Lo encontré todo hecho trizas. De a poco esa maraña de todo y nada a la vez empezó a compactarse para darse a entender como eso, algo, cosa o como mejor podía vérselo de este lado de la percepción
Pieza, parte, todo? Algo de nuevo? No se sabía muy bien, pero por lo menos podía asírselo, se dejaba, se acomodaba, se excitaba si se lo tocaba.
Intenté presionarlo con los dedos y cambió de color repentinamente. Lo patee un poco y expidió un aroma plástico artificial. Tragué un poco de saliva, que es lo único que atine a hacer en ese lapso en donde eso, o materia repentina hallada en inhóspito paraje, se comportaba como una pupa a punto de ebullición.
Me armé de coraje y lo tome entre las manos, intento escaparse pero no pudo ni diluirse, ni evaporarse, como que todos los cambios de la materia le quedaban escasos.
Lo mire por todas partes y fui preso de el, me envolvió, me sujeto, creció, y me atrapo… me desmaye.
Solo desperté sintiendo entre mis manos un sector de su existencia corpórea, que curiosamente tenía forma de barrote, y era eso barrote al sur, al oeste, al este, en las esquinas, arriba, abajo, izquierda, derecha,... de pronto entendí. Ya me había olvidado de lo aburrida que es esta jaula... |