Al fin había logrado lo que siempre buscó, ser reconocido como un profesional de excelencia, a partir de ese momento todas las puertas se abrirían para permitirle exponer sus ideas y proyectos, sería agasajado por los dirigentes de todo el mundo, y pasaría a formar parte de la historia de su país.
Durante esos momentos de gloria, pensó en sus padres y lo orgulloso que se sentirían de él, también recordaba a sus maestros y profesores, a los que nombraría cuando escribiera sus memorias.
Pensó que esta fortuna de pasar a ser un hombre famoso, no lo apartaría de su origen humilde, y quizás la fundación que llevaría su nombre, se ocuparía fundamentalmente de los jóvenes, que como en su caso, habían logrado estudiar y trabajar al mismo tiempo.
A su mente venían las ideas de las cosas que realizaría en el futuro, y las ganas que tenía de realizarlas, pero habría tiempo para todo eso, ese día era solo para disfrutar de su triunfo, bien merecido.
En tanto transcurría el día su excitación le generaba algo de cansancio, pero quería seguir adelante, justamente ahora que había llegado el momento de disfrutar del éxito, no quería flaquear.
Tal vez lo mejor sería antes de comenzar su labor por todo el mundo, tomarse unos pocos días de descanso, junto a su familia, en algún lugar tranquilo y de paso meditar los pasos a seguir, tenía en mente cumplir con todas sus deudas ahora que tenía los medios, y acomodar a sus padres en una nueva casa, grande y cómoda como siempre soñó.
Cuantos años de sacrificio, noches sin dormir, angustias, pero por suerte, no había sido en vano, y la vida le había dado la recompensa que siempre esperó.
A esta altura, ya estaba agotado, pero satisfecho.

Al llegar, saludo a todos en el hall, y se ubicó en un sillón que seguramente, habían preparado para el.

Cuando ingresó a la pequeña sala, en lugar de recibir la condecoración por la que tanto había luchado, le aplicaron una fuerte dosis de tranquilizante, y quedó internado en la sala para enfermos mentales, durante dos largos meses.