Aún para mi es un misterio la institución que son las Putas.
Pues ni con el desengaño mas grande ni con la iracunda ironía he acudido a entorcharme con tales brasas esponjosas que suelen desvirgar adolescentes y apasiguar calientes infieles y otros cuantos con el amor seco.
Entonces me pregunto...
¿Cuál necesidad ha de ser tan urgente para que un hombre deje su tibia cama por el aliento frío de una puta?
Pecaba de ignorante.
Hasta que fuí donde Brigida. La señora mas desgastada por el oficio. Entré en un cuarto, me saqué la chaqueta. Encendí un cigarrillo para mi y uno para ella.
En cuanto la miro a los ojos, le pregunto:
¿Porqué es frio su aliento y sus gestos se reducen a un chasquido de sus dedos medio y pulgar...
por qué sus ojos parecen vacilar cuando otros buscan el reflejo en ellos...?
A lo que me contesta:
Quiza a mis 43 años, recién, comiencen a cambiar mis gestos y a centrar mis ojos. Porque hace 30 años que esperaba que alguien notara que soy también alma
y no la carne por la que pagan.
(Dedicado a las almas perdidas en cuerpos equivocados)
Texto agregado el 27-04-2005, y leído por 132
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
16-06-2005
Alma más carnes=
éxtasis.Muy lindo y muy tierno.***** Gadeira
28-04-2005
Atrevido... interesante de leer. Hermeset
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