SOCIAL CHARACTER AND CULTURAL IDENTITY - LANGUAGE
IDIOMA
No sé que masacres, asesinatos, peculados y otros actos criminales ha cometido
el vicepresidente de Colombia para merecer el ingreso automático a la Historia U-
niversal de la Infamia que es garantizado por el solo hecho de participar de alguna
manera, directa o indirectamente, en la asquerosa y repugnante maffia conocida
bajo la escandalosamente desfachatada falacia llamada gobierno colombiano.
Solo puedo decir que lo escuché recientemente en la televisión cuando trataba con penosa
incompetencia de ridiculizar a un científico colombiano quien se oponía a
las fumigaciones aéreas implantadas bajo el llamado plan colombia debido al alto
nivel de toxicidad de los glifosfatos utilizados.
Mientras ese maffioso de aldea con cara de lunático trataba en vano de burlarse de
aquel científico porque sus conceptos diferían de los de la DEA y la CIA no pude evitar
sentir la misma rabia que me acometió cuando escuché por primera vez la idiótica
respuesta del generalife español Pablo Morillo cuando ordenó ejecutar al sabio
Caldas en la Nueva Granada: "La patria no necesita sabios"
Pero, después de todo, me estoy refiriendo al compañero de campaña del importador
de Perganmanato de Potasio quien - a pesar de las constantes procesiones religiosas
de sus compatriotas rogándole a Dios y a la Vírgen por la paz - condujo una
campaña presidencial prometiendo implementar una guerra implacable y sangrienta
Y RESULTO GANADOR.
Me tiene completamente confundido cómo el Profesor Ulloa y otros sociólogos co-
lombianos se tragaron ese absurdo sin escribir una sola palabra sobre él.
No lo han hecho, y nosotros - los exilados - hemos sido condenados a ponderar una
serie de teorías sobre cómo los referentes empíricos-objetivos de la patética y lóbrega
realidad colombiana fueron manipulados al punto de que los poquísimos colombianos
que votaron consideraron la paz a través de la guerra como una alternativa a la paz a
través de la prosperidad y el progreso.
Política aparte (porque este no es un ensayo político) sería altamente ilustrativo conocer
la semiótica de la campaña de este individuo Uribe y descubrir cómo el hijo, heredero
y asistente personal de un reconocido traficante de cocaína y socio de Pedro
Juan Moreno Villa, el testaferro "propietario" de GMP Chemical Products (el mayor
importador colombiano de Permanganato de Potasio, un precursor químico de la cocaína)
y fundador de una pandilla de sicarios neonazis durante su período como gobernador
del Departamento de Antioquia
pudo convertirse en La Gran Esperanza
de Paz de los electores.
Hubo un tiempo cuando era posible tener cierta idea del carácter social de una nación
de acuerdo a los dictadores que generaba, toleraba o enfrentaba,
Hoy, cuando las tres cuartas partes del planeta han perdido la autodeterminación vía
gobiernos corruptos y titiritescos a la venta como el de Colombia, el potencial de los
referentes discursivos como herramientas de interpretación de la identidad nacional y
carácter social de un país no pueden ser tenidos en cuenta como objeto serio de consideración y análisis
Tal vez aquellos que han salido recientemente al exilio para liberarse de control fascista
de los bárbaros a cargo de silenciar la disensión política son los únicos cuya voz
merece credibilidad y atención.
Puede que sea cierto que ya han pasado los días cuando cualquier comisario policial
de barriada podía desplegar las fuerzas de los egresados de La Escuela de Las Américas.
Ya no hay microseminarios para entrenar a los matarifes locales en las técnicas
para localizar, torturar y asesinar a los operarios de mimeógrafos de barrio de los subversivos.
Esa estrategia solo consiguió convertir a los radicales de ayer en los terroristas de hoy.
Estamos en la era del Internet, cuando los intelectuales argentinos, mexicanos y de
otras nacionalidades no necesitan dejar sus respectivos países y entrar a Colombia para
enterarse y participar en cualquier debate público conducido en el país.
La relativa anonimidad ofrecida por la superautopista informática se está
convirtiendo en una pesadilla
creciente para seudodemocracias como
Colombia donde se profesa una
supuesta libertad democrática mientras se aprisiona, tortura y asesina a los disidentes
políticos.
El Profesor Ulloa y otras figuras públicas
de la elite intelectual no pueden tomar
ventaja del potencial de anonimato
ofrecido por el Internet porque trabajos
como el que he tomado para estructurar
este ensayo forman parte integral del arsenal ideológico en las "guerras culturales"
en las cuales luchan para llegar o
mantenerse en el rol de participantes
de la clase dirigente, para ponerlo en
los términos expresados en la Sección
1-i.p de este ensayo.
Es muy posible que el Profesor Ulloa y otros lingüistas, semiólogos y sociólogos
latinoamericanos quienes recientemente
han empezado a escribir extensivamente
acerca de la identidad nacional y Cultura
lo hagan solo por mantenerse a tono con lo
que parece haber irrumpido como una
tendencia espontánea, y si es así existe la
remota posibilidad de que el fenómeno ilustre
lo que el Profesor Ulloa propone cuando
se refiere a las estructuras de significación
que los hombres producen sin saberlo".
Pero yo no soy tan ingenuo y además de
que llevo varios años investigando y escribiendo
sobre el fenómeno tengo suficiente radar
analítico para comprender que la lata
de gusanos destapada por los arquitectos
de la Union Europea y la transnacionalización
del Euro hizo a los magnates europeos
concientes de la imperiosa necesidad de
desmontar los cimientos sobre los cuales fué construido el concepto de "nación" e
introyectado en el imaginario colectivo de las masas europeas a finales del siglo XVII
y comienzos del XVIII.
Así que yo sé muy bien porqué. cuándo y cómo la "tendencia" a escribir acerca de
las identidades nacionales nos fué servida en una hirviente, tentadora y muy bien sazonada
bandeja de "plata".
Resulta irónico cómo Simón Bolívar luchaba para que no nos fragmentáramos en muchas
naciones y así hiciéramos más difícil que los ladrones de guante blanco de Europa
nos abusaran y explotaran y ahora, los mismos que financiaron el sabotaje al ideal
bolivariano financiando conflictos regionales y necios caudillismos desean que nos unamos
para facilitar la explotación a través de la ahora llamada "economía global".
La colonización nos robó a los americanos la oportunidad de evolucionar desde las co-
munidades locales y regionales a las divisiones administrativas unidas por la fuerza de
la necesidad en el desarrollo pragmático e inevitable de divisiones políticas que dieran
nacimiento natural al concepto de "estado", que fué el proceso por el cual estaban atravesando
los europeos antes de que las elites intelectuales formularan las bases de lo
que ahora conocemos como "la implementación de naciones".
Mi estimado personal calcula que menos de un tercio de nuestro territorio estaba pobla-
do cuando los europeos invadieron el territorio que llamaron "América" después de que
Walter Waldseemuller publicó el primer mapa con el Nuevo Mundo de acuerdo a las ideas
de Americo Vespucci, un florentino mejor escritor que navegante, honrando - afortunadadamente -
al único marino inteligente en toda la tragicómica historia de la Conquista y la Colonia.
Nuestros ancestros precolombinos podrían haber continuado varios siglos sin ninguna
necesidad de la fundación de divisiones administrativas y políticas.
Ni siquiera los "Reyes Mongólicos", el par de mediocridades que supuestamente regían
"Apaña" durante el Descubrimiento y La Conquista vieron la necesidad de la creación
de muchas divisiones político-administrativas. Las únicas sedes de gobierno centralizado
que tenían fueron establecidas en los territorios actuales de México, Panamá y Perú.
Cuba fué añadida más adelante, pero su importancia no estaba ligada directamente a
la administración del botín. Fué el resultado de la necesidad de un centro geográfico
para el tráfico en la ruta oceánica tomada por los barcos que conducían a los negros
cazados o comprados en Africa.
Terratenientes ambiciosos y especuladores deshonestos financiaron un desfile intermi-
nable de conflictos regionales para sabotear los planes de Bolívar quien había atravesado
todo el hemisferio y explícitamente escribió
en más de una ocasión que sería casi
imposible introyectar el concepto de "nación" al estilo europeo en el espíritu de un
territorio tan vasto y similar a través de toda su extensión.
Los peores temores de Bolívar se convirtieron en realidad y hacia l.850, solo dos décadas
después de su muerte, los curas, poetas, novelistas e intelectuales quienes eran
todos descendientes de los invasores europeos y componían una elite altamente cerrada
y discriminatoria se mantenían prolíficamente ocupados creando, para el consumo
de las masas de peones, el comercio de referentes y símbolos que dos siglos antes
había sido embutido a los vasallos europeos para imbuir en ellos el concepto de nación.
Cuando Juan de Ampudia y Pedro de Añasco asesinaron al cacique esposo de La Gaitana
ella los capturó y tomó su venganza. Los castró con su propia mano e insertó sus
penes en sus bocas sacrílegas. Luego con sus propios dedos les sacó los ojos y tiró
sus corazones bestiales a los marranos. Las cabezas de Añasco y Ampudia fueron
exhibidas en los campamentos tribales cercanos como un trofeo y prueba de que los
invasores no eran dioses ni eran invencibles.
Cuando escuché por primera vez dicha historia los profesores y libros de historia la incluían
como una prueba del nivel de salvajismo de los nativos, pero los estudiantes
colombianos en una mayoría casi absoluta eran unánimes en decodificarla como un
relato de la justicia bien servida, las reparaciones bien merecidas y la imaginaria dulzura
de esa venganza (era esa reacción fija la manifestación de algún eslabón atávico y
común que comparten la mayoría de los colombianos y los hace tan salvajes e implacables
en el combate? Sumariamente, es ese uno de los elementos constitutivos en
la identidad y el carácter social de los colombianos?) haciendo de La Gaitana la heroína
par excellence de todos aquellos que más tarde, en la fase adulta, se iban a convertir
en los problemáticos y los subversivos.
Nuestras elites no han terminado el período de prueba necesario para la construcción
de identidades nacionales. Los textos de historia actual no mencionan para nada a La
Gaitana. Tal como los colombianos han tenido dieciocho banderas nacionales hasta la
fecha, la historia del pasado continúa haciéndose y rehaciéndose de acuerdo a las demandas
del momento. El caso de El Perú es aún más tragicómico. En cierto momento
Bolívar llamó a las elites criollas un manojo de idiotas porque una de las tantas banderas
que deseaban adoptar como pabellón nacional para enarbolar en el campo de batalla
tenía los mismos colores y podía ser confundida a la distancia con la bandera de España,
el mismo enemigo contra el que se estaban enfrentando.
Durante los ocho años de usurpación del japonés que se declaró dictador en Perú sin
que los peruanos se dieran cuenta la mayoría de los operativos militares conducidos
para secuestrar y matar peruanos eran rotulados con los nombres de héroes de las eras
precolombinas y de la Colonización. Lo cual no es nada nuevo. Cada hijo o hija de una
india que abría sus piernas para el placer de el invasor se convertía en madre de hijos
con nombres nativos escogidos por sus padres extranjeros. Debe ser la manifestación
de algún oscuro componente freudiano dando orígen a esta mezcla de "implementando
una brillante estrategia y al mismo tiempo cagándose del miedo".
Cuando escuché por primera vez la historia de La Gaitana, por pura curiosidad, investigué
por mi propia cuenta cómo le había ido a los incas, aztecas y otras culturas precolombinas
en cuanto a esta categoría de los rebeldes-héroes-mártires.
Los mexicanos, quienes usualmente son tan ferozmente nacionalistas que hasta envi-
dio a veces el amor y pasión que sienten por el "imaginario" de su patria parecen haber
sido los mejores en la autoconciencia de cuán igualmente diferentes eran todos los nativos
americanos respecto a sus invasores europeos.
Ellos, junto con los Pijaos en lo que es hoy Colombia percibieron desde el mismo principio
a la Conquista y la Colonia como períodos de confrontación entre "nosotros" (los
americanos) y "ellos" (los europeos).
Tanto así que los mexicanos son los únicos que han convertido en personajes de reconocimiento
continental no solo a sus héroes, heroínas y mártires, sino también a la
antiheroína quintaesencial.
Mientras los gringos reverencian y rinden homenaje a su adorada Pocahontas, los mexi-
canos, aún hasta hoy, odian a La Malinche y la acusan como la traidora principalmente
responsable por los éxitos de Hernán Cortés.
Pero no hay otro lugar en todo el continente donde la construcción del concepto de nación
haya sido un fracaso tan resonante como en ese Paraíso Perdido que, por falta de
un nombre real, conocemos como Los Estados Unidos.
Es, como apuntaba Gabriel García Márquez, un país sin nombre. No conozco el caso
de ningún otro estado moderno cuyo nombre no sea un sustantivo sino una cláusula adjetival.
El grupo de propietarios de tierra y/o esclavos que llaman "founding fathers" (patriotas fundadores,
qué desnombre!) no estaban interesados en fundar nada. Todo lo
que querían era permanecer sujetos a La Corona, pero pagando menos impuestos. Sólo
la proverbial estupidez anglosajona, que no falla en magnificarse cuando se combina
con el poder los forzó a separarse como resultado de la patética carencia de materia
gris de las clases dirigentes inglesas.
La Independencia que declararon ha permanecido hasta ahora como un pedazo inservible
de papel escrito porque no se encuentra hoy en día un solo estadounidense (para
el nombre de un país esencialmente estúpido un patronímico igualmente morónico) que
no le diga, con la consabida, esperada e inexplicable inflamación del ego, de qué país
de Europa sus ancestros zarparon para robarse la tierra que le pertenecía por derecho
tradicional a los nativos norteamericanos en el Nuevo Mundo.
Esa es la razón por la cual Pocahontas y otras cuantas mujeres que se convirtieron en
colaboradoras con el enemigo son hasta ahora reverenciados por los "gringos".
Cuando los nacionalistas mexicanos ventilaban su rabia contra el invasor del norte escribiendo
en los muros el slogan "Green Go Home" (del cual surgió la expresión gringo) tenían
que usar el color del uniforme del ejército "americano" para identificarlos, porque
era la única manera de referirse a los nacionales de un país sin nombre conocido.
Lo histórico se confunde con lo literiario al punto de que muchos paraguayos y chilenos
(que no están tan lejos de los gringos en cuanto a la pobreza de la estructura de referentes
discursivos y empíricos en la percepción de su identida racial y cultural) piensan
sobre Tabaré como una persona real y Láutaro como un personaje de ficción.
El hecho es que para 1.866 cuando José Zorrilla de Sanmartín publicó Tabaré se convirtió
en el más exitoso cronista de cuentos mil veces mal contados acerca del indio que
se enamora con la bella hija del invasor europeo y sacrifica su vida en aras de esa clase
de idilio prohibido. Como en una versión lacrimosa y retorcida de la historia de La Malinche.
Así el pobre indio mártir se sacrificaba en el altar del amor convirtiéndose en el
portador arquetípico del estandarte de la colombianidad, la chilenidad, etc.
Por varios años publiqué ensayos principalmente para publicaciones enfocadas en la
crítica literaria en los cuales anotaba la intención semiótica subyacente de reforzar sentimientos
nacionalistas como la verdadera motivación primaria de esas sagas amerindias.
Siempre me parecía muy curioso porqué los herederos del saqueo colonial (es decir,
las elites intelectuales que se preciaban de ser descendientes directos de la raza de los
invasores europeos) se mantenían escribiendo inspirados poemas y novelas celebrando
las "derrotas" de sus ancestros a manos de los "mestizos" y "mulatos" que constituían
la gran mayoría de los combatientes comandados por Simón Bolívar (cuyos rasgos faciales,
a propósito, se asemejan a aquellos de nuestros caciques nativos en su imaginario
idealizado) en Carabobo, Ayacucho, San Mateo y otras batallas relevantes en la saga
de la independencia.
Luego leí las siguientes líneas de un ensayo escrito por Ana Marie Thiesse
La perspectiva cambiaba cuando
la victoria estaba a la vista y las demandas por una estadidad independiente de acuerdo a
los criterios "nacionales" estaban a punto de realizarse.
Surgió entonces un problema práctico.
Cómo se iban a definir
los territorio nacionales y a demarcar
las fronteras de la nación elegida? A diferencia de las monarquías y los
imperios, las naciones no pueden in-
vocar el derecho de conquista. Su
reclamo por un territorio debe estar
basado solo en derechos
ancestrales de posesión. Una nación
merecedora de ese nombre no puede
nunca admitir intenciones agresivas
hacia sus vecinos. Siempre reclama
estar actuando en defensa de sus
derechos inalienables de heredad y
el derecho a la libertad, salga bien
o mal (por eso es que las naciones
algunas veces conmemoran sus
derrotas tanto como sus victorias)."
Esto fué publicado en "Le Monde Diplomatique" en Junio de l.999 cuando el movimiento por
la Unión Europea estaba en su punto más álgido y ese segmento específico de un texto
tan importante en la formulación de la Semiótica de la Globalización me dió el enfoque que
yo nunca había percibido.
Brevemente presentado, yo estaba analizando el material desde la perspectiva del latinoa-
mericano actual, con todo el bagaje de estatuas, himnos, discursos, citas, heroes, villanos
y toda la extensa parafernalia que me hacen un suramericano actual con todo el
"imaginario y las identidades nacionales, etnicas y culturales de un latinoamericano" que
yo siento, para usar las categorías descriptivas del Profesor Ulloa cuando se refiere a el
chisme, los chistes y la Literatura.
Percibido desde el punto de vista y la actitud mental del latinoamericano elitista del siglo
XVIII se me hizo claro que cualquiera de sus miembros podrían haberme aclarado que en
realidad no importaba quien ganaba o perdía en el episódico pasado histórica mientras
los miembros de la elite a la que ellos pertenecían fuera la beneficiaria de ambas, las
victorias y las derrotas.
En su cómodo momento de riqueza material ellos podían celebrar tanto lo dulce como lo
amargo muy a la manera como la Iglesia Católica celebra la crucifixión porque, desde
un punto de vista pragmático la "derrota" de Jesús fué el boleto del Vaticano para el
banquete gratuito y el prolongado paseo que ya ha durado tanto que ha convertido en
obsoleto su propósito original.
Anne Marie Thiesse abre su ensayo citando a Ernest Renan. Las naciones no son eternas,
escribió Renan. "Tuvieron un comienzo y tendrán un final en el que probablemente
serán reemplazadas por una confederación europea".
"Su profecía", advierte Miss Thiesse, "estaría a punto de convertirse en realidad a medida
que el milenio se acerca a su final, si no fuera por una contradicción inherente en la
política europea. Justo mientras la madurante unión europea está empezando a obseder
la nación-estado. el estandarte del nacionalismo está siendo elevado en todo el continente,
no solo en los países del comunismo ya fenecido, sino también en estados del
occidente de Europa como España, Bélgica y el Reino Unido."
Renan fué uno de los primeros pensadores que trataron de tender las bases filosóficas
de la Teoría del nacionalismo y las identidades nacionales. Pertenece al círculo de cobardes
intelectuales que silenciaron la fea verdad de que el racismo, el odio y la intolerancia
y ridículas pretensiones de superioridad racial fueron usados por los curas, los
comerciantes y los terratenientes para embaucar a los desposeídos de todo el continente
en una sensación complaciente y apócrifa de pertenecer a cualquier paraíso encantado
que sus elites habían inventado para su consumo.
Ninguna de las alimañas seudofilosóficas y ofidios morales de las clases dirigentes en
sus respectivos feudos podría haber imaginado que, menos de dos siglos después, el
ingrediente más venenoso y secreto del caramelo ideológico que elaboraron para el
consumo forzoso de las masas ramplonas y alimentarlas con el delirio de el poder derivado
de la pertenencia a una nación-estado democrática y envidiable se convertiría en
el mayor obstáculo para la creación de la confederación europea predicha por Renan.
Durante los sesentas y setentas las elites europeas estaban, o fingían estar, totalmente
ignorantes de los beneficios de tener gobiernos dictatoriales en la mayor parte de
la Europa oriental.
Los líderes políticos, escritores, periodistas y las clases dirigentes de los gigantes económicos
de la Europa occidental mantenían la fachada de un continente estable y unido
olvidando, aparentemente, su oscuro secreto continental, o terminaron creyendo su propia
imágen falsa de armonía y civilización envidiable. Junto con sus socios en el despojo
de recursos naturales ajenos, los "americanos", luchaban contra el comunismo sin
ninguna mención al mundo sobre los beneficios de mantener cabezas de estado dictatoriales
y capaces como Tito en lo que es llamado ahora "la antigua Yugoslavia".
La muerte de Tito y la caída de la Cortina de Hierro soviética trajo de nuevo a la superficie
la reactivación de varios conflictos antiguos creados por las arbitrarias divisiones
que transformaron el mapa político de Europa después de la Segunda Guerra "Mundial".
Repetinamente sentimientos autonomistas mantenidos a raya desde finales de la década
de los cuarenta por la represión violenta de identidades étnicas reaparecieron y
lealtades silenciadas por largo tiempo retornaron trayendo de nuevo a la conciencia
continental etiquetas como Macedonios, Kurdos, Croatas, Bosnios y Serbios.
Mencionaré solo tres casos para ilustrar cómo la situación ha aumentado en intensidad
y animosidad durante los años más recientes.
LOS KURDOS se han convertido prácticamente en una nación virtual. Ahora viven en
enclaves tradicionalmente Kurdos en Rusia, Turquía, Irán, Iraq y Siria.
LOS MACEDONIOS quienes muy recientemente adquirieron el status de nacion-estado
mantienen en sus mapas oficiales la mitad de su territorio ignorando la frontera que lo
coloca dentro de Grecia.
LOS ARMENIOS que escaparon masivamente del genocidio de l915 y sus descendientes
reclamaron su status como nación en l.991, pero una vasta región de la Armenia
Occidental tradicional ahora pertenece a Turquía.
El KDP (Partido Democrático Kurdo) fundado en l.946 por Mustafá Barzani y el PUK
(Unión Patriótica de Kurdistán) que surgió como una disidencia del KDP en l.975 abogan
por una nación autónoma e independiente de Kurdistán.
"MACEDONIA PARA LOS MACEDONIOS" lucha por una Macedonia unida demandando
que Grecia devuelva la parte griega de su territorio original.
Soros-Armenia mantiene una página Web altamente agresiva sobre el status actual de los
armenios "desperdigados por todo el mundo", según su lema oficial.
Y el WESTERN ARMENIAN INSTITUTE proclama su indeclinable profesión de fe en defensa
de la historia y el futuro de Armenia Occidental la cual está, por el momento, ocupada
por la República de Turquía.
La guerra ideológica planteada en Europa para lograr la Confederación Europea profetizada
por Renan a pesar de la xenofobia y el racismo despertado por el incremento del arribo de
minorías raciales reposa sobre la promesa y el prospecto del progreso económico. Las
promesas van desde niveles dramáticamente decrecientes de desempleo a un alza radical
en el standard de vida.
Al frente de las fuerzas favoreciendo
la integración para superar los retos
opuestos a la globalización financiera,
las elites europeas han desplegado
un agresivo y sofisticado ejército de estudiantes, profesores universitarios, filósofos y escritores.
Los franceses han sido, hasta ahora, altamente exitosos en proveer esta confrontación ideológica
con un campo de batalla eminentemente intelectual.
En nuestra América Latina la clase dirigente colombiana ha sido igualmente exitosa en
incorporar esta guerra ideológica dentro del marco de la guerra militar en la que están
comprometidas contra su propia población civil. Teniendo un presidente y un gobierno
abiertamente fascista se han convertido en los portaestandartes de la necesidad de una
confederación latinoamericana de Escuadrones de la Muerte y hordas paramilitares.
A la creciente internacionalización del sueño bolivariano de la unidad de nuestros pueblos
la clase dirigente colombiana está respondiendo con la pesadilla uribiana de la intermacionalización
de la muerte y la tortura.
Puede ser posible llegar a la etapa deseada cuando los franceses, los alemanes o los
ingleses pongan a un lado su ego nacionalista y su Id racista a cambio del beneficio
de las ganancias económicas a través de una presencia unida ante las fuerzas de la
globalización económica.
No va a ser tan fácil en Latinoamérica.
La parte correspondiente a Latin en el sustantivo compuesto latinoamérica nos da el
fuerte impulso por la pasión y el
sentimentalismo que siempre se
mantiene hirviendo en nuestras venas.
Va a resultar casi imposible que colombianos, ecuatorianos, o peruanos - por ejemplo -
hagan como los europeos, principalmente porque quinientos años de historia y sufrimiento común
les han enseñado muy bien que cualquier beneficio económico ganado
a través del supuesto sacrificio de ser menos colombianos, menos ecuatorianos o
menos peruanos irá para el provecho de las mismas sanguijuelas ambiciosas que siempre
se han tomado la parte del león en todo menos el sudor, para dejarles solo los escasos
sobrantes de la mesa de el rico Epulón.
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