Cuando aún no ha llegado nadie y me da por sentirme sola en esta fría y obscura habitación, he visto una menuda silueta en dirección hacia donde sentada estaba yo, me incline un poco mas hacia mis libros para abrazarlos y sentirme un poco mas protegida en caso de un desplante mas que me hiciera la vida. Como un viejo plan antes formulado, tome mis viejos libros y me aferre a ellos como un sacerdote a su cruz, de repente con una amplia sonrisa y una alegre mirada en tus ojos, de tus labios salió un simple “hola” lleno de amistad y sinceridad, esa voz tan común y tan especial me hizo sentir algo de seguridad que había dejado un par de pisos abajo, con una simple pregunta me despojaste de mis viejos libros a los cuales aferrada me encontraba, tu voz no sólo trajo algo de mi ya pérdida existencia, trajo, además, esos ruidos extraños que me acompañan camino a casa, logre escuchar de nuevo como lloraba ese niño cuando un extraño se acercaba, el claxon estrepitoso de los carros al ver que los demás autos no avanzaban a la luz verde. Las largas charlas de los novios, en las cuales se recordaban cuanto se amaban me hizo reaccionar y poner un poco mas de atención a tus palabras, donde con curiosidad existente me interrogaban algo acerca de mi vida privada.
Así en unos minutos, había vuelto a ese viejo y vago mundo lleno de ruidos extraños y donde pasaban junto a mi aquellas palabras que apenas podía identificar, unos ruidos mezclados con otros me hicieron pensar que aún había una oportunidad... una oportunidad de empezar de nuevo a crear aquellos decibeles, con los cuales se puede sentir de nuevo como en esa obscura y fría habitación ansiosa espero tu sonrisa y tu curiosidad incesante preguntando como me ha ido. |