Quiero afirmar que la vida comenzó en la tierra de algún modo, pero en esta afirmación estoy descartando que la vida no provenga del espacio exterior, y por casualidad se desarrolló en nuestro planeta que poseía las condiciones para albergarla, agua, minerales, temperatura adecuada. Lo que no puedo negar es que la vida existe, y que los seres vivos nos desarrollamos en este entorno terrestre.
Cuando pienso que soy un ser vivo, formado por células, que a su vez conforman órganos, que en su conjunto me permiten ser lo que soy, un ser humano, me asombra entender que esta arquitectura lograda por la naturaleza, que pude, razonar, sufrir y amar, que logra mantener el sutil equilibrio de la vida a lo largo del tiempo, pierda de vista lo que es en realidad, y se confunda inmerso en ese entorno, artificial que nosotros mismos creamos, con el aparente objetivo de vivir mejor, contradictoriamente, sin apreciar lo que la vida significa, y solo la percibimos cuando la misma se extingue, o cuando se pierde ese equilibrio que nos permite vivir con salud, interpretando que la salud solo es el estado del no dolor, sin entender que la salud abarca muchísimo mas que una dolencia, la salud para mí es el equilibrio justo de entendernos como seres humanos, y disfrutar cada instante de nuestras vidas, con la sabiduría de interpretar nuestra fragilidad. Llegamos a creer que podemos ser superhombres, capaces de cambiar las leyes eternas de nuestra naturaleza, y nos empeñamos en búsquedas estériles que no nos conducen a ningún lado y solo nos permiten alejarnos cada vez mas de nuestro verdadero entorno natural.
Quizás el sentido que le queremos dar a nuestra existencia sea justamente el de interpretar que nuestra misión es cambiar o dominar la naturaleza, pero si esto fuera así, ¿porqué motivo, queremos cambiar las cosas?, ¿porqué no querremos admitir que somos frágiles y moriremos algún día, o mejor dicho cederemos nuestro espacio a otros semejantes, para que puedan disfrutar de la vida?
Me da la sensación que el hombre se empecina, en armar un mundo irreal, que solo existe en su imaginación, sin haber encontrado aún ese grano de arena en donde comenzó todo, y que tal vez de encontrarlo y que el mismo le debelara la verdad absoluta, llegaría a la simple conclusión que lo mas adecuado será que se pierda una vez mas en la arena de una playa infinita.