Muy feliz estaba Dios con su nueva creación, pues era de estarlo después de haber confeccionado una de las maravillas más notables de la naturaleza. El hombre con sus extremidades y su amplia mente, era el elemento primordial para la dominación del mundo y el resto de las otras especies.
Luego de una agotadora jornada, Dios se retiró del taller, estaba cansado y necesitaba reponer fuerzas para seguir con su producción. Pero apenas salió, entró Lucifer que tanto lo envidiaba, y para sabotear los planes del benevolente amo y señor, decidió quitar el chip que controlaba las emociones. El malévolo personaje se rió de su travesura y huyó hacia el inframundo del señor Hades, mas al día siguiente, cuando Dios volvió al taller, dió por finalizada su creación, y sin más preambulos, lo envió al mundo para que ejerciera su labor.
Con el paso del tiempo, las creaciones de Dios se iban propagando, hasta llegar a una notable población.
Siglos más tarde, extraños sucesos se daban en el mundo, los irracionales seres se maltrataban los unos a los otros, provocando un gran número de víctimas. A este extraño fenómeno, Dios le llamó "violencia"
La violencia se incrementaba, mas el desesperado creador jamás halló respuesta a estas manifestaciones. La primera guerra mundial hizo su aparición, fue ahí cuando se exasperó y pidió explicaciones a sus ángeles y santos señores que en el cielo habitaban.
Le preguntó a todos, desde los primitivos dioses Egipcios hasta los Asiáticos seres iluminados, Siddartha, Sakya Muni, etc... Nadie tenía respuesta.
Decidió entonces preguntarle a Lucifer, este no pudo disimular su risa, explotó a carcajadas hasta encolerizar al santo padre. Lucifer que no era tonto dejó de reirse y esperaba el merecido azote, mas Dios era misericordioso y no hizo semejante cosa. Se retiró indignado, arrepentido de haber creado un ser tan vil como el mismísimo hombre.
Errar es humano, Dios erró por lo tanto es humano, fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.
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