Fue muy difícil conseguir las entradas. Acceder al recinto también fue complicado… llegar casi dos horas adelantados al concierto no sirvió de nada.

Pero por fin ya estábamos dentro; no era mal sitio el nuestro, nos quedamos algo desplazados hacia la derecha, pero bueno, muy cerca del escenario. El ambiente estaba al rojo; una noche espléndida de estrellas acompañaba y la gente tenía ganas…

Bebo Valdés salió puntual… contrabajo y timbales le seguían. Sin dar casi tiempo a reaccionar comenzó en seguida con clasiquitos cubanos para en un momento dado, dar la entrada a “El Cigala”.

Canción tras canción, “lágrimas negras”… menudo disco…el flamenco suena cubano y lo cubano suena flamenco. Allí, en directo. La voz y el piano… realmente yo estaba emocionado.

Bebo se dirigía al público con toda la naturalidad de su saber veterano. El Cigala lo sigue y responde sacando lo mejor de él… veinte años, vete de mí, Eu sei que vou te amar…

Aplausos, pasión, un bis… y el concierto de Aranjuez en la voz de Diego… todos estábamos en una especie de trance… te miré y tu cara aparecía iluminada… por encima de tu cabeza se mostraba una luna poderosa aún, pero ya en menguante.

Bueno, fue entonces cuando me preguntaste si había comprado el pan…

“…Aunque tú, me has echao en el abandono
aunque tú, has muerto mis ilusiones...".