Ojitos negros, de niña, ojos curiosos
descubren el mundo, sus penas y gozos,
verán lo feo y lo maravilloso,
¡no sabe que tiene unos ojos hermosos!.
Ojitos que hablan, ojitos tan tiernos,
que van ofreciendo amor puro y eterno
al mirarlos, olvido que ha llegado el invierno,
sólo existe el cielo, ya no hay más infierno.
Hoy veo en sus ojos, un amor tan sincero,
si esta fuera mi hora, pues feliz me muero,
No habla todavía, con paciencia espero,
que de sus labios brote, un hermoso "te quiero".
Sus ojitos de niña, me brindan compañía,
si no volviera a verlos, mi vida triste sería,
si quieres amor, ternura y alegría,
búscala en los ojos de la reina Sofía.
Dedicado a Sofía y a todas las sofías que con su llegada, han alegrado la vida de tantas personas ya vencidas por el tedio y la rutina.
Gabriel Santiago Carrasco |