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De pequeño estuve algunos años interno, en un colegio de curas, agustinos ellos; lindaba nuestro patio con el de otro colegio; La Divina Pastora, de monjas claro, dedicado a dar educación a niñas huérfanas y de escasos recursos, o al menos eso decían.

Algunos fines de semana te quedabas castigado, dependiendo de tu esfuerzo en el estudio, tu comportamiento durante la semana, o simplemente del humor o de la cantidad de Mala Leche que tuviese alguno de aquellos degenerados, desertores del arado, que no servían más que para ser frailes y que allí se hacían llamar educadores.

Sin embargo, quedarse castigado un fin de semana aunque jodía, no era tan malo, si atendías a lo emocionante de nuestras experiencias de los sábados por la mañana.
Los sábados por la mañana, las monjas hacían la colada… y nosotros, ociosos a esa hora, nos dirigíamos invariablemente a la zona de nuestro patio que lindaba con los tendederos de La Divina Pastora… íbamos, si, lo reconozco, a ver bragas.

Disponían un mar de sábanas extendidas al sol en la parte más cercana a un muro que daba a la carretera; a modo de pantalla protectora, después, varios alambres con la ropa normal y por último, en la parte más protegida de miradas extrañas; pero también la más cercana a nuestro privilegiado puesto de observación, bragas, montones de bragas…

Puede parecer una tontería, pero ver tendidas al viento, colgadas de los alambres de los tendederos un par de cientos de bragas, conformaba una experiencia realmente alucinante; blancas casi todas, algunas, pocas, de colores, grandes y pequeñas, entonces no se estilaba el tanga… menos mal. Era para nosotros un espectáculo de una indescriptible emoción. Permanecíamos extasiados durante un buen rato; allí, a tan solo unos metros de nuestros ojos atónitos que recorrían con avidez cada prenda, ondeando al sol como míticas y señeras banderas, los receptáculos de todo lo pecaminoso que intuíamos pero desconocíamos… Para muchos de nosotros aquellas serían nuestras primeras e inocentes experiencias sexuales, pero no por inocentes eran menos intensas.

Fue por lo que tenían esas vivencias de pecaminoso, por lo que algún tarado iría a contárselo a su confesor, así que un tiempo después, previa redada parapolicial y aplicación del “merecido” castigo por tan infame comportamiento, las monjas empezaron a tender en la otra esquina del patio, lejos de nuestras miradas, de nuestro alcance y cercenando de un tajo nuestras fantasías, acabando bruscamente con nuestra particular entelequia de iniciación al sexo.

Nuestras ilusiones se fueron al garete, las fuerzas vivas de la Iglesia podrían dormir tranquilas, habían preservado una vez más nuestras infantiles mentes del pecado, alejando al diablo, (las bragas) hasta una esquina del patio inaccesible a nuestros ojos.

Pero no pudieron con mi memoria; después, naturalmente he visto más bragas, habrá quien piense que demasiadas, yo creo que las suficientes, pero aún, cuando paseando por cualquier calleja me topo con un par de bragas tendidas en un balcón, recuerdo aquel tenue olor a algodón, a lejía y a jabón verde…

Texto agregado el 27-01-2006, y leído por 2056 visitantes. (45 votos)


Lectores Opinan
19-08-2007 ahahahaha que tierno :P me agrado! ***** felipe_payaso
30-11-2006 Memorable... Buen relato, clarísimo con ese toque de inocencia y picardía...Estrellas vienen volando FaTaMoRgAnA
11-07-2006 absolutamente genial! me eduqué con monjas también, y mis castigos consistían en colgar alguna colada de bragas, o limpiar jaulas de pájaros, hasta que las abrí, y tuve que tender muchas más bragas y muchiiiiisiiiimas sábanas. Felicidades y mis 5 estrellas porque no puedo darte más. un beso lolao lolao
28-03-2006 !Qué memorias! Las bragas sacras de las monjas. Un texto muy bien llevado, narrado y sobre todo, tiene el mismo enganche que tenían las bragas para esas mirada. Refrescante; dejas sonrisas a flor de piel. Dainini
26-03-2006 esta excelente, de niños, la verdad nos formamos en la represion o en el regocijo de ser, pero esas primeras impresiones de mundo quedan grabadas para siempre fermina_daza
25-03-2006 de pequeño, mi "guardería " la llevaban unas monjas, de las cuales sólo recuerdo a la Madre Nives. Lo único que recuerdo, es que cocinaban quetecagasdebien, regalándonos el paladar con exquisiteces... pero no enriquecían imaginaciones a base de bragas. Una pena oiga. Y es que su texto me hizo sentir nostálgico. 5 estrellitas, y un par de bragas raes
24-03-2006 Muy muy bueno ****** VACYA
19-03-2006 me gustó mucho me ha recordado a mis monjitas laquesoy
18-03-2006 es buenísimo y original! Soy_Naixem
17-03-2006 Claro, con ese título, a ver quién se resistía! Pero resulta que después de leerlo valió la pena. Es usted un precursor de sonrisas sinceras en rostros ajenos, cabashero. Saludos. darken
17-03-2006 Muy buena tu narración, expresivo mensaje humano. Te cuento: en Venezuela a las bragas se les dice pantaletas. 5* sorgalim
15-03-2006 Yo que también me eduqué en un internado no ví bragas por ninguna parte, pero sí inmensas secadoras. Escrito con humor. Muy bien la idea, nada usual. Un saludo. -tempestad-
10-03-2006 La imaginación es el afrodisíaco más poderoso que existe. Imaginar el contenido de esas 100 bragas invadidas por el viento, me provoca una imagen bien nítida: es mejor mujer en mano, que 100 bragas volando (muy original por cierto, a esta hora me da por inventar frases innéditas) cafeina-
09-03-2006 Excelente. Escribir es vivir en un tiempo inasible, eterno; los años caminando en una cuartilla, y de calidad visible... aukisa
09-03-2006 Linda evocacion,a la lejana juventud.Imagenes realistas,y muy bien descritas. 5***** gonzoyar
08-03-2006 Una buena descripción de un pasado no tan lejano. A mi me daban un cosqui si no decia ``Avemaria Purisma´´ al entrar en el aula. antoniana
07-03-2006 En esos días no existía el playboy por lo que veo, aligual que las tangas. Pero y los sostenes?je. Saludos iolanthe
05-03-2006 Yo,que también me eduqué en un colegio de monjas,disfruté más de una vez de ese tendido de bragas.Las de mis sores,eran como sábanas blancas de matrimonio volando al viento.Seguro que les llegaban justo debajo del pecho al más perfecto estilo imperio.La diferencia entre tu contemplación y la mía es que yo jugaba con mis compañeras a adjudicarles dueña.Momentos de risa nada pecaminosos.Tiempos de bragas,¡qué grandes tiempos aquellos!.Estupendo y divertido como siempre Rafael.***** Gadeira
02-03-2006 "Las bragas como estandartes, la infancia como tesoro, la mirada como vuelo, la memoria como reliquia". Ceboncita dixit, y yo lo suscribo. Excelente. sespir
02-03-2006 Querido amigo: Mas o menos, somos de la misma quinta. Me he leído de una "tacada" siete u ocho trabajos tuyos y he quedado grátamente sorprendido de las coincidencias en nuestras fantasías infantiles y en otras menos infantiles. Creo que a los de nuestra edad nos hicieron con materiales muy singulares. Casi todos eran unos "embusteros" y el sueño lo tenían ellos. Gracias por propiciarme este buen rato leyéndote. Lo seguiré haciendo. Mis ***** y el voto. enduendao
01-03-2006 jejejeje ¡Bendita inocencia! hay que ver lo que hace un pedazo de algodón por el mero hecho de tapar el culo. Tamaluka
28-02-2006 Simplemente, genial. Los curas y monjas debían estar conchabados con psicólogos y psiquiatras para que deshiciesen las frustaciones con que nos taraban... Arfazel
28-02-2006 jajaja qué historia!! me gustó mucho!! mis ***** Samisis
27-02-2006 Ja! Tan agustinos ellos. Es por lo que dice Joaquín que algunos andamos todavía fijándonos en los tendederos, como si fueran adornos de banderillas de las calles en fiestas. Qué bueno. cardon
26-02-2006 Je je, muy buenos recuerdos. Abrazo y estrellas. carloel22
25-02-2006 Jejeje! Me encantó, me hizo recordar mis días en el cole de monjas, y los accesos de cólera que les producíamos cuando nuestra falda medía un par de centímetros menos de los que debía tener. Genial, aunque sé de una niña que lo hubiera calificado de "askeroso". 5* HabloconmiPared
25-02-2006 Una historia encantadora, porque habla de la pureza de esas infantiles mentes despertando a la sexualidad. ¿Pecaminoso? no lo creo, simplemente la naturaleza humana despertando. Me encantó leerte, y te juro que vi a esos mocosos espiando por la tapia, extasiados imaginando. Una historia linda las que nos trajiste. Besitos y estrellas. Magda gmmagdalena
24-02-2006 Yo, que fui a una escuela laica, nunca pude disfrutar de tan excitante panorama... es algo así como el mundo al revés. Enhorabuena, buen trabajo. akim
23-02-2006 Ja ja ja, tengo la sensación de estar viendo la imagen, "niños semiescondidos despidiendo rayos de sus centellantes miradas" ja ja ja, ¡Qué tiempos aquellos! en los que la censura hacía imaginar lo inimaginable. restorach
20-02-2006 Que estupendo y qué recuerdos del fetiche por excelencia de mi infancia. juanrojo
19-02-2006 Nunca habia leido sobre unas bragas tan llenas de nostalgia y de poesia como aquellas. Muy bonito. moniquita
18-02-2006 el despertar de la niñez son recuerdos tiernos y llenos de nostalgia . Es muy bonito eslavida
18-02-2006 Un gustazo leer tu cuento, nostálgico, lleno de curiosidad por la vida y ese olor a lejía y jabón... es cómo pasar entre tus líneas con un montón de imágenes. Un beso airedevalencia
16-02-2006 jejejejejeej mi vecina tiene un tanga rojo que quita el sentío... barrasus
16-02-2006 Una delicia. Para mí, estos relatos nostálgico-erótico-impúberes caen a veces en la baba o en la cursilería. Afortunadamente, el tuyo tiene la dosis justa de los ingredientes necesarios. Siempre que tiendo ropa interior pienso en las miradas ajenas, y es ajena mi mirada cuando ve esas ropas formando parte de coladas ajenas. Claro, es ropa que no verá uno más que allí, al viento, ondeante... Estupendo tu texto: las bragas como estandartes, la infancia como tesoro, la mirada como vuelo, la memoria como reliquia. Degenerados quienes se escandalizan. Ceboncita
16-02-2006 excelenteeeee, jajja, tiene razon Rosa que gran imagen, pero ¿de colores? que fuerte¡ jaja, me ha encantao leerle malagu´ño burbuja
16-02-2006 Me encantó esa imagen de cientos de bragas ondeando al viento. Yo me crié en un colegio de monjas, pero ya usaban secadoras, seguramente por el aviso de tu compañero, el chota, pasarían de colegio en colegio, avisando del peligro de tender las braguitas al sol... Muy bueno, joio... rnahimla
09-02-2006 Buen cuento, recreadamente voyerista, con un olfato digno de envidiar, pues yo sufro de sinusitis, ja (broma). Una delectación leerte. web
08-02-2006 Tú haces con un "SI" el mejor regalo de la Epifanía; con calcetines rompes la soledad; buscas "un sueño" por todos los rincones para Carlitos, y las bragas del tendedero de La Divina Pastora las conviertes en una bandera de nostalgias con olor a mejorana, hierbabuena, sensualidad, y sales erotico-marineras ¡Lo tuyo es cantar bulerias con la pluma! Adelante... maravillas
08-02-2006 La imagen de las bragas ondeando al sol... el olor a lejía y jabón verde, la emoción de saber las bragas allí tendidas, sábado a sábado, la emoción del pequeño pecado, del pequeño secreto casi inconfesable... (aunque alguno parece que lo confesó)... Un relato para regalar los sentidos, en colores, ya lo sabes. Un abrazo. luna-lunera
07-02-2006 Genialmente escrito como todo lo tuyo 5* Goyo
06-02-2006 Calcetines, limones, bragas...qué más da. Poco te hace falta para dejar claro que eres un maestro, joío. entrelineas
06-02-2006 Humorístico y original texto. Me he reído un montón. Enhorabuena por su arte.***** yasmina
04-02-2006 Me ha gustado muchiiiisimo, me he reido bastante. Posee también la ternura e ingenuidad de la infancia.Además de una redacción impecable en cuanto a soltura y sencillez. Una linda evocación del pasado con tintes erótico-fetichista. Un saludo cariñoso de una gaditana Mª José Galeona
02-02-2006 amigo mío, este cuento es de color sepia, me ha gustado mucho el estilo que le has dado y el final perfecto. Nadie puede poner puertas al monte y es muy bonito eso de tener nostalgia por las bragas pasadas. ¡VIVA EL FETICHISMO! onanista_por_palabras
01-02-2006 Cómo te entiendo Nome, aquellos tiempos dejaron unos reflejos condicionados que no se quitan tan facilmente. Me has traído a la memoria unas cuantas imágenes en color, no en bco. y ngro., de cuando se iniciaba uno en lo sexual. Da gusto leerte.***** graju
01-02-2006 ¡Vivan las bragas en nuestro recuerdo infantil!. Encantadora evocación que da paso a una deliciosa lectura plena de ingenuidad y aventuras. Alejandro_1007
31-01-2006 Excelente oda a las bragas, sí señor. Muy bien contada. Lolasanabria
31-01-2006 Tiene un regusto muy tierno este texto (supongo que de ser monja te diría otra cosa) Sencillo y bien relatado. Claro como el destello de las bragas al sol... Saludos!!! LaranadeShalott
31-01-2006 Ja ja ja, divertida escena la que me he imaginado, felicitaciones. Un saludo de sol-o-luna
31-01-2006 Un relato dulce y picante como la mirada de sus jóvenes protagonistas, con un leve sabor amargo que el narrador no puede disimular al referirse a sus castos educadores... Con toda mi admiración ***** sophie
31-01-2006 Me encantó. Es muy divertido. ***** saitek
30-01-2006 Lo que dan de si unas bragas. Estupendo relato-reflexión, sobre todo en su parte final que a mi también me ocurre. leante
30-01-2006 Como dice Serrat en su tema "Irene / tiende sus trapos al sol /prestando /misterios a la siesta / de bragas comprometedoras / y sábanas alcahuetas..." Yo intuía que tus ojos escondían algo... ahora lo sé, jeje... cientos de bragas se agitan en tu mirada, malagueño. Un besote :) neus_de_juan
30-01-2006 jajaaj!me ha encantao!muy realista este cuento...luego te cuento mi experiencia en el cole de monjas..jaja!(estaban igual de malf... que tus curas)muak! adnara
30-01-2006 Estos curas malfollaos... En fin, que está genial, me imagino la cara de los niños mirando esa flota de blancas velas ondeando al viento. Un saludo. Eddy_Howell
29-01-2006 Las diabluras de la niñez, poco tienen de aburridas, todo lo contrario, hasta la mas insignificante de las tonteras, tiene siempre una oleada de buen humor. Hermsos recuerdos de esa edad; bello escrito, narrado con soltura, e impecable gramática y ortografía. Saludos. raymond
28-01-2006 jajajajaja... me suena a un relato en donde el escritor relata sus experiencias vividas... a qué no?... Estrellas para ti. CaroStar
28-01-2006 Que sí...que sí. Está estupendo este texto...un beso eloisa
 
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