- Papá ¿somos pobres? - - No hijo - - Ah entonces somos ricos- - No - musicalizó paciencia - entonces ¿qué somos? - - Medio pobres - - ¡Ah ya! entonces también somos medio ricos - Con amorosa impotencia asintió: - Si hijo, también - El niño se alejó jugueteando y bailando maromas. Era feliz.
Texto agregado el 16-02-2006, y leído por 103 visitantes. (3 votos)