Hoy me da su mano, me ofrece su boca
pero yo la rechazo por miedo a que llegue
en el momento menos esperado la hora
del amanecer,la hora en que tiene
que marcherse para no volver.
Alguien me dijo una vez que la noche parece una mujer, nunca se entrega del todo,y cuando parece que te acepta amanece.Los poetas y los sabios más famosos han intentado hablar de la noche.Confieso que en mí ejerce una extraña sensación positiva,y es mi mejor momento para hablar,tocar,escribir,soñar... Pero hay personas para quienes la sombra y la luz de las farolas se convierten en un auténtico martirio;por ejemplo para los mendigos de mi ciudad.Los veo a la puerta de la iglesia,cuando vuelvo con algunos amigos de una noche de cachondeo,ellos tirados en el suelo,con la mirada perdida en el vacío,parecen incluso fantasmas,indiferentes a la multitud,están ahí pero es como si no existieran,como si en el fondo les importasen un carajo a la mayoría de las familias que apenas consiguen llegar a fin de mes.
Y mientras los ministros cenan en los mejores restaurantes de Madrid,y se llevan 536 millones de euros del gobierno para sus empresas como supuesto préstamo para devolver menos de la mitad,esos seres siguen tirados en los parques y las iglesias,sin ninguna casa en la que ver la televisión,sin nigún colchón -a no ser que sea uno bajo las alcantarillas- sobre el que descansar.
Hay veces en las que me avergüenzo de la sociedad que hemos creado,hay veces en las que dan ganas de que caiga un meteorito y salgamos todos volando,para que otros puedan empezar de cero e ir por el buen camino. |