Inicio / Cuenteros Locales / sewell / Con un beso en mi frente
El enfisema pulmonar realizaba los últimos estragos en la existencia de mi mamá. Yo ya no vivía con ella, pero iba a verla frecuentemente. En una oportunidad que conjuntamente con solicitarme que le sobara la espalda - porque al decir de ella nadie como yo sabía hacerlo – me pidió que le leyera el Evangelio. Yo lo abrí y leí aquel trozo que dice. “Vengan a mí todos aquellos que estáis cansados y agobiados, porque Yo los aliviaré”. En este instante y dadas las circunstancias evidentes de nuestro particular contexto; me quedé callado y sin dejar de sobarle la espalda comencé a llorar silenciosamente. Ella no me veía; sin embargo, y como siempre, percibió mi sentimiento y me preguntó con delicadeza: “¿Por qué lloras, hijo?”. No quería contestarle, porque sentía que la importunaba con mi llanto. Pero ella insistió volteándose hacia mí y cogiendo con sus dos manos la mía: “Nelsito, ¿por qué llora?”. No pude evitarlo y le dije: “Mamá, no te olvides nunca de mí”. Ella me besó en la frente.
En ese gesto atravesado de ternura y de delicadeza; en ese gesto,
volvimos a ser uno como en un principio,
y nos dijimos adiós. |
Texto agregado el 28-08-2006, y leído por 142
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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03-12-2006 |
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es cortito, pero tan intenso. "volvimos a ser uno como en un principio" :) lilibertad |
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06-09-2006 |
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Me hiciste llorar, es precioso, me lo prestas?
***** Puerto_Montt |
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28-08-2006 |
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una despedida fiel a tardes de martirio soportando un oscuro presagio. bonito el_rey |
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