Es la magia de sentarse a escuchar el volcán en erupción, tratando de adivinar qué casa desaparecerá primero...
Oler las cenizas y en medio del tumulto detenerme a observar la belleza de la lava ardiente...
Oír un grito desgarrador al mismo tiempo que de un jardín salvo a un jazmín...
Subir rápido al coche y que una lágrima se me escape por no poder quedarme...
Soñar, durante el camino, que nos alejamos rápidamente pero despertar con la felicidad de estar atrapados entre las llamas...
Sentir, por fin, el calor de la montaña, ese abrazo majestuoso que me había prometido...
Y descansar ya tranquilo con el sueño cumplido, ese sueño que todo niño tiene: “permanecer para siempre junto a mi familia en el lugar que más amo en el mundo”.
Sasá
Texto agregado el 27-08-2003, y leído por 334
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
06-09-2003
Precioso, mis aplausos y estrellas. ... La_Pachamama
28-08-2003
Eso es realmente inocencia. Me gustó. Saludos. Profugo
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