Son tus ojos mi calvario, los que me provocan avergonzarme de no tener un par de estrellas en mi mirada para alcanzar el brillo que los tuyos entregan.
Son tus manos mi delirio, que cuando rozan con una brisa un pedazo de mi cuerpo este se estremece y me enloquece.
Es tu pelo una danza, que cae suave sobre tus mejillas cuando lo llevas suelto.
Es tu cuello, tan fino, delgado y delicado... cierro los ojos y lo siento entre mis manos; y son mis labios en tu cuello, los que no resisten avanzar lento hasta tu boca y comerla lentamente a besos.
Son mis manos en tu espalda, las que desean tocarte lentamente y bajar hasta tu piernas. Y son mis dedos y son mis músculos y son mis venas... los que sueñan.