¿De qué estoy hecho finalmente?
A mi Señora la chocaron y si no es por "esa chaucha p´al peso", hoy estaría viudo.
Salgo cada mañana a tomar el colectivo. Ya no hace frío. Con el hijo caminamos un trecho y luego nos fagosita el metro. Oleadas de gente apurada.
¿De qué estoy hecho finalmente?
Avatares, afanes, deberes. Mi pega me entretiene. Tiene sentido. Estoy allí en el borde, creando cultura.
Me han aconsejado que sea más zorro. Escucho, retengo y mastico.
Me encanta mi hogar, mis hijos y
estar con la Negra.
Saben; sentir su calor y cobijarme cada noche junto a ella,
me llena el espíritu.
¿De qué estoy hecho finalmente?
Hay gestos cotidianos que me subliman la vida.
Que me salgan a recibir cuando llego.
Una comida rica, el pan de panadería típica.
Regar las plantas. Escuchar a Los Beatles, Gilbert Becaud, Aznavour o Serrat.
Durante el día llamo a la Negra y solo le digo:
"Te amo, negrita linda". A veces se me quiebra la voz o termino casi susurrando; sea que me conteste ella o termine conversando "después del tono".
¿De qué estoy hecho finalmente?
Hay cada día un instante para orar. Oro porque vivo, oro porque muero. Oro porque anhelo, oro porque quiero ver. Oro para asir, oro para peregrinar. Oro porque me aman, me necesitan me buscan y me anhelan. Oro para mejor servir y amar.
¿De qué estoy hecho finalmente?
Hay viejos pecados que me acompañan. Hay mañas y recientemente un montón de píldoras para hacer bien, lo que antes por joven hacía.
Encarnado soy. Tengo mucho que agradecer y mucho que trabajar.
Me río harto. Soy "sagitario". Algunos dicen que más centauro que flecha. Yo digo: "véanse las circunstancias".
De vuelta para la casa,
tomo el Tran Santiago.
Me voy de pie y contemplo o no lo hago;
a las calles, la gente, los árboles.
Ya arribó el calor y, se siente.
Por esta vez no hablaré del impacto de los medios sobre nuestra conciencia.
¿Somos ciudadanos? Contra docilidad sumisa, dialéctica.
¿De qué estamos hecho finalmente?
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