No pudo soportarlo más. Después de dos semanas de no dormir Juan supo que su historia se había terminado hacía tiempo pero que alguien en un lugar remoto había olvidado poner el punto final.
Al amanecer los primeros rayos de sol iluminaron su rostro pálido que colgaba de una ventana, y la nota que se había deslizado hasta el piso.
En ella estaba escrito: "Es el mejor final que pude darle a mi historia de fantasmas y sombras que nunca llegaron a ser: yo tampoco".