Preso de sus reservas
esclavo de sus deberes
vivió sintiéndose solo
resignando sus placeres

Era un llanto sin sonido
era tumba sin claveles
y jugaba una carrera
de caballos sin corceles

hablaba banalidades
sin demasiado asidero
y no podía decirle
a aquella chica : “Te Quiero”

Culminó la adolescencia
su corazón ya no puede
y elabora una estrategia
para ver lo que sucede

Abandona por momentos
la tragedia del deber
y se entrega sin reparos
a la exhuberancia del ser

Habla hasta por los poros
de su sentir, es sincero
y no saben! que gran paso,
al fin lo dijo : “Te Quiero”

Son periodos conflictivos
es el llanto del nacer
y la palmada en la cola
es un diario acontecer.

Tiene penas y alegrías
y se choca en la pared
ya se sabe que no es gratis
la fianza de su red.

Si le ronda la sospecha
que lo ha de conocer
sepa que hoy se siente libre
de contar su padecer.