Recuerdo tu imagen, desnuda,
La espalda curvada,
Una sombra en tu cara,
Entraba el resol por la ventana,
Taciturna, de voz apagada,
con la mirada dura
Despertamos juntos,
Su retrato, oculto tras la cortina,
Con esos ojos clavados,
la culpa, descubierta a golpe,
tú y yo.
Aun el perfume de los claveles
frescos
y la ropa muerta,
testigo muda de otra noche juntos
tus dedos finos,
blancos,
reduciendo obstáculos
a mi lengua en tu sexo,
rosados pezones cubiertos
de pétalos blancos
fragancia esencial de ti.
Fue nuestra noche de amor,
Tuya y mía,
De los dos,
En este enero gris
Cuando brillamos.
El mar sonaba tras la balconada,
En nuestras almas siento aún,
La resaca de esas, dulces,
Doradas compartidas,
Olas.
Son olas solares.
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