No creas que me aflige demasiado,
Sonrío, casi de medio lado,
Pícaro incorregible, jugueteando con el humor negro.
Pensaba en mi inocencia,
Desde la creencia que te tengo,
De que esta vez erraría,
Pero tampoco. Y te fuiste.
No llegaron tus palabras,
Por supervivencia de mi negación,
Supongo,
Y quedaste muda y difuminada.
En esta forzada y antinatural ausencia de nosotros,
Sobreviven recuerdos locos,
sentimientos transfigurados en imagen,
corazones de carne,
y algún otro hueso.
Bajé del coche, casi en marcha,
Y mirándote no encontré tu mirada,
Tanto llenabas y ya ves que poco ocupas,
Apenas unas líneas,
Sueltas y mal escritas,
De esta nada.
Sigo sonriendo,
Sé de sobra que me llevas dentro,
Allí donde nadie me vea,
A veces escondido de ti y
Siempre de los otros.
Llegará el día,
Todo acaba por llegar,
Que libre, florezca ocupando tu alma,
Si es que está vivo,
para aquel entonces!
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