"Verweile Augenblick, du bist so schön!"
[Detente momento, ¡eres tan bello!]
Faust, Goethe.

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Por robarte un beso, sólo un beso
no sabes tú lo que diera,
mi vida misma, lo juro,
al primer hado o demonio que me la pidiera.

Por darme un momento contigo
¡ay! sólo un momento le pido,
a cambio de toda mi sangre,
de mi alma si es necesario,
pues ¿qué es esto que a cada día hago?
sin resultado ni éxito al cabo.

Cada día te ofrezco mi sangre.
Sí, mi sangre derramada a tu paso,
pues no es otra cosa esta poesía
que partes vivas de mi corazón hecho pedazos.

Y cada verso que me inspiras
significa sangre derramada en mis manos,

[Sufre corazón, mientras ella viva
o muere triste por no darte a ella sin caso.
¡Ay! pues caso no tiene que sufras,
que te arranques desesperado pedazo a pedazo,
¡ay! que ella ni una mirada, ni una palabra, ni un beso ha de darte,
pues ni eres tú para ella, ya sea por destino, ya por capricho,
ni ella está para amarte.]

Y aún así te regalo mi poesía,
pues es la única manera que tengo de demostrar
que la vida doy por ti cada día,
que cada palabra es una gota de sangre,
que te pienso, sí que te adoro,
que te espero desde que te conozco,
en fin que soy todo tuyo,
por destino y por propio capricho.

Nunca me cansaré de hacer esto:
de regalarme a ti cada instante.
¡ay!, ni perderé la costumbre
de darme a ti parte por parte.
Y no hay opción alguna
que no sea que un día me escuches
o terminar yo de perder,
a fuerza de versos sin caso,
a fuerza de exprimir cada pedazo,
a fuerza de amor a largo plazo,
terminar de perder toda mi sangre.