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Inicio / Cuenteros Locales / La_Columna / SELECCION NATURAL. Para La Columna de los lunes escribe hoy: Negroviejo

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Este primer lunes de abril comienza en La Columna con la colaboración de nuestro amigo Hilmar Paz Negroviejo, quien por primera vez escribe en este espacio.
Nos acerca “Selección natural”, artes visuales y reflexión....

¡Bienvenido Hilmar!
Shou


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SELECCIÓN NATURAL


Hace poco tiempo, mi hija Mercedes que cursa la carrera de Artes Visuales en la Universidad, me invitó a ver el preestreno de la película El método (The methodo), del exitoso realizador argentino Marcelo Piñeiro, responsable, entre otros, de films como Tango feroz y Plata quemada, que se exponía en el auditorio de la facultad, con la asistencia del mencionado director.

La película me pareció muy buena, con una excelente dirección y magníficamente interpretada por actores españoles y algún argentino, tratando un tema muy vigente en estos tiempos que corren, como lo es el de las inhumanas exigencias de las grandes empresas multinacionales cuando deben seleccionar personal para sus cargos importantes.

Específicamente, el film muestra a seis aspirantes a un cargo de nivel, cuatro hombres y dos mujeres, todos jóvenes, profesionales y altamente calificados ya que sus currículos los muestran desempeñándose en puestos de gran responsabilidad en otras empresas. Se les hace firmar un papel en el que entre otros requerimientos, aceptan someterse a un programa de selección denominado Método.

El mismo consiste en permanecer encerrados en una habitación con una gran mesa central disponiendo cada uno de ellos de una computadora portátil que les va dando las instrucciones sobre lo que deben hacer. En definitiva, el juego consiste en irse eliminando mutuamente hasta que solo permanezca en la sala quien resulte ser el más competente. Se les informa, así también, que entre ellos hay un “topo”, es decir, un representante de la empresa camuflado como aspirante.

No pretendo hacer de este artículo un crítica cinematográfica así que solo agregaré, que más allá de las situaciones ingeniosas, divertidas o dramáticas que propone el film, se trata al fin y al cabo, de una mirada reprobatoria a los sistemas implementados por el capitalismo para conseguir su primero y último fin, que como todos sabemos, es la obtención de mayores cantidades de dinero. Y también sabemos lo poco que le importa el costo que su gestión signifique para los sufridos habitantes del planeta.

No obstante hay un punto que a mi juicio es necesario aclarar y que, prudentemente conociendo sus ideas izquierdistas, le solicité al señor Marcelo Piñeiro cuando finalizó la proyección. El método que propone la película, es ni más ni menos, lo que siempre se ha denominado supervivencia del más apto, el mismo director se apresuró a darme la razón agregando que también se había manejado el título de Selección natural, para el film.

Entonces el interrogante a responder es el siguiente: la crueldad o perversidad que condenamos en el sistema que nos agobia, es intrínseca del mismo o por el contrario está arraigada en la naturaleza del hombre desde siempre. A lo largo de mi vida, y a través de escuelas, empleos de los más diferentes tipos, participaciones en movimientos sindicales o políticos siempre observé lo mismo. No son las mejores personas, los más buenos o capacitados técnicamente quienes arriban al liderazgo, sino aquellos que reúnen las condiciones específicas para el fin. Es decir los inteligentes, sagaces, carismáticos, hábiles para negociar y conseguir la adhesión de otros e imponer su voluntad mediante argumentos convincentes pero no necesariamente veraces. Y por supuesto, con una personalidad fuerte que les permita poner en juego sus habilidades.

La conclusión sería que El método, no es un invento de las multinacionales, sino que se viene dando a través de la historia desde tiempos inmemoriales, porque cabe suponer que hasta en las culturas más primitivas, siempre se llegó a la cima eliminando competidores, aunque no existieran entonces cuartos cerrados, computadoras portátiles o moderadores camuflados.

A esta altura de mi vida he aprendido a descreer de la existencia de buenos y malos en cuestiones políticas, sociales o de religión. Somos todos, por lo menos, sospechosos. A menudo escucho encendidas protestas en defensa de las minorías indígenas que fueron desposeídas de sus tierras por el avasallamiento del hombre blanco, y me pregunto: ¿Eran buenos los indios? No tengo dudas al responder, no señor, no eran buenos. Eran invasores, crueles, dominantes, esclavizantes y ambiciosos, ni más ni menos que el hombre blanco, negro amarillo o fucsia.

La raza humana, aunque soberbiamente, el hombre niegue su paralelismo con el reino animal o vegetal, está signada por el mismo mandato impuesto por la naturaleza, que no sabe de maldades, de bondades ni de códigos éticos, solo sabe que el más fuerte, el que mejor se adapta es el que sobrevive. El paciente lector, me dirá, eso no es cierto, que él jamás incurriría en actos reñidos con la justicia y el altruismo. Le respondo, señor yo creo que tampoco pero en realidad no sabemos lo que haríamos si accediéramos a la suma del poder.

Y si realmente fuéramos incapaces de incurrir en los actos que criticamos, claramente afirmo que jamás llegaríamos a conseguirlo. Al menos por selección natural.


Hilmar Paz : Negroviejo
Buenos Aires, abril de 2006

Texto agregado el 03-04-2006, y leído por 974 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
17-05-2006 Planteamientos siempre reflexivos a traves de nuestras vidas, episodios repetitivos a traves de la historia y que lamentablemente vuelven a quedar arropados por el "olvido".***** Ciiara
17-04-2006 Extremo difícil el planteamiento, y el esfuerzo por desarrollar el tema me parece sorprendente. El lanzamiento de ráfagas intelectuales es del más alto nivel, y la excusa de una película me parece buen ardid para cuestionar muy diversos temas. Si bien la selección natural descansa en algunos clichés (la ley del más "fuerte", y cosas similares), en realidad hay factores que no se relaciona con "fortaleza" sino con otros indicadores de interés evolutivo. Mi percepción es que la sociedad humana se aparta en forma notable de algunos de los preceptos evolucionistas, si bien nos regimos en términos generales por principios similares. Pienso que la lucha por el poder no sigue los lineamientos de la selección natural, y más bien se rige por un código de fetiches, arcaicismos, etología cuasi religiosa, codicia compulsiva y represión colectiva. Muchas gracias por indicar un camino al pensamiento. danielnavarro
11-04-2006 Controvertivo e impecable texto, con sustanciales aportaciones en forma de comentarios. Todo está dicho, sólo me viene a la memoria una frase de Nietzsche "Quien lucha con monstruos debe cuidarse de no convertirse él también en un monstruo". Enhorabuena por tu colaboración en La Columna.***** Galeona
04-04-2006 Muchas gracias por la colaboraciòn desinteresada en esta columna de lunes. Un fuerte abrazo. Pedro. carloel22
04-04-2006 ¿Y si fuéramos capaces de no incurrir en los mismos actos que criticamos? ¿No está ahí la solución? ¡Pues a empezar a trabajar! En esta misma página - por ejemplo - maravillas
03-04-2006 Una columna impecable en todos los sentidos: literario, filosófico y de aguda reflexión. Pienso que en la sociedad se va estableciendo continuamente una forma de vida cuya dinámica cada vez más exigente tiende a excluir a aquellos considerados “no aptos”, entendiendo no aptos a quienes “carecen” de una conjunción de performances exitosas determinadas por el medio. “Y se piensa y sostiene que el más apto es el modelo a seguir” “El único que puede sobrevivir y enriquecer la sociedad” “El que suma para fortalecer ese sistema” Este juego cruel se da en complicidad de la falsa ética y las instituciones, amparados por un capitalismo feroz y una globalización que está muy lejos de lograr los objetivos por los cuales fue pensada. Así, paradójicamente la "selección natural selecciona la sociedad, que se opone a la selección natural". Es un juego cruel donde la competitividad desmedida y la falta de moral ensancha las desigualdades de los hombres. Excelente columna ****** Un abrazo Shou
03-04-2006 Si negroviejo, mis aclamaciones a sus palabras, como la mayoría de las veces muy acertada. El método es una muy buena película, muy bien interpretada y que en todo momento te tiene absorto por ver que son capaces de hacer entre ellos, de forma voraz se van cargado a cada uno. Sin duda alguna Marcelo Piñeiro, a mi parecer, ha llevado un thriller a la oficina. Hablamos de los sistemas y de la sociedad como si fuera un saco informe, y tenemos que saber en todo momento que está formado por personas, por cada uno de nosotros que somos los que otorgamos el poder a según que principios,que se embeben como por ósmosis y somos lo que vemos en cada uno de nosotros. EL que gana la selección, no es más que un pícaro, un trepa ¿te identificas con él? Saludos amigo y un abrazo de ... iolanthe
03-04-2006 excelente columna, muy bien planteada, ya he leído los comentarios y no voy a plantear otros, las conclusiones son personales***** india
03-04-2006 Leo tu columna, excelente por cierto, y leo los comentarios de los lectores, todos ellos de gran valía en el contexto de literatura, del arte y de la sociología. Yo, simplemente, me atrevo a decir, trayendo el criterio del pensador Neutze, que todo se concentra en la base depredadora del hombre ya que, quiérase o no, los instintos son insuprimibles. Y de allí viene el paralelismo del que hablas. Excelente columna, amigo. rodrigo
03-04-2006 Controvertido el tema que planteas. Y te la juegas con el juicio, lo que la hace más respetable. ¿Te doy mi opinión? El llamado "sistema" es la sumatoria de la mayoría... es decir, que si como mayoría no se perfila el espíritu libre de egoísmo, éste no llegará al poder. Y al igual que el ser humano individual, los "sistemas" se irán depurando. ¿Que cuánto llevará este proceso? pues... siglos, milenos quizás, hasta que el último "ego" quede fuera, no sea compatible, se disgregue. Suena utópico (hasta para mí que lo planteo), pero si observamos la evolución del planeta, no podremos negar que dicha evolución existe. Lenta pero segura. Ahora lo que cabe es el esfuerzo diario y consciente para impulsar ese proceso evolutivo, de parte de los que advierten (advertimos) las falencias. Excelente columna, sí señor. Un abrazo ***** neus_de_juan
03-04-2006 Amigo Negroviejo, tu columna es impecable en todos los sentidos: literario y analítico- filosófico. Sin embargo me ha quedado un regusto a resignación por nuestro espíritu de dominio-supervivencia-selección natural, como si esa misma condición nos llevase irremediablemente al estado de cosas que tan gráficamente manifiestas. En la actualidad ya se dan otro tipo de valores utópicos además del poder y la riqueza, lo que ocurre es que en muchísima menos cantidad, no obstante, cada día son más los que con las mismas herramientas sicológicas que planteas, han tomado como meta conseguir el mayor bien posible para la sociedad necesitada, por lo que tienen que sortear dificultades paralelas a las que han tenido que vencer ejecutivos agresivos. Tomando la Humanidad como un platillo con caldo de cultivo, me atrevería a decir que el caldo de cultivo actual promueve líderes distintos a los que promovía en los noventa y serán distintos en el 2025. La Sociedad, tomada como una unidad, es un ser vivo inteligente que se desarrolla al unísono y se proporciona a si mismo lo que necesita para su desarrollo y evolución. En la actualidad existe mucha saturación respecto a la pobreza y el hambre, por tanto se producen grandes movimientos migratorios y líderes de ONGs. Los líderes políticos son relativamente esclavos de los votos, aunque estos se puedan manipular mediáticamente, su poder no es total. Gracias a Dios. Te doy mi enhorabuena por tan buena columna.***** graju
03-04-2006 Que el poder corrompe es una verdad que tiene raras excepciones.Hemos visto a lo largo de la historia muchos excesos que nacen del poder . Por una rara asociación este excelente texto tuyo me trajo la imagen del cuadro "La balsa de la medusa" de Géricault en el que se ven desesperados náufragos que tratan de subir a la balsa y los que ya están arriba los empujan al fondo con pértigas. Suben los más astutos probablemente no los mejores. Asociación mía que puede ser no tenga nada que ver con el asunto. Te felicito Hilmer, un placer leertu columna. Gracias Yvette Ninive
03-04-2006 Muy interesante tu artículo. Y sí. Ése es el juego. El que se juega aquí. En este lugar, espacio. Quiero decir que a mi modo de ver este juego se juega en todas partes, en las familias, entre hermanos... el más carismático o afín a la madre o al padre, resulta el hijo predilecto, compendio de "todas" las virtudes, a quién todo se le pasa... En una junta de vecinos el que más nos convence de su autoridad en el tema, suele llevarse los votos. Suelen ser dos o tres de ellos. No más. Y en cualquier caso, la vida en el fondo es justa pues nunca te da la fortuna a espuertas, nunca. Sino que con una mano te da una cosa y con la otra te quita otra. La vida es como las monedas, viene con su cara y su cruz. Al final es difícil saber si lo mejor es alcanzar ciertos triunfos o no. La impronta del ser humano será la que le de la felicidad, independientemente de sus status. Saluditos. Stelazul
03-04-2006 Chu! Se me adelantó Gadeira por escribir lento! jajajaja c_posada
03-04-2006 Me alegra como fan numero uno del señor Negroviejo, ser la primera en dejarle mi paso por su columna. No he visto la película pero será mi próxima con seguridad, ya que comparto contigo este gusto por el séptimo arte. Con respecto al análisis humanista (ya se de donde te vino a la mente el último titulo que me diste), no puedo más que estar de acuerdo en varias cosas. El darwinismo social que cito con frecuencia está perfectamente resumido en tu análisis, no deja de ser un poco cruel vernos a nosotros mismos intentando encajar en la doble moral que éste provoca, pero de vez en cuando es bueno y apacigua la conciencia un poco, saber que no estamos solos en ese pensamiento, que alguien en algún lugar se arriesga a decirlo así tal cual, sin miramientos y, de alguna manera, es un acto liberador. Somos una especie más de la cadena, y tenemos que entender que dentro de nuestra propia especie también existen las sub especies que determinan el rumbo de la selección. El más fuerte predomina, y no por ello es malo o bueno, solo predomina. 5* c_posada
03-04-2006 Es cierto negro,cuanto dices es cierto,pero mira,ese paralelismo con los animales deja de existir en tanto el hombre es racional,racional aunque tremendamente estúpido eso sí.Puede aplicar el libre albedrío y lo usa para dar muestras de lo torpe que es.De esta forma nos dejamos gobernar por ineptos,algunos llenan plazas con brazos alzados y palmas estiradas ,otros apoyan la globalización cerrando los ojos a los más desfavorecidos.¿Están sobreviviendo lo más fuertes? o ¿Estamos perdiendo nuestra capacidad de lucha?. (son ejemplos).Ahora bien,prefiero pensar que nos hemos ido estupidizando a lo largo de los tiempos,(eso tendría remedio) lo contrario me conduciría al "determinismo" como especie y eso me haría perder toda esperanza.Negro, si equivocadamente me aparto del contenido y sentido de tu texto,espero que sepas excusarme y te quedes con lo positivo que se pueda sacar de mi comentario.Quiero que mi hija viva en un mundo donde el poder no sea la falsa panacea de la felicidad. Un abrazo enorme.***** Gadeira
 
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