¡Ea! Que la luz aun no se apaga
hasta que la sabana sincera,
influjo avallasador de por medio,
no deviene incolora
teson agudo el que nos
acompaña
en ese proceso tan singular
no se incinera, ni por medula,
ni por rasgo facial.
Hemos de prepararnos para
el lucero que la arena
con vehemencia
desgasta. Escrutar el solvente
rio mayusculo de tanto porfiar
por manzanos anhelados,
en su busqueda fuimos
pero con ahuehuetes nos
topamos.
El diptero que circunda
el aura pavorosa...
o el pavor aurico...
junto con una dosis de
colera por su incesante chillar
siempre algo al oido a de contar
es un fisgon y fisgon fenecera,
empero, que no se averguence
el participante por que todos
monedas del mismo lado
somos, y nos gusta la chabacaneria
como tambien el asado.
Integrar con brio por recelo
el bando opositor es complejo
no por ello erroneo sera
indagar con celeridad
el paulatino fulgor,
que no arengue,
que nos exhorta a transmutar
en duchos con orgullo
y en presas de la amabilidad.
Tenue roca la que vuela
en su dispendioso colofon
el ser humano o el ser bestial.
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