PERDIDO EN EL TIEMPO

¿Qué hago aquí?, ¿este no es mi tiempo?...Quién se equivoco, ¿ellos o yo? No acepto este tiempo, lo niego. Me niego a vivir en este absurdo tiempo. En este tiempo tan banal, en el cual lo más importante es lo más insignificante. La vida, no es más que un pedazo de tiempo robado del tiempo,… es mi tiempo del tiempo. Me rebelo al tiempo, mas no a mi tiempo. ¿Pero cómo me puedo rebelar a este tiempo?, ¿será acaso con la muerte? No, la muerte pone fin a mi tiempo, mas no al tiempo. Es imposible rebelarnos contra el tiempo, no podemos sustraernos de él, somos hijos de él…el tiempo es eterno… ¿Entonces qué puedo hacer? Sí, no me queda de otra…tengo que aceptarlo. No me puedo rebelar ante él, pero si puedo rebelarme ante los demás tiempos, sí, esos que conforman los otros. Sí, me rebelo contra este tiempo impuesto por la estupidez de los otros, en el cual es el dinero lo más importante, en donde vivir es: estar a la moda, ver televisión seis horas al día, salir los fines de semana a embriagarse, ser esclavos de un insignificante aparato llamado celular, permanecer en Internet conversando con personas que no conozco, ser un profesional mediocre, ser un engranaje más de este salvaje sistema, maltratar a los animales, idolatrar a seres repugnantes, desnudarse y salir en un spot televisivo, juzgar a las personas por lo que parecen y no por lo que realmente son, ser un maldito autómata esclavo de las máquinas, actuar sin reflexionar, vivir si saber para qué, ser uno más dentro del montón, respetar a los seudo políticos, ser mejor por estar con una(o) y con otra(o), aceptar, sin más remedio, esta maldita, repugnante y estúpida globalización,…

¿Cómo no rebelarme a ese miserable tiempo que conforman los otros?, ¿es que acaso somos ciegos?, ¿por qué cerramos los ojos ante nuestra realidad?, ¿cómo es posible que una persona gaste millones de dólares celebrando una fiesta mientras en el mundo se mueren millones de seres humanos por falta de alimento?, ¿cómo es posible que se sigan idolatrando a aquellas personas que se burlan de la miseria de los necesitados -sí, aquellas que se casan cada fin de semana, gastando millones de dólares-? Estas personas no son más que basura, y los que lo admiran son iguales o peor que ellos. Les imponen modas, formas de vida, maneras de pensar, y los idiotas como monos los imitan. Pero en cambio cuando alguien les dice que estudien, que lean un libro, que reflexionen sobre su existencia, dicen: ¿Para qué? para qué voy a estudiar si hay un montón de abogados, hay un montón de profesores, hay un montón de médicos…., mejor no desperdicio mi juventud y me divierto, para en la vejez no arrepentirme de haber desperdiciado mi tiempo en tonterías. Sí, esa es la respuesta de la gran mayoría de nuestros adolescentes y jóvenes de nuestro tiempo. Me pregunto, ¿cómo cambiar la realidad de nuestros países con esta clase de personas? Cómo, cómo, cómo…si ellos son la inmensa mayoría. ¿Será la solución resignarnos y apartarnos de ellos? No lo creo, pues sólo los cobardes se resignan. La educación es lo único que puede cambiar la realidad de América Latina, eso lo saben todos, pero increíblemente nadie hace nada por hacerlo realidad. Falta voluntad política, ¿y por qué? Simplemente, porque a ellos no les conviene que los ciudadanos estén educados –hablo de una verdadera educación, no de la que se imparte en las aulas en la actualidad-, pues saben que una persona educada ¡jamás! le soportará sus fechorías. La mala educación no es más que un instrumento de dominio para mantenernos siempre sumisos. Ellos quieren que nos integremos a este maldito sistema llamado globalización, pues esta es su mejor arma para dominarnos, pero ¿cómo adaptarnos a un sistema para el cual, la gran mayoría, no está preparada? La globalización tiene muchas cosas buenas, pero sin educación todo se convierte en basura, ¿o es que acaso no ven a su juventud perdiendo su tiempo sentados frente a una caja luminosa? Es lamentable ver como una máquina nos aleja de nuestros seres queridos…He visto a muchas personas hablando horas y horas a través de un monitor con otras, a las cuales ni siquiera conocen, mientras en su casa ni siquiera se dignan a hablar cinco minutos con sus padres…como lo dije alguna vez: “La globalización desglobaliza lo único que ha estado globalizado durante millones de años, nuestra humanidad”. Cada máquina creada es una persona menos por conocer, es un mundo que hemos perdido…

¡Rebelémonos contra este tiempo que no es nuestro tiempo! Tratemos de mejorarlo, no dejemos que los demás se pierdan en él, aún estamos a tiempo de cambiar este tiempo. No permitamos que el conformismo y la mediocridad nos consuman. Ya es hora que tomemos conciencia de nuestra libertad y la asumamos con la mayor responsabilidad posible. Este es el camino, angosto, peligroso y agreste, pero entre todos lo podemos ampliar y mejorar, tal vez algunos se rindan en el trayecto, tal vez otros caigan en el abismo que lo rodea, pero si nosotros seguimos, con paso firme y gallardo, llegaremos a nuestra meta. Eduquemos al ignorante, ayudemos al necesitado, curemos a herido, no esperemos que otro lo haga si podemos hacerlo nosotros. Hagamos de nuestro tiempo nuestros tiempos. Reivindiquemos nuestra especie, apartémonos de la decadencia en la cual hemos caído… ¡cambiemos nuestro tiempo!

He aquí una frase de Gabriel Mistral, la cual resume la verdadera toma de conciencia de nuestra libertad responsable…

“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú.
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú.
Sé tú el que aparta la piedra del camino”.

Es esta la frase que debemos grabar en nuestra cabeza, y ponerla en práctica cada segundo de nuestra existencia, si queremos realmente cambiar nuestra realidad.

Cambiado sólo algunas palabras de la frase de Gabriela Mistral; yo diría así:

“Donde haya un niño que educar, edúcalo tú.
Donde haya un hambriento que alimentar, aliméntalo tú.
Donde haya un enfermo que curar, cúralo tú.
Sé tú el que aparta la piedra del camino, y no la piedra que lo obstaculiza”.