“ Tener mil años para escribir, o tener 99 años, o un año, o veinticuatro, da exactamente lo mismo, puesto que la totalidad de la profundizaciòn y acumulaciòn a que podemos llegar, en materia de evoluciòn y desarrollo del propio SER, es de cualquier modo limitada y penosa. Entonces recomiendo a todos aquellos grandes creadores, que se crean realmente grandes, a que aborten en el mismo instante de su concepciòn, toda idea de una Gran Obra pensante y estructural, perfecta en su màxima divinizaciòn, y que se dediquen para siempre a la elaboraciòn de exultantes y menudos e infinitamente misteriosos FRAGMENTOS. Entonces veràn que la suprema filosofìa del SER es la DESCONEXIÒN.”



Las damas de rojo se extraviaron dentro de sus máscaras aunque regresarán para sollozar entre flores