Rozo, apenas si rozo,
Esa piel tuya, sedosa,
Marcada a pecas
Mientras entornas azules los ojos,
Saboreo dulzón tu aroma
Leve, disimulando
Me embriago de él
Y esa sonrisa amplia
Que me das cuando duermes
Los días se apagan,
Y se encienden en el nuevo cuarto
Creciente,
Luego, mis sueños se amontonan,
De tal forma,
Que no puedo distinguir
Aquellos que nacen, cuando aún soy consciente
De los otros, con vida propia
El gozo de compartir
Esta cama tuya
De recorrerte,
Marcando a besos
este territorio tuyo
Me sostiene,
Ingrávido,
En un recurrente
Volar alto
Cada vez mas
Entre rosas, rojas y blancas
Que se nacen
En nosotros.
|