ¡ya córrelo!...anoche estaba escondido detrás de la puerta de mi camerino esperando verme desnuda. Vamos continuo la voz masculina...ahora hasta el vejete salió caliente...rió el tipo..esta bien..lárgate de aquí...deja eso..y no vuelvas por este lugar, ...trono la voz.
¿Donde ir?...¿su casa?...¿cual casa?...no recordaba como la había perdido...creo que unos billetes...unos tragos...o tal vez droga...carambas ¿quien se podía acordar? Y sobre todo a ¿quién le importaba?
Ya sé...iré a mi pueblo, ahí donde estudie, debe haber alguien que me preste dinero, y vuelvo a empezar...o bueno al menos para que me paguen unos tragos...yo era bien querido ahí
¿A donde vas? Le pregunto el camionero que se paró, cuando vio a un anciano pidiendo que lo llevaran, con la clásica forma de pedir un “aventón”. Hasta donde usted me lleve, contestó el anciano. Esta bien, pero vente en la caja, por que apestas a rayos, y el anciano con grandes dificultades, logro subirse en la caja donde viajaban las aves de corral.
Este es el jardín pensó el anciano sucio, bien poco a cambiado, me sentaré a descansar un momento en aquella banca, ahí donde platicábamos largamente mis compañeros y yo, cuando salíamos de la escuela y lentamente se acerco a la banca.
¿Roberto?... ¿Tú eres Roberto?...insisto el hombre con fino abrigo gris Oxford y elegante pipa, que despedía humo con agradable olor, característico del tabaco fino.
¿Roberto?..¿cuanto tiempo hacia que nadie lo llamaba por su nombre?...siempre le decían...¡borracho!...¿sucio!...¡viejete!...pero ¿Roberto?...¿Quien es usted?...pregunto un tanto temeroso, Roberto...¿No te acuerdas de mi?...bueno no importa...yo sí me acuerdo de ti...Eras muy bueno en el fut bol...eras mi ídolo...¡como tirabas los penaltis! Cierto; pensó el anciano, pero de eso... ¡hacia tanto tiempo!
¡Ya es tarde! Pensó Patricia, y apresuro el paso...pero bueno..¿cual es la prisa?...y en forma mecánica, retomo su lento caminar. No tengo ganas de llegar a la casa, ¿sentarme a ver la televisión?...ya tenía tiempo de sobra...su primer día de jubilada y ya estaba aburrida, bueno, pasaré por el parque y comeré esas ricas galletas que vende Don Carlos. Esta idea la dio ánimos y camino un poco mas rápido.
¡Señorita Patricia!...escucho una varonil voz, llamándola, cuando cruzaba por el parque, volteo y vio a un hombre atractivo de abrigo gris. ¿Si dígame? Respondió cautelosamente Patricia...¿Mire usted quien esta aquí?..le respondió alegremente el hombre de la pipa de agradable olor. Ella entonces reparo en un haraposo anciano, sentado en la banca, al lado del que le hablaba. Espero, inquieta, a qué el hombre de incipientes e interesantes canas se acercara. Es ...¡Roberto! le dijo; y tomándola cortésmente del brazo la acerco a la banca donde, impasible , estaba sentado Roberto, ¿Roberto?..preguntó Patricia..si él...
Roberto levanto lentamente la cara, haciendo un esfuerzo, por conocer el rostro de la anciana, que le preguntaba..¿Eres tú? Esos dulces ojos café...solo había visto unos así...como olvidarlos...¡Patricia!. Qué alegría verte; dijo Roberto, levantándose trabajosamente del banco. ¿Pero que te ha pasado? Inquirió la dulce anciana..¿como has parado en eso? El intentaba contestar, pero por primera vez en muchos inviernos, sintió pena, sintió vergüenza... o simplemente por primera vez desde “aquello”..¡Sintió!
Bueno...bueno...no es momento de explicaciones, dijo el hombre del abrigo, es momento de recordar y acercándose a los dos ancianos. Los tomo de las manos y sucedió...
Patricia corría feliz, dentro de lo qué era su niñez, en el parque, la seguía Roberto. Jugaban disfrutando la tarde...
Ahora ella caminaba tomada de la mano, como adolescente enamorada, en el mismo parque disfrutando la primavera y Roberto reía de lo que ella le platicaba...
La tarde si hizo vieja y ahora dos jóvenes, buscaban la oscuridad del parque para disfrutar las caricias que con ternura se proporcionaban mutuamente, hasta llegar a la culminación, que hacía el despertar; de dulce niña a hermosa y plena mujer, teniendo como cómplice el ardiente verano,
Ahora las hojas de los árboles del parque caían producto del otoño, una música suave inundaba el ambiente del parque. Una pareja madura bailaba suavemente al compás del ambiente, cuanta felicidad en tan solo una tarde.
¿Fue cierto? Se pregunto Patricia....¿en verdad ocurrió? Se pregunto también Roberto...si....si fue cierto Patricia...si ocurrió Roberto..contesto sonriente el hombre de incipientes e interesantes canas, como lo describió la anciana, que estaba asombrada de lo sucedido.
Pero no todo es posible en la vida sin un pagó, continuo el hombre, ¿Fueron felices?..¡si! contestaron ambos, ¿están dispuestos a pagar?...Roberto dijo amargamente...fui feliz, como si mi vida hubiera sido otra...¿que puedo ya perder?...¿Qué me queda por delante?...contesto Patricia...
Perfecto...por favor denme las manos...y cierren los ojos...perderán esta vida...pero no habrá dolor..se los aseguro...
Ellos se tomaron de las manos, el hombre de la pipa, las tomo, y cuando cerraron los ojos, una suave sombra los invadió, ya no hay dolor en mi cuerpo, pensó Roberto. Morir con él...es preferible a vivir en la soledad infinita...se dijo a si misma la dulce anciana. Una luz brillante se acercaba...todo era tan tranquilo...todo era tan dulce...
¡Ahora!...le indico Claudia...al mismo tiempo qué la empujaba para el “accidental“ choque...Patricia titubeo un poco..pero trastrabillando debido al fuerte empujón, choco violentamente con Roberto. El; apenado se inclino a recoger los libros, de la joven qué materialmente había atropellado, ella lo siguió en el movimiento y cuando ambos se levantaban. Roberto pensó...Dios...¡que hermosos ojos café!
Claudia su amiga reía satisfecha del evidente triunfo de su plan, mientras que Rita, se tallaba violentamente los ojos, debido al humo de la pipa, que arrojara accidentalmente a su cara, cuando paso cerca de ella, un maestro con fino abrigo gris Oxford.
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