Agua,
por vida,
esencia,
en tus ojos,
tan oceánicos y pacíficos.
Agua,
de tí la que bebo,
apurando la copa de tu mejor vino.
Agua que no ha de apagar un fuego.
Agua en la me sumerjo, y ardo, y quemo..
Agua en tus labios,
olas entrelazan nuestras lenguas,
agua, uniendo nuestros sexos,
que surcamos uno en el mar del otro, en un encuentro violento.
Agua, que no mata mi sed, y alimenta, aún más la tuya.
Agua, tú, yo, mojados, agarrados en esta extraña tormenta.
|