_ ¿Qué fue lo que pasó?_ El mecánico mira el motor como si fuese un cirujano. Meditabundo observa la máquina tomándose la quijada con los dedos pulgar e indice de su mano derecha.
_ Bueno, simplemente dejó de funcionar según sé. Quizás deberías preguntarle a mi esposa. Ella venía conduciendo y podría aportar más datos._Respondo cordialmente. A pesar de qué no somos amigos, he compartido con él, su esposa e hijo algunas reuniones festivas.
_ Creo que lo llevaré a mi taller. Allí tengo las herramientas necesarias en caso de que sea un problema complejo. Lo vendré a buscar más tarde pues tengo que remolcarlo_ Dándome la mano se despide, retirándose en pos de sus propios asuntos.
Veo las horas pasar desde el living de tu casa. Pienso que quizás al caer la noche podremos olvidar por algunas horas la tristeza que pareciera que ha llegado para quedarse. Quizás junto al manto de oscuridad venga el reposo que nuestras almas anhelan. Dejar de lado por algunas horas el continuo conflicto que se ha transformado el vivir juntos.
Empujado por el viento de la desesperanza este amor se va marchitando, cubriéndose de opacos colores de dolor. Toda nuestra historia convertida en retazos de recuerdos que no deseamos ver y futuros que se desvanecen con la luz de los días que pasan. ¿En donde quedó lo que tanto tiempo nos costó construir?
_ ¿Que fue lo que conversaste con el mecánico?_ No oí tu llegada a casa más tarde de lo habitual. La pregunta viene de la mano de la soledad sumida en oscuridad, de una tristeza mas profunda.
_ Nada de importancia, dijo que iba a llevarse el automóvil, pues debe desarmar el motor para saber que tiene. Pero no te preocupes, si lo deseas puedes ocupar mi automóvil._ Respondo sin mirar tus ojos. Inmerzo en un oceáno de pensamientos y pesares.
_ ¿Solo eso le dijiste?_ Hay penunbras en tu pregunta; tintes de rencor en cada palabra. Odio generado por el dolor de no entender tampoco que nos pasó. Mirándote te respondo que no, que no hubo más dialogo.
Pienso en nosotros, en lo que vivimos, en lo que ambos dejaremos ir. En que quizás el dolor nunca nos abandone, más sé qué el tiempo hará que todo sea más llevadero.
No deseo comenzar una nueva pelea, pues los pleitos se han coinvertido en una excusa para sacar toda esa mierda que hemos arrastrado por un tiempo que parece eterno.
_ ¿Nada más?_ Preguntas nuevamente. Me entristece doliéndome más de lo que puedo llegar a creer.
Mirándote por el rabillo de los ojos pienso en lo mal que estuve hace unos meses atrás. Si es qué sigo con vida es gracias a todo tu amor y delicada dedicación en momentos de desasosiego. Sé que en toda la ruta impuesta por el daño estabas allí, a mi lado. Dándome palabras de aliento, cuidándome con ternura. Viviéndo los mismos pesares que casi me destruyen. Te doy las gracias en silencio. Estaré agradecido hasta el fin de mis días por todo tu sacrificio.
_ No, no le dije nada más_ Deseándote las buenas noches me levanto del sillon retirándome a tratar de descansar. Veo como sales de la sala en dirección a la cocina; seguramente en busca de un té. En el aire queda un sabor de vacio y desconsuelo.
_Sabes bien que nunca podría hablar mal de ti_ Digo con un susurro, para evitar que escuches_ Me conoces muy bien y sabes que no suelo conversar con nadie. Y si alguna vez he charlado con alguién de nosotros es para no olvidar lo hermoso que fue este viaje junto a ti_ Siempre te amaré a pesar de que finalmente el destino y la tristeza terminaran por alcanzarnos.
A pesar de qué las cosas no finalizaron como deseabamos, seguramente todo lo que compartimos se mantendrá en nosotros hasta el fin de los tiempos... Te extrañaré...
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