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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Talleres / Club De La Pelea 8º. Round - [F:9:8000]


ysobelt,06.01.2007
Este, señores es un nuevo Round del b“Club De La Pelea”/b
uPROSA (Ysobelt)/u
Las condiciones de la bronca las pongo yo. Algunos les parecerán mal y a otros también pero les recuerdo a ustedes que yo he ganado en el anterior, eso no significa que ustedes hayan perdido, yo toco la primera campana de este round y también la última.
En esta bronca quiero que peguen todos y la cosa va más o menos así. Si deseas la prosa entonces juegas en mi terreno y te voy a llevar derechito/a a donde yo quiero. Todo consiste en lanzar el mismo golpe en el estreno y luego usar tus armas de perro/a callejeros.
Este es el golpe primero…i”Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio…”/i
Ahora te toca pegar.
Es bcondición primordial que todos comiencen a pegar con el mismo gancho./b
i“Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio…”/iA partir de aquí siguen ustedes.

uPOESIA (Fishcake)/u

Hola cuenteros. Espero que hayan empezado el
año con todo lo mejor. Ese es nuestro deseo para todos ustedes. En cuanto a la poesía el tema elegido es i"El devenir del tiempo"/i. Don Francisco de Quevedo y Villegas nos dice en versos inmortales lo siguiente: "El tiempo,/ ese enemigo que nos mata/ huyendo." Es muy amplio. El tiempo está en todo y sus huellas son inevitables. Tanto las buenas, como las otras. Allí está la cosa ahora para este boctavo round/b de la pelea. Vamos, adelante con los faroles. El abuelo decía: "Vamos pa lante, que empujan d´atrás".

En fin. Y, para los dos géneros, las reglas son las mismas que las del round anterior, a saber: el 7tmo.. El hecho de intervenir ya es un gran logro. Esperemos que ninguno se quede afuera. Hay una semana para presentar los trabajos, a partir de esta publicación. Luego, se tendrán tres días para la votación. Sólo podrán votar los cuenteros que intervengan en el certamen. Se ruega no exceder en mucho los límites de palabras y de versos. Bueno, hasta aquí, por ahora, lo que tenemos para informarles. Mucha suerte a todos.

Del 7-01-2007 al 15-01-2007 para participar
Del 16-01-2007 al 19-01-2007 para votar.

 
pene-lope,07.01.2007
era el monótono sonido de las gotas de sangre que caían pesadamente sobre el piso húmedo...
 
fishcake,07.01.2007
”Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio… (ysobelt) era el monótono sonido de las gotas de sangre que caían pesadamente sobre el piso húmedo... (pene-lope) Entonces, como si saliese de ultratumba, la ronca voz de Mendizabal trepó por el pringoso empapelado de las paredes diciendo: -esta rata inmunda no joderá más a nadie. (Fishcake)... ”
 
ysobelt,07.01.2007
Es un cuento por participante, no uno comunitario, lo único que se pide es usar el encabezado ...nada más...
 
cromascape1963,07.01.2007
El agresor

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio Llegó al motel sola, era la consigna del servicio de citas, donde se efectuó el pago por adelantado. Doble. Para Tifany eso significaba unos cuántos movimientos y gemidos más.
Pensaba en su hija Magdalena, cuando escuchó la puerta y, al levantar la vista, le pareció reconocer la silueta que se dibujaba frente a ella.
- Tranquila, dijo el hombre parado al trasluz.
Lo reconoció más por el tono que por la voz. Estaba transformado.
- Tranquila, repitió..
Sin darle tiempo a nada, él se abalanzó y llegó la primer bofetada.
“Puta¨”, escuchó entre zumbidos que se hicieron ecos. Y después, la andanada de golpes. Gabriel, jadeando entre vahos de alcohol, la sometió una y otra vez. Se desmayó de dolor cuando sintió el frío del metal en sus costillas.
Despertó, sola, la puerta cerrada con llave. Le dolía todo el cuerpo, pero más el alma que escapaba con la sangre por sus entrañas.


Desde que la violaron en el callejón que le servía de atajo para volver de la escuela a su casa, a la tranquilidad de la comida casera, risas y juegos con su hermano mayor, no había vuelto a llorar ni quejarse, ni cuando nació la hija de esa tarde negra, ni en la mañana en que murió la madre.

Quería abrir la ventana ahora, el cuerpo no le respondía. Cuando lo logró sus ojos llorosos , quedaron fijos en los autos que iban y venían. Hecha un colgajo que empezó a humedecer la lluvia, dejó de respirar.

*

Gabriel llegó a su casa empapado, preguntando por su hermana.
No llegó, dijo su mujer, apurada y con la mirada fija en la comida– vos sabés siempre es la última en salir de la tienda.
Debía terminar antes que se pusiera nervioso, lo normal cuando llegaba borracho.
“hola!!!”, dijo Magdalena mientras abrazaba sus piernas.
“Venga con papi” le dijo y pensó que, como en el callejón, su hermana, esa noche, no lo había reconocido.
 
cromascape1963,07.01.2007
Disculpas, cometi un error al pegar el texto, va de nuevo. Uf! que trabajo me dio este!!!!! Saludos a todos.


EL AGRESOR

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio eran los coches de la ruta.
Llegó al motel sola, era la consigna del servicio de citas, donde se efectuó el pago por adelantado. Doble. Para Tifany eso significaba unos cuántos movimientos y gemidos más.
Pensaba en su hija Magdalena, cuando escuchó la puerta y, al levantar la vista, le pareció reconocer la silueta que se dibujaba frente a ella.
- Tranquila, dijo el hombre parado al trasluz.
Lo reconoció más por el tono que por la voz. Estaba transformado.
- Tranquila, repitió..
Sin darle tiempo a nada, él se abalanzó y llegó la primer bofetada.
“Puta¨”, escuchó entre zumbidos que se hicieron ecos. Y después, la andanada de golpes. Gabriel, jadeando entre vahos de alcohol, la sometió una y otra vez. Se desmayó de dolor cuando sintió el frío del metal en sus costillas.
Despertó, sola, la puerta cerrada con llave. Le dolía todo el cuerpo, pero más el alma que escapaba con la sangre por sus entrañas.


Desde que la violaron en el callejón que le servía de atajo para volver de la escuela a su casa, a la tranquilidad de la comida casera, risas y juegos con su hermano mayor, no había vuelto a llorar ni quejarse, ni cuando nació la hija de esa tarde negra, ni en la mañana en que murió la madre.

Quería abrir la ventana ahora, el cuerpo no le respondía. Cuando lo logró sus ojos llorosos , quedaron fijos en los autos que iban y venían. Hecha un colgajo que empezó a humedecer la lluvia, dejó de respirar.

*

Gabriel llegó a su casa empapado, preguntando por su hermana.
No llegó, dijo su mujer, apurada y con la mirada fija en la comida– vos sabés siempre es la última en salir de la tienda.
Debía terminar antes que se pusiera nervioso, lo normal cuando llegaba borracho.
“Gaby”, dijo Magdalena y la levantó en vilo.
“Venga con papi” le dijo y pensó que, como en el callejón, Tyafni, esa noche, no lo había reconocido.
 
TEJERA,07.01.2007
LA FUGA

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el ajetreo de un nuevo día laboral para la gente medio decente.
Yo, sin embargo, permanecía entumido e inconsciente tras una loca y caótica noche con una puta o ramera ninfomana, que como decía ella, no cobraba por el sexo, sino por la necesidad de comer algo más que pollas.
Un accidente de tráfico y un par de tiros me arrancaron de mi letargo, “Oh, Dios mío” exclamé sentado en la cama y mirando hacía el rincón donde ella yacía apuñalada.
Mire mis manos y estaban limpias al igual que la cama. Del charco de sangre se desprendía un hilillo que se perdía en el pasillo de la habitación. Me levanté desconcertado y tambaleándome con una incoherente curiosidad de saber a dónde me llevaría esa línea continua roja.
Descubrí con histeria que atravesaba la puerta del 341, la misma que yo había alquilado el día anterior y se detenía en medio de un pasillo más comunitario, formando una asquerosa mancha marrón.
Corrí al baño y volví con una toalla empapada de agua caliente dispuesto a liquidar esa descarada condena, pero está no se desprendía.
Corrí escaleras abajo y desaparecí en mi Ford Escort. El pánico se apoderó de mí cuando descubrí que la línea continua blanca se teñía de rojo tras de mí cada vez que apretaba el pedal del freno.
 
descarada,07.01.2007
Labios pintados

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el tic-tac del puto reloj en la pared, la miré, desconcertada, pensando una vez más en la perfección de sus senos aún estando muerta, desnuda, tirada, preciosa…”los labios pintados matan”, dije con la vos ronca, prendí un cigarro, y subí el volumen del estéreo, Frank Zappa-Suicide chump, y me quede quieta frente a ella, dejando que se consuma todo, su sangre en mi cigarro, su muerte agria entre mis labios y entre sus piernas… suicide chump, suicide chump…-gran puta de mierda- y tiré el fallo sobre su ombligo, me limpié las manos en las sábanas y las escondí en mi bolsa, me vestí, y la miré de nuevo, me recosté en su pubis por un instante, aborreciéndola, le di un beso y un hilo de sangre se enredo en mis labios, era tan exquisito toda esa mierda, y me daba tanto asco. Salí despacio, -como si nada pasará- (nada cambia), cerré la puerta con llave, bajé a recepción, le deje a al dueño diez dólares sobre la mesa, y me largué por el mismo callejón que aún tenían los ecos de mis gemidos, recordaba todo mientras caminaba, y me odiaba a mí misma, a mi reflejo en la sangre, a mis cojudeces en blanco y negro. Había olvidado mi disco de Frank Zappa, regresé, subí rápido las escaleras, llegué al quinto piso, agitada, y la policía ya estaba allí hablando con el dueño proxeneta, me miraron y me pidieron acompañarlos a la comisaría, pero antes entré a la habitación, saqué mi disco y la miré de nuevo, horrorosa, con un plástico negro cubriéndola, todo era de película, sonreí un poco y dije otra vez, “los labios pintados matan”. Y salí por la ventana
 
damasob,07.01.2007
No te conozco.-

Y lo dejamos correr,
muerte natural y acordada:
tu minutero y el mío
caminan en retroceso,
nuestro tiempo
ya no son buenos tiempos…

Es ilógico pensar
que me veas cotidiano
y que yo sea rutina,
es ilógico pensar
que deteniendo el momento
podamos algo salvar.

Conmigo
no van los meses,
los calendarios,
los relojes,
los fantasmas
y las penas,
conmigo no vas
y esa es mi gran pena.

Y dejemos que grite,
que se desangren los segundos
ya no hay motivos
para detener la hemorragia,
ya no hay tiempo
ni para pedir ayuda.

Pero tu rostro
No es el mismo,
Tu cuerpo
Plagado de puertos
Sin ningún barco,
A tu orilla me encuentro
Y siento que no te conozco…



 
cuenterodeilusiones,07.01.2007
bDe traiciones y otras intrigas/b

Acuchillada en el rincón de la habitación de un motel, lo único que rompía el silencio, en ese momento, era la televisión que, como ajena a la tragedia, seguía transmitiendo un programa de variedades. Los empleados habían escuchado muchos gritos y cuando se dirigieron a ver que cosa ocurría salió corriendo un hombre por el pasillo, apenas iluminado por una tenue luz. Cuando entraron a la habitación se encontraron con el dantesco espectáculo y dieron aviso a las autoridades que llegaron un poco después.

-Un asesinato pasional, sin duda -comentaba Muñoz a Martínez, su compañero- cuando de repente escucharon como un jadeo.

-¡No puede ser, esta viva! -exclamaron al unísono los detectives.

-¡Llamen pronto una ambulancia!

La ambulancia llegó rápidamente y la mujer fue subida en una camilla y llevada hasta el vehículo.

-¿Señora quien la apuñaló? -le preguntaba Martínez a la mujer- cuando los paramédicos la subían en la ambulancia.

-Mi ma... ma... marido -murmuró la mujer entre la vida y la muerte.

Minutos más tarde los detectives se encontraban en la casa de Juan Pablo García, esposo de María Elena Cardona, la mujer apuñalada.

-¡abran la puerta, es la policía!

Y como nadie abría decidieron derribarla. Registraron toda la casa y en el baño se encontraron con una ropa ensangrentada. Por demás, en la casa no había nadie ya.

-Habrá que llevar esto al laboratorio -dijo Muñoz- y que dicten una orden de captura para Juan Pablo García por intento de asesinato.

-Yo me encargo de eso -contestó Martínez.

Pasaron varios días y María Elena se fue recuperando progresivamente y de una manera sorprendente. Entretanto, las autoridades no tenían noticias de su agresor quien al parecer había huido de la ciudad. El acontecimiento tuvo en suspenso a la comunidad latina de Miami por varios días.


Sin embargo, algo inesperado sucedió. En el cuarto de un hotel de mala muerte de un pueblo vecino apareció muerto un hombre, era Juan Pablo García.

Los detectives Muñoz y Martínez, quienes eran los encargados del caso, se dirigieron hasta el lugar de los hechos. Todo parecía estar claro, el hombre se había suicidado. Estando acostado en una cama, se había disparado con una escopeta en el pecho, la cual había accionado con el dedo gordo del pie. A su lado había una nota. “Lo siento María, florecita mía perdóname”.

-Bueno, caso cerrado -dijo Muñoz.

-Ojalá y todos los casos se solucionarán tan fácil -afirmó Martinez.

Juan Pablo García fue sepultado bajo la vergüenza de sus familiares por haber intentado asesinar a su mujer. Sin las palabras de un cura que hablará de sus buenas obras en vida, y en medio de los murmullos de los que habían sido sus amigos, le sepultaron una tarde gris.

Entretanto, los días y los meses se fueron. María Elena completamente recuperada regresó a su casa dispuesta a comenzar una nueva vida. Y para sorpresa de muchos así lo hizo. Se casó seis meses después de la muerte del que fuera su marido. Luego puso a su nuevo esposo al frente de todos los negocios de la familia.

Todo parecía marchar bien, cuando llegó una inesperada visita. Margot, hija de María Elena y Juan Pablo, regresó de Europa para encontrarse con la desagradable sorpresa del matrimonio de su madre. Ella no había dejado de llorar dado que la noticia de la muerte de su padre le había llegado estando lejos de su país y de sus seres amados. Con todo y eso, había algo que ella no sabía, ignoraba que su padre se había suicidado.

Margot desconcertada al saber que le habían mentido y que su padre no había muerto en un accidente como le habían dicho, decidió ella misma informarse acerca del echo, e ir a la jefatura de policía para quedar al tanto de los últimos acontecimientos en la vida de su padre. Ahí se entrevisto con Muñoz quien la informó con lujo de detalles.

-¡No puede ser! -exclamó ella- ¿Y dice usted que mi padre apuñaló a mi madre en un motel?

-Si -afirmó Muñoz- encontramos en el baño de su casa su ropa cubierta con la sangre de su madre y como si fuera poco se encontró el cuchillo con sus huellas digitales. Además, ella misma le dijo a mi compañero quien había sido su agresor en el mismo instante que la subían a la ambulancia. Después ya no necesitamos preguntarle nada más, puesto que el sospechoso había muerto.

-¡No! ¡eso es imposible! -decía Margot alterada y llorando- mi padre no habría hecho algo así, él no tenía ningún motivo para hacerlo, él la amaba. Si hasta recuerdo que cuando peleaban el sé humillaba ante ella para que le perdonara. Recuerdo que le escribía poemas, le escribía cantidades de notas pidiéndole perdón, aunque casi siempre ella tenía la culpa.

-¿Notas? -preguntó Muñoz- ¿Notas como: “Lo siento María, florecita mía perdóname”?

-Si, -afirmó Margot- mi padre siempre le escribía notas así.

Muñoz, con muchos años de experiencia en investigación criminal tuvo la intuición, o como un sexto sentido, de que algo no estaba bien. Así que consiguió una orden de fiscal para exhumar el cadáver.

Y el mismo Muñoz que era más o menos de la misma estatura que la del difunto, decidió hacer un pequeño experimento. Hizo el simulacro de dispararse con una escopeta del mismo calibre, accionándola con el dedo del pie y disparándose en el pecho, pero le fue imposible, no había forma de que el difunto se hubiera pegado un tiró en el pecho con esa escopeta de la forma que todos habían creído, por dimensiones de estatura era imposible. Además los médicos forenses, expertos en la materia, determinaron que el orificio de bala indicaba que la escopeta había sido disparada desde un costado. Había sido descartado el suicidio, alguien lo había asesinado.

Posteriores investigaciones determinaron que el hombre que estuvo con María Elena en el motel el día en que ella fue apuñalada no había sido Juan Pablo García, si no otro quién llevaba su ropa. El actual esposo de María Elena.

Todo había sido una treta de María Elena y su amante. Ella se había dejado apuñalar de él para hacer creíble el intento de asesinato. Obviamente el amante de María Elena había utilizado guantes, y María Elena había hecho que su esposo le partiera unas naranjas con el mismo cuchillo el día anterior, por lo que las huellas que habían en el cuchillo eran las de Juan Pablo. Luego el amante de María Elena con otros compinches habían secuestrado a Juan Pablo y lo habían asesinado haciendo parecer que se había suicidado. Finalmente le habían puesto una de las muchas notas que él, en otros tiempos, le había escrito a su esposa para hacer más creíble, aún, el suicidio. Todo por quedarse con los negocios de Juan Pablo y sus cuentas bancarias.

La mujer no soportó la presión de los interrogatorios y lo confeso todo. María Elena Cardona y Ricardo Ramírez, su nuevo esposo, además de dos hombres más, pagan una larga condena por homicidio en cárceles de la Florida.

bFin/b


 
cuenterodeilusiones,07.01.2007
bTiempo vivido/b


Si una mañana despiertas
y al mirarte en el espejo,
ves que ya tu dulce rostro
de lozanía es muy ajeno.

Si un día al abrir tus ojos
ves el calendario perpetuó,
pero le ves con tristeza
porque se robó el ensueño.

Si ayer al mirar atrás
repentino haz descubierto,
que se te escapa la vida,
que se fuga con el viento.

Si cuando distraído estés
te veas un blanco cabello,
y añores en la agua clara
la juventud, los recuerdos.

Si descubres cuan es tarde
en la oscuridad del cielo,
y veas muy lejos la luz,
que te llenaba de aliento.

Quiera Dios omnipotente
ya le hayas dicho te quiero,
a las aves, a los hombres
a los mares, al desierto.

Pueda ser que hayas vivido
no que hayas vivido muerto,
que hayas pintado de rosa
tus caminos, tus senderos.

Ojalá que no en fruto vano
hayan posado tus besos,
que un amor te acompañe
no las congojas y miedos.

Quiera el Sol de la mañana
que hayas escrito un verso,
que hayas dejado tu historia
escrita a días venideros.


Permitan pues las estrellas
encuentres dulce consuelo,
no las nostalgias, ni penas
del indetenible tiempo.



 
cuenterodeilusiones,07.01.2007
Y en esta esquina peleó bcuenterodeilusiones/b, anteriormente conocido como bjuanalmatriste/b... muchas gracias.
 
alejandrocasals,07.01.2007

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el tic-tac de un viejo reloj a péndulo que colgaba de la pared.
Cuidadosamente, el comisario Bermudez buscaba algun indicio de violencia, algo desordenado como para comenzar a investigar, pero nada, la habitación estaba en perfecto orden . La víctima no habia usado la cama ni el servicio, daba la impresion que habia sido asesinada en otro lugar y depositada en ese cuarto.
Dedujo la imposibilidad del hecho. La habitación del motel está frente a la recepción y el empleado nocturno, aquel que denunció el asesinato a la mañana siguiente, declaró: pretendiendo despertar por teléfono a la victima a las 6 de la mañana por su exclusivo pedido y al no recibir respuesta, cruzó el jardín que lo separaba y llamo a la puerta. Como no le respondia, abrió con sus llaves encontrandose con el dantesco espectáculo. -Caso dificil. Penso Bermudez.
Mientras esperaba la llegada del médico forense y del personal del laboratorio, se sentó comadamente el un sillón, sacó del bolsillo de su campera una antología de cuentos de Jorge Luis Borges y comenzo a leer.
"…………..y los puñales que mataron a César. Quiere matar, quiere derramar brusca sangre. En un cajón del escritorio, entre borradores y cartas, interminablemente sueña el puñal con su sencillo sueño de tigre, y la mano se anima cuando lo rige porque el metal se anima, el metal que presiente en cada contacto al homicida para quien lo crearon los hombres……..."
No sabia exactamente por que le atraían tanto los cuentos de Borges.
Penso que el tema lo fascinaba desde que trabajaba en homicidios.
"……Yo me fui tranquilo a mi rancho, que estaba a unas tres cuadras. Ardía en la ventana una lucecita, que se apagó en seguida. De juro que me apure a llegar, cuando me di cuenta. Entonces, Borges, volví a sacar el cuchillo corto y filoso que yo sabía cargar aquí, en el chaleco, junto al sobaco izquierdo, y le pegué otra revisada despacio, y estaba como nuevo, inocente, y no quedaba ni un rastrito de sangre."
Pensó tambien que este era el primer caso que no era en grado de resolver.
Sonrió ironicamente. Tampoco le interesaba resolverlo.
 
_guerrera_,07.01.2007
¿QUÉ HAGO POR VOS?

Me pregunto que hago por vos
si no pellizco un pedazo de cielo y te lo bajo
si no riego tus esperanzas de tenerme
si no sacudo las sombras de lo imposible
si no rasguño la espalda de la soledad
si no pateo el pavimento de la distancia
si no estiro los brazos para traerte.

¿Qué hago por vos que me amas hasta la muerte?
¿qué hago para que no se desvanezcan tus ganas?
¿qué hago por vos que das lo que sea por verme?
¿qué hago para que no se congele tu calor en mi vientre?
¿qué hago por apaciguar el grito de tus entrañas?
¿qué hago por vos, mi amor y por tu calma?
¿qué hago cada mañana para aliviar tu pena?
¿qué hago en las noches por tu sueño hambriento?

¿Qué hago además de amarte en esta dimensión
y en todas las que la sucedan?

Sólo observo las agujas del reloj,
su mecanismo tan exacto, tan certero,
exijo al punto máximo mi inteligencia y mi razón,
desmenuzo, miro, medito, desarmo, pruebo y comparo,
hago cálculos matemáticos, físicos y psíquicos,
dibujo, calco, percibo, analizo, desgloso, investigo,
escarbo, detono, provoco, desintegro y arranco
todos los malditos engranajes oxidados,
todos los tornillos y los pernos.

Finalmente cierro los ojos vencidos y suspiro,
no hay nada que yo pueda hacer
para cambiar el tiempo.
 
yiro,08.01.2007
LUCILDA.
En un triste pueblo de tantos,
de esos acostumbrados a nombrar,
uno de aquellos que son lejanos,
una triste historía hay que contar.

Una de tantas que hemos escuchado,
solo una de la misma realidad,
nuestra tragica es algo muy hufano,
la tragedia que se torna en magestad.

Era una chica muy bonita,
una joven hermosa de verdad,
las calles muy de noche recorría,
dando sus calores a la ciudad.

Lucilda,su nombre los hombres repetían
Luci, de luz y oscuridad,
daba a las fiestas clandestinas alegrías,
ya las celebraciones en el día falcedad.

Por su camino se cruzó un caballero,
que gustaba sus ojos él mirar,
la observaba con muy fieros destellos,
para él, la quería nada más.

Juró ser el alfa y el omega
el principio de su vida y su final
más ella por las calles se sentía
como ave por el viento suspirar.

No, crepia en el amor sincero
en amores prometidos ante el altar,
prefería a la vida de recatos
la vida de la noche, el talonear.

Furioso,aquel hombre rechazado
una tarde de servicios el pago
la danza que se baila entre las colchas,
con Lucilda su gran amor el disfruto.

Más cuando al fin sus pasiones se saciaron,
de nuevo él, le preguntó
te casas conmigo amor mío,
y ella burlonamente respondío.

Se dirigió él, a una esquina de aquella habitación
saco de una comoda un cuchillo,
que preparaba para aquella ocasión
clavo el arma con furia a lucilda,

Acuchillada en un rincon,
de la habitación del motel,
lo único que rompía el silencio
era el quejido del viento y el lamento de aquella mujer.

Le lloraba y le pedía perdón,
sabía que su amor con ella moría,
lucharon y al final se retiró
dejandola sola mientras ella perecía.
 
yiro,08.01.2007
Espero que no se burlen mucho nunca he participado en estos foros ,asi que sean mortales.Ha disculpen mis faltas de ortografía .
 
fishcake,08.01.2007
Nadie con un poquito de ética y honestidad intelectual se burlaría de nadie en este foro. Sin embargo, creo que habla muy bien de reconocer y pedir disculpas por tus faltas de ortografía, aunque ello no sea para nada necesario entre nosotros. Muy bienvenida, Yiro, al Club de la Pelea. Suerte.
 
Qamar,08.01.2007

Lento, inexorable, concéntrico e infinito,
así siento este tiempo que rompe,
el movimiento continuo de los péndulos.

Se pararon los relojes mudos,
miro de reojo, y veo pasar
uno a uno, los segundos oscuros.

Noto que resbalan por mis dedos…
es un rastro amargo y oleoso, ácido de aceitunas negras,
mezcla de esencias, bálsamo de ortigas y violetas.

Tímidamente, aun casi nonatos,
detrás de las cuencas cansadas,
tornasolan los amarantos.

Mientras, el iris imagina
girasoles y verdes campos
y los ecos de las acequias en las tardes de verano.

 
loretopaz,08.01.2007

Devenir del tiempo.

Adónde van
los dias que pasaron,

adónde está
el tiempo que va a ser,

existe acaso
lo que fue?

Y existe aquello
que será?

Lo único palpable
es el instante

ese que es
y que ya no es...

minutos, horas, siglos,
ilusorios

o un segundo
que es la eternidad.


 
rumbo,08.01.2007
LA TRAICION

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel lo único que rompía el silencio era el sonido insistente de las gotitas de agua de la canilla que vaya a saber de donde provenía y rompía los tímpanos.

¿Qué hacía yo en medio de la habitación con salpicaduras de sangre en mi ropa?
¿Y ese cuchillo manchado que fuertemente lo apretaba entre mis manos?

La había visto salir. Husmeé sus huellas y la vi entrar a ese hotelucho escondiéndose entre los hombros de...¡Carlos! mi mejor amigo.

Lo sospechaba, por eso estaba alerta, pero nunca lo imaginé que fuera con él

-¡Servicio de habitación!- grité.
Escuché su risa. y su pregunta -¿Y desde cuándo?-
Abrió la puerta. De su desnudo cuerpo brotaban perlas de sudor.

Me estremecí cuando el cuchillo abría su adorado vientre. Se arrastró hasta el rincón y se quedó quietita en una laguna de sangre.

-¿Carlos?- A Carlos no lo vi.-

rumbo
 
whitout_trace,08.01.2007
Mi Sevillana
Tenia filo en los dos extremos de su alma
Y su gavilán
Me estremecía
Cuando mi hoja topaba en el linde de su piel


No había sangre por ningún lado
Solo la pena
De resuello de dejarla


Sobre el Guadalquivir
Hace años
Sobre el puente de San Telmo

Aun en mis espaldas llevo
Cicatrices de su arma.
 
margarita-zamudio,08.01.2007
TIEMPO

Viento sin aire
corroyendo beldades.
Fuego sin humo
para arrasar deseos y ambiciones.
Lluvia sin agua
con distintas medidas
y tierra sin destino.
Pomada que suaviza las llagas más profundas,
jugo dulce y amargo,
renovador de yemas de sarmientos.
Hielo sin frío,
congelador de osadas aventuras,
torrentera sin freno en su caída,
espejismos,
baúl a cal y canto,
pudridero de sueños.
Si nadie pudo definir el tiempo
¿quién podrá definir la eternidad?



 
moonpink,08.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio eran las gotas de sangre que caía pausadamente de sus dedos, la observaba a medio vestir o tal vez a medio desvestir, el forense lo dirá, mientras mi mente trataba de reconstruir la escena, qué la llevaría hasta el lugar,
¿a que horas ingreso al sitio? –Pregunte al encargado-
- Se registró a las 6:30, venía sola y llegó en el Renault Laguna Blanco, paqueado en el 10-02.
¿Recibió visitas?
- Ninguna, dijo él.
Volví mi mirada al cuerpo, y observe alrededor, no había señal alguna de lucha, era algo extraño, no luchar o intentar huir mientras se reciben 7 puñaladas en el vientre. La habitación conservaba su perfume a pesar del penetrante olor a sangre. Ella era Joven, 25 años, soltera y médico especialista en cirugía estética, y yacía en la habitación de un motel ubicado a las afueras de la ciudad.

Camine por la habitación y al ingresar al baño había un argolla bañada en sangre sobre el lavamanos, se encontraba grabada con el nombre de una mujer y me dije, un crimen pasional sin duda.

De seguro la apuñaleo mientras la abrazaba y en su desconcierto no huyo de él, del hombre que amaba a pesar de tener la vida ligada a otra mujer. Me volví a mirarla, su rostro mostraba huellas de sus lágrimas ... es posible que le permitiera herirla de muerte y luego sencillamente se hubiera tendido ahí a esperar su muerte?
 
moonpink,08.01.2007
Corrijo el último parrafo:

"De seguro la apuñaleo mientras le abrazaba y en su desconcierto ella no huyo de él, era el hombre que amaba a pesar de tener la vida ligada a otra mujer. Me volví a mirarla, su rostro mostraba huellas de sus lágrimas ... y me preguntaba si era posible que le permitiera herirla mortalmente y luego, sencillamente se hubiera tendido ahí a esperar el funesto desenlace?
 
sindari,08.01.2007
Pasional

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el lloriqueo idiota del marica del concerje que se quejaba de lo que le costaría limpiar la sangre de la alfombra.
El inspector Álvarez me hizo seña de que lo calle, y deduje que su paciencia se había agotado mucho después que la mía.
Fui hacia donde estaba y amenacé con abofetearlo apenas levantó la cabeza para mirarme. Hizo un tenue "sb... sb... sb..." y calló, asó que fingí contener la mano que nunca hubiera caído sobre su cara, manteniendo mi mirada de asco.
Volví a la escena del crimen y el detective seguía ahí.
Me indicó que retirase el cuchillo del cuerpo. No hacía falta que me indicara que tuviera cuidado con las huellas. Abrí la bolsa de la evidencia, me agaché, y retiré fríamente el puñal bajo la mirada atenta del inspector.
Le indiqué que tal vez en el bolso podría encontrar algo, y cuando se dio vuelta limpié el cabo del puñal. Era la última huella ue había dejado.
Puse el puñal en la bolsa y dije:
"No creo que tengamos suerte, Álvarez. No parece haber huellas".
"Siempre hay algo", me dijo, pero yo sabía que no había dejado cabos sueltos, y que las culpas recaerían en su otro amante, cuyo cuerpo nunca íbamos a encontrar. Me aseguré de eso.


 
sexapeal,08.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el sereno ronroneo de la motocicleta, el amante sabía el resultado de aspirar el humo nefasto que despedía el caballo de hierro, por eso la había introducido al pequeño recinto; pocas horas antes habían hecho el amo , - la última vez - había sentenciado ella, - la última vez - había confirmado él, ahora veía como la vida se escapaba del cuerpo de su amada a través de la profunda herida en el costado, el monóxido estaba haciendo su trabajo en él, y los espíritus nefastos esperaban ansiosos el desenlace. - El óbito es tan solo una puerta- susurró el amante moribundo, pero ella no le oía, estaba ocupada tratando de huir infructuosamente de la persecución a que la sometían ignotas almas demoníacas…
El corazón del amante comenzó a acelerarse, comenzaba la cuenta regresiva, ya no tenía fuerzas, quiso ponerse de pie, quiso romper su parte del trato; todo habría sido distinto si hubieran huido del poblado, el esposo de ella no habría sospechado nada, al fin y al cabo todos pensarían que su hermano se la había llevado para rescatarla del engendro con el que se había casado. Pero ahora estaban allí muriendo, habían hecho el amor y todos se enterarían de la verdad…
- Los hermanos Valdez fueron hallado muertos en un motel a las afueras de Puerto escondido - Gritaba el pregonero mientras el morbo de la chusma agotaba todos los periódicos.
 
_guerrera_,09.01.2007
SIN PECADO CONCEBIDO

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el sonido desparejo de las teclas de la máquina de escribir que estaba en el salón contiguo. Alguien escribía compulsivamente una historia.

Laura era una criatura exquisita. No sólo por su aspecto físico sino por sus modales, por su mesurada manera de caminar. Su figura se contorneaba delicadamente. Sus rasgos parecían pintados por Miguel Angel. Era angelical.
Era profesora de música. Desde pequeña tomaba clases y cuando alguien le preguntaba que quería ser cuando fuera grande, sonreía y respondía que le enseñaría a los niños a cantar. Cuando apoyaba sobre sus hombros aquel violín que su padre le había dado a los doce años, hacía que las notas en las partituras cobraran vida. Dedicaba gran parte de su tiempo a enseñar y en el tiempo libre daba clases en la escuela de la Catedral ad honorem.
Solía quedarse a menudo fuera de tiempo repasando los trabajos del día. El salón de música tenía un escenario con su respectivo telón que solían usar en las fechas en las que se conmemoraban aniversarios patrios y en ocasiones, religiosos. A menudo el Padre Pedro la acompañaba. En ese tiempo hablaban largamente y muchas de las charlas se convertían en confesiones. El padre Pedro era un gran ser humano. Tenía el don de hacerla sentir en paz.
Era una mujer querida. Tenía el don de apaciguar a los alborotadores y las almas angustiadas. Era, como siempre decía el padre Pedro, un ángel.
La tarde en que la apuñalaron, el salón estaba lleno. Algunos de los adolescentes repasaba su lección mientras otros hacían bromas y reían a carcajadas. Era usual ese ambiente antes de que llegara la profe. En medio del griterío, uno de ellos miró hacia atrás y vio como un hilo fino de sangre pasaba por debajo del telón bordó. Se adelantó asustado señalando con el dedo el lugar. En ese momento se hizo un gran silencio mientras dos de los muchachos caminaban hacia el rincón izquierdo del escenario. Después de dudar unos segundos, lo corrieron de un tirón y la vieron. Ella, el ángel, la mujer que les enseñaba, aquella que todos admiraban, yacía lánguida sobre el piso de madera. La sangre bañaba su vientre. Tenía el cabello revuelto y expresión endurecida. Las manos rígidas y en garra caían a un costado de su cuerpo. Las rodillas estaban débilmente dobladas y la palidez envolvía su rostro. Laura estaba muerta.

Terminó su quinta obra maestra. La última frase decía: “le devuelvo a Dios lo que le pertenece”. Guardó las hojas en el baúl que estaba a medio llenar, bajó la tapa y cerró el candado. Después salió del cuarto poco antes de que comience la misa. Caminó despacio hacia el altar mientras escondía el puño de su camisa que estaba adornado con una gota de sangre, al tiempo que el monaguillo le indicaba que podía empezar.
 
DiekrankeKraken,09.01.2007
El paso de los días, DKK

Las hojas van cayendo,
y sobre ellas
un poco de tinta derramada,
las briznas que provienen
de la espiral de mi cuaderno.

Tuerto.
Imbécil.
Seco.

Un cuenco se ensancha,
los cerebros
poco a poco se van desgastando
de tanto uso, de tanto trabajo.
Otras veces son como los cuencos.

Se ensanchan.
Se marchitan.
Se quedan secos.

El juego da comienzo
si se rinde alguien.
Pero nadie se rinde
y deja de ser juego,
se transforma en seriedad,
en un burdo humor negro
carente de amor y poesía.

El paso de los días
es un pozo espeso
que torna la pena en alegría,
quizás también nos vuelve
un poco más viejos.

 
Qamar,09.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio…aquella macabra melodía que insistentemente martilleaba su sien.
Hacia mucho tiempo que no escuchaba aquel estridente chillido de duende, sus oídos y su mente se habían acostumbrado al silencio absoluto, ese silencio que le permitía sonreír, hablar, tratar con la gente en un trato de igual.
Hasta donde podía recordar, el día había sido tranquilo, en su piel, aun, el tibio paso del agua en su ducha matutina, el resbalar, casi erótico, del jabón por su cuerpo, su mirada cómplice al espejo, y la sonrisa pintada.
Ahora piensa si fue casualidad que escogiera el traje de chaqueta negro, o si simplemente ya estaba el destino atado y ella solo fue, una vez mas, una marioneta sin voluntad en sus manos.
Notaba sus pasos, firmes, fundir el asfalto y la mirada indiscreta de los hombres al bajo de su falda, la negra línea que mostraba el roce de sus muslos, una licencia a la imaginación obscena, una antesala del delirio.
Tremendamente lejana esa mañana, embutida en un espiral tiempo espacio, dilatando los segundos en nano segundos, infinitos ante el gris de sus ojos.
Así, que sin saber realmente que, como o cuando paso, aquí se encontraba de nuevo.
Podía distinguir la carrera impresionante en sus medias de seda, y su vena inflamada aun por la presión de la goma, destrozada, acuchillada por la hipodérmica… en un rincón de la habitación del motel
 
whitout_trace,09.01.2007
Acuchillada
En un rincón la Sierra
Mostraba el valle
Me inmensas arboledas
Aguas tranquilas
Largas praderas
Grama donde la vida
Da el sentido
A este turbado vuelo
De mis ojos
Del alto paisaje
Buscando la planicie.
 
galadrielle,09.01.2007
Un mafioso decente



Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio eran los aullidos de un perro en la distancia y el canto de un gallo que anunciaba la llegada de la mañana.
Sabía que la herida no era grave, y por eso permanecía inmóvil, pensando cuál sería su próxima movida. Le había fallado al Chipilín Pérez, jefe de todas las bandas del lugar. No había logrado robar exitosamente el automóvil que él le había ordenado conseguir y por más que lo pensaba, no había ninguna excusa, ninguna forma de que el Chipilín le perdonara su ineptitud. Con lentitud ató un pañuelo a su brazo, y saliendo a la claridad del día, se dirigió a la guarida del Chipilín para ponerse a su merced. “Si me mata, pues ni modo”, pensó. “Al fin y al cabo de algo me tenía que morir”. Llegó ante el gran mafioso, quien la vió displicente.
“Resultaste un gran fracaso, una mierda de ladrona, Lolita” empezó a decirle mientras ella agachaba la cabeza, reconociendo la verdad.
“Mira que dejarte acuchillar por la niña esa. ¡Si era un trabajo tan sencillo quitarle el auto a esa criatura!” bramó mientras golpeaba la mesa. “Es que sabía karate, Chipilín…y además…” El no la dejó continuar. “¡Te me vas a la mierda, Lolita!”
“No sirves para esto. Mira que ni el nombre te ayuda. Dónde putas se ha visto una ladrona de autos llamada Lolita…?” Y con un gesto definitivo la hizo salir del lugar.
Al estar fuera, a ella le pareció increíble que el Chipilín le hubiera perdonado la vida. Tan eufórica se empezó a sentir que empezó a caminar, primero con lentitud y después cada vez más rápido hasta que se alejó de allí, aún incrédula de seguir con vida.
Dentro, el Chipilín Pérez le daba indicaciones al matón que era su mano derecha:
“Aseguráte, Godofredo, que nada malo le pase a esa estúpida. Que consiga dónde vivir, que vaya a estudiar, que sea gente, pues.” Entonces fue cuando el Godofredo y todos los demás se dieron cuenta de que era cierto lo que se decía, de que el Chipilín tenía una hija en algún lugar.
 
Gatoazul,09.01.2007
Ah este es muy bueno.
 
manquenahuel,09.01.2007
”Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio…"

Me van a regañar, lo sé. Pero es difícil armar un buen comienzo desde ésta frase, pues está sintácticamente mal construída.

 
santacannabis,09.01.2007
Manquenahuel:
Estoy de acuerdo contigo.

(Aquí venía una larga explicación pero cuando iba a la mitad me dio güeva)

En fin, sí, es confuso.

 
Halcon_Rojo,09.01.2007
bAcuchillada/b

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el silbido del viento que entraba por la ventana. Música para morir. Un cuadro torcido colgaba de la pared. Sobre una mesa desportillada un cartón de vino derramado y bebido. Una vela bailaba entre sus últimos estertores derramando su esperma sobre una carta de despedida. El frío y la humedad se unían al silencio impregnando un viejo y raído catre que instantes antes sonaba en sinfonía de muelles oxidados.

Junto a ella, en el suelo, un cenicero se desbordaba, la ropa desperdigada y una silla caída obstruía el estrecho paso hacia una puerta casi cerrada. Por la rendija una cucaracha alada emprendía su huída. En el interior en un rincón de la habitación quedaba ella, su amada acuchillada. >>>---Macarena--->>>
 
Halcon_Rojo,09.01.2007
Perdonad, la versión que vale es esta que sigue. Sólo modifique una frase

bAcuchillada/b
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el silbido del viento colándose por la ventana. Música para morir. Un cuadro torcido colgaba de la pared. Sobre una mesa desportillada un cartón de vino derramado y bebido. Una vela bailaba entre sus últimos estertores derramando su esperma sobre una carta de despedida. El frío y la humedad se unían al silencio impregnando un viejo y raído catre que instantes antes sonaba en sinfonía de muelles oxidados.

Junto a ella, en el suelo, un cenicero se desbordaba, la ropa desperdigada y una silla caída obstruía el estrecho paso hacia una puerta casi cerrada. Por la rendija una cucaracha alada emprendía su huída. En el interior en un rincón de la habitación quedaba ella, su amada acuchillada. >>>---Macarena--->>>
 
angora,09.01.2007


Acuchillada en un rincón de la habitación del motel lo único que rompía el silencio era la voz de su conciencia,la voz de su alma que atravezaba en ese instante por el limite entre el mas alla y el ahora,momento justo para preguntarse si aun puede decir no,aun agonizando por su desdicha lamenta que sea ella y no esa maldita que se lo quito,ella la que esta muriendo de amor o desamor... mientras ellos emprenden huida dispuestos a matar a la que llamo.
 
angora,09.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel lo único que rompía el silencio era la voz de su conciencia,la voz de su alma que atravezaba en ese instante por el limite entre el mas alla y el ahora,momento justo para preguntarse si aun puede decir no,aun agonizando por su desdicha lamenta que sea ella y no esa maldita que se lo quito,ella la que esta muriendo de amor o desamor... mientras ellos emprenden huida dispuestos a matar a quien que llamo.
 
desnudo,10.01.2007
Pido perdón por interpretar la frase del comienzo, como dos frases. De todos modos las utilizo a ambas en el primer párrafo del texto... ahi va:



Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, la mujer y su fragmentado mundo, se quedaban irremediablemente sin instantes para recordar la pasada felicidad. En aquella madrugada del espanto, lo único que rompía el silencio, era el chapoteo histérico y voraz, el lascivo crepitar de succiones y lamidas... aquel eco nauseabundo de un tenebroso festín de sangre...
La puerta estaba abierta, es cierto, entreabierta, como un lúgubre presagio impreso en la retina del tiempo, como una destemplada mueca del destino.
Desde un mirador en el que las horas eran un mero bosquejo de la ausencia, me invadió el horror como la marea, con una furia oceánica y desmedida, arremetiendo sin escrúpulos sobre las costas deshilachadas de un mundo en caos… mi mundo de caóticas coordenadas y mi vasto estupor sin amarras.
Miríadas de sol se filtraban lánguidamente por los poros del cauto amanecer... entones, la boca sedienta del mamífero alado se abalanzó otra vez sobre la herida abierta, para sorber así las últimas gotas de aquel dulce fluido carmesí. Luego, perturbado e incómodo por la sospecha de una cercana humanidad amenazante, el murciélago atroz, alzo vuelo y huyó tras los cristales... pero algo quedó de sí flotando en la atmósfera atónita: Tal vez una mueca repulsiva y espeluznante, un reflejo del infierno; tal vez el sonido grave de la muerte, resquebrajado entre sus alas o en su oscuro hocico embebido de hemáticas secreciones; o tal vez, en el dibujo fantasmal de su cuerpo, inmerso en un pantano de hedores y luctuosas imágenes de morbo y desolación.
Otra vez la muerte, pareció enseñorearse del frágil, usurpando a la luz de una tragedia, el bello cuerpo de una mujer. Y por si acaso fallara, delineo minuciosamente su estrategia, su infalible plan de ensangrentadas aristas para que nada le privara de aquel jugoso y tierno bocado...
Del cuchillo y de su ejecutor, nada pude recabar. Será tan sólo una oscuridad más, de esas tantas que pueblan el cotidiano vivir, será quizás una mera cuestión de estricto interés policial…
En la habitación del motel, ya nada rompía el silencio de aquel enrarecido espacio. Era sin dudas aquella voz que calla cuando impera el horror y la sangre... era sin duda alguna, el discurrir perentorio de la muerte.


 
cromascape1963,10.01.2007
PREGUNTOME

Vuelta y más vuelta la noria,
Pregunta y cruel quebradero,
He venido a preguntarme,
Qué es al fin, el Señor Tiempo?
Es el cadalso que corta
La yugular del deseo,
Sometiendo a sus principios
Intenciones y proyectos.
Y en su devenir, arrastra
O mece, en su fondo añejo,
La novedad del instante
Que escapa del minutero.
Si esperas, es gran tortura,
Si has de abrazar, es un velo
Que se descose sin calma
Y se teje con tormento.
Cuando quieres retenerlo
Como un dogal en el cuello,
Ajusta hasta que te asfixia
Mientras sigue su andar terco.
En el camino se quedan,
Los mapas de los recuerdos,
Las coordenadas precisas
Que en su andar se oscurecieron,
Alguna que otra quimera
Utópicos pensamientos,
Concreciones esporádicas,.
Y correr tras su silencio.
Porque como amo y señor,
No conoce de respeto,
Nunca nunca se detiene,
Siempre siempre marcha lejos,
Detrás vamos de su paso
Con paso que hurga en el pecho.

Tiempo, nada sustantivo,
Acometes contra el verbo,
Tienes miles de adjetivos,
Enlazas tierra con cielo,
Mar profundo con la tierra,
En geológicos efectos,
Todo en el tiempo madura,
Aunque nos cueste creerlo
Porque en la espera, es tortura,
Y en el irse es toque quedo,
Estandarte de quien sabe
Que su influencia es un hecho:
Qué es, sino un dios relativo
Que impera cuando hay silencio?
Un paso en el peregrino
Adiós en los marineros,
Una gota de llovizna
Que pasará, desde luego.
Para ser noche de luna
Que le dé esperanza al sueño.
Es llegar, o detenerse
Según nos venga el momento
Es el paso o la carrera,
Es pulso o detenimiento,
Arma y defensa, premura
Que deviene sin respeto,
Porque nunca se detiene,
Al fin: qué resulta el tiempo?
Un farsante, un egoísta,
Una bala que echa fuego
Y despedida, no mide
Donde hará su blanco nuevo.
 
lapiz-verde,10.01.2007
eeeeeeeeeyyyyyyyyyy disculpen por un error me transformé en...

LA TRAICION

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel lo único que rompía el silencio era el sonido insistente de las gotitas de agua de la canilla que vaya a saber de donde provenía y rompía los tímpanos.

¿Qué hacía yo en medio de la habitación con salpicaduras de sangre en mi ropa?
¿Y ese cuchillo manchado que fuertemente lo apretaba entre mis manos?

La había visto salir. Husmeé sus huellas y la vi entrar a ese hotelucho escondiéndose entre los hombros de...¡Carlos! mi mejor amigo.

Lo sospechaba, por eso estaba alerta, pero nunca lo imaginé que fuera con él

-¡Servicio de habitación!- grité.
Escuché su risa. y su pregunta -¿Y desde cuándo?-
Abrió la puerta. De su desnudo cuerpo brotaban perlas de sudor.

Me estremecí cuando el cuchillo abría su adorado vientre. Se arrastró hasta el rincón y se quedó quietita en una laguna de sangre.

-¿Carlos?- A Carlos no lo vi.-




 
1977,10.01.2007
”Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio eran las insistentes gotas de lluvia repiqueteando en la ventana con su golpeteo impertinente y tedioso dejando surcos en el cristal cual enormes lagrimones derramados en un último adiós.
El cielo esta de luto y las nubes protestan por el crimen, ¿Qué ha pasado?
Esta tirada, rota, brutalmente arrojada al rincón, en una muerte prematura, sin razón (¿se necesita razón para la violencia?), sin sentido, pero aún así, todo se olvidará, mañana nadie recordará lo que paso, sólo será una mas, apuñalada en un rincón, olvidada, desolada, como triste vestigio del encono contra la tecnología que amenaza con controlarnos.
Mientras, el niño llorando, le repite a sus padres que la televisión no se tenía la culpa de nada…
 
fishcake,12.01.2007
RETRATO


“El tiempo, ese enemigo
Que nos mata huyendo.” (Quevedo)



Yo no era así, puedo jurarlo;
no tenía las marcas que ahora tengo;
mis labios y mis ojos eran otros,
era otra la raíz de cada gesto.

No andaba con el ojo unido al pie
formando un círculo de pena y cuerpo,
como una rueda que perdió su carro
a través de los túneles del viento.

Amor fue el único culpable;
amor del niño que envejece el pecho,
amor del hombre que cobija al niño,
amor del día que renace adentro.

Yo no era así, puedo jurarlo.
Puede jurarlo el ángel de otros tiempos,
o la memoria evocative de altos
y siempre truncos juveniles sueños.

Opuse al mar mi pecho de muchacho,
quise partirlo en dos sin medir riesgos;
su fuerza me venció y busqué una orilla
usando las palabras como remos.

Ejercité mi paso en la poesía;
encuentros largos con la noche fueron
modelando este rostro entre las sombras
y educando esta voz en el silencio.

Tal vez, si fuera aquel que en otras horas
ahogó su queja y se alejó muriendo,
nadie sabría que en mi techo llueve
y que es selva sin flor, mi antiguo huerto.
 
fishcake,12.01.2007
Fe de Erratas. En el 3er. verso de la 4ta. estrofa dice "evocative", debe leerse "evocativa". Pura retórica. Sólo eso.
 
cramberria,12.01.2007
bCamaradas/b

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio en aquel retáculo de insobornable olor a cementerio era los siseos de la televisión cuya pantalla reflejaba un maremoto blanquinegro cuando la programación muere.

Y allí estaba ella, mirándo su propio cadáver aún tibio desde el espectro en el que ahora se había convertido, sobrevolando su propio cuerpo...

Y a esto lo llaman muerte? si hasta puedo volar.... musitaba observándose.

Desde su nacimiento había convivido con ella, con su perfume, invisible pero presente, insípida pero salada, incolora pero oscura, inolora pero pútreda, elegante, sobria, ruda, erecta. Impecable.

Siempre andaban agarradas de la mano, la muerte se había convertido en su guardaespaldas, la que la guardaba de las cechorías de la vida cuando ésta se volvía amarga. Cuando se acaben mis boletos en las atracciones que me depara la vida sólo tendré que cambiar mi vestimenta por una túnica negra plumada y volar con ella hacia el país sinnadie, donde llegan los que dejan de existir.

Así que de su propio destino ventiló el aroma que desprendía la muerte, a la que vio la cara varias veces, una cara transparente, suave, una cara que le guiñaba un ojo cómplice y le susurraba: no te asustesss de mi inofensivo mito, no existo hasta que dejas de ser, y para entonces no existirás para pensar que ya no existes.
 
cramberria,12.01.2007
(cambiar cechorías por fechorías please, que no ando muy potable)
 
mapata,12.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel,lo único que rompía el silencio era el lento lagrimear de la gota de agua que escurria allá en el lavado , latiendo tan pausadamente como su desfalleciente corazón.
Moriré , pensó.Y una gruesa´lágrima rodo por su pálida mejilla.
La habitación iluminada por una luz rojiza asemejaba la antesala del mismo infierno.
-¡maldita vida¡ ¡maldita¡.- pensó.
Acaso valía la pena terminar su joven vida así , acuchillada en la habitación de un motel de tercera. Sola, sin poder pedir ayuda.Sin fuerzas para gritar .Además el teléfono se encontraba a kilometros de distancía de sus manos. Manos que chorreaban un rojo liquido pegasoso que emanaba de la herida en su pecho...
-¡desgraciado¡- músito roncamente.
Samuel era el desgraciado que le desgracio la vida entera.Cuanto rencor, cuanto odio sentía ahora por el.Pero, limitada en su ridicula pose de moribunda,
Se sentía impotente ante la cercana muerte.Ya casi sentía su nauseabundo olor en el mugroso cuarto. La acariciaba con un rictus de espanto que paralizaba sus hermosas piernas .
Vió sus tacones rojos botados cual objetos sin valor.
-Me costaron tan caros...un lujo de zapatos.-
Pero, como podía perder ella los últimos segundos de su vida fijandose en detalles tan vanales.
Desarmada como una muñeca vieja , acuchillada en la habitación del motel...exhaló el último suspiro. los ojos abiertos , fijos en loz zapatos rojos.-
 
MariaL,13.01.2007
Acuchillada en un rincón del motel, lo único que rompía el silencio era el pasar de los segundos que marcaban la distancia entre la vida y la muerte, entre la oscuridad de la noche y la rabia de ése sol que comenzaba a abrazar la ciudad...
Su vida había sido un torbellino, había perdido el control de sus actos hacía ya mucho tiempo. Sin nadie que la acompañara en ese camino de querer vivir, vivió todo junto... sin medir las consecuencias.
Y allí se encontró aquel día, entre personas que le prometieron una noche de sexo, dinero fácil y la mejor droga para volar alto, lejos, allá donde nadie podría tocarla ni herirla, las heridas que tenía ya eran suficientes.
Así, en el medio de su vuelo hacia la nada le arrebataron lo único que le pertenecía, el cuchillo certero apagó cada uno de sus deseos convirtiendo la rabia del sol en la más absoluta oscuridad.
 
lio_mendez,13.01.2007
BLa venganza de Clotildo./b

i“Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio…”/i

- ¡Nooo! –gritó con su chillona voz el afeminado director, interrumpiendo al narrador de la obra–. No me gusta nada de nada de nada, ese tonito que le das. Parece un capitulo de la Hora Macabra.

Clotildo era un regordete cincuentón, que gustaba de vestir camisas brillantes ajustadas y de regañar a sus subordinados.

- A ver tú, la flaca tetona con cara de sapo –dijo Clotildo a la actriz, al mismo tiempo que se limpiaba el sudor de la frente–. Mientras el narrador vomita su dialogo, avientas las tijeras al suelo, tomas el vaso de sangre y te lo untas en el pecho con candor.
- Me llamo Herminia –contestó la mujer en voz baja y con un poco de miedo.
- ¿Qué dijiste? –preguntó Clotildo alterado.
- Que me llamo Herminia, no tetona cara de sapo, señor.
- Así te llames María Félix –dijo Clotildo mientras se le hinchaba la cara–, aquí haces lo que yo te diga. Y cuando yo diga ladra, tú lo único que tienes que contestar, es: ¿de que raza quiere el ladrido, señor? ¿Entendiste?

La decadencia de Clotildo era inevitable. Sus tres últimas obras habían sido un fracaso y, por culpa de un lapso de desesperación, había aceptado dirigir una historia sobre las muertas de Juárez, entremezclado con el caso del secuestro de Laura Zapata. Sus enemigos –que eran muchos–, decían que “La gorda” estaba acabada y que difícilmente podría levantarse. Ah, pero pocos podían llamarle así en su cara, porque Clotildo era capaz de aventarse con uñas y dientes contra cualquiera que hiciera burla sobre su obesidad.

- ¡Así no te la untes, flaca! No es película porno.
- Pero señor, usted dijo...
- ¡Cállate, chichis! Aparte de fea, rezongona.

El estreno era en unas cuantas horas y Clotildo sufría por no haber tenido la oportunidad de conseguir actores experimentados, sus patrocinadores le habían quitado la mitad del presupuesto para la ambientación y, media hora antes, había recibido una carta del teatro amenazándolo con cancelar la temporada, si las ventas no eran lo que esperaban.

- ¡Gorditaaa! Vine a visitarte –cantó una voz desde la puerta del teatro. Se trataba del prestigiado subsecretario de cultura, acompañado del antiguo joven, que solía vivir en el pequeño departamento de Clotildo. El director tuvo el deseo de aventárseles encima, pero contuvo sus impulsos, sabiendo que ese hombre podía acabar con el resto de su carrera.
- ¡Lucho! –contestó Clotildo fingiendo amabilidad–. ¿A que debo este tremendo honor?
- Vine a ver que todo estuviera saliendo bien; recuerda que la secretaría te brindó un préstamo.

Clotildo sabía bien que Lucho venía a molestarlo. Era imposible que un subsecretario se hiciera cargo personalmente de esos ridículos asuntos. Se lo imaginó debajo de su enorme trasero, muriendo asfixiado debajo de una gran pedo.

- ¡Herminia, cámbiate de ropa! –gritó Clotildo hacia el escenario, al no poder responderle como quería al indeseable visitante–. Como puedes ver amiga, tengo mil pendientes encima.
- No te preocupes, “gorda”–contestó Lucho–. Luego salimos a platicar los tres.

Clotildo se aguantó el coraje.
El tiempo se acortaba y la obra no estaba lista ni siquiera a la mitad de lo que requería para no ser abucheado. Los técnicos se habían ido antes de tiempo, amenazando de llamar al sindicato en caso de obligarlos a hacer lo contrario, y el guionista había renunciado después de uno de los tantos insultos.

- Para que las cosas salgan con el mínimo de calidad requerida, sapito escuálido, necesito que finjas que sabes actuar –dijo el director a Herminia.

El portero llegó en ese momento y anunció que era hora de cerrar el teatro. Clotildo intentó pedir más tiempo, pero fue inútil. El viejo se rehusó. Había todavía muchos pendientes y el día siguiente sólo tendría 20 minutos antes de la función, así que “la gorda” tomó una decisión.

- ¡Tienes que aprenderte el dialogo! Sapo, flaco, feo y apestoso sin talento. No aprovechas la oportunidad que te doy. No sé para qué pagué la noche en este motel.

Fue entonces que Herminia, desesperada y ante la vista de los otros actores, tomó el par de tijeras y se lo clavó con fuerza a Clotildo en el estomago. Al verlo caer en la esquina de la habitación, salió corriendo a la calle.

iAcuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el quejido de “la gorda” blasfemando en contra de la madre de Herminia sin que ninguno de los otros presentes hiciera nada para salvarlo./i

Cuentan que en un viejo motel del centro de la ciudad, se escucha la voz chillona del fantasma de un fracasado director, que pregunta de cuarto en cuarto el paradero de ila horrorosa actriz, que le robó el escenario. También dicen que esa fue la razón por la que un subsecretario de cultura muriera del susto una noche que visitó ese mismo motel.
 
churruka,13.01.2007
El ciego



Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompió el silencio era la alegre armónica del ciego, que sentado bajo el porche animaba con su música la serenata nocturna de las cigarras. La suave melodía ignoró los gargajeos del asesino, que con las tijeras incrustadas en el cuello, arrastraba su cuerpo sobre una estela de caracol sangriento hacia la noche. La vida huía y la sangre se escapaba a borbotones por su yugular rajada. Contempló por el resquicio de la puerta cómo la silueta del ciego se perfilaba sobre un cielo tachonado de estrellas, antes de que sus ojos se enturbiasen y fueran dos vidrios opacos. Con un postrero esfuerzo logró alzar un brazo, decidido a atrapar las ráfagas de aire que bondadoso lo acariciaban; pero sólo la muerte tomó su mano.
El ciego dejó de tocar. Abrió los ojos y le sonrió a la luna con pupilas de nácar, mientras iba en busca de su pala.
 
mizuno,14.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el llanto de un hombre. Lloraba por el odio derramado en aquel cuchillo... aquel cuchillo que mató a su hijo.
-¡Pagarás desgraciado!
El maldito asesino aún no se iba de la habitación. Lo miraba silenciosamente desde un rincón de la habitación, con una sonrisa dibujada en el rostro. En igual posición que el homobre que lloraba, el otro reía.
-¡Maldito!, ¿Qué has hecho, Dios mío?
El otro solo observaba, ilencioso, con la misma sonrisa en sus labios. De pronto ambos se pararon, uno con una piedra, el otro con el cuchillo en la mano. Se acercaban lentamente uno a otro hasta quedar a solo unos cuantos centímetros.
Con furia, ambos levantaron los brazos que sostenían el arma en cuestión.
Un grito seguido del silencio total. El espejo había sido roto y un hombre y un niño yacían muertos por el mismo cuchillo...
 
margarita-zamudio,14.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era la risa del acuchillador cuando se dio cuenta de que había asesinado a su almohada.
 
churruka,14.01.2007
Un pequeño inciso...cambié "rompió" por "rompía" como tenía que ser, según el texto de inicio de Ysobelt



El ciego



Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era la alegre armónica del ciego, que sentado bajo el porche animaba con su música la serenata nocturna de las cigarras. La suave melodía ignoró los gargajeos del asesino, que con las tijeras incrustadas en el cuello, arrastraba su cuerpo sobre una estela de caracol sangriento hacia la noche. La vida huía y la sangre se escapaba a borbotones por su yugular rajada. Contempló por el resquicio de la puerta cómo la silueta del ciego se perfilaba sobre un cielo tachonado de estrellas, antes de que sus ojos se enturbiasen y fueran dos vidrios opacos. Con un postrero esfuerzo logró alzar un brazo, decidido a atrapar las ráfagas de aire que bondadoso lo acariciaban; pero sólo la muerte tomó su mano.
El ciego dejó de tocar. Abrió los ojos y le sonrió a la luna con pupilas de nácar, mientras iba en busca de su pala.
 
fishcake,14.01.2007
Jajaja. Margarita. Iconoclasta sin remedio. Breve y al corazón del drama. Muy bueno.
 
fefnerbermellon,14.01.2007
bTiempo. (la herida)./b

Te curas así, mirando ladrillos pelearse
como si el mundo no fuera más que una pared.
Dejas minutos y aquellos recuerdos ahogarse,
buscas la soga para ahogar a otros después.

Dejas pasos tras de ti, no miras hacia donde van,
las huellas gritan sobre ti y no miras hacia donde van.
Huellas sin memoria que caminan para no volver.
Huellas que tuvieron vida, hoy arden sobre tu piel.

Y mueren los días y nace otro muerto al paso,
y tu, sin embargo, con huellas respiras por él.
y caen más templos y tu solo miras, andando,
la sangre que pisas construye una nueva pared.

Lloran hombres sobre huellas que ya nunca pisaran,
versos hoy escritos, son poemas que no leerás.
Hay mas vida en las palabras de las que puedes pisar.
los que hoy callan, tras tus pasos, volverán a respirar.

iFefner Bermellón./i
 
Tejera,14.01.2007
bTiempo Muerto/b

Tiempos mejores
Mejores momentos
Se había prometido

bCuando/b

La moneda llevaba años
Girando sobre si misma
En una superficie irregular

bPor fin/b

Cambió su suerte
La moneda se detuvo
Él había apostado cruz

bLos hechos/b

Le dieron la razón
El tiempo se había detenido
Decidió apretar el gatillo

bCambiaron/b

Su cara se volvió cruz
Y su cruz boca abajo

bUna condena/b


 
amyth,15.01.2007



Acuchillada en un rincón de la habitación del motel
Lo único que rompía el silencio en esa noche infiel
Era el trajinar de sus pasos desconcertados
-Esta muerta!- chillo-mirando a todos lados,
sentía miedo el pobre, Jamás había asesinado.
Limpio sus huellas, limpio todo con sumo cuidado

-noes mía la culpa de que haya corrido tal suerte.
Ps dios dice: la paga del pecado es la muerte-

-Mierda! Diez años juntos, dos hijos, nuestro hogar,
nuestro décimo aniversario y me fuiste a engañar…-

Tu una perra, y yo ahora tu asesino
OH Dios! Ayúdame a seguir mi Destino!

Tres días después….
La policía aun no ha dado con el culpable
Y siguen con esa búsqueda incansable
Pero este ya no podrá podrirse en prisión
Ps fue fatal su ultima decisión:

Le lloro dos horas más asu amada infiel
Tomo una soga y colgase del dintel.

Mujer y fidelidad hace mucho que no conviven,
Y nose yo como ustedes poetas esto conciben
Pero para mi es que el Destino esta enfermo
Dios no podra curarlo.El amor es un terreno yermo.

Amyth

PD: Esto vale (es lo unico k pude azer)

 
goldberg,15.01.2007
iAcuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio eran las gotas de sangre que caían en el suelo; grandes gotas, rojas, espesas, vulgares…

El cuchillo lo tiene encajado en el vientre. No se atreve a sacarlo. Tampoco se atreve a gritar ¿Para qué? Sabe que va a morir… por lo menos quiere morir en paz…

Nunca conoció el nombre de las personas importantes en su vida. No supo quienes fueron sus padres, tampoco conoce el nombre de su hijo por haberlo donado cuando nació ni recuerda quién es el padre… y ahora, tampoco conoce el nombre de su asesino.

Sólo sabe que el tipo quería que le mamaran la verga por 25 dólares en aquel cuartucho de hotel. Cuando llegaron al cuarto ella se sentó en la cama y esperó a que le colocaran el pene en la boca. El tipo se sacó el miembro erecto y dejó que ella hiciera el resto.

Siempre le dijeron que a los clientes primero se les debe cobrar, pero en aquella ocasión estaba cansada y lo que quería era cumplir y largarse.

Cuando cobró, recibió cuchillo.

Camelia está en el rincón, débil… siente el calor oportuno de la muerte… piensa:

“Si algún idiota se pusiera a escribir sobre lo que me sucedió, iba a descubrir que no vale la pena contarlo”
/i
 
giuliosanuto,15.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel,
lo único que rompía el silencio eran los ronquidos es
trepitosos de la solterona, agotada tras su acceso
de ira, y sosteniendo aún en su mano derecha el afi
lado cuchillo y en la otra el glande artificial, sonrosa
do y cubierto de excrementos y lubricantes anales.
Descabezada y cubierta de tajos y perforaciones,
la gruesa verga de goma, acuchillada en un rincón de la habitación del motel, era el único testigo mudo
e impasible del rito recurrente de la libido triunfante
y la sexualidad derrotada.
 
loretin,15.01.2007

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio eran los pasos del cruel asesino que pensaba que hacer con el pobre cuerpo de aquella prostituta que había conocido la noche anterior y que por sus deseos más íntimos había asesinado sin temor a la recriminación.
Los minutos pasaban como largas horas de angustias, largas horas de los pensamientos más escondidos dentro de un ser repugnante.
Este tipo no sentía ningún cargo de conciencia, al contrario pensaba en que mas podía utilizar aquel cuerpo frió y sin vida.

 
naiviv,15.01.2007
La última noche.

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era la respiración acelerada del necrófago,no bastó toda la pericia y sensualidad de la prostituta para satisfacerlo ,fue necesaria su muerte -cuántas veces se había sorprendido a sí mismo en estas circunstancias ...ya no lo recordaba, mientras disfrutaba del cuerpo inerte lo único que le interesaba era acabar antes que la rigidez fuera total...El amanecer contrastaba ,tan cálido e iluminado,con la frialdad y la palidez de la escena total donde no hubo ni perdón ni olvido.
 
ElPetro,15.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el tintinear de las monedas que contaba el asesino, luego de sacarlas de su cartera. La de la acuchillada. La muerta que él había matado porquer esa noche había hecho poca plata.
Antes de irse, escupió el cadáver. Éste, ni se inmutó, de puro muerto. Lucía, necrófilamente hablando, muy bella. Pero al pasar, el asesino enganchó la peluca con un pie, lo que la convirtió inmediatamente en un simple trolo calvo.
Fue el fin del puto Goldberg.
 
gmmagdalena,15.01.2007
Crónica de una muerte.

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio, era el sonido enloquecedor que producía el zumbido de infinidad de moscas. El viejo inspector se encontraba arrodillado a un costado del cadáver.
El cuerpo estaba en franco estado de descomposición, mientras lo observaba detenidamente, con un ennegrecido pañuelo protegía sus fosas nasales del repugnante olor que impregnaba el ambiente, gruesas gotas de transpiración perlaban su frente, aún no podían tocar nada, ni siquiera abrir las ventanas hasta que los técnicos de la policía científica efectuaran su trabajo.
Un llamado anónimo los había alertado hacía apenas una veintena de minutos, pero la desgraciada joven aparentaba llevar muerta un par de días.
Si bien el encargado del lugar se mostrara sorprendido al ver ingresar imprevistamente el grupo de policías al establecimiento, el inspector no dudaba que él había sido quien había efectuado la llamada, aunque en un primer instante lo negara; incluso arguyó que las habitaciones de ese antro inmundo devenido de motel a inquilinato, se alquilaban por días y que cada cual se hacía cargo de la limpieza; normalmente eran jóvenes sin recursos que llegaban a la ciudad desde el interior y alquilaban a bajo costo una habitación hasta tanto consiguieran otro lugar mejor. Muchas terminaban prostituyéndose.
El asesino había abierto el cuerpo desde la traquea hasta el bajo vientre y había dispersado todo el interior sobre el piso, era un espectáculo macabro.
La joven se había registrado como Juana Martínez, oriunda de un pequeño pueblo de la Provincia de Buenos Aires. No había más datos.
Mentiras. El Inspector sintió una conmoción al reconocerla, la joven en realidad era Mercedes Zarriaga, una destacada periodista y criminalista. Asidua visitante de las reparticiones policiales en busca de noticias y material de investigación para sus espectaculares crónicas.
· Maldita profesión – masculló entre dientes.
Era un hombre frío, pero sintió que por dentro lo recorría como un gusano dañino, un intenso dolor al ver ese rostro desfigurado por los cortes; un rostro que había sido luminoso y bello. Dónde antes había unos ojos inusualmente inteligentes, sólo había dos cuencas vacías. No podía imaginar quien podría haber actuado con tanta saña y crueldad.
Sabía que ella estaba abocada a una investigación extraordinaria, aunque no había querido explayarse mucho sobre el tema, en algunas conversaciones había deslizado que ese trabajo sería una bomba sorpresiva cuando lo diera a conocer. Él le había pedido que tuviera mucho cuidado, que no se enfrentara a fuerzas superiores a ella, que de ser necesario solicitara protección; solamente había obtenido sonrisas tranquilizadoras. Ahora estaba muerta.
Cuando ingresaron los técnicos de la Policía Científica, el Inspector Zurriaga se levantó lentamente del lado del cadáver de su hija y salió de la habitación.

María Magdalena
 
bohemio5,15.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio, eran los sollozos de su compañero. El mismo que trajo a un médico para que atendiera la herida, en forma clandestina.
Examinó el galeno a la mujer y viendo que había que cauterizar y suturar la herida, se dispuso a hacerlo con la prontitud que el caso exigía. Había perdido mucha sangre y ya estaba debil.
El compañero de la insurrecta, sentado a pocos pasos, observaba todos los preparativos sudando frío.
Oiga doctor, dijo de pronto con voz sorda, Trate de salvarla, porque, si ella se muere... yo lo mato a usted.
Volviendose el medico hacia el hombre que decía esto, vio que el sujeto iba desenfundando un revólver de calibre 45, que colocaba luego en la mesilla que estaba a su espalda.
Inclinó el doctor la cabeza, para mirar a su belicoso interlocutor por encima de las gafas y salió sin decir palabra de la habitación a su camioneta, a la cual entró de nuevo a los pocos minutos, llevando una bandeja con instrumentos quirúrgicos y un pistola calibre 22.
Amigo, le dijo al insurrecto acariciando el arma y señalando a la herida con un ademán: si ella se queda en esta operación, yo lo sabré 5 segundos antes que usted pueda notarlo, ¿estamos claro?.
 
gmmagdalena,15.01.2007
Sobre El Tiempo


Será ese eterno manipulador
que organiza la vida
al compás de sus segunderos,
engranajes que se encadenan
sin interrupción marcando días.
Será ese viejo alfarero
que con sus manos crea ilusiones pasadas
y certezas futuras.
Será quizás el guía que nos indique
el camino hacia el panal de vida,
dónde las abejas del infinito
elaboran la melaza de nuestros sueños
o tal vez el círculo de un encaje
formado en el telar de una araña impiadosa,
concéntricos derroteros que atrapan
y muestran una única salida,
al final de las cosas..

Transitaré en un reloj
desde mi infancia,
- veloz etapa de sueños -
pasando por una juventud
de hormonas desbocadas,
hasta una madurez con dolores
y escasas alegrías,
tren que no descarrila,
pero que hiere e indefectiblemente,
mata.

Pasaré de la risa a la mueca
de la muerte,
del esperma y el óvulo,
a la vida.
Devendrá mi existencia
en designios no elegidos,
y mi libre albedrío se ahogará
en las aguas oscuras del destino,
O se deslizará cual sirena
en la azuladas marejadas
de una plenitud ansiada.


Será ese viejo filibustero,
ladrón de todo y dador de nada,
el que maneje cual inmoral titiritero
los hilos de mi existencia
transformándome de nada a todo,
de todo a nada,
en contubernio con sus antojos.

Será él,
El Tiempo,
dueño de mi vida,
manipulador de mis días,
y yo, apenas,
su esclava.

María Magdalena

María Magdalena
 
-Vera-,15.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio…"
Era el sonido de música lolailo en una emisora de radio.
Pedro llevaba la mañana entera oyendo esa música que nunca había podido tragar. Estaba harto de ese ritmo pachanguero a todo volumen que machacaba sus oídos y su cabeza.
Salió de su habitación y llamó a la puerta de la habitación contigua a la suya.
Una mujer con rulos en la cabeza y vestida con una bata abrió aquella puerta.
Pedro le pidió que bajase aquella música que le estaba levantando dolor de cabeza.
Ella le miró de arriba a bajo y con las manos en la cadera le dijo que se fuera a dar la lata a otro lado y si no le gustaba, se aguantase.
Furioso, Pedro entró en la habitación, cerró tras de sí la puerta y se encaminó hacia el aparato de radio para apagarlo.
La mujer trató de evitarlo. Se colocó entre Pedro y el aparato y le propinó varios puñetazos.

"Te estoy amando locamente" cantaban las Grecas a todo volumen.
Pedro, vio aquella navaja junto a una manzana medio pelada sobre la mesita. La cogió y asestó una puñalada a la mujer que cayó fulminada en un rincón de la habitación de ese motel.
 
solemio,15.01.2007
Sacudida por los tiempos que me encienden
Que me abarcan desteñida , empobrecida
Momentáneamente abrumada y escondida
Por las ansias no resueltas.

Volteada, descreída de la vida
Y un tanto enloquecida por la permanencia,
Vuelco trapos y trazos y despido al ayer
Ante la sonrisa cómplice de otros.

Impermeable al destino y a la pausa
Desgajo la tortura de saber y la ignorancia
Para volverme sombra irrepetible
Mientras lluevo desconsolada.

Destemplada y sin acordes capaces de saber
Buscando en vano la posibilidad
Acobardada de temblores y de miedos
Inconsciente y voluble, desintegrada.

Y en un resquicio apenas soportable
El alma me busca para sacudirme
Sacudida de sueños y tristezas
De placeres no resueltos
Sacudida por un yo terreno y desleal
Despierto y sigo, sin edad.
 
fabiangs,15.01.2007
Bastante interesante todo esto de la pelea. Por el momento solo quiero estar en primera fila.
 
solemio,15.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el aún presente aura suspirante de la mujer en desgracia. El olor era rojo, como la sangre y el momento parecía interminablemente solo.
LLevaba minutos en esa posición, viéndose muerta, oliéndose muerta, esperando al ángel que supuestamente la buscaría. Y nada ocurría, nadie encontraría su cuerpo, no sabían de ella en el pequeño pueblo de Comodora Py desde hace más de 20 años, no tenía hijos, ni hombres ni amores, solo trabajaba en forma temporaria. El dueño del motel sabía de su largos días de alcohol y pesadillas y pasaría al menos una semana antes de que intente saber sobre ella.
Creyó que morir sería una liberación y dejaría atrás la soledad, podría compartir con almas y con pensamientos eternos. Guardo pacientemente lo trabajado en los últimos dos meses para pagar al chiquito que contrató para acuchillarla. Porque no quería ruidos ,las armas suenan, ella no gritaría, el chico quería plata, la plata era para la droga, la droga de ella era la muerte.
Pero allí seguía: sola y volátil, desesperadamente triste. Tortuosamente muerta. Pero igualmente vacía, sin ayuda, sin abrazos, sola, y virgen. Una virgen ensangrentada y cruel que se atrevió al más allá pensando en la compañía celestial, o al menos espectral. Nada de eso existía. Seguía igual, sin cuerpo pero con el dolor pesando, como si cargara el mundo. Pobre María
 
Garvas,15.01.2007
¿Y cómo se vota aqui?
 
losha,15.01.2007
Acuchillada en un rincón de la habitación del motel lo único que rompía el silencio era el esporádico paso de los autos en la ruta de aquel lugar alejado de la ciudad, la joven mujer, casi adolescente, ya no respiraba.
La negruzca sangre que había expulsado la puñalada se colaba entre los dedos de la mano que parecía querían sostener las entrañas que amenazaban salirse por la grieta en la carne.
Los pies descalzos, las manos sobre el vientre, como toda vestimenta lucía una minúscula tanguita de color piel, por lo que parecía totalmente desnuda. Lo más impresionante era el gesto: ojos saltones, mirada perdida en algún punto fijo, el maquillaje corrido por las lágrimas derramadas hace pocos minutos, la boca retorcida de dolor e intentando dar un grito desesperado de auxilio, el cabello largo, rubio, brillante y rizado le caía desordenado sobre el rostro y los hombros como enmarañados, como si los hubieran utilizado para arrastrar a la joven a este es lugar. Parecía estar arrodillada y haber caído hacia el lado derecho arrastrando consigo la cortina floreada que vestía la ventana por la que se veía la ruta y el campo, nada más.
Así la encontró Nuria, la muchacha de la limpieza, por la mañana a primera hora. Su primer reacción debería haber sido gritar y salir corriendo para buscar a alguien, sin embargo un deseo insospechado de morbosidad la detuvo empujándola a acercarse al cadáver y estudiarlo.
Al instante la reconoció, era Malba, una clienta del motel, allí llevaba a sus compañeros ocasionales de sexo. Nuria había conversado con ella varias veces. Era prostituta de poca monta, independiente; no tenía alguien que la administrara, alardeaba de su capacidad de cuidarse sola y no tener que darle sus ganancias a un chulo. Había dicho tener que hacer esto por su hijo, cosa que Nuria sospechaba era una tremenda excusa, ella misma había sido madre adolescente, y llevaba con dignidad su vida y la de su niño; y se lo hizo saber sin reparo a su cuasi amiga de encuentros furtivos, una que entra y otra que sale de sus respectivos trabajos.
Se demoró todavía un poco más, vio algo brillante en el piso que se asomaba por debajo de la pierna derecha que aguantaba casi todo el peso del cuerpo caído, y con ese bendito instinto de mucama de esperar encontrar algo valioso al entrar a limpiar una habitación, más en un motel de paso, se agachó para estudiar el objeto, era la patilla de un anteojo que había sido aplastado por la joven. Fue más allá todavía, se agachó para ver mejor, y ganándole la curiosidad al sentido común tomó con dos dedos la patilla y tironeó. Lo que comprendió la dejó con la respiración cortada, las piernas la dejaron de sostener y hubiera sido demoledora la sensación si no se hubiera abierto la puerta repentinamente y hubiera escuchado la voz enérgica que se correspondían a los anteojos encontrados y que tenían que ver directamente con el asesino. Malba giró la cabeza en dirección a la voz, sus ojos se salieron de las órbitas, en un pobre intento de resistencia quiso empujar al hombre que ya tenía encima sin lograrlo, el golpe le nubló la vista y cayó justo encima del otro cuerpo hacia la izquierda formando una extraña cruz. Así las encontró la policía local, que nunca pudo resolver el caso.
 
Madrobyo,15.01.2007
bUna situación cotidiana/b

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el grito desgarrador de elpetro. Con los pelos de punta, elnegropablo salio corriendo de la pieza. Su traje de cuero pegado al cuerpo brillaba en medio de la noche, de su cintura un largo latigo se habia desprendido y se arrastraba dejando una marca detrás de las huellas de sus pies desnudos.

– Te mate, ¡lo siento, lo siento! Grito elnegropablo en la orilla de la carretera, mientras a lo lejos ya se escuchaba el sonido de la sirena.

– Fuiste tan gil de pedir que te abriera más agujeros para follarmelos, yo ya no quería seguirte cogiendo, pero siempre fuiste un travesaño goloso.

Los minutos fueron pasando, lentos, haciendo que la tortura cerebral de elnegropablo fuera tan salvaje como sus arremetidas contra elpetro. A lo lejos, las luces de los carros de policía se podían ver con total claridad.

“Esto no puede ser cierto, tiene que ser un sueño, como todos eso sueños húmedos que he tenido pensando en garvas, esos sueños enfermizos que me provoco piturro, no puede ser, esta es MI VERDAD.”

iSe escucho un ruido un tanto seco.
En la puerta una pequeña silueta se movía tratando de salir libremente de aquel infernal ruido. /i

Elnegropablo dio un fabuloso grito de alegría. Y corrió a abrazar a su querido.

iLos polis acechan. Las sirenas suenan escandalosamente.
Dos hombres abrazados en medio de la oscuridad. Las manchas de sangre sobre un traje de cuero muy caro.
Un hombre gritando a cinco metros que deben pagar las tres noches que han estado encerrados en la piecita. Piturro desciende de uno de los carros y ve los dos cuerpos abrazados. /i

– Jua jua jua. Se carcajea frente aquellos dos cuerpos enjutos y patéticos.
– Son un par de putas graciosas, otra vez los agarro en las mismas. ¿qué, no se cansan de estar en prisión? Jua jua jua jua… -La carcajada se va perdiendo y escondiendo tras los aullidos de la sirena de los autos.

bEpilogo/b

Dos semanas después, elpetro saldrá del hospital, una sutura nueva en el estomago y una más a la altura de la nalga izquierda. Elnegropablo, seguirá tratando de convencer a su esposa y su hijo que todo aquello fue a causa del imperio de derecha, quienes lo hipnotizaron y lo obligaron a hacer aquello para desprestigiar al movimiento revolucionario de América.
 
zepol,15.01.2007
La verdad sobre estos concursos.

Acuchillada en el rincón de la habitación de un motel, lo único que irrumpía el silencio era

¿Ahora quién gana? ¿el que tenga más amigos?, ¿el que alabe más a los otros competidores o el que tenga un mayor número de clones dentro del round?

Fin.
 
Ysobelt,15.01.2007
De aquí nadie va a salir rico ni famoso...Esto es una forma de promoción dentro la comunidad. Aquí cada cual se queda con lo que le interesa y con lo que lee, como dije al comienzo de este foro, aunque yo haya ganado el anterior aquí nadie ha perdido. Todos ganamos nuevos adeptos. Está claro que el que no participa no se promociona, tampoco gana.
 
zepol,15.01.2007
Ese es mi cuento y espero ganar.
 
zepol,15.01.2007
Por cierto, Madrobyo: jajajajajajajajajajajajaja
 
Ysobelt,15.01.2007
Eso no es un cuento, no tiene ni trama, ni nudo, ni desenlace, es una reflexión. Además no es irrumpió, es rompió o rompía....Estás a tiempo y estas invitado.
 
zepol,15.01.2007
bLa verdad sobre estos concursos./b

Acuchillada en el rincón de la habitación de un motel, lo único que rompía el silencio era una voz que preguntaba:

¿Ahora quién gana? ¿el que tenga más amigos?, ¿el que alabe más a los otros competidores o el que tenga un mayor número de clones dentro del round?

Después, ella murió.


**********************************
La o él organizador del concurso dice que todo cuento requiere nudo, trama y desenlace. Yo sé que eso no es cierto, pero por estos motivos cambié mi cuento al entendimiento de su saber sobre las letras.
 
zingante,15.01.2007
bTrama, nudo y desenlace/b

bTrama/b

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era un grito.

bNudo/b

El grito se fue esparciendo por toda la calle hasta que lo pudo escuchar Alguien.

bDesenlace/b

Alguien, espantado, a sus setenta y cinco años y con un corazón muy debil murio en el instante.

bFin/b


 
lio_mendez,15.01.2007
Me faltó una palabra en la frase primordial, así que por cualquier cosa pongo de nuevo el cuento. Aproveché también para hacerle una corrección de formato y otra de redacción. Saludos

bLa venganza de Clotildo./b

i“Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era…”/i

- ¡Nooo! –gritó con su chillona voz el afeminado director, interrumpiendo al narrador de la obra–. No me gusta nada de nada de nada, ese tonito que le das. Parece un capitulo de la Hora Macabra.

Clotildo era un regordete cincuentón, que gustaba de vestir camisas brillantes ajustadas y de regañar a sus subordinados.

- A ver tú, la flaca tetona con cara de sapo –dijo Clotildo a la actriz, al mismo tiempo que se limpiaba el sudor de la frente–. Mientras el narrador vomita su dialogo, avientas las tijeras al suelo, tomas el vaso de sangre y te lo untas en el pecho con candor.
- Me llamo Herminia –contestó la mujer en voz baja y con un poco de miedo.
- ¿Qué dijiste? –preguntó Clotildo alterado.
- Que me llamo Herminia, no tetona cara de sapo, señor.
- Así te llames María Félix –dijo Clotildo mientras se le hinchaba la cara–, aquí haces lo que yo te diga. Y cuando yo diga ladra, tú lo único que tienes que contestar, es: ¿de que raza quiere el ladrido, señor? ¿Entendiste?

La decadencia de Clotildo era inevitable. Sus tres últimas obras habían sido un fracaso y, por culpa de un lapso de desesperación, había aceptado dirigir una historia sobre las muertas de Juárez, entremezclado con el caso del secuestro de Laura Zapata. Sus enemigos –que eran muchos–, decían que “La gorda” estaba acabada y que difícilmente podría levantarse. Ah, pero pocos podían llamarle así en su cara, porque Clotildo era capaz de aventarse con uñas y dientes contra cualquiera que hiciera burla sobre su obesidad.

- ¡Así no te la untes, flaca! No es película porno.
- Pero señor, usted dijo...
- ¡Cállate, chichis! Aparte de fea, rezongona.

El estreno era en unas cuantas horas y Clotildo sufría por no haber tenido la oportunidad de conseguir actores experimentados, sus patrocinadores le habían quitado la mitad del presupuesto para la ambientación y, media hora antes, había recibido una carta del teatro amenazándolo con cancelar la temporada, si las ventas no eran lo que esperaban.

- ¡Gorditaaa! Vine a visitarte –cantó una voz desde la puerta del teatro. Se trataba del prestigiado subsecretario de cultura, acompañado del joven, que solía vivir en el pequeño departamento de Clotildo. El director tuvo el deseo de aventárseles encima, pero contuvo sus impulsos, sabiendo que ese hombre podía acabar con el resto de su carrera.
- ¡Lucho! –contestó Clotildo fingiendo amabilidad–. ¿A que debo este tremendo honor?
- Vine a ver que todo estuviera saliendo bien; recuerda que la secretaría te brindó un préstamo.

Clotildo sabía bien que Lucho venía a molestarlo. Era imposible que un subsecretario se hiciera cargo personalmente de esos ridículos asuntos. Se lo imaginó debajo de su enorme trasero, muriendo asfixiado después de inhalar un gran pedo.

- ¡Herminia, cámbiate de ropa! –gritó Clotildo hacia el escenario, al no poder responderle como quería al indeseable visitante–. Como puedes ver amiga, tengo mil pendientes encima.
- No te preocupes, “gorda”–contestó Lucho–. Luego salimos a platicar los tres.

Clotildo se aguantó el coraje.
El tiempo se acortaba y la obra no estaba lista ni siquiera a la mitad de lo que requería para no ser abucheado. Los técnicos se habían ido antes de tiempo, amenazando de llamar al sindicato en caso de obligarlos a hacer lo contrario, y el guionista había renunciado después de uno de los tantos insultos.

- Para que las cosas salgan con el mínimo de calidad requerida, sapito escuálido, necesito que finjas que sabes actuar –dijo el director a Herminia.

El portero llegó en ese momento y anunció que era hora de cerrar el teatro. Clotildo intentó pedir más tiempo, pero fue inútil. El viejo se rehusó. Había todavía muchos pendientes y el día siguiente sólo tendría 20 minutos antes de la función, así que “la gorda” tomó una decisión.

- ¡Tienes que aprenderte el dialogo! Sapo, flaco, feo y apestoso sin talento. No aprovechas la oportunidad que te doy. No sé para qué pagué la noche en este motel.

Fue entonces que Herminia, desesperada y ante la vista de los otros actores, tomó el par de tijeras y se lo clavó con fuerza a Clotildo en el estomago. Al verlo caer en la esquina de la habitación, salió corriendo a la calle.

Acuchillada en un rincón de la habitación del motel, lo único que rompía el silencio era el quejido de “la gorda” blasfemando en contra de la madre de Herminia sin que ninguno de los otros presentes hiciera nada para salvarlo.

Cuentan que en un viejo motel del centro de la ciudad, se escucha la voz chillona del fantasma de un fracasado director, que pregunta de cuarto en cuarto el paradero de ila horrorosa actriz que le robó el escenario./i También dicen que esa fue la razón por la que un subsecretario de cultura muriera del susto una noche que visitó ese mismo motel.
 
Ysobelt,15.01.2007
FIN DEL COMBATE........NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO FORO-VOTO. EN BREVES MOMENTOS.
 



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