Existen algunos presentimientos, donde
quedan algunas fuerzas, que se esconden como algunos
residuos que quedan,
cuando cierro la puerta de la noche
para poder escribir los templos de lo que no existe
Me hundo en esos templos, mientras los escribo
recupero mi deformación, de no saber, de no alcanzar a ser,
interrumpido esfuerzo de transcribir el Cielo
cuando se descompone la música del cuerpo
y echo a andar destrozado por las mallas del laberinto
que en la perplejidad de mi agonía
se confunde con la sucia prosa del Universo