Podría disculparme si hubiese una imagen perdurable más allá de mi máscara
Yo podría pedir disculpas si algo en mí permaneciese ligado a los tiempos
si yo mismo estuviera en condiciones de dilapidar mi secreto
o si alguna de las personas queridas demostrase ante notario
haberme conocido fielmente


Estas pocas cosas, son, empero, imposibles.
Y no culpo del todo a mi Máscara -máscara de metal para este mundo y para todos-
, pues aun las mejores prendas de artificio deben participar del misterio del arco y la sagrada Mancha,
estamos todos en el barco ebrio,
desde la partida, y entonces la más breve explicación borraría la débil línea del
horizonte y con ella la base toda de la existencia

Es por eso que creo que no debo justificarme por existir, ser culpable y hacer más o
[ menos daño sobre la tierra
Soy un animal de placer que ha decidido pagar puntualmente sus diezmos
No temo el sacrificio de la manada, y sé de las cosas terribles
que un ser humano es capaz de hacer y que a veces hace
Como todos los atentos, estoy en la decapitación y en la indeterminación.
No estoy seguro de nada, ni siquiera de la posesión de las diez mil máscaras.
(entre paréntesis, tampoco lo estaban los chinos infalibles)
Escribo un poema que deberá librarme de toda culpa y hacerme ganador
de todo infierno, pero,
¿sabemos, por acaso, lo que es el infierno?