El primer día que desperté en el departamento nuevo oía unas notas que subían de los pisos bajos hasta mi habitación. Quedé maravillada, era mi grupo favorito Pink Floyd, la música me dio escalofrío, me preguntaba cómo alguien compartía tan divino gusto, estaba oyendo el CD completo de Pig.

Pasé semanas enteras intentando saber quien era aquella persona que sus gustos musicales convergían con los míos. No sólo era Pink Floyd, eran muchos más. Pero mi búsqueda fue infructuosa, sólo llegué a atinar que venía del piso 3 ò 4. Un día mi padre me presentó al vecino del frente, era un chico, moreno y alto, joven, quien me dijo ser amigo de la persona que llenaba mis días de exquisitas melodías.

¡Al fin lo había encontrado! Cuando lo conocí sentí que era un conocido de siempre, pues toda esa música compartía nos unía porque a él le pasaba igual que a mi, solía escuchar los CDS que yo colocaba y le encantaban, incluso también me había estado buscando.

Desde ese día nos volvimos inseparables, solíamos ir al cine a ver la cosas más raras que la cinemateca proyectaba para luego discutirlas, alquilábamos películas como La Naranja Mecánica Tumbas al Ras de la Tierra, El Olor de la Papaya Verde, Pulp Fiction, Amantes (Aranda) y todas que consideráramos “cool”, tomábamos algunas cervezas y comíamos sancks, íbamos a exposiciones, conciertos, teatro, etc. Cuando yo necesitaba algún diseño para la presentación de un trabajo o realizaba, nos prestábamos dinero, íbamos a bares, éramos como una pareja, pero nunca fuimos amantes, él era mi mejor amigo.

Un día me llama ilusionado y me dice “Adriana, Waters se va a presentar en Jones Beach” yole contesté con un grito que no lo podía creer y le dije vamos, luego me dijo que no tenía visa y andaba corto de dinero, yo le dije que le sacaba una tarjeta de crédito par que se costeara el viaje y fuese tramitando la cita en la embajada que nos íbamos a Nieva York.

Arreglé todo con mi cuñado, ah olvidé mencionar que yo me había mudado y casado pero nosotros seguíamos siendo amigos como siempre, pues mi esposo trabaja mucho y no era celoso. Así que el hermano de mi esposo nos alojó en su casa, no pagamos hospedaje y mi mejor amigo conoció NYC, ciudad de la cual quedó encantado.

El día del concierto viajamos hasta Long Island para presenciar a Warters cantando en una concha acústica ubicada sobre un lago, daba la sensación de que el todo estuviese flotando sobre el agua. Debo confesar que fue algo maravilloso porque estaba con mi mejor amigo de años oyendo a nuestro ídolo en tan increíble escenario.

Dos años después me comentó que tenía novia. Me la presentó en un festival de rock, apenas estaban comenzando y mi hermana y yo nos fuimos con él y su novia. Ella tenía cara de ser sencilla, era agradable pero nada agraciada. Me extrañó realmente verla con una mujer así, no era su estilo además ni culta se notaba, pero como el amor es libre pues igual me alegré por él, aunque insistía que algo no encajaba allí.

Al año siguiente recibí la invitación para su boda, se casaba mi mejor amigo, me decía yo misma, “Ya no estará más solo, tendrá quien lo ame, sé que es eso lo que ha buscado por mucho tiempo. Fuimos a la boda y ni siquiera nos dieron una silla para sentarnos porque estaba full el salón, eso me pareció mala cortesía o una mala jugada, aún me lo pregunto.

Después de la boda y a pesar de mis llamadas e invitaciones nunca volví a ver a mi mejor amigo.