En la otra cara del mundo, la que no he visto jamás sino por televisión, diarios, revistas y hasta postales imaginarias sacadas de palabras de allá mismo, me pongo a revisar no tan minuciosamente un relato hecho a fuego lento, relleno de ternura y vaciado sobre una fuente enlozada de azul claro, como me imagino que se debe ver el mediterráneo, asi, presuroso de llegar al mar y hacer de las burbujas de sal un tributo a los que desean llegar hasta aquí, prístinos, convocados por sus mentes y sus propias inspiraciónes.
Deben saber, que hay dos ciudadanos universales que pasean de la mano por todos los lugares. Al menos yo los conozco bien y sé que viven en todas partes al mismo tiempo.
Alguien, es concreto, eficaz y drástico. Le gusta la comida recién servida. La disfruta y la deja recorrerle.
Algo, es mas enigmático. Tiene muchas facetas, mas que las rocas de los Mapuches, que las botellas de los universitarios y mas que el mismo aire. Es distinto de Alguien, pero tienen una particularidad: Son quienes dan bienvenidas ilustres a quienes quieren conocerles. A quienes les imaginan hasta el otro lado del mundo. Prestan balsas, fabrican sueños y prestan, construyen mediaguas y recrean a los pequeños. Enamoran y dejan partir en libertad.
Alguien y Algo, esperan siempre juntos. Donde sea que vayamos. |