Inicio / Cuenteros Locales / lilianazwe / LEON TOLSTOI. Sus últimas días.
No era la mejor noche para partir, pero sí el momento indicado que dictaba la urgencia. Todos dormían cuando cerró la pesada puerta de nogal que apenas se quejó despidiéndolo.
La nieve lenta cubría de hielo las ventanas, los techos, la desnudez de los abedules y los cerezos, el camino. El paisaje blanco expresaba en su pureza fría el idealismo concentrado de quién se alejaba dejando huellas inviolabes.
El silencio lo envolvió mientras compraba, como un mendigo que contaba sus únicas monedas, el pasaje que lo llevaría al sitio justo donde su espíritu secular reencontraría la paz de la cual había partido.
Una crisis existencial estalló en la mitad de su vida al preguntarse ¿Cómo vivir en la coherencia entre la convicción del pensamiento y la acción cotidiana?
La respuesta lo encontró desprendiéndose de sus bienes materiales, de su título de nobleza y sus beneficios, conviviendo largas horas del día con los campesinos por quienes sentía afecto y a quienes dedicó su tiempo y lucha para sacarlos de la ignorancia y el analfabetismo. Trabajó junto a ellos como zapatero hasta que al anochecer volvía agotado a su casa, junto a su familia.
En otros tiempos se autoexiliaba repetidamente en las campiñas donde se sentía en armonia con la naturaleza y su gente, estado del cual surgieron de su dorada pluma las ideas y personajes de sus mejores obras.
Al partir dejó sobre su escritorio, entre otras pertenencias, la nutrida correspondencia que mantuvo con otro grande que se vislumbraba, MOHANDAS GANDHI, quien inspirado también por sus obras había implementado la reistencia no violenta, sin derramamiento de sangre que en 1947 llevó a la India a independizarse de Inglaterra.
En la última carta llegada pocos días antes de su huida Gandhi le relataba que a una de las granjas de trabajos comunitarios que había creado la había llamado "TOLSTOI" en su honor.
Ese detalle lo había reconfortado y le había transmitido fuerzas para resistir la difícil situación familiar que se había vuelto insostenible. Su esposa no compartía la idea de desprenderse de sus bienes, hecho que llevó a constantes y estériles discusiones lo que precipitó su distanciamiento definitivo.
Partió casi con lo puesto desde la estación deshabitada, inhalando junto al aire gélido la maravillosa sensación de serenidad que vislubran quienes vivieron atormentados largo tiempo.
De pronto, en pleno viaje, sintió un intenso dolor en el costado del tórax que lo quebró como a una rama seca, una puñalada sin odios, exangüe. El frío tiritado se convirtió en sudor profuso desde las llamas incendiarias de la fiebre. Una tos incontenible, asfixiante, lo tendió hasta el desmayo. La neumonia se había expresado.
El tren lo dejó enfermo en el andén de la triste y miserable estación de Astapovo. Su olvidado jefe le cedió con humildad su cama dura de sábanas sucias por el humo de las locomotoras, las que se convertirían en mortajas oscuras que cubrirían su piel en el trayecto del último sueño, el más trascendente, el que cerraba el ciclo, el sueño que lo acercaba al inicio de la eternidad.
Su agonía duró escasos días en los que entre delirios, tal vez, haya recordado la muerte de su hijo literario Ivan Illich y, como él se haya preguntado:
"¿Y el dolor? ¿A dónde se ha ido? A ver, dolor, ¿dónde estás?"
En el instante en que ofrendó su último aliento temblaron los cielos , se agrietó la tierra y las letras lloraron mudas el estreno de su orfandad.
Esa noche del 20 de noviembre de 1910, deambulaba cabizbaja, sin apuro sobre las vias cercanas, el alma tormentosa de Ana Karenina que reconociéndolo entre la espesa bruma, le tendió los brazos a quien fuera a los ochenta y dos años, el más grande novelista de todos los tiempos.
Juntos, creador y obra, habían hallado sobre el cruce del ferrocarril la paz que tanto habían tardado en encontrar.
LEON TOLSTOI
1828-1910
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Texto agregado el 25-04-2007, y leído por 1648
visitantes. (11 votos)
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Lectores Opinan |
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03-12-2008 |
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Hermoso.Impactante homenaje a un grande que paso por encima de todas las ideologias...de un espiritu asolado por la crueldad de los poderosos, una prosa habil para escrutar y expresar el sentimiento universal a un grande al que noi le importo ni los titulos ni el dinero.Los mejores homenajes se logran de la manera mas sencilla... chiche |
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10-06-2007 |
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Excelso. Un magnífico recuerdo y homenaje para uno de los grandes. Hay tal erudición en este escrito, existe tanta poesía en esta prosa que tuve que releerlo varias veces. Es una joya literaria y, sin querer adularte, he de decir que lo bordaste. Noguera |
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21-05-2007 |
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Sentido recuerdo al grande Tolstoi; ese reencuentro con Ana Karenina estuvo muy hermoso. Saludos! mandrugo |
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18-05-2007 |
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Gracias liliana, gracias por tan bello texto, por tu perfecta narrativa que si algún fallo tiene, tu amiga entregada no lo ve te lo aseguro.Hermoso, lírico final el que nos regalas con la imagen de Ana Karenina esperando a Tolstoi.***** Gadeira |
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15-05-2007 |
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Que salvaje, me deas perpleja y sin nada que decirte, conozco su obra pero de su vida nada, gracias amiga por ensalsar mi intelecto hoy***** lapluma_impresa |
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14-05-2007 |
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Tienes mucha sensibilidad, seguiré leyendo tus textos poco a poco uleiru |
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13-05-2007 |
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que bello texto lleno de sentido con una historia excelente saludos5* neison |
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08-05-2007 |
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Perfectas letras para homenajear a un grande. Creo que tu escrito merece ser conocido, es perfecto y me emocionó el respeto que por el escritor trasluce tu escrito. Besos y estrellas. Magda gmmagdalena |
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07-05-2007 |
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Biografiar a una persona no es relatar sin más su historia, eventos y cronología, ni siquiera es hacer una semblanza del personaje, sino sobre todo apoderarse de su duende, su pensamiento, revelar ese "algo" que incluso lo trasciende y lo inmortaliza como en este relato ocurre. azulada |
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05-05-2007 |
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Para mi es todo un dilema encontrar textos como este, no sé que decir. Tan precisos, tan claros que en realidad dan ganas de agradecer a la autora por la entrega. anemona_ |
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02-05-2007 |
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La verdad, tu relato me llenó de angustia, perfecto y delicado, me trasladaste al último minuto de un gran escritor. sorias |
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01-05-2007 |
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No puedo decirte mas de lo que ya te han dicho. Tiens hermosos coimentarios a tu trabajo y a tu capacidad de síntesis e imaginación.. undia |
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28-04-2007 |
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saludos Ilianazwe, muy buen ensayo, imaginativo en torno a los ultimos momentos del gran Autor. yajalon |
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27-04-2007 |
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Lo he leído tres veces preguntándome qué tiene de distinto a las decenas de biografías de Tolstoi que he leído, (no tantas como los quinientos, y algo más, personajes de su novela La Guerra y la Paz) Me recordó a todas ellas pero no se parecía a ninguna. Cada palabra me recordaba aspectos diferentes de su vida .Hasta que al fin di con lo distinto. Lo distinto está en la tremenda capacidad de síntesis que tiene este texto, amén de su diafanidad y leve toque poesía en el final. A veces a uno le gustan las cosas y no sabe que decir. baronrojo |
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26-04-2007 |
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Estás escribiento textos realmente interesantes Lili. Interesante y didácticos. Te felicito por ello, porque la amenidad que les das no es fácil de conseguir sin que su lectura se haga tediosa. Al contrario, son de lectura muy agradable.+++++ crazymouse |
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25-04-2007 |
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Verdaderamente conmovedor!! Conocía algo de su vida con los campesinos, pero nunca supe la forma en que murió, lo has escrito magníficamente. Bravo. loretopaz |
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