Primero, cualquiera que decida sestear por los intrincados caminos del reflector onírico ha de abstenerse de quejas someras. No hay lugar para remilgos inauditos. Esto es un viaje confuso y profuso en lo que a pavor se refiere. Porque yo cuelgo de la cuerda floja todos los jodidos días, no puedo, simplemente no puedo salir de ese opaco lugar.

Exorcizar el angosto y breve pasillo que me lleva del comedor hasta el baño, pasando por la pieza, no seria una detestable idea. Pero seria enarbolar la euforia general ante hechos poco explicables. El inexorable germen titánico del mundo perseguido por sus propios monstruos propios de los farsantes. La falacia post esclarecimiento es mucho mas devastador. Y allí donde la demencia se junta con el fanatismo, allí es donde reincidimos simultánea y compulsivamente.

Por eso no voy al cuarto del baño. No puedo entrever nada en ese camino maldito, ese pasillo voluble con cada entrada; una sartén en pleno proceso de hervir, una mansión llena de tejedoras obsesivas y que se mimetizan cada vez mas con sus tejidos, miles de libros cayendo al mismo tiempo que yo sin poder tomar ninguno o leerlo este escenario conlleva a la original sartén en donde yo he de resignarme y compadecer ante la quema de estos libros, por obra y arte de Allan P. Rice. No importa quien es el que los quema. Siempre varía. Diversas figuras tenebrosas simbolizando la enajenación del derecho más bello del humano. Los libros (pues es artefacto de cultura este buen objeto, aquí es donde nunca pasan los años y donde la misma lectura se homogeneiza con el subsuelo mental). El frenesí de aquel que esta injuriando arbitrariamente, despotricando físicamente con aquellos anhelados manjares del conocimiento es algo indescriptible. Solo un J.C. puede narrar este hecho de manera eficaz.

………

Ya no veo el campo seguro. Es tremendo. Se ha disipado de mi vista, como político de antaño en helicóptero, pero siempre quedara en mi imaginario que se ladeo hacia la observación subjetiva. Me dirijo a Freud. No es el, pero me desinhibe mas con ese subnombre. Explayo todo. Explayo todo. No hay respuesta, ya es inminente la ausencia de mi pieza, de mi habitación. Ardid alguno funcionaria en este murmullo de alucinaciones...o son realidades, no lo se. Me persiguen, pero no por la espalda, me acechan desde el frente y debo ir en su contra. Ahondo cada vez menos en mis intentos de derrumbar el bloque que me impide mi mirada predilecto de mi casa, por ende, me martirizo buscando soluciones sin conflicto concreto porque al dormir, esa habitación que dirime mis impacientes molestias intestinales, vuelve y vuelve y vuelve.

Es todo muy abrumador y cada vez mas se apiñan en este mundo. No hay límites. No hay fronteras. Es llano y con relieves al mismo tiempo. La algarabía se va expandiendo en el interior, se supone que debo reír, pero no me genera nada.

……….

Ya esta. Cierro al fin. No se volverá a oprimir la mente por la fuerza, si es que el roble resiste algo más que disparos podrá quedarse. Pero se aleja, se dilata la distancia y se idealiza la tranquilidad. Al fin, al fin, finalmente.


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