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umbrio,26.06.2013
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No tengo el propósito de erigirme como un catedrático de literatura ni experto en el tema. En primer término quiero aclararme a mi mismo la diferencia entre decir y mostrar, y en segundo, invitar a que recorran conmigo ese camino.
El objetivo es encontrar las diferencias entre uno y otro recurso narrativo. Identificarte con alguno o utilizar un equilibrio entre ambos. Desde luego que para muchos sería un tema ya superado y que tienen un estilo ya definido, pero para los que no hemos encontrado una voz definida puede ser un buen ejercicio. También puede ocurrir que a nadie le interese, de ser el caso, la información tal vez les sirva.
Vamos a empezar con una definición. Una definición que no trata de ser académica, sólo pretende incluir en ella todos o la mayor parte de los elementos que componen una narración (literaria, obviaremos el uso de la narración, por ejemplo, en la ciencia histórica) para así facilitar la labor pedagógica que se tratará de realizar a continuación. Sería así:
Narrar es la creación de una voz que, con la intención de producir un sentido y un efecto en el lector, cuenta de forma expresiva y argumentada una historia de ficción centrada en un conflicto(s), situada en un espacio y un tiempo, encarnada en unos personajes y desarrollada a través de acciones entramadas que suponen un cambio.
La narración tiene muchos elementos narrativos. El reto es analizar los que, en mi personal punto de vista, se pueden trabajar en forma de taller y que además contribuirán a darle valor estético a la narración.
1º.- EL TIEMPO.
2º.- EL ESPACIO.
3ero. LA DESCRIPCIÓN
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umbrio,26.06.2013
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A continuación agregó la parte teórica de estos conceptos. Una vez que hayan leído, los que quieran participar en este taller interactivo se van anotando y de acuerdo a los que participen establecer un mecanismo de trabajo. Aclaro no voy a ensañar lo que muchos saben mejor que yo, quiero compartir, para que juntos encontremos mejores formas de expresar nuestras ideas en un texto literario.
1º.- EL TIEMPO.
El “Tiempo EN la Narrativa”, es decir, de las características y el uso del “elemento narrativo tiempo” en novelas, relatos y cuentos. Hay tres aspectos esenciales: la selección, el orden y la duración.
a.- Selección.
Imaginemos que tenemos una idea genial para una narración. La idea sería algo así como: “Chica y chico se conocen, se enamoran, tienen problemas y, al final, se casan” Aquí tenemos la sinopsis de una “emocionante” historia.
En principio, rescato que el recorrido temporal que hace la historia sería desde el día en que se conocen, hasta el día en que se casan. Por supuesto, también podría añadir la vida pasada del chico y la chica, con lo que el recorrido temporal total de la historia sería desde el nacimiento de los protagonistas hasta su boda.
Es evidente que no podemos narrar todo este recorrido temporal. De hacerlo, nos encontraríamos en la situación de aquel cuento de Borges, en el que se pretendía hacer un mapa de China tan detallista y preciso que el mapa acabó siendo tan grande como la propia China. Por lo tanto, algunos segmentos del recorrido temporal total de la historia los puedo callar, otros los puedo mencionar de pasada, otros intentaré tratarlos en profundidad. Del recorrido temporal total de la historia, pues, sólo pasarán al texto unos determinados segmentos temporales (por ejemplo, la escena en que el chico y la chica se conocen: una tarde lluviosa, en un bar, se tropiezan en la entrada, los apuntes de ella caen desparramados por el suelo…). Es decir, me veo obligado a hacer una SELECCIÓN.
Una adecuada selección de segmentos temporales requiere, pues, saber, no sólo los hechos, sucesos, acciones, peripecias… que vamos a contar (historia/trama: chico y chica se conocen, se enamoran, tienen problemas y, al final, se casan), sino también qué queremos contar con esos hechos, sucesos, acciones, peripecias… (argumento/sentido: qué idea del amor, de las relaciones humanas, del otro, de la resistencias de la sociedad a determinadas relaciones etcétera queremos expresar). Una narración no es únicamente lo que PONE – hechos, sucesos, acciones, peripecias… – sino lo que DICE – el sentido que queremos expresar con lo narrado – Por lo tanto, es fundamental saber lo que queremos DECIR con lo que contamos para hacer una adecuada selección de los segmentos temporales.
b.- Orden.
En una narración no estamos obligados a seguir el orden temporal de los hechos, sino que podemos alterarlo, invertirlo, cambiarlo; podemos mezclar presente, pasado y futuro en un tiempo único; podemos recordar, profetizar, saltar del presente al pasado, del pasado al futuro, del futuro volver al presente; podemos continuar la acción, interrumpirla, interpolar esto, reanudar aquello; podemos, en definitiva, romper a discreción el suceder lineal del tiempo.
Así, según el orden temporal que escojamos, mi “brillante” idea de “chica y chico se conocen, se enamoran, tienen problemas y, al final, se casan” podría relatarla de varias maneras. Por ejemplo:
-En un orden cronológico lineal y “natural”, empezando por el momento en que se conocen, siguiendo por los “problemas” y acabando en el matrimonio.
-O, empezamos por el momento en que se casan y, luego, vamos retrocediendo en el tiempo.
-O, comenzamos en el “medio” – en uno de los “problemas”, por ejemplo – y avanzamos y retrocedemos en el tiempo a conveniencia.
Pero, ¿qué orden cronológico escogeremos? La “solución” es tan sencilla de decir, como difícil de realizar: el que más nos convenga para lo que queremos contar. Escribir es tomar decisiones; las decisiones narrativas se toman para resolver problemas; los problemas narrativos nacen del intento de convertir en material lingüístico una idea; la idea es nuestra idea, nuestra intención, lo que queremos contar y decir.
Por último, dos métodos (de nombres tremendos) para jugar con el orden temporal:
-Retrospección o analepsis: consiste en incluir en el relato información referida a un acontecimiento ocurrido.
-Prospección o prolepsis: se incluye información referida a un acontecimiento futuro. Se anuncia algo que va a ocurrir.
c.- Duración.
¿Qué extensión daré a los diferentes segmentos temporales que ya he seleccionado y ordenado? O dicho más en plata: ¿cuántas frases, párrafos o páginas dedicaré a cada segmento temporal? Existen dos posibilidades:
1ª.- La aceleración. Se produce cuando se dedica un segmento breve del texto a un periodo largo de la historia narrada. Recursos principales:
-Narración sumaria: se sintetiza la información.
-Elipsis: se omite parte de la historia. A veces se sugiere mediante indicios. Puede actuar como puente entre dos situaciones o episodios alejados en el tiempo. Cuando es explícita, sus fórmulas suelen ser: “Tres días después”, “Pasaron muchos años”…
2ª.- La desaceleración. Consiste en dedicar un segmento largo del texto a un periodo breve de la historia. Recursos principales:
-La escena: presentación dramatizada de los hechos.
-La pausa: se interrumpe la acción intercalando descripciones.
-La digresión. Es similar a la pausa. Puede ser una reflexión que desvía o detiene la acción.
Si volvemos a la genial idea de “chico y chica se conocen, se enamoran, tienen problemas y al final se casan” las preguntas que nos surge en el aspecto que aquí estamos tratando serían, por ejemplo: ¿Qué extensión daré al momento en que se conocen: breve o larga?, ¿construiré una escena?; ¿qué hacer con los días posteriores al primer encuentro?, ¿emplearé la aceleración recurriendo a sintetizar la información con una narración sumaria: “Fueron tres días de gran inquietud para nuestros héroes…”?, o ¿será mejor una elipsis del tipo se volvieron a ver tres días después?, o ¿debo hacer una descripción más pormenorizada de sus sentimientos, deseos e inquietudes durante tan “procelosos” días?...
Imaginemos que nuestro héroe es empleado de una empresa. Imaginemos que nuestra heroína acaba de entrar a trabajar a la empresa. Imaginemos que el jefe u otro trabajador los presenta. Imaginemos que ese primer encuentro es muy breve, del tipo de: “Fue al mes de su llegada cuando les presentaron. El apretón de manos duraría apenas dos segundos; luego, se separaron y cada uno fue a sus tareas” Aquí la duración del encuentro y la “duración” del texto son prácticamente iguales. Pero nosotros, como autores, tenemos la posibilidad de “alargar” en el texto esos dos segundos de la “realidad”. Mediante una desaceleración, podemos expandir, profundizar, digamos, verticalmente esos dos segundos. ¿Cómo? Describiendo las manos y la forma en que cada uno la tendió; si el apretón fue fuerte y cálido o, por el contrario, breve y frío; lo que pensaron y sintieron cada uno al entrar en contacto sus manos… ¿Por qué? Porque con la descripción/ampliación de esos dos segundos queremos dar una información que creemos importante sobre los sentimientos de cada uno o sobre sus personalidades o sobre el futuro de esa relación que acaba de dar el primer paso.
Como pueden ver todo lo que aparece en un texto debe estar allí por algo, “haciendo” algo; debe tener una justificación: dar una información nueva, hacer avanzar la acción, ir construyendo el sentido de lo que queremos narrar.
2º.- ESPACIO.
Pasaremos por alto un aspecto del espacio que podríamos denominar el “espacio escrito”, es decir, la distribución del texto en la página (párrafos, espacios en blanco, capítulos).
Plantearé el tema a través de una pregunta/problema narrativo: ¿Cuándo yo, escritor, debo dar cuenta al lector del espacio en el que se desarrolla la acción o se mueven mis personajes?, ¿cómo?, ¿por qué?... Ensayaré una respuesta a modo de muñecas rusas. Veamos:
1ª.- El espacio escenario. Con este tratamiento del espacio, el escritor pretende que la acción o los personajes no se encuentren en la “nada”. Suele ser meramente informativo y muchas veces mecánico y hasta molesto para el lector (interrumpe la acción, no se liga con la trama, parece un añadido o cuerpo extraño…). No dice más, por ejemplo, que hay una casa, un árbol y una montaña. Es un tratamiento ingenuo e insuficiente (salvo en párrafos de transición o necesidades de verosimilitud o comprensión de las acciones).
Por ejemplo, en la hipotética narración basada en la idea de “Chico conoce chica se enamoran y tienen problemas” un tratamiento del espacio como el arriba descrito podría ser de la siguiente manera. Imaginemos que es el comienzo de la narración:
“Caminaban cogidos de la mano por una calle. Se detuvieron frente a una casa.
-Ha sido el día más feliz de mi vida, Enrique – dijo María.
-Y el mío también – contestó él.
Se miraron intensamente a los ojos. María volvió a hablar.
-Tu declaración de amor ha sido maravillosa.
-¡Uf! La vergüenza que he pasado.
Rieron con ganas. Se hacía de noche. Al cabo de un rato, María dijo:
-¿Mañana en el mismo sitio?
Enrique asintió. Se besaron largamente, luego María abrió la puerta y entró en la casa. Enrique se encaminó calle abajo a la suya”.
Bien, como lectores ¿qué información hemos sacado de la “historia” que se nos va a narrar al leer este comienzo? Podríamos decir, por ejemplo:
-Hay dos personajes: María y Enrique.
-Ha sido el día más feliz de su vida.
-La razón de esta felicidad es que se aman y que se acaban de declarar su amor.
Sin duda, podríamos extraer más datos pero conformémonos por ahora con estos tres.
¿Cómo he transmitido esta información? El recurso narrativo que he utilizado principalmente ha sido el DIÁLOGO: la mayoría de los datos de la historia los reciben de las propias palabras de los personajes. En mucha menor medida, he utilizado el recurso de contar ACCIONES, por ejemplo: “Caminaban cogidos de la mano”, “Se detuvieron”, “Se miraron intensamente a los ojos”… ¿Y en cuanto a nuestro tema?: ¿en qué medida o de qué modo he utilizado el recurso narrativo ESPACIO? Justo es decir que lo he utilizado en muy escasa medida. Tan sólo hay unas pocas referencias espaciales: “Por la calle”, “frente a una casa”, “se hacía de noche” y “calle abajo”. Vemos, pues, que intencionalmente no he tratado de forma EXPRESIVA el espacio; únicamente he dado unas pocas indicaciones, cuya sola función es no tener a los personajes en medio de nada. “Casa”, “calle”, “la noche caía”, “calle abajo”, a pesar de ser pocos datos, crean al lector un mínimo escenario donde situar a los personajes, sus acciones y su diálogo. Este tipo de tratamiento narrativo del espacio es informativo y se califica como “Espacio escenario”. ¿Es suficiente este tratamiento del espacio? Depende. Por ejemplo, si nos encontráramos en un pasaje de transición puede ser perfectamente adecuado; también lo sería si describir el “lugar” fuese necesario para la comprensión de la acción. Pero si el pasaje fuera importante, cargado de densidad de sentido, este tratamiento del espacio podría ser insuficiente. Supongamos que decidimos que esta parte no es un pasaje de transición sino de importancia para nuestra narración ¿qué hacer?
2ª.- El espacio espejo. Es un tratamiento más profundo del espacio. En él, el espacio opera como espejo de los sentimientos o estado anímico de los personajes. Tiene el posible problema de caer en el tópico o de repetir lo que ya el lector “ve” a través de las acciones, palabras o actitudes de los personajes. Por ejemplo, nuestro personaje está triste y, claro, afuera llueve; o está contento y reluce el sol en todo su esplendor. Sin embargo, existen dos recursos de gran importancia que trabajan esta función de espejo pero a un mayor grado de profundidad. Son el correlato objetivo y subjetivo. Veámoslos:
Tanto el correlato objetivo como el subjetivo son correlatos, es decir, “relatos” que acompañan o discurren paralelos a otro relato – el “principal” que narra las acciones y vicisitudes de los personajes–. Como en todo relato, en ellos habita un conflicto, un argumento, una idea: “dicen” algo. Por tanto, no se limitan a mencionar los rasgos del espacio físico, sino que los organizan en torno a un sentido y una intención. Tienen un carácter más dinámico que estático. El correlato objetivo y subjetivo, como descripciones del mundo exterior, se suelen utilizar para enmarcar, sugerir o mostrar de forma indirecta el mundo interior del personaje.
A.- Correlato objetivo.
La descripción del mundo exterior es objetiva, es decir, se emplea el lenguaje propio, físico, de las cosas: colores, olores, sonidos, formas, volúmenes, dimensiones… Ni la conciencia del narrador, ni la conciencia del personaje deben aparecer. Su finalidad es que el carácter o estado del mundo exterior – que describimos con el lenguaje de la naturaleza – tiña o “caiga” sobre el personaje de forma que nos dé luz o sugiera su estado interno. Les doy un ejemplo:
“El río estaba a punto de desbordarse. Se abría camino por entre las rocas con violencia, levantando al chocar una gruesa lluvia, un bramido sordo y continuo. Las aguas bajaban espesas y marrones. Aquí y allá troncos, ramas, utensilios rotos de labranza flotaban, giraban, se hundían, volvían a aparecer, se enredaban en las orillas para, de pronto, seguir su vertiginoso descenso. Juan miró por enésima vez su reloj, atravesó el puente de madera que crujía y temblaba por la embestida de la corriente. Llegó hasta el coche y lo arrancó…”
En este texto la descripción del estado “turbulento” del río, tiñe o cae sobre el personaje y nos sugiere que su estado anímico también es “turbulento”. Observa que la descripción trata de ceñirse siempre al lenguaje físico (gruesa lluvia, bramido sordo y continuo, espesas y marrones…).
B.- Correlato subjetivo.
La descripción del mundo exterior es subjetiva, es decir, está hecha desde el punto de vista o la mirada de alguien. Se utiliza un lenguaje “humano” (sentimientos, valores) y, por lo tanto, aparece la conciencia del personaje o el narrador. Su objetivo es sugerir el estado interno del personaje a través de la forma en que ve y tiñe el mundo exterior. Es, pues, la mirada del personaje sobre el objeto, más que el propio objeto, lo que se nos presenta. Seguimos con el ejemplo:
“Juan alcanzó por fin la cumbre. Se acercó al borde del precipicio y contempló el espectáculo que se ofrecía ante su vista. Abajo, en el fondo del valle, el río era una insignificante cinta que serpenteaba entre pequeños recuadros cultivados; las casonas de labranza parecían casitas de muñecas, y a las personas y al ganado apenas se los distinguía, diminutos como hormigas. Frente a él, el circo de montañas se desplegaba macizo y dominante, coronado aún por un manto de nieve inalcanzable; manchas boscosas conquistaban las laderas hasta las mismas paredes de roca; un águila sobrevolaba el abismo, describiendo círculos amplios y majestuosos. Era mediodía y el sol brillaba con todo su poder en lo más alto”.
Aquí toda la descripción está organizada desde la mirada de Juan y el lenguaje empleado es subjetivo. La situación espacial del personaje (él arriba, el mundo habitado abajo); el tratamiento de ese mundo habitado a sus pies (insignificante cinta, casitas de muñecas, diminutos como hormigas) y del paisaje frente a él (macizo y dominante, coronado, manto de nieve inalcanzable, conquistaban, águila, amplios y majestuosos, con todo su poder) nos dan una idea de los pensamientos y sentimientos de Juan. Su mirada tiñe al espacio exterior de jerarquía, poder, superioridad de la soledad en las alturas frente a la pequeñez gregaria del valle, ofreciéndonos un “relato” de su mundo interior.
Observemos que a través de la forma en que miran/describen el espacio los personajes se nos dirá quiénes son, qué buscan, qué temen, cuál es su conflicto…
3ª.- El espacio expresivo. Con este tratamiento el espacio adquiere características de personaje. A través de él, el escritor dice cosas fundamentales que de otra manera no podría decir: añade información, hace avanzar la acción, es parte integrante de la trama y del argumento, en definitiva, construye significado y sentido.
Retomemos nuestra fantasía de que estamos escribiendo una narración que trata sobre la idea de “chico conoce chica, se enamoran y tienen problemas”. Volvamos, pues, al texto sobre la tierna despedida de María y Enrique. Cualquier lector afirmaría que este relato que ha empezado a leer va a tratar sobre el amor de María y Enrique. Pero ¿algún lector podría aventurar por lo leído si ese amor va a tener un curso fácil o si, por el contrario, va a estar plagado de dificultades? Nuestra experiencia de lectores nos hará imaginar que algún conflicto ha de surgir pues de otra manera no habría “novela” – como dijera Tolstoi: “Las familias felices no tienen historia” – pero, justo es reconocer, que no hay nada en el texto que apunte en una u otra dirección.
Imaginemos ahora que nosotros como autores de este texto no hemos quedado contentos con este comienzo de la narración. Queremos transmitir al lector alguna información sobre el futuro de la relación de nuestros enamorados. He aquí un problema narrativo ¿cómo transmitiré esa información? Estamos ante el corazón mismo de la escritura: algo que decir (Idea, sensación, imagen, sentimiento); problema de cómo decirlo; búsqueda de una solución narrativa; toma de decisión; y plasmarlo lingüísticamente. Pongamos, que decidimos escribir lo siguiente: “Nada sospechaban al despedirse de las muchas dificultades que pronto su amor tendría” La solución que habríamos tomado en este caso utiliza las posibilidades del elemento narrativo TIEMPO y se llama PROLEPSIS: anunciar un hecho futuro. Sin embargo, autocríticos, no nos parece este recurso una buena solución para este caso. Es demasiado facilón y simple: informa más que sugiere, dice más que muestra. Tendremos, pues, que buscar otro recurso que responda mejor a nuestro problema narrativo y a nuestra intención. ¿Cuál?... De pronto, se nos ocurre lo siguiente ¿y si utilizo el elemento narrativo espacio para dar a entender al avisado lector algo sobre el futuro de la relación de María y Enrique?... Ya, muy bien, pero ¿cómo?
Veamos los siguientes textos:
Uno.- “Caminaban cogidos de la mano por una calle amplia y arbolada. El suelo estaba alfombrado de hojas doradas. Se detuvieron frente a una casa.
-Ha sido el día más feliz de mi vida, Enrique – dijo María.
-Y el mío también – contestó él.
Se miraron intensamente a los ojos. Nada se oía salvo los festivos ladridos de un perro y las risas de unos niños. El cielo, aún azul, comenzaba a teñirse de rosados. María volvió a hablar.
-Tu declaración de amor ha sido maravillosa.
-¡Uf! La vergüenza que he pasado.
Rieron con ganas. Una brisa cálida acariciaba de vez en cuando sus rostros. Al cabo de un rato, María dijo:
-¿Mañana en el mismo sitio?
Enrique asintió. Se besaron largamente, luego María abrió la puerta y entró en la casa. Enrique se encaminó a la suya”.
Dos.- “Caminaban cogidos de la mano por una calle flanqueada por árboles de troncos retorcidos y ramas desnudas. El suelo estaba cubierto de hojas muertas. Se detuvieron frente a una casa.
-Ha sido el día más feliz de mi vida, Enrique – dijo María.
-Y el mío también – contestó él.
Se miraron intensamente a los ojos. Nada se oía salvo los aullidos de un perro y los gritos de unos niños. El cielo, encapotado y gris, se hacía negro con la llegada de la noche. María volvió a hablar.
-Tu declaración de amor ha sido maravillosa.
-¡Uf! La vergüenza que he pasado.
Rieron con ganas. Una brisa fría golpeaba de vez en cuando sus rostros. Al cabo de un rato, María dijo:
-¿Mañana en el mismo sitio?
Enrique asintió. Se besaron largamente, luego María abrió la puerta y entró en la casa. Enrique se encaminó a la suya”.
Tanto el texto Uno como el Dos reproducen nuestro texto inicial, salvo por unas cuantas frases que incorporan “algo”. Este algo incorporado es un tratamiento más amplio del Espacio. Con una diferencia, en el texto Uno el Espacio es tratado de forma, digamos para entendernos, positiva o alegre (“calle amplia y arbolada”, “El suelo estaba alfombrado de hojas doradas”, “festivos ladridos de un perro y las risas de unos niños”, “El cielo, aún azul, comenzaba a teñirse de rosados”, “Una brisa cálida acariciaba”); mientras que en el texto Dos el tratamiento que se hace del espacio es negativo o triste (“una calle flanqueada por árboles de troncos retorcidos y ramas desnudas”, “El suelo estaba cubierto de hojas muertas”, “los aullidos de un perro y los gritos de unos niños”, “El cielo, encapotado y gris, se hacía negro con la llegada de la noche”, “Una brisa fría golpeaba”). Como en el caso de los correlatos objetivos y subjetivo, estos dos breves tratamientos del espacio que hemos realizado en el texto inicial, tiñen la situación de nuestros dos protagonistas de diferente manera: en Uno, la situación de felicidad de los protagonistas se ve acompañada de un espacio “alegre” que reafirma esa felicidad; en Dos, la situación de felicidad de los protagonistas se ve contrastada por un espacio que nos habla de “tristeza”. Podríamos deducir, pues, que si nosotros estamos interesados en insinuar al lector que la relación de nuestros protagonistas va a tener problemas, el texto Dos parecería venirnos mejor: mientras los dos enamorados, ignorantes de su futuro, disfrutan de su amor, el espacio descrito nos insinúa las futuras “borrascas” que sufrirán.
Pero imaginemos que aún no hemos quedado contentos. Nosotros como autores no queremos sólo insinuar que la relación de nuestros protagonistas va a tener problemas, queremos también sugerir cuál va a ser la causa de esos problemas. Supongamos que la raíz de los problemas que van a tener nuestros enamorados será la diferencia de clase o status: ella es de familia rica, él de familia pobre. Bien ¿qué hacer para sugerirlo? Volvamos a los textos. Escogemos el texto Dos que es más borrascoso, ¿qué le añadimos a través del tratamiento del elemento espacio para dar a entender al lector que la causa de los problemas futuros de nuestros enamorados va a ser la diferencia de clase? Bien, nuestros amados están inmersos en su “emociónate y ardoroso” diálogo amoroso, el suelo está cubierto de hojas muertas, el cielo encapotado, la brisa fría… entonces junto a esta situación descrita en el texto Dos, podemos describir el lujo y la riqueza del barrio residencial y de la mansión de la chica; luego se despiden, él vuelve a su casa y cuando llega podemos describir una urbanización obrera…
Ellos nos han hablado de su amor; el tratamiento expresivo del espacio nos ha hablado de la diferencia de clase, nos ha dado una información nueva, ha apuntado un problema, ha sugerido un conflicto futuro. El lector, atento, lo capta. El autor ha sabido “mostrar”, no meramente “decir”, dejando hablar al espacio personaje.
3ero. DESCRIPCIÓN
Describir es representar algo por medios lingüísticos, refiriendo o explicando sus distintas partes, cualidades o circunstancias. Se suelen diferenciar dos tipos de descripción: uno, la descripción utilitaria, usada en los libros técnicos y científicos, folletos de instrucciones, cuyo objetivo es didáctico, su estilo explicativo, su lenguaje denotativo y técnico, y trata de ser los más precisa y objetiva posible, para lo cual huye de cualquier ambigüedad o polisemia; y el otro, la descripción literaria, que es la que nos incumbe y que pasamos de inmediato a tratar.
1º.- El porqué de la descripción. Justificación de la descripción.
La respuesta dependerá de lo que queramos decir. Si la descripción, por ejemplo, hace decir al texto todo lo que queremos que diga, es el recurso adecuado; si, por el contrario, no añade nada, desvía o confunde entonces lo mejor será desecharla. Por supuesto, este “consejo” es más fácil de decir que de aplicar. Tan sólo la reflexión, la prueba error/acierto, la práctica de la escritura y la lectura nos conducirán a un momento en que nuestro “oído” y nuestro “tacto” narrativos nos “digan” cuando es conveniente utilizar un determinado recurso y no otro. En cualquier caso, la descripción, como cualquier otro recurso que empleemos, debe estar justificada en y por el texto.
2º.- El qué de la descripción.
En la sección referente al espacio me referí a la descripción para representar el espacio. Obviamente, no sólo se pueden describir espacios también se pueden describir personas, objetos, sensaciones, sentimientos, gestos, maneras, actitudes. En realidad, el “qué” de la descripción puede ser cualquier cosa o cualidad, concreta o abstracta, material o inmaterial. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el “qué” que describimos es el “qué” que a nosotros nos interesa o queremos representar, independientemente de que exista de esa manera en la “realidad”. Así, la “mesa” que nosotros describiremos será la “mesa” cuyas cualidades nos convenga a efectos de lo que queremos narrar (dentro claro de lo verosímil o de la realidad compartida de “mesa”).
Otro ejemplo, si describimos el sentimiento de tristeza, las características que le demos deberán corresponder con las de la realidad compartida “tristeza” (es decir, lo que cultural y socialmente se conoce y denomina “tristeza”), pero no, porque muchos de los que estén triste lloren, deberemos añadir a nuestra descripción la característica lágrimas, si no corresponde al carácter de nuestro personaje.
3º.- El cómo de la descripción.
Imaginemos que queremos describir el salón de una casa. Obviamente, no podemos pretender mencionar todos y cada uno de los muebles y objetos, con todas sus particulares características, amén de las dimensiones, color de las paredes, material del suelo etcétera. De hacerlo así, no sólo aburriríamos al lector, sino que seguramente, por exceso de datos, se lo haríamos invisible, al igual que un cuadro con demasiadas pinceladas se convierte en una mancha de colores. Debemos, pues, proceder a una SELECCIÓN.
Podemos elegir aquellos que nos sirvan a dos objetivos: uno, mostrar o hacer ver al lector el salón de forma que le parezca estar ahí; dos, mostrar o hacer ver al lector el significado y el sentido de la propia descripción. Es decir, nuestra selección de elementos debe comunicar al lector no sólo las características del salón y hacerle sentir una cierta “intimidad” con él, sino que debe decirle algo más que la distribución de los muebles y el color de las paredes, ya sobre la acción, ya sobre la narración, ya sobre los personajes. Sin embargo, una buena selección no asegura la visibilidad de lo descrito. Si, por ejemplo, saltamos de un sillón a una pared, de esa pared a la ventana, de la ventana, a la alfombra, para volver a la primera pared y mencionar un espejo, lo más seguro es que provoquemos una tortícolis en el lector y su incapacidad, subsiguiente, para seguirnos en más saltos y hacerse con una visión general del salón. Debemos, pues, no sólo seleccionar los elementos sino también darles un ORDEN. Pregunta ¿cómo los ordeno? De nuevo, la misma respuesta: el orden que permita al lector la visión del objeto que nosotros queremos que tenga. Para ello escogeremos un determinado ángulo desde donde mirar, por ejemplo, desde la puerta y desde lo más cercano a lo más lejano. Según los objetos y los espacios, y, sobre todo, según nuestra intención, podemos ir de arriba a abajo, de dentro afuera, de los general a lo particular, de lo real a lo imaginario… o viceversa. Aún en el caso de que queramos describir el “caos”, necesitaremos de algún “orden subyacente” que cree la sensación caótica. Por último, debemos dotar a la descripción de un ESTADO que podemos resumir en móvil o inmóvil. Así “algo” inmóvil puedes ser descrito desde un punto de vista móvil, lo que nos daría una descripción pictórica; “algo” inmóvil desde un punto de vista también inmóvil, esto es una descripción de tipo topográfico; o ambos elementos móviles de lo que surgiría una descripción del tipo cinematográfica. Por ejemplo, podemos describir una paisaje (Inmóvil) desde el punto de mira de un excursionista que desciende a un valle (sujeto móvil); o el mismo paisaje (inmóvil) desde el punto de mira de un observador quieto en lo alto de la montaña, inmóvil); o, de nuevo el mismo paisaje, batido por una tormenta (móvil). De nuevo, el mayor, menor o nulo carácter estático o dinámico que demos a nuestra descripción dependerá del sentido y el efecto que queramos transmitir y provocar en el lector.
Este último aspecto – el estado – nos lleva a tratar otro tema: la relación entre la descripción y la narración.
4º.- La narración y la descripción.
Decía Gérard Genette: “Es más fácil describir sin contar que contar sin describir; acaso porque los objetos pueden existir sin movimiento, pero no el movimiento sin los objetos”. También podría añadir: la acción provoca cambios: es el mundo del verbo; la descripción implica permanencia: es el mundo de la substancia y sus calificaciones (substantivo, adjetivo, figuras retóricas) Sea como fuere, la cuestión es que contar, en buena medida, es una alternancia de acciones y descripciones. Esta alternancia no la debemos concebir como una mera sucesión acción-descripción-acción-descripción, puede (y debe ser) un intimo engarzar, imbricar y relacionar ambos términos (el cómo lo hagamos ira afinando el estilo). Así, por ejemplo, la descripción física de un personaje nos puede servir para introducir sus acciones; o la propia descripción provocar la acción; o la acción llevarnos a la descripción. Una combinación típica de acción-descripción es mover a un personaje por un determinado lugar y, con sus acciones e interacciones con los objetos existentes allí, ir describiendo dicho lugar.
La descripción, a grandes rasgos, cumpliría pues dos funciones esenciales en la narración:
1ª.- Nos serviría para mostrar – es decir: hacer ver al lector – lo que describimos (espacio, personaje, objeto…) y también para sugerir un “algo más” hacia lo que apunta (y justifica) la descripción (en los términos en los que hagamos, y no en otros) de ese espacio, personaje u objeto.
2ª.- Nos servirá para marcar el ritmo de la narración, acelerándola o desacelerándola con su utilización o no. Una descripción detallista y prolija detiene el ritmo de la narración. Por ejemplo, si deseamos crear “suspense” no escribiremos. “Entró en la habitación. El baúl estaba al fondo. Se acercó y lo abrió. Allí estaba lo que tanto había buscado”; por el contrario buscaremos desacelerar la acción para aumentar el interés y la curiosidad del lector. Para ello, podemos demorar la apertura del baúl describiendo cómo entra el personaje en la habitación, cómo es esta, cómo se acerca al baúl y, por último, cómo es ese mismo baúl.
5º.- Podríamos resumir todo lo dicho así:
-Si la descripción no está justificada en el texto, esa descripción no es necesaria.
-Si suprimiendo la descripción al texto no le “pasa nada”, es que esa descripción no está justificada.
-Una descripción está justificada en un texto cuando sirve a la narración para decir lo que queremos que diga.
-Una descripción justificada no es, pues, un adorno, sino que adquiere papel de personaje, esto es, dice “cosas” que los personajes de carne y hueso no desean o no pueden decir, o que la voz narrativa no quiere comunicar de forma directa o expresa.
-La descripción no es algo aislado o un paréntesis, sino parte de la narración. Así, en nuestro texto podemos describir, oponer o cambiar de espacios como forma de desarrollar la narración. Por ejemplo, si en la descripción del espacio en nuestro relato oponemos un lugar cerrado a uno abierto, significando con el primero opresión o seguridad y con el segundo libertad o miedo, estamos creando, a través de esas contrapuestas descripciones, un hilo narrativo que cooperará a la urdimbre de la narración. Una descripción es, pues, parte de la trama y el argumento.
-Toda descripción debe responder a una intención. Esto es, yo, autor, utilizo aquí el recurso narrativo de la descripción porque quiero conseguir este efecto, transmitir esta información, crear esta atmósfera, sugerir tal cosa, remarcar los ejes principales en torno a los que gira lo que quiero narrar y decir…
- La descripción es necesaria sólo cuando sirve para construir sentido y para hacer sentir al lector ese sentido.
En el acto creativo de llevar una idea a la hoja en blanco lo que nos van surgiendo son problemas narrativos. Estos problemas narrativos los podemos dar forma de pregunta, desde la más general: ¿cómo plasmo mi idea en palabras?, hasta las más particulares: ¿qué punto de vista escogeré?, ¿qué personajes?, ¿qué acciones?, etcétera. Para responder a estos interrogantes se emplean una serie de recursos narrativos. La elección de un recurso u otro siempre dependerá de lo que queramos contar. Un recurso narrativo, pues, será adecuado cuando coopere junto a otros en la construcción de la intención y sentido que deseamos dar a nuestra narración.
LA INVITACIÓN ES PARA TODOS LOS QUE QUIERAN PARTICIPAR EN EJERCICIOS DE ESCRITURA CREATIVA, MEDIANTE LA UTILIZACIÓN DE DOS METODOS NARRATIVOS: DECIR Y MOSTRAR
Cuando un escritor dice, la idea que pretende transmitir aparece en el texto directamente.
Cuando un escritor muestra, la idea que pretende transmitir aparece en el texto sugerida.
Cuando un autor dice, utiliza principalmente términos abstractos; cuando muestra, se sirve, en cambio, de imágenes. Podemos constatarlo en los ejemplos anteriores. ¿Qué logra con ello? Dar la impresión de que entre el relato y el lector no existe prácticamente un mediador, de que nadie está contándole la historia al lector sino de que éste la está presenciando, como si estuviera inmerso en ella.
Recurriendo a la estrategia de mostrar, el autor salva, asimismo, la distancia que media entre un texto meramente informativo y un texto literario. Si en el caso de una crónica ―y no consideramos aquí el periodismo literario―, el objetivo es transmitir datos del modo más directo posible, la intención del texto literario es comunicar de manera envolvente a la par que oblicua: no informar acerca de un mundo, sino hacer vívido un mundo posible.
En este mismo foro pueden manifestar su interés en el taller.
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rhcastro,26.06.2013
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Gracias Umbrìo!! Acà andaremos! | |
gsap,26.06.2013
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Gracias por tu invitación, querido umbrio, me anoto para participar!! Abracito. | |
rhcastro,26.06.2013
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Leerè con detenimiento lo aquí expuesto, para empezar. | |
york,26.06.2013
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Gracias por invitarme Umbrio, pero me queda grande para participar, aunque buscaré el tiempo para leer y releer el tiempo, el espacio y la descripcion. Hasta el momento me muevo solo a ciegas en este bosque inmenso de letras. Un abrazo | |
Gatocteles,26.06.2013
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Saludos, Umbrío. Tu texto me sugirió algunas ideas, a título exclusivamente personal:
1.- Cuando recordamos lo que nos pasó meses atrás nuestra mente hace una selección de lo más relevante, que se puede expresar en pocas frases. Creo que ocurre lo mismo con un cuento, donde seleccionamos los elementos fundamentales que apuntalen la historia que se narra.
2.- Durante mucho tiempo, el modelo canónico del cuento fue el planteamiento de la trama y el final sorpresivo, lo que para mi gusto hace que la historia se agite al saber de qué se trata y en qué termina. Hay otra vertiente que me agrada más: no lo que se cuenta, sino cómo se cuenta, de modo que un texto soporte varias leídas al no depender tan preponderantemente de la trama.
3.- Las novelas de hace unas décadas eran auténticos mamotretos a causa de la diarrea descriptiva de los autores, como ocurría con "La montaña mágica" de Thomas Mann, o el caso paradigmático de "En busca del tiempo perdido", de Proust. Gracias a los dioses aparecieron maestros como Borges, Rulfo, García Márquez, que nos dan cátedra de economía y precisión en el lenguaje.
4.- En el mismo tenor, creo que la descripción de los personajes se presta para dar elementos de su psicología y su relación con el entorno, a tono con sus expectativas de lo que harán o no al avanzar la historia.
Y bueno, hasta aquí, porque ya comenzó a ladrar el perro del vecino y me está despertando los demonillos de mi lóbulo izquierdo. Seguimos en contacto | |
Gatocteles,26.06.2013
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Corrección: ...para mi gusto hace que la historia de AGOTE al saber de qué se trata... | |
umbrio,26.06.2013
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Sí. Muy de acuerdo contigo Gustavo en cuanto a la idea tradicional del cuento. Hoy por hoy el cuento avanza. Hay mucho interés en el cómo se cuenta. Una nueva corriente. Está dominando en las editoriales. Los híbridos, son cuentos con una arquitectura de novela. Sin embargo, conserva la característica del hilo conductor y por lo general un solo “espacio”.
Aquí la intensión es conocer los dos recursos (mostrar y decir), y llegar a un equilibrio. Una de las características fundamentales que distingue la narrativa actual de la del siglo XIX y mitad del siglo XX es la voluntad de los autores de no hacerse presentes en el relato. Si los novelistas decimonónicos no tenían reparos en irrumpir en el texto para emitir juicios sobre personajes y situaciones, los escritores posteriores huyen, en general, de ese proceder, buscando que sea el lector quien juzgue, a partir de las acciones y reacciones de los personajes. Los textos en que el narrador juzga están, pues, lejos de la sensibilidad del lector actual y tienden a sonar anticuados.
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ANTEELTECLADO,26.06.2013
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Pues yo me anoto. Lo primero que quisiera saber es cómo diablos se evita que aparezcan (―y no consideramos aquí el periodismo literario―) estos lindos numeritos en vez de los guiones de diálogo? jeje. Hablando en serio, algo no me quedó del todo claro: se puede contar en este foro con corrección semántica, gramatical y de estilo? Saludos!!! | |
edam,26.06.2013
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Cordial saludo a todos,
Gracias por la invitación mi estimado umbrio, la verdad que como usted y muchos de los que nos interesamos en el tema necesitamos aclarar ciertas dudas que por su puesto los más adelantados nos pueden despejar. Es de gran ayuda su material didáctico, créame que he escrito sin saber que aplico muchos de los conceptos que usted nos suministró. quedo atento a participar | |
Gatocteles,26.06.2013
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Bueno, hay autores que irrumpen como Pedro por su casa en su obra y resulta grato leerlos, como ocurre con Kundera, y en particular esa obra maestra suya: "La insoportable levedad del ser". No se limitan a narrar lo que les pasa a sus personajes, sino que opinan sobre el devenir de estos personajes.
Y hay otros que tienen grandes virtudes como narradores, pero no tanto como ensayistas, de modo que resulta pesadísimo escucharlos opinar dentro del discurso narrativo.
Como decía mi abuelito Tobías: "de todo hay en la viña del Señor".
Estoy de acuerdo en tu comentario de los cuentos como híbridos, Umbrío, pues ahora un texto no tiene reparos en conformarse con notas periodísticas, ensayo, crónica... Todo depende de la capacidad del autor para amalgamar las partes del pastel con una integridad estilística. | |
yar,26.06.2013
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Aquí estoy amigo!!
Que interesante todo lo que planteas en al introducción al foro, hasta ahora me he movido por "la libre" al escribir, de lo que anotaste lo que más entro en mi fue la parte de los espacios, saber manejarlos para sugerir "cosas", "empujar" al lector en una dirección que no se narra directamente... que interesante.
Por otro lado el punto cuatro de lo que anota el buen amigo Gatocteles me gustó mucho, me agrada la idea de jugar con los aspectos sicologicos de losa personajes, será porque vivo en esos universos... ji ji ji
Estoy "más puesto que un calcetín" amigo.
Saludos a todos !!! | |
edam,26.06.2013
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En mi caso siempre he sido un lector asiduo de García Marquez, me he contagiado del llamado "Realismo Mágico" y trato de escribir historias basadas en hechos reales complementados, alimentados y nutridos con personajes y situaciones ficticias que me amplían el abanico de posibilidades para tratar de capturar al lector, creo yo que mezclo en proporciones iguales la narración y la descripción, conservando un equilibrio que no sature el escrito.
Aporto reseña de Realismo Mágico
El Realismo Mágico es la respuesta iberoamericana a la literatura fantástica de mediados del siglo XX. El realismo mágico, es una característica propia de la literatura latinoamericana de la segunda mitad de siglo XX que funde la realidad narrativa con elementos fantásticos y fabulosos, no tanto para reconciliarlos como para exagerar su aparente discordancia. El reto que esto supone para la noción común de la “realidad” lleva implícito un cuestionamiento de la “verdad” que a su vez puede socavar de manera deliberada el texto y las palabras, y en ocasiones, la autoridad de la propia novela.
Nace a raíz de las discrepancias surgidas entre cultura de la tecnología y cultura de la superstición, y en un momento en que el auge de las dictaduras políticas convirtió la palabra en una herramienta infinitamente preciada y manipulable.
Si bien esta tendencia a fundir lo real con lo fantástico ya existía en las obras de novelistas de todos los tiempos, principalmente en escritores como François Rabelais y Laurence Sterne; otros precedentes más inmediatos pueden ser las novelas del ruso Vladimir Nabokov o del alemán Günter Grass.
El realismo mágico floreció con esplendor en la literatura latinoamericana de los años sesenta y setenta, a raíz de las discrepancias surgidas entre cultura de la tecnología y cultura de la superstición, y en un momento en que el auge de las dictaduras políticas convirtió la palabra en una herramienta infinitamente preciada y manipulable. Al margen del propio Carpentier, que cultivó el realismo mágico en novelas como Los pasos perdidos, los principales autores del género son Miguel Ángel Asturias, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y, sobre todo, Gabriel García Márquez. Las novelas de este último, Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975) y Crónica de una muerte anunciada (1981) siguen siendo obras notables del género.
El Realismo Mágico no es una expresión literaria mágica, ya que su finalidad no es la suscitar emociones sino más bien expresarlas, y es por sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad. La estrategia del escritor pasa por sugerir un clima sobrenatural sin apartarse de la naturaleza, deformando para ello la percepción de las cosas, los personajes y los acontecimientos reconocibles de la trama de su trabajo.
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yar,26.06.2013
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Bien Edam !!
He leido esos tres libros del gran Gabo.
Muy interesante tu aportación... gracias. | |
yar,26.06.2013
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Ahhh Kundera...
De él y su fantástico libro me gusta escarbar en el interior de los personajes.
Recuerdo también "crimen y castigo"
Como bien anota Edam, sin saberlo, se aplican varios principios de lo anotado por Umbrio... | |
musas-muertas,26.06.2013
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Excelente Umbrio, voy a seguirlos y egoistamente voy a aprender, no me comprometo a participar, todavía tengo que procesar" tu excelente explicación del uso de Tiempo espacio y descripción!!. me considero un aprendiz de escritor muy intuitivo pero con muy poca formación literaria. Gracias por invitarme, un abrazo a todos. | |
rhcastro,26.06.2013
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Interesante lo que plantean..- | |
rhcastro,26.06.2013
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La prosa para mi es el mundo de lo desconocido, pero puedo agregar que por bien estructurado que estè un texto, si la trama es una porquerìa, todo lo demás, con adjetivos o sin ellos lo seguirà siendo.
Leo a veces, que se llama bueno a un texto largo con calificativos hasta el infinito y carentes en absoluto de trama. Los he leído como cuentos, pero no cuentan absolutamente nada. Intentè escribir una novela donde describì personajes, ciudades, situaciones y etcéteras que jamàs condujeron a nada. La borrè.- Tirè todo era basura.
Mi problema es, para què perder el tiempo en algo que no tiene mensaje en absoluto, no tiene historia, algo sobre què reflexionar, y no solo perder nuestro tiempo escribiéndolo, sino hacer a los demás que lo perdamos.
Lo cuentes como lo cuentes, si la trama es tan floja que hasta a ti te da flojera escribirla. No la cuentes ¿Para què?
Lo primero que se debe de tener es la historia. Cuando tienes la historia en la cabeza, transformarla en papel es mucho màs fácil.
Una trama firme permite seguridad al escribir, rapidez, fluidez. La seguridad se transmite y cuando el escritor està seguro de lo que hace y expone, aun las alucinaciones màs extravagantes pueden llegar a ser verdaderas obras fantásticas o de cualquier otro gènero.-
No sè nada de prosa, pero entiendo lo que me atrae como lector. Muchos acà me duermen en los primeros párrafos. Cabeceo y me pregunto ¿Quièn me tiene aquí leyendo como autómata tanta tonterìa?
Pienso y pido disculpas por mis maneras de expresión, que muchos aquí tienen conocimientos, estructura, dirección y experiencia, pero... No tienen la historia y al no tener nada que contar, tratan de engañar al lector con metáforas, maneras de decir nada muy bonito. | |
rhcastro,26.06.2013
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Hablo como lector. Escribir no sè.-
Saludos.- | |
yar,26.06.2013
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rhcastro...
Te entiendo amiga, dice Quiroga, que "un cuento es una novela sin ripios"
En mi caso estoy aprendiendo el oficio de esrcibir, creeme que me estoy esforzando, cualquier critica que me hagas será bien recibida.
Ahhh... y yo también hablo como lector, aprendo recién a escribir. | |
rhcastro,26.06.2013
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Le preguntè a un amigo que si cuanto tardò en escribir su novela(Descriptiva màs que otra cosa. Paisajes) Respondiò dos años.
El hombre iba en su gran auto recorriendo pueblos y escribiendo.
Sabemos que la vendió solo a sus amigos ¿Quién màs querrìa leerla?
Nosotros escribimos todos los días y si juntásemos lo escrito tendríamos novelas a montones en dos años, pero... ¿Las venderíamos?
Hace algún tiempo leì una novela similar, descriptiva. No podía dejar de leer, trataba sobre la aventuras de un extanjero en la selva lacandona(abriendo brecha con machete) Si me preguntan el autor no lo recuerdo, pero !Sì que tenía cosas que contar!
Selvas vírgenes habitadas por humanos vírgenes.
Fue una experiencia maravillosa plagada de diversas emociones y sentimientos.
Yar, si no puedo escribir como podría corregirte ¡Ja! Besito. | |
edam,26.06.2013
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Precisamente hay que leer para poder escribir, pienso que la calidad de lo que escribes depende en mucho de la calidad de lo que se lee, sin demeritar a nadie y me uno a las disculpas de rhcastro. Las historias se visualizan del diario vivir, del "costumbrismo", creo que solo debemos escuchar las anécdotas y relatos de personas que nos pueden comentar alguna vivencia para convertirla en el detonante de nuestra inspiración, lo demás es agregarle nuestro estilo, condimentarla con esos detalles de descripción de personajes y naturaleza que enmarcan la historia en el realismo y llevan al lector a imaginar los hechos de manera agradable | |
Enyd,26.06.2013
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Gracias por la invitación, pero soy y seré una aprendiz en el mundo de las letras. A ti umbrio, te considero uno de los grandes narradores de la página, amén de buen corrector literario.
He sido voraz lectora desde niña. Sólo que alomejor no elegí los libros adecudados (eran betseller), no me importa reconocer que mi cultura literaria no existe. He leído por impulso, y cuando descubrí a los veinte años a Gabriel García Márquez, empecé a leer sus novelas y cuentos cortos.
Hay muy buenos escritores en la página. Me deleito al leer a unos y otros. De todos, se puede aprender.
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IGnus,26.06.2013
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Muchas gracias, Amigo por la invitación. Por supuesto que participaré. Toda actividad que nuclee a los cuenteros con un fin didáctico me verá involucrado. Creo que es mi naturaleza... Jaja! | |
leobrizuela,26.06.2013
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Gracias, Umbrío,porla invitación.
He leído una muy sesuda disquisición sobre la técnica del cuento, con intervenciones muy atinadas y certeras sobre el particular y de las cueles, a mi entender, no hay mucho para agregar.
Recordemos que el cuento es -después de la poesía- el género literario más difícil de ejecutar.
Como aporte quisiera referirme a algo que siempre ha sido motivo de controversia: el final del cuento.
Y me animo a afirmar que, progresivamente, los cuentos escritos de un tiempo a esta parte carecen de finales sorpresivos.
Pareciera que se gastó el truco de tanto utilizarlo.
El final sorpresivo del cuento clàsico (Cortázar, Poe) dejó de serlo cuando todos los lectores esperaban la sorpresa y se transformó en un acto de mala fe en el que tanto el autor como el lector escribían y leian "como si" les importara poco, pero a sabiendas de que la cosa pasaba por otro lado.
Pero si ya es una verdad que los cuentos no lanzan un final que cambie el sentido de todo lo que se ha contado, ¿no se ha vuelto predecible tambièn la falta de sorpresa? Se impone el relato despojado, pero... si no hay sopresas no hay secreto. ¿Existe otra vía para que prospere el cuento?
En Tesis sobre el Cuento, Ricardo Piglia señala que la sopresa reveladora "se debe a que todo cuento cuenta dos historias: Una, la visible y la otra que se desarrolla en sus silencios, en intersticios. La primera es superficial; la segunda, oculta debajo del agua. Todo lo que se hace en la historia visible se halla al servicio de la otra y el final sorpresivo haría emerger de golpe la segunda historia, como el iceberg que se alza ante el agitar de las aguas, resignificando todo lo escrito antes.
Me atrevo a suponer dos causales para entender la extinción de la sorpresa al final de los cuentos.
La primera, es que la historia oculta ha quedado sepultada y nunca se hará visible, pero el escritor la narra como si el lector llegara a descubrirla (Pongamos aquí a funcionar la famosa teoría del iceberg de Hemingway)
La segunda teoría, que es la más inquietante, es que el cuento narra solo UNA historia, o menos que eso. O que narra mucho más que dos, en una multiplicidad incesante.
De todos modos, y para tranquilizar los ánimos, y con esto termino, señalo que mi placer literario pasa por el cuento clásico, que respeta la famosa trilogía de la cual se habla más arriba, de estructura polimorfa (jamás amorfa), y donde el resumen, la escena, el díálogo, el punto de vista, etc. se hallen al servicio de una trama elegante y de atractiva presencia.
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yar,26.06.2013
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Como asertadamente anota Edam, detras de un buen escritor, por fuerza debe haber un buen lector... lo contrario sería muy extraño.
Gracias por tu aportación Leobrizuela, siento que voy a salir altamente beneficiado de este taller.
Rhcastro... nadie es un crítico, pero creo que sabemos cuando algo esta bien escrito, nos atrapa y nos lleva casí a rastras tras la historia.
Un abrazo a todos!! | |
morgund,27.06.2013
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Sera interesante aprender, Me tomara algo de tiempo, debo leer detenidamente | |
umbrio,27.06.2013
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Anteelteclado si vemos la mano de ninive por aquí o de Leo brizuela se podrá hacer corrección gramatical, ambos están invitados. No es lo mío. | |
umbrio,27.06.2013
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Será enriquecedor para todos que el ejercicio cuente con mucha participación.
York, Musas-muertas y Enyd de eso se trata de ampliar nuestros horizontes en la escritura. No se trata de un reto en el que se requiera ser un escritor consolidado, si fuera así seguro no necesitaríamos talleres.
Como el objetivo del taller es conocer los dos recursos narrativos (decir y mostrar) el primer paso será construir al mismo tiempo dos relatos, el primero que diga y el segundo que muestre. Será un cuento dirigido, en el que habrá consignas o requerimientos que cumplir.
El sábado dos los detalles y los primeros requerimientos.
Para empezar y motivar la participación (COMO DICE RHCASTRO PARA SOLTAR PLUMA) traemos el hipotético relato número dos:
“Caminaban cogidos de la mano por una calle flanqueada por árboles de troncos retorcidos y ramas desnudas. El suelo estaba cubierto de hojas muertas. Se detuvieron frente a una casa.
-Ha sido el día más feliz de mi vida, Enrique – dijo María.
-Y el mío también – contestó él.
Se miraron intensamente a los ojos. Nada se oía salvo los aullidos de un perro y los gritos de unos niños. El cielo, encapotado y gris, se hacía negro con la llegada de la noche. María volvió a hablar.
-Tu declaración de amor ha sido maravillosa.
-¡Uf! La vergüenza que he pasado.
Rieron con ganas. Una brisa fría golpeaba de vez en cuando sus rostros. Al cabo de un rato, María dijo:
-¿Mañana en el mismo sitio?”
Vamos a suponer el encuentro al siguiente día.
Enrique desde lejos ve que María está con otro hombre a la entrada de su casa. Vamos a suponer tres reacciones: coraje, celos y alegría.
El primer ejercicio es escribir por separado la tres emociones (coraje, celos y tristeza) utilizando el recurso de descripción en los dos elementos el espacio y/o el personaje.
Lo envían a mi libro de visitas en privado. El sábado presento todas las participaciones sin mencionar de que emoción se trata y sin el nombre del autor. Los participantes y lectores nos ayudarán a identificar de que emoción se trata y nos ayudará a saber si logramos transmitir con propiedad la reacción.
Pongo el ejemplo sin decir de qué emoción se trata y ustedes me ayudan a identificarlos.
1.- Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique se detiene, sus músculos faciales se tensaron a tal grado que su gestó se deformó, los labios torcieron hacia la izquierda y el seño se frunció. Apretó con fuerza los puños y arrojó con fuerza los restos de la flor que deshizo en su mano.
2.- Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique frenó en seco, perdió su gallardía cuando aflojó los hombros y encorvó la espalda; al dar la vuelta no percibió que la flor cayó de su mano. Dio la vuelta y caminó de regreso a pasos pequeños y tortuosos evadiendo las grietas y huecos de la acera.
3.- Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Al verlos un retortijón le oprimió las entrañas a Enrique. A largó el paso. Se detuvo y volvió a caminar de prisa sólo para esconderse detrás de un tronco de un viejo árbol que está a punto de derrumbarse. Asomó la cabeza y el torso para espiar y fotografiar la escena con el celular. Se esconde nuevamente y se retira el sudor de la frente con el dedo índice. Una vez que el hombre se marchó avanzó para encontrarse con María.
Espero sus descripciones en mi libro de visitas.
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yar,27.06.2013
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Hola Umb!!
Que interesante... me gusta.
En tu ejemplo... mmm... ¿lo anoto aquí en tu ldv? | |
yar,27.06.2013
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o en tu ldv? | |
Enyd,27.06.2013
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Me interesa sobremanera el aprender. No todos tenemos el don de la escritura, de creair, inventar. Con ayuda, de la mano de alguien más experto se puede conseguir aprender lo básico de la escritura.
Gracias umbrío, tu altruismo te honra. Te sigo leyendo... | |
hugodemerlo,27.06.2013
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Que buen foro armaste amigo!
creo que todos sacaremos provecho de él.
leí muchas cosas que pueden ayudar, y bastante.
yo tengo una forma o estilo de narrar, que viene de fabrica. puedo enriquecerla con estos consejos.
Saludos! | |
cieloselva,27.06.2013
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Qué bueno está esto que propones. Yo seré la más pequeñita... je, je. Aprecio sobremanera tu invitación. Me anoto.
Un saludo enorme para todos. | |
umbrio,28.06.2013
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Apuntes sobre mostrar y decir de José de Piérola
Tengo la impresión de que el énfasis no es sino una de las manifestaciones de un conflicto mucho más antiguo, con raíces filosóficas, y que tiene que ver con la forma en que creemos entender el mundo. Por un lado, la noción aristotélica de que, debido a que al nacer nuestra mente es una «tabla rasa», adquirimos conocimiento del mundo por medio de nuestros sentidos (Aristóteles también enfatiza lo particular con tanto empeño que casi se podría decir que suscribiría «el detalle revelador» de Flaubert). La otra noción es la cartesiana que afirma que no podemos confiar completamente en nuestros sentidos, debido a que de vez en cuando nos engañan, por lo que el único conocimiento sólido depende de nuestra razón (en Meditaciones, por ejemplo, inclusive la imaginación está por debajo de la «intelección pura».
Estas dos posturas que, simplificándolas de manera abusiva, podríamos llamar la postura del cuerpo (o los sentidos) y la de la mente (o la razón), parecen estar detrás de estas dos filosofías de cómo narrar. Recordemos que no es un accidente que la disputa entre empiristas y racionalistas, que ha continuado en diversas guisas durante siglos, también acompaña la aparición de las formas narrativas actuales.
De modo que el «mostrar» apela a nuestra experiencia habitual de aprender sobre el mundo por medio de nuestros sentidos. Mientras que «decir» apela a nuestra razón. Para poner un ejemplo concreto —de acuerdo a los lineamientos que escriben sobre el tema— si uno escribe: «Era un hombre cruel», está apelando a la razón del lector. Mientras que si escribe: «Cuando salió de su casa, un cachorro olisqueaba su maceta. Miró a ambos lados, y, comprobando que no había nadie, le propinó una patada que lo hizo volar por los aires», está apelando a las otras facultades del lector.
Sin embargo, tengo la impresión de que aquello de «no decir, mostrar» es una falsa dicotomía. Hay demasiadas gradaciones como para que sea una ley narrativa. El ejemplo anterior se podría haber escrito: «Era un hombre tan cruel que era capaz de patear a un cachorro que se le cruzara en el camino». Lo que realmente importa es que no está en juego el modo en que se presenta la narración sino el impacto que ésta tiene en el lector. En otras palabras, no depende de la técnica narrativa, sino el nivel retórico del texto.
En la retórica clásica —delineada por Aristóteles— un texto trata de persuadirnos de tres maneras diferentes: apelando a nuestros valores (ethos), apelando a nuestra razón (logos) y apelando a nuestros sentimientos (pathos). La efectividad de una narración dependerá de cuál de estas estrategias es la principal, y en qué medida el decir o el mostrar están a su servicio para persuadirnos.
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edam,28.06.2013
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Otro apunte de Gabo.
Realismo y realismo mágico
Como autor de ficción, García Márquez es siempre asociado con el realismo mágico.
De hecho, es considerado la figura central de este género.
El realismo mágico se usa para describir elementos que tienen, como es el caso en los
trabajos de este autor, la yuxtaposición de la fantasía y el mito con las actividades diarias
y ordinarias. El realismo es un tema importante en todas las obras de García Márquez.
Él ha dicho que sus primeros trabajos (con la excepción de La hojarasca), como
El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y Los funerales de la Mamá
Grande, reflejan la realidad de la vida en Colombia y este tema determina la estructura racional
de los libros. Dice:
"No me arrepiento de haberlas escrito, pero pertenecen a un tipo de literatura premeditada
que ofrecen una visión de la realidad demasiado estática y exclusiva".
En sus otras obras ha experimentado más con enfoques menos tradicionales a la realidad,
de modo que «lo más terrible, lo más inusual se dice con expresión impasible».
Un ejemplo comúnmente citado es la ascensión espiritual y física al cielo de un personaje
mientras está colgando la ropa para secar, en Cien años de soledad. El
estilo de estas obras se inscribe en el concepto de lo «real maravilloso»
descrito por el escritor cubano Alejo Carpentier y ha sido etiquetado como realismo mágico.
García Márquez crea un mundo tan semejante al cotidiano pero al mismo tiempo
totalmente diferente a ello.
Técnicamente, es un realista en la presentación de lo verdadero y de lo irreal.
De algún modo trata diestramente una
realidad en la que los límites entre lo verdadero y el fantástico
se desvanecen muy naturalmente.
García Márquez considera que la imaginación no es sino un instrumento
de la elaboración de la realidad y que una
novela es la representación cifrada de la realidad, y a la pregunta de si todo
lo que escribe tiene una base real, ha contestado:
"No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad".
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pensamiento6,28.06.2013
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Umbrio muchas gracias por la invitación, yo no se escribir, cuento las cosas o las invento como si estuviera en charla de amigos, me cuesta manejar y mantener los tiempos verbales y cuando se extiende el relato me asusto y lo corto abruptamente, me encanta aprender, con gusto me anoto. | |
morgund,28.06.2013
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MMM interesante el ejercicio, me pondre esta noche ha hacerlo, muchas gracias por invioitarme umbr | |
Gatocteles,28.06.2013
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"Cien años de soledad" es una obra maestra que hace parecer trabajos menores a los mejores trabajos de otros escritores. Con todo, lo que sostiene García Márquez es que la realidad de América Latina parece mágica ante los ojos de los europeos, y sobre todo de países racionalistas como Inglaterra o Francia, pues ellos no están tan acostumbrados como nosotros a la realidad paralela que ocurre en nuestra vida cotidiana: el cantarle a los tamales para que no se hagan grumos; el cuidarse del mal de ojo, como hacía Julio César Chávez al subir al cuadrilátero con un listón rojo en la cabeza;el llevarle sus itacates de comida y mezcales a los muertos en el panteón para que departan con los vivos... | |
yar,28.06.2013
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Umbrio... "a veces nuestros sentidos nos engañan"; siento que siempre... ji ji ji
Edam; la imagen que más se me quedo grabada de "cien años de soledad" fueron las mariposas amarillas de Mauricio Babilonia, hasta el día de hoy sueño con eso.
Gatocteles... Poner un pedacito de hilo rojo al bebe contra el hipo, una aguja sobre el vientre de la madre para saber de que sexo será el bebe, hacerse una limpia en Catemaco, una "manda"... son tantas y con tan profundas raices. | |
musas-muertas,29.06.2013
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A ver... tratare de hacer un modesto aporte en esto de decir o mostar desde mi vision "intuitiva" de la literatura.
Hablando desde mi propia experiencia, cada vez que escribí algo, no pude evitar pensar que estaba contandole (o quizas "diciendole") al lector lo que sentia o veía. pero mas de una vez me analice (y propuse) escribir en tercera persona, quizás con el propósito de "mostrar" al personaje.... creo que no conseguí ni grandes ni diferentes resultados... leyendome posteriormente recurria (según la descripcion de mi amigo Umbrio y el señor cruel que patea perros...) a decir y mostrar. Personalmente creo que los recursos para mostrar son mas efectivos y elevados a los efectos de comunicar un sentimiento... personalmente "intento" con mis letras transmitir estado de animos, posiciones frente a la vida y el amor, y valores. me parece un excelente aporte y un gran logro poder "mostrar" sin necesariamente decir.
Espero entiendan lo que quise decir (lamentablemente aqui tambien fracase en mostrar)
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yar,29.06.2013
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Que bien Goose, me sirve muchote tu aportación.
Un abrazo!!! | |
pensamiento6,29.06.2013
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entendí!!! brindemos!!!! | |
Enyd,29.06.2013
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¡Estoy en ello! A ver si mis musas elaboran un texto acertado. Saludos, abrazos y cervezas para todos. | |
musas-muertas,29.06.2013
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okis!!!la cerveza puede ser Corona con un poquito de limon? abzos... | |
umbrio,29.06.2013
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Estos son las descripciones que me han enviado.
1.-Ambos compartían muchas cosas juntos en sus respectivas casas. En cada una de ellas había un ordenador. El dejó abierto su correo, y ella en un momento de debilidad abrió el correo personal, y se enteró que mantenía correspondencia con otra mujer de un país lejano. Bastó leer los dos primeros párrafos su rostro se descompuso, los ojos fuera de las órbitas, cerró la computadora bruscamente. En esos fatídicos instantes sentía ganas de matar a ese sinvergüenza que llevaba doble vida.
2.-Ella estaba de visita en casa de su amiga Sofía, el teléfono interrumpió la agradable charla. Sin querer, escuchó a su anfitriona y debido a una conversación telefónica que ésta mantenía con su interlocutora se enteró que esta vez no contarían con ambas para el recital de todos los años por el “Día del libro”. Sintió que la tierra se hundía bajo sus pies.
3.-Mario le habló de su nueva compañera de oficina, de lo simpática, habilidosa, creativa e ingeniosa siempre con una sonrisa a flor de piel. Se llevaban bien desde el primer día de trabajo de ella, él era coordinador de las campañas publicitarias. En el último mes el llegaba un poco tarde a casa, y el, sin temor a esconder nada le dijo que algunos compañeros se quedaban a tomar una copa a la salida. Mercedes, le preguntó si ella les acompañaba. El, inocente le dijo que sí. Provocó un cúmulo de insultos, gritos, y demás atropellos. El no entendía la razón.
4.-Los pasos, antes seguros de Ramón, comenzaron a espaciarse. La distancia que lo separaba de la casa de Rosa no le permitía ver el rostro del hombre que la abrazaba en la puerta de la casa. Un viejo sentimiento, que creía sepultado para siempre, lo ofuscó. Una de las rosas de las tres que había tomado de su jardín resbaló de su mano. Ramón se detuvo. Sabía que si no la recogía cedería al viejo sentimiento. Dudó un instante, vio que el hombre que abrazaba a Rosa era su padre. Sonrió, suspiró aliviado y recogió la flor. Agitó el brazo saludando y borró con rapidez la distancia que los separó por un momento.
5.-La tarde de una apacibilidad prístina se torno tormentosa; gruesas gotas comenzaron a caer, mientras un poderoso rayo partía el horizonte. El semblante de Enrique se encendía. Vio a María platicando con un extraño en el rellano.
6.-Suaves murmullos del viento atravesaban la mañana. El sol filtraba deliciosamente sus rayos entre las ramas. El tiempo nadaba lentamente en el semblante de Enrique. Vería a María por la tarde.
7.-El sol ardiente rostizaba la ciudad, los pájaros surcaban los aires buscando refugio. Ni una nube se veía en el horizonte. Enrique buscaba desesperado una sombra que le diera alivio a su espíritu. Encontró a María conversando con Gabriel.
8.-Enrique camina por la vereda con un caminar enérgico pero pausado, una disimulada sonrisa adorna su rostro pensativo ante lo acontecido el día anterior. Divisa a lo lejos a María con otro hombre, Enrique se detiene momentáneamente e intenta tener una mejor visión, resguardándose detrás de un árbol cercano, mira detenidamente a María y al desconocido, la respiración de Enrique aumenta mientras aprieta sus puño con tanta fuerza que rastros de sangre llenan sus uñas, cierra sus ojos mientras golpea enérgicamente el tronco del árbol, puede verse una mueca, una especie de tic nervioso que hace que el lado derecho de su labio superior suba y baje temblorosamente. Decide ir a encontrarse con María y el desconocido...
9.-Enrique camina por la vereda con un caminar enérgico pero pausado, una disimulada sonrisa adorna su rostro pensativo ante lo acontecido el día anterior. Divisa a lo lejos a María con otro hombre. Los ojos de Enrique parecen salirse de sus orbitas al ver la escena, camina con cautela como un tigre en asecho mientras aprieta su pecho con su mano derecha, se detiene y por un momento parece desfallecer, su mirada cae al suelo, encuentra apoyo en un árbol cercano donde apoya la cabeza, con ojos húmedos contempla nuevamente la escena, la presión en el pecho le abruma impidiéndole respirar mientras da la vuelta para no volver mas.
10.-Enrique camina por la vereda con un caminar enérgico pero pausado, una disimulada sonrisa adorna su rostro pensativo ante lo acontecido el día anterior. Divisa a lo lejos a María con otro hombre. No da crédito a sus ojos, se dice en su mente “nada es perfecto” mientras carcajadas le salen sin parar, sus ojos brillan como estrellas, sus labios descubre una cuidada dentadura y con un suspirar da media vuelta y decide buscar algo mejor, no sabe porque pero una energía misteriosa y poderosa le hace la marcha mas amigable
11.-Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique acelera el paso, y sin saber porqué, ya no escucha los ruidos de la calle y un gusto amargo baja reptando por su garganta, repentinamente seca. Su mente le pide detenerse, pero no puede obedecer, y la distancia se acorta como si fuera en caída libre. Sus ojos están clavados en él, nota que el pecho se le ensancha a cada paso, y luego solo sabe que el hombre está en el suelo, sangrando.
12.- Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique, los niños que jugaban y el mundo entero lentamente se detienen. Las flores, deshojadas a medio camino, están en el suelo sin que él lo note. Una leve llovizna le produce un repentino escalofrío, y sus manos buscan los bolsillos vacíos; con disimulo, sube el cuello de su chaqueta y se gira, buscando una salida. Entra a un café que está casi en penumbras, busca un rincón cerca de una ventana y pide una taza de té. Mientras espera, con una servilleta se seca la cara y las manos. Estira un poco el cuello para mirar, y ellos ya no están.
Con un suspiro, se concentra en las pequeñas suciedades del mantel. Y pide la cuenta.
13.- Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique aminora el paso y luego se oculta en el callejón lateral, desde donde puede ver sin ser visto, aunque no alcanza a escuchar lo que hablan. De todos modos, no necesita escuchar, él lo sabe, siempre lo supo. Mañana la irá a ver, le dirá que no pudo ir. ¿Qué le dirá ella?, seguramente nada, que lo estuvo esperando con ansias o alguna otra tontería de esas que siempre dicen las mujeres, como si él fuera un tonto. Enrique vuelve a mirar, pero está demasiado lejos ¿como podría acercarse más?...quizás dando un rodeo, ya que están muy cerca de la esquina, pero ¿y si justo se besan en ese momento?.. ella seguramente lo negará, y el no podrá estar seguro…
14.-Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María, la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique queda petrificado justo en la esquina con una mano detrás en la cual sostiene un pequeño paquete envuelto con cinta rosada y la otra en el bolsillo de su gabán. Completamente tenso aprovecha la arista de la pared para no ser visto y tomarse un tiempo, sus ojos rasgados están a medio abrir, respira profundo, mantiene el aire, infla sus mejillas ya sonrojadas, luego lo expulsa resoplando, antes de asomarse apenas, un aullido lo sobresalta, el hombre aún sigue allí.
15.- Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María, la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique queda inmóvil justo en la esquina con una mano detrás en la cual sostiene un pequeño paquete envuelto con cinta rosada y la otra en el bolsillo de su gabán. Aprovecha la arista de la pared para tomarse un tiempo sin ser visto, cierra sus ojos a la vez que inclina su rostro hacia abajo, luego mira al cielo apretando sus labios, menea su cabeza, todo está gris, pega media vuelta y se va por ese camino a paso lento, sin rumbo. Puesta su mirada en la nada deja caer al disimulo aquel paquete que seguramente las hojas muertas en poco, cubrirán.
16.-Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique se detiene, la esquina está allí, aprovecha esta suerte y se esconde detrás de la arista de la pared para observar. Con una mano sostiene un pequeño paquete envuelto con cinta rosada, el que deja caer al disimulo sobre las hojas muertas pero que aún crujen, y la otra en el bolsillo de su gabán. Se asoma apenas, el hombre sigue con María, no entendió que aquel beso era una despedida. Aprieta sus puños, acomoda sus hombros haciendo sonar sus huesos, carraspea un par de veces su garganta y como quien marca su territorio, escupe. Luego sale reiniciando su marcha, sólo que ahora con pasos de alerta y seguros.
17.-Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María, la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y besa la mejilla. Enrique apresura sus pasos y cuando llega frente a ellos, mira fijamente a María y sonríe burlesco, para después alejarse con expresión de repugnancia.
18.-.-Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María, la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y besa la mejilla. Enrique presuroso llega y la besa, deja en claro que ellos tienen un compromiso y están enamorados.
19.-Cuando él está a unas cuadras de llegar a la casa de María, la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y besa la mejilla. Enrique siente que desvanece, seca con sus manos una gruesa lágrima que cruza el rostro, mientras vuelve sus pasos atrás.
20.-Arturo contempló el rostro beatífico de Ginebra sobre el pecho de Lancelot en un claro del bosque después de la pasión. Parecían dormitar ajenos a las nubes tenebrosas que arremetían a la distancia, o los pájaros convulsos en los árboles en busca del mejor sitio del nido. El rey apretó las mandíbulas y atenazó con más fuerza la diestra sobre el mango de la espada. Sus ojos se cubrieron de un velamen gélido, comprimidos por el entrecejo contraído.
21.-Arturo contempló el rostro beatífico de Ginebra sobre el pecho de Lancelot en un claro del bosque después de la pasión. Parecían dormitar ajenos a las nubes que ya se aproximaban con impulsos primitivos, o los pájaros de ojitos inseguros que cubrían a los polluelos de enormes ojos y picos feos. El rey sintió que su mano antes hierática se convertía en meros cartílagos de los que se escurrió el mango de la espada, mientras sus ojos se calentaban dolorosamente y una desazón terrible descendía a sus intestinos.
22.-Arturo contempló el rostro beatífico de Ginebra sobre el pecho de Lancelot en un claro del bosque después de la pasión. Parecían dormitar ajenos a las nubes que comprimían una lluvia indiferente, o los pájaros de carillas rústicas resguardándose en los nidos tan ajenos. El rey sintió que su mano se volvía de piedra sobre el mango de la espada, mientras un líquido cruel escurría de su corazón hacia el estómago justo cuando el aire embistió su rostro demudado.
23.- Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique se detiene, sus músculos faciales se tensaron a tal grado que su gestó se deformó, los labios torcieron hacia la izquierda y el seño se frunció. Apretó con fuerza los puños y arrojó con fuerza los restos de la flor que deshizo en su mano.
24.- Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Enrique frenó en seco, perdió su gallardía cuando aflojó los hombros y encorvó la espalda; al dar la vuelta no percibió que la flor cayó de su mano. Dio la vuelta y caminó de regreso a pasos pequeños y tortuosos evadiendo las grietas y huecos de la acera.
25.- Cuando él está a una cuadra de llegar a la casa de María la ve platicando con un hombre. Ella se acerca y le besa la mejilla. Al verlos un retortijón le oprimió las entrañas a Enrique. A largó el paso. Se detuvo y volvió a caminar de prisa sólo para esconderse detrás de un tronco de un viejo árbol que está a punto de derrumbarse. Asomó la cabeza y el torso para espiar y fotografiar la escena con el celular. Se esconde nuevamente y se retira el sudor de la frente con el dedo índice. Una vez que el hombre se marchó avanzó para encontrarse con María.
A todos, participantes y lectores, se les pide identificar que sentimiento intentan describir.
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umbrio,29.06.2013
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Ejemplo:
1.-Coraje
2.-Tristeza
3.-Celos
4ª.-Celos
4b.-Coraje
4c.-Celos
5.-Coraje
Así hasta completar las 25 descripciones. Gracias por participar. Si otros cuenteros quieren participar todavía es tiempo, envíenme sus narraciones a mi lvd.
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umbrio,29.06.2013
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Las descrpciones propias también identifiquenlas para que no se note cuales son suyas.
un abrazo. | |
yar,29.06.2013
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¡¡¡ Voy volado !!!
1. Coraje
2. Tristeza
3. Creo que coraje...
4. Alegría
5. Celos
6. Alegría
7. Celos
8. Celos
9. ufff... tristeza
10. Alegría ??
11. Celos y luego violencia
12. Melancolía
13. Celos
14. Celos
15. Tristeza... se parecen mucho los textos; da trabajito... ji ji ji
16. Celos
17. Coraje
18. ¿?
19. Tristeza
20. SUPER CELOS... auuuu !!!!
21. Tristeza
22. Co-ra-je
23. Furia -coraje-
24. Tristeza
25. Celos.
Me gusto muchooo !!!!
abrazos.
ray... | |
Gatocteles,29.06.2013
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1 coraje
2 tristeza
3 celos
4 celos
5 coraje
6 ¿
7 celos
8 coraje
9 tristeza
10 ¿
11 coraje
12 ¿
13 celos
14 celos
15 tristeza
16 coraje
17 coraje
18 ¿
19 tristeza
20 coraje
21 tristeza
22 celos
23 coraje
24 tristeza
25 celos
Me confundí un poco en identificar las tercias, pues deberían ser 8 tercias o 24 números. También me está fallando el internet sniff :/ | |
umbrio,29.06.2013
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Tal vez ayude la aclaración. Un participante envió un párrafo con las tres emociones juntas. En el número 4 por ese en mi ejemplo puse 4a, 4b y 4c. | |
yar,29.06.2013
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Ah que participante... ji ji ji.
Ojala pronto este bien el internet gatocteles. | |
cieloselva,29.06.2013
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Hola a todos, me encantó, aquí va mi apreciación y digo lo que yo quise mostrar:
1.-Coraje
2.-Tristeza
3.-Celos
4a.-Celos
4b.-Coraje
4c.-Celos
5.-Co raje
6.- Tristeza con expectativas de Alegría.
7.- Tristeza
8a.- Alegría
8b.- Celos
8c.- Coraje
9a.- Alegría
9b.- Celos
9c.- Tristeza
10a.- Alegría
10b.- Celos
10c.- Coraje
11a.- Celos
11b.- Coraje
12.- Celos
13.- Celos
14.- Quise mostrar Celos
15.- Quise mostrar Tristeza
16.- Quise mostrar Coraje
17.- Celos
18.- Coraje
19.- Dice Tristeza
20a.- Celos
20b.- Coraje reprimido
21a.- Celos
21b.- Tristeza
22a.- Celos
22b.- Coraje
23.- Celos
24.- Tristeza
25.- Coraje
Cariñosssssss | |
umbrio,29.06.2013
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Agrego otra tercia.
26.-De lejos vio a María con otro hombre. Enrique disminuyó el paso pero sin dejar de avanzar. Resistió el deseo de dar la vuelta para estar seguro. Lo de ayer lo sintió tan real. Cada paso de Enrique le comprimía la garganta, cada paso le hacía ver más cerca que María y aquel otro hombre se bastaban para ser felices, que él sobraba, detenido a un par de metros, esperando que notaran su presencia y dejaran de besarse.
27.-Enrique llevaba flores. De lejos vio a María con otro hombre. Apresuró el paso balanceando el ramo, bien sujeto, como un garrote. Alternaba la vista mirándose los pies, luego a ellos, su pie pisando un caracol y ellos besándose, su otro pie sin nada que pisar, ellos besándose. Enrique subió las escaleras del zaguán y ambos le miraron sorprendidos. Le rompería la cara por usurpar su lugar, su felicidad, pero aquel tercero era como Enrique antes de la desilusión. Entonces miró a María. Enrique le dio un combo. El puño aflojó, tiritando, mientras las flores terminaron en el suelo.
28.-Enrique llevaba un gran ramo de flores. No era un ramo cualquiera, cada flor era diferente y robada de un jardín. El día era precioso. Se imaginaba a María con falda, alegre y femenina. El día de ayer nunca lo olvidaría, el de hoy sería una continuación de aquel recuerdo. Reconoció a María desde lejos y ya podía recordar su aroma. Había otro hombre.
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carlitro350pajaritos,30.06.2013
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1 coraje
2 tristeza
3?
4 alegría
5 celos
6 alegria
7?
8 celos
9 tristeza
10 coraje
11 celos
12 coraje
13 celos
14 coraje
15 tristeza
16 celos
17 celos
18 coraje
19 tristeza
20 celos
21 tristeza
22 coraje
23 celos
24 tristeza
25 coraje
26 tristeza
27 coraje
28 alegria
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cieloselva,30.06.2013
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Opino sobre la tercia agregada:
26ª.-Cautela
26b.-Nostalgia
26c.-Tristeza
26d.-Falta de dignidad, lastimero.
27ª.-Coraje
27b.-Celos
27c.-Se identifica con la desilusión y la supera.
27d.-Coraje
28.- Tristeza
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rhcastro,30.06.2013
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1-coraje
2-?
3-coraje
4-alegrìa
5-?
6-alegrìa
7-sorpresa
8-coraj e
9-coraje
10-alegrìa?
11-coraje
12-tristeza
13-celos
14-sorpresa
15-tr isteza
16-coraje
17-coraje
18-celos
19-tristeza
20-coraje
21- coraje
22-coraje
23-coraje
24-tristeza
25-celos
26-tristeza
27-tristeza
28.-? | |
rhcastro,30.06.2013
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27 es coraje me confundì con el número.- | |
musas-muertas,30.06.2013
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arranco de el ultimo tercio
26- angustia
27- ira
28- felicidad/sorpresa? | |
rhcastro,30.06.2013
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*arranco del tercio.
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Yvette27,30.06.2013
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puse 0 a los que no me suscitan ninguna de las emociones pedidas. El ejercicio era usar una o varias de las tres emociones celos, coraje alegría.
1 celos
2 0
3 0
4a celos
4b coraje
4c alegría
5 celos
6 alegría
7 0
8 celos
9 celos
10 0
11 celos
12 celos
13 celos
14 celos
15 celos
16 coraje
17 celos
18 celos
19 celos
20 0
21 0
22 0
23 celos
24 celos
25 0
26 coraje
27 celos
28 0
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morgund,30.06.2013
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Disculpen si fui radical con mi apreciacion pero casi no note la tristeza ni felicidad
1 coraje
2 NO Bien DEFINIDA
3 coraje
4 felicidad
5 coraje
6 NO Bien DEFINIDA
7 NO DEFINIDA
8 Coraje
9 No Bien definida
10 felicidad
11 Coraje
12 No bien Definida
13 No bien definida
14 No bien definida
15 No bien definida
16 No bien definido
17 No bien definido
18 celos o arrocero?
19 tristeza
20 supongo que coraje
21 supongo que coraje
22 No bien definida
23 Coraje
24 No bien definida
25 No bien definida
26 no bien definida
27 Coraje
28 No bien definida | |
umbrio,01.07.2013
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Faltan York, Enyd y las mías.
Se pueden hacer comentarios. No voy a transmitir los autores de las descripciones ni tampoco cuantos aciertos tienen cada uno. Cada quien saque sus conclusiones. Si lograron plasmar lingüísticamente las emociones que querían transmitir.
Es difícil diferenciar entre celos y coraje. Se dice que los celos son inseguridad pero tienen una dosis de coraje, tristeza y decepción.
Al final del ejercicio comento en forma pública cuales capté con gran facilidad y en privado las que tuve dificultad para identificar.
En narrativa utilizar el recurso de decir los sentimientos, nos informa y no hay riesgo de equivocarnos, ejemplo si escribimos, “Enrique sintió celos al ver a María con otro hombre”, el autor nos informa. Particularmente ese emoción es fácil visualizarla en quien la siente y por otra parte, es muy poco usual que alguien te diga estoy celoso.
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umbrio,01.07.2013
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Todos están invitados a participar. Debemos escribir casi en paralelo dos cuentos, con los mismos personajes, mismo espacio, mismo trama, igual principio y final. La diferencia será que escribiremos un tramo de nuestro cuento con el recurso de “decir”, usando un lenguaje sencillo y narrado en forma concisa.
Posteriormente ese mismo tramo intentaremos mostrarlo (lo mostrable, descripción de espacio y personajes. Las acciones se narran, no se muestran).
La trama (es el conjunto de eventos y acciones que determinan y cambian el rumbo de una narración) es la siguiente: un personaje recibe, encuentra, le aparece, le heredan, etc. la ubicación de un objeto, secreto o bien que le cambiará la vida. Llegar al lugar donde se ubica el “objeto” será tortuoso y complicado, se describirá una persecución. El lugar donde se ubique el “objeto” tendrá una serie de obstáculos (complicados para un personaje común y corriente) que el personaje debe sortear.
La primera etapa es presentar a su personaje principal (y otros sólo si son decisivos en la historia o la trama). Deben definirlos (como señalé anteriormente usando el recurso de decir) sean psicológicamente o físicamente. Esas características que señalen sólo deben incluir las que sean importantes para el desarrollo de la historia o de la trama. Pero además deberá contener una característica física o psicológica que le limite más aún evadir los obstáculos del sitio donde se ubicará su objeto. (Ejemplo: el personaje padece arsonfobia, es decir que tiene miedo a los incendios, y la casona en donde se única el objeto se incendia. O renguea y lo persiguen en un espacio abierto)
Su presentación deberá ser de uno o dos párrafos, en el siguiente deberán plasmar cómo es que el personaje recibe la ubicación del objeto.
Si algo no está claro en el mismo foro pregunten y trataré de aclarar para que sirva a todos.
Un abrazo
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umbrio,01.07.2013
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Al terminar los dos cuentos (con el modo decir y el otro mostrar) el último ejercicio será hacer un tercero equilibrando el decir y el mostrar. Ahí aportaré algunas ideas de cómo equilibrar, quitar el Mostar cuando no aporta nada, por ejemplo, cuando desacelera el ritmo de una acción, etc. | |
yar,01.07.2013
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26. Celos
27. ¿Qué es dar un combo?
28. Ayyy, alegría, pero las últimas tres palabras: ¡¡rompen el encanto!! | |
yar,01.07.2013
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Lo de la siguiente etapa, es también en privado en tu ldv... ¿verdad? | |
umbrio,01.07.2013
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Es público en el foro | |
umbrio,01.07.2013
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Eso nos permitirá observar como cada uno coloca los ladrillos para construir su obra. | |
Enyd,01.07.2013
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Aquí van las mías. Confieso que confundo coraje con celos. Gracias por darme la oportunidad de participar.
1. Coraje
2. Tristeza
3. Celos
4. Coraje
5. Tristeza
6. Celos
7. Tristeza
8. Coraje
9. Celos
10. C oraje
11. Celos
12. Tristeza
13. Celos
14. Coraje
15. Tristeza
16. ¿?
1 7. Coraje
18. ¿?
19. Tristeza
20. Coraje
21. Celos
22. ¿?
23. Cor aje
24. Tristeza
25. Celos
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cieloselva,01.07.2013
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Mis comentarios, para aclararme yo misma y por si sirve extraer algo.
He llegado a tres conclusiones debido a las apreciaciones o discernimientos disímiles que hemos tenido en cuanto a las emociones y comparándolas con aquello que, si no aporta es mejor desechar.
Primero: Tratamos de mostrar en vez de decir. Vistos los resultados y que tenemos diferentes maneras de conceptualizar los sentimientos, deberíamos haber dicho y no mostrado para ser efectivos. Umbrio, acabo de leer que esto es lo correcto.
Segundo: Los celos fueron detonantes de otras emociones. También lo aclaraste, umbrio querido. Esto sucede porque no todos tenemos las mismas reacciones frente a determinada emoción que un hecho nos ha provocado. Lo mismo pasa con la tristeza, puede ser el punto de partida de un estancamiento que puede llevar a una (depresión), o de tomar (coraje y salir a flote). Creo que esto es más fácil de mostrar si lo tenemos claro. Igual con el coraje, se ha tomado como coraje el acto triste del personaje de desistir, de irse, frente a un hecho que estimó como una infidelidad, fue una sobreestimación de lo que vio porque no hubo nada que lo justificara a tal grado.
Tercero: Puede que se haya probado aquí, aquello de que un autor escribe y cada lector interpreta lo que quiere, incluso lo que a éste nunca se le pasó por la mente dar a entender. Durante cientos de años ha resultado positivo, hasta lo engrandecen. El autor sabe que el lector verá satisfechas sus expectativas de una manera u otra, haya entendido lo que haya entendido. Pero si queremos dar un mensaje claro para todos, ahí se nos complica, jeje, el taller nos viene al dedillo. Ánimooooo.
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Me permito hacer una pequeña exposición sobre los celos, es desde otra perspectiva:
Voy a usar varios dichos: “A seguro lo llevaron preso”. Guambiaaaa, jeje. ¿Cuál sería la palabra a aplicar cuando uno cuida “de los demás” a quien ama? No es “celos”, no empieza ahí la cuestión. Es “Sospecha”. Pero antes hay una “Prevención”. “Hombre prevenido vale por dos.” A veces la sospecha no es sobre la persona que amamos, tal vez la conozcamos algo inocente, es ese sentido de protección el que nos mueve, en cuyo caso la sospecha cae sobre otros que se le acerquen. Ej: si mi hija estuviera casada, le aconsejaría que no llevara una o dos amigas a la casa “asiduamente”. “Se ven caras pero no se ven corazones.” La vida enseña… Vemos casos que nos asombran y desilusionan. Claro que habrá quien piense que si el marido es de confiar, este consejo sería desmedido. Mm, pero las tentaciones pueden causar un conflicto innecesario o, consecuencias funestas. No es prevenida la persona que piensa: A mí no me sucederá. Eso de que tengo muchas cualidades, me amo, soy la mejor del mundo y la más bella, mm… Peligroso. Explico por qué:
Ser prevenido es sabio. ¿Quién podría estar en desacuerdo? Entonces habría que discernir esta CADENA de emociones que arrancan de una DEFENSA.
La DUDA es una defensa, es lícita, si no dudáramos nunca, caeríamos en cualquier pozo.
La prevención es una HERRAMIENTA, es el paso que sigue, inconsciente, que apresa a la sospecha. ¿Tengo razones para sospechar? Hablando de alguien con mente sana, si no hay indicios se esfumará, y si los hay, ahí aparece la REACCIÓN: celos fundados, dije fundados. No es inseguridad. Bien, está bueno analizarse, más allá de las definiciones de esta u otra palabra, hay que traer al conciente lo que está en el inconsciente.
Yendo a nuestro primer ejercicio: Si no ponemos un indicio fuerte que justifique celos, entonces nuestro personaje necesitaría un tratamiento psicológico, jajaja. Pobre de Enrique, bien por el rey.
Los antecedentes que describamos nos permitirán desembocar en la emoción que queremos mostrar. Escogí un ejemplo que todos leímos: El personaje estaba (en tiempo pasado) tan feliz, que de cada jardín tomó una flor. Después describe sus expectativas (tiempo futuro) de seguir feliz al día siguiente. Pero el bajón le vino (tiempo pasado porque narra en pasado) cuando supo que había otro hombre. Esta frase final es una aseveración, no deja dudas: Había otro hombre. Fue un buen recurso.
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Me causó mucha risa la descripción donde el lector queda con tortícolis, algo parecido me sucedió, sólo que mi cabeza fue de arriba hacia abajo y viceversa, esto está buenísimo, provechoso y además, muy divertido.
Gracias umbrio por este trabajo que te tomas y por tu sabiduría.
Mis cariños para ¡todos!
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umbrio,01.07.2013
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Si es difícil convenir una definición para los sentimientos, más difícil aún identificarlos. Y si identificarlos resulta tarea de locos, no digo nada de expresarlos con palabras.
La expresión de los sentimientos vendría a ser como una profundización racionalizada en las emociones. Decir estaba feliz o estaba triste es muy fácil; lo complicado, y más valioso y sincero es expresar el sentimiento real, oscuramente contradictorio –pues proviene de una mezcla de sensación física, emoción subconsciente y razón-, que subyace bajo tierra.
Todos tenemos sentimientos, pero hay que marearlos mucho para conseguir expresarlos. No basta con que un autor se emocione o sienta lo que quiere escribir: ha de saber plasmarlo sobre el papel para que el lector, que no está en su pellejo, pueda sentir, a su vez, lo mismo.
Mostrar es lo más cercano a una invitación a asistir a los hechos y puede tener, por eso mismo, un efecto envolvente: un suceso que oímos de boca de otro y un suceso que presenciamos no nos conmueve en la misma medida. Decir nos informa, mostrar nos conmueve.
En la vida diaria, si alguna amiga te dice, “estoy triste”, empiezas a buscar en su lenguaje corporal señales, cuando ves sus ojos acuosos o sus hombros comprimidos y su cabeza baja, llega la empatía. Cómo entonces podemos creer que escribirlo va a tener efectividad. No intento imponer un estilo, de hecho no lo tengo, estoy en busca de ello. Pero practicarlo me aproxima.
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umbrio,02.07.2013
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Ahí va
1.-Coraje
2.-Tristeza
3.-Celos
4ª.-celos
4b.-Coraje
4c.-Alegrí a
5.-Celos
6.-Alegría
7.-Celos
8.-Coraje
9.-¿?
10.-Alegría
11.-Coraje
12.-Tristeza
13.-Celos
14.-Celos
15.-Tristeza
16.-Coraje
17.-Coraj e
18.-¿?
19.-Tristeza
20.-Coraje
21.-Tristeza
22.-Celos
23.-Coraje
24.- Tristeza
25.-Celos
26.-Tristeza
27.-Coraje
28.-Alegría
Agradezco sus aportaciones. El ejercicio sirve para que cada uno se de cuenta, como ya lo mencionó Cielo, que lo que escribimos afecta al lector de diferente forma y no necesariamente lo que quisimos expresar. Pero no es para alarmarse, cuando vamos al cine en grupo podemos ver la misma película todos y la reacción es diferente en cada caso, porque depende de nuestro contexto.
Para mi hay algunas aportaciones muy logradas, que puedes ver la escena. Como ejemplos la número 14, la 21 y la 27. De hecho, a mi entender, usan el correlato para apoyarse.
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pensamiento6,02.07.2013
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no pude aportar pero estoy leyendo, estos dias estan complicados pero quiero agradecer a todos porque aprendo mucho de cada uno, lo valoro y respeto, gracias! ya participare mas activamente espero, saludos | |
rhcastro,02.07.2013
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Respecto a los celos, para mi es difícil mostrar algo de lo que nunca escribo y poco siento al ser alguien solitario. Tratè de plasmar reacciones de otras personas en consecuencia a sus dudas o desconfianzas ¡Ja! Creo que no lo hice bien.
Muy interesante este foro. | |
york,02.07.2013
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Puse lo primero que se me ocurrió, sin releer, pero noté que es muy fácil confundirse. Además, entendí que eran 3 y veo 5 ó 6. me enredé rápidamente.
Percepción general: Nosotros, que somos aficionados, podemos tener las mismas ideas que los maestros, pero fallamos en los detalles: exageramos el adjetivo, y hacemos sobreactuar a nuestros personajes,que terminan cansados.
Uno puede estar muy enojado, pero ocultarlo casi a la perfección. Se puede engañar incluso a un detector de mentiras...¿y cómo describimos a una persona enojada, pero sin que respire en forma alterada ni crispe las mandíbulas?....muuuuuy dificil....
Gracias por tu tiempo Umbrío...y cariños a todos
1.- celos
2.- ira
3.- celos
4.- alegría
5.- ira
6.- alegria
7.- tristeza
8.- ira
9.- angustia
10.- resignacion
11.- ira
12.- tristeza
13.- celos
14.- ira
15.- tristeza
16.- ira
17.- ira
18.- celos
19.- tristeza
20.- celos
21.- tristeza
22.- ira
23.- ira
24.- tristeza
25.-celos
26.- celos
27.- ira
28.- tristeza
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york,02.07.2013
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JAJA.....Yar, dar un combo es dar un puñetazo, creo que solo en Chile..... | |
york,02.07.2013
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Umbrio....para el 2do ejercicio no veo de dónde sacar tiempo. Estoy sobrepasado de trabajo, y duermo poco y mal....Seguiré leyendo (espero) y aportaré cuando pueda.
Un abrazo
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cieloselva,02.07.2013
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Primer cuento
Priscila, hija del rey Fernando, el sabio, crecía feliz en los jardines del palacio. Orgulloso de la belleza que iba tomando su niña a los doce años, inigualable a otras princesas, de uno de sus acostumbrados viajes acompañado de su “amigo” el rey Altira, a recónditos lugares desconocidos del mundo, le trajo un regalo que la hizo famosa por poseerlo; el pájaro azul. Altira sabía que Priscila sería la más pretendida y aún no había hecho su acuerdo para que su hijo Javier fuera el esposo elegido de antemano. Habiéndolo podido atrapar él, dejó que Fernando lo hiciera; allí mismo se le ocurrió un plan para cumplir su deseo, porque Javier, ya de dieciocho años, no sería contado entre los grandes; huía de las batallas, era su vergüenza, en cambio su lacayo Marcos, era el que con apenas dieciséis, tomaba el papel de su hijo y vestido con sus ropajes peleaba como nadie, lo que lo salvaba de la indignación pero lo enardecía de celos.
Pasaron siete años. Los chusmeríos no cesaban, hacía tiempo se sabía de la tristeza de Priscila; alguien había entrado al palacio para robarle su pájaro azul. El rey conocía bien a su hija, el único consuelo sería casarla con aquel valiente que le trajera de vuelta a su mascota. No respetaría el acuerdo con Altira si Javier no cumplía con este requisito. Y sabía que no lo lograría, el pájaro único ya no estaba en manos de alguien, se encontraba en la cumbre de una montaña embrujada. El rey Fernando puso una fecha para el comienzo del gran acontecimiento e hizo enviar un edicto detallado de la situación, que se propagó de inmediato por todos los rincones del mundo. Altira enfureció contra Fernando y envió a Javier a buscar a la bruja, pero Marcos, que creía ser querido por sus amos y jamás les haría un desaire pese a estar completamente enamorado de la princesa, se reportó enfermo, en espera de los resultados.
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Segundo cuento
Priscila, hija del rey Fernando, el sabio, crecía feliz en los jardines del palacio. Orgulloso de la belleza que iba tomando su niña a los doce años, inigualable a otras princesas, de uno de sus acostumbrados viajes acompañado de su amigo el rey Altira, a recónditos lugares desconocidos del mundo, le trajo un regalo que la hizo famosa por poseerlo.
Pero algo aconteció en ese viaje que cambiaría toda la felicidad del sabio rey por varios años:
-Mira lo que he descubierto –dijo Altira a Fernando señalándole una rama que se encontraba al alcance de la mano mientras caminaban por un bosque frondoso lejos de sus caballos y apartados de la guardia.
-Oh, ahhh, qué maravilla, ¿estoy viendo bien?, ¿es azul?
-Mm, sí, es azul –le respondió, expresión que no le agradó nada a Fernando, no era usual que no se apresurara antes que él.
-Tienes tu red, por qué no lo atrapas…
-Y para qué querría yo un pájaro azul, ¿para Javier? Ja, ja, ja.
-Buena excusa -pensó el rey Fernando y estratégicamente le dijo en voz alta-: pero yo no pensaba en tu Javier, pensaba en tu amadísima esposa. Deja, se lo llevaré a mi hija –dijo, sospechando ya varias cosas. Y mirando a los ojos al ave simplemente estiró sus manos, delicadamente lo rodeó impidiendo así que se le fuera.
-Tienes algo especial -se apresuró a decir Altira para tapar su desacierto, pero continuó para sacarle más información-: Seguro Priscila lo habrá heredado de ti, este pájaro no estará enjaulado… ¿o sí?
-Claro que estará libre. Oye –decía mientras lo envolvía entre hojas que recogía del suelo ya de vuelta por el camino-, no se te ha ocurrido que Javier ¿sea el esposo de mi hija…?
-Tú sabes que sí.
-Y… ¿por qué no me lo has propuesto? –preguntó estableciendo un conflicto amistoso entre ambos a la vez que observaba cada detalle de su posición corporal al caminar.
Altira se vio acorralado, la guardia se podía ver, abandonó la charla, se adelantó y con sus manos hizo señas para que uno de sus súbditos se acercara con una caja donde colocar al pájaro. Era su lacayo Marcos, el que se hacía pasar por su hijo cuando éste huía de las batallas, vistiéndose con sus ropajes, peleando como nadie. El rey Fernando pudo notar el desagrado que le causó ver a este muchacho de unos dieciséis años. Y guardó todos estos hechos en su corazón.
Pasaron siete años. Los chusmeríos no cesaban, hacía tiempo se sabía de la tristeza de Priscila; alguien había entrado al palacio para robarle su pájaro azul.
-Ya está resuelto hija mía –se decía el rey Fernando mientras caminaba de un lado a otro a solas en su recámara-. Ese cobarde y ladrón de Javier no será tu esposo, ja, un lacayito de su ejército los cubría de sus vergüenzas, y, ¿acaso el tonto de Altira no se dio cuenta que el pájaro me obedecería? ¿Creyó que me quedaría quieto? Ah, si no hubiera estado alerta cuando ese traidor me mintió en mi propia cara. Haré circular un edicto por todos los rincones del mundo, se casará contigo aquel que por amor sea tan valiente que logre traerte de vuelta a tu mascota. Lo llevé a la cumbre de una montaña y maldije a la montaña, sólo el que pase las pruebas logrará llegar a la cima y el pájaro, el único azul que te hizo tan feliz, se dejará atrapar.
El rey puso una fecha para el comienzo del gran acontecimiento, el edicto se propagó de inmediato. Altira enfureció contra Fernando y envió a Javier a buscar a la bruja, pero Marcos, que creía ser querido por sus amos y jamás les haría un desaire pese a estar completamente enamorado de la princesa, se reportó enfermo, en espera de los resultados.
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cieloselva,02.07.2013
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Ah, sí, de teoría podemos saber, pero en la práctica... Pues que vengan las balas... No te preocupes rhcastro, entre que vos no sentís y entre que yo siento demasiado, no hay diferencia alguna en esto. Te abrazo rhcastro.
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rhcastro,02.07.2013
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Maravilloso!! | |
umbrio,02.07.2013
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Cuento uno (decir)
La habilidad de Chimalli no era gratuita. Debido a un defecto congénito se dedicó desde niño a la práctica del deporte más popular del imperio. Nació con los de dedos de las manos unidos que lo impedían para el combate y no le cortaba la aspiración de ser un Guerrero Águila como su padre.
Chimalli jugaba un partido de exhibición en los festejos de las guerras floridas. Sus fuertes y largas piernas lo impulsaron por arriba, en más de un metro, de las cabezas de sus adversarios para golpear con la cadera la bola de caucho, con tal destreza que la bola salió proyectada en dirección del centro del aro. ¡Anotación! Fue el fin del Juego de Pelota.
Se preparaba para recibir la piel de coyotl que se entregaba al capitán del equipo ganador. El príncipe heredero se acercó a Chimalli y, en lugar de de entregar la prenda de triunfo, en tono solemne le informa que su padre ha sido capturado en el combate de los Aztecas en contra de los Tlaxcaltecas. Por honor debe ir a rescatarlo, mejor dicho, recuperar el estandarte del imperio que su padre portaba en el pectoral por ser el jefe del ejercito.
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umbrio,02.07.2013
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Mañana subo el dos (mostrar) | |
umbrio,02.07.2013
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Ésto empieza bien, Cielo. Tu inicio promete.
Esperemos participación. | |
rhcastro,02.07.2013
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Bien cieloselva, me agradò tu texto en ambas formas, mostrar y decir, pero es extraño, prefiero los textos con menos detalles. Con decir me es suficiente, siempre y cuando estè bien dicho. claro. | |
rhcastro,02.07.2013
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Vaya! Que bien que están estos textos. Me encantan los personajes aztecas! | |
lopecito,02.07.2013
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Se puede participar? | |
Enyd,02.07.2013
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Encuentro que es un buen ejercicio para participar. Ahora me queda la siguiente duda:
¿Escogemos cada uno nuestros ejercicios anteriores para (decir)(mostrar)?
Es todo un ejercicio literario. Gracias a cieloselva y umbrio por sus aportes, muy interesantes.
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edam,02.07.2013
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Veo que me he perdido de mucho, lastimosamente el trabajo ocupó todo mi tiempo en éstos días.
Impresionante la participación y los aportes, el ejercicio ha sido enriquecedor y constructivo.
Mis más sinceras disculpas, trataré de estar el mayor tiempo posible en el foro.
Abrazos para todos. | |
edam,02.07.2013
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Estos son los míos, un poco tarde....
1.-Coraje
2.-Tristeza
3.-Celos
4ª.-Celos
4b.-Coraje
4c.-Felici dad
5.-Celos
6.-Felicidad
7.-Celos
8.-Coraje
9.- No estoy seguro
10.-Felicidad
11.-Coraje
12.-Tristeza
13.-Celos
14.-Celos
15.-Tristeza
16.-Coraje
17.-Coraj e
18.- Me queda la duda
19.-Tristeza
20.-Coraje
21.-Tristeza
22.-Celos
23.-Coraje
24.- Tristeza
25.-Celos
26.-Tristeza
27.-Coraje
28.-Felicidad | |
edam,02.07.2013
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El 4º, tiene tres condimentos que el chef hábilmente supo mezclar.
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umbrio,02.07.2013
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Tienes razón Edam el cuatro está muy bien construído.
Claro lopecito es abierto a todos. Mientras más participen mejor. Es ver la anatomía de la narración.
Rhcastro esa es la idea, conocer los diferentes recursos literarios y elegir el que te sea más útil a tus propósitos.
Un abrazo. | |
cieloselva,02.07.2013
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Gracias rhcastro, releo pero no encuentro qué quitar. Me complico, jaja. Espero las ayudas.
Umbrio, me subyugan tus cuentos, y tienes eso que yo no aprendo aún. Me doy cuenta que decir en corto me es más fácil que mostrar en corto.
Lopecito, ah, te quiero leer, tú con 4 palabritas nomás dices todo.
Abrazos cariñosos.
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cieloselva,02.07.2013
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Edam, un gusto, concuerdo con tu opinión sobre el 4, y además, según mi criterio en cuanto a celos, presenta un personaje dentro de sus cables.
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yar,02.07.2013
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Excelentes aportaciones Cielo selva y umbrio -teoricas- después sus textos, el de cielo, muy completo, aunque se me revolvia cual mostraba y cual decia...
El de Umbrio... ¡¡chin!!, por tardarme, queria escribir también de un niño azteca... je je je
No le hace, inventare otro.
Abrazos múltiples!!!
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yar,02.07.2013
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Umbrio...
ya me saboreo la continuación... o mejor dicho el relato paralelo... mmmm. | |
umbrio,02.07.2013
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Dale conun Azteca. Al fin había miles. | |
rhcastro,02.07.2013
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Creo que no entiendo bien la consigna. Soy bruta ya saben, pero bueno... Dejo algo solo para no pasar en blanco. Espero conforme participen comprender mejor lo que tengo que hacer. Saludos.
Eunice una mujer obsesiva, gustaba de comprar en baratas para revender, pero ni vendìa o revendìa, asì que su casa llegò a estar llena de tantos objetos que cuando muriò, no podìan encontrarla. Ese no fue el problema mayor para los herederos, quienes se veìan unos a otros con recelo, el verdadero problema fue encontrar el testamento.
En la caja fuerte, encontraron un sobre amarillento, fechado quince años atràs, pensaron que en aquellos años la casa estaba vacìa, ademàs ella habìa adquirido muchas nuevas propiedades que allì no aparecìan, tenìa que haber otro de fecha màs reciente.
Eunice era una mujer de compras compulsivas y gustos variables, encontraron no solo otro testamento, sino multitud de testamentos donde se iban sumando propiedades. Los hijos estallaban en jùvilo cada vez que uno nuevo aparecìa. En la bùsqueda, tenìan que mover toneladas de cajas y objetos. Asì hasta dar con el ùltimo testamento fechado un año antes del deceso. De inmediato acudieron a la notarìa a apresurar los tràmites y lectura del mismo, para despues regresar a sacar el cuerpo de Eunice de donde la habìan encontrado. Justo bajo cien o màs cajas de planchas elèctricas con botòn rojo ahorrador de electricidad. Todas a buen precio.
Enterraron a la mujer y para cuando fue la lectura de tan esperado reparto, quedaron extrañados de que en el resinto se encontraban cuarenta niños. Preguntaron de inmediato al juez, quien contestò: ' Son herederos de Doña Eunice en paz descanse, se enterò de la tragedia de la pobreza en los orfanatos por medio de un programa cristiano, que ofrecìa a cambio del apadrinamiento legal y responsivo en gastos de alimentaciòn y escuela de un menor, diez joyas en la corona celestial de su alma, por lo que decidiò invertir en ello, ya que en su casa no cabìa nada mas.
Despuès del desmayo se enteraron de una clàusula que decìa: En caso de que en el transcurso de un año alguno de sus hijos pruebe que no ha recibido las bonificaciones celestiales correspondientes, el acuedo con la sociedad cristiana quedarà anulado.
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cieloselva,02.07.2013
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Ay, Yar, me hiciste reír. Qué cómico eres, ahora yo también estoy en duda... | |
Gatocteles,03.07.2013
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Saludos, Umbrío. Me gustaría comentar que el filósofo Kant -denostado como "la araña de Könisberg" por Nietzsche-, realizó la síntesis de las corrientes racionalista y empirista. Dijo que el conocimiento nos llegaba del exterior a los sentidos, pero que en nosotros ya había algo inmanente a nuestra razón: un tipo de "celdillas" del intelecto o "Categorías" donde procesábamos los datos del mundo para Conocer, de manera que había Categorías de Tiempo, de Espacio, que nos permitían darle coherencia a lo que recibíamos por nuestros sentidos. | |
Gatocteles,03.07.2013
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Uberto abrió los ojos sellados por las lagañas al recibir un haz de luz matinal, oyendo a un gallo que se desgañitaba en un corral donde las gallinas hasta se acalambraron por el brío de su macho. El muchacho reacomodó el cuerpo jorobado hacia el poniente, imprecando al animal, y disponiéndose a reanudar las hebras de su sueño.
Fue entonces cuando lo despertaron varios golpes imperiosos en las tablas apolilladas que fungían de puerta de su choza, enquistada cerca del Bosque de los Hongos como tumor.
Uberto se incorporó de mala gana, envolviéndose con su jergón agujereado. Avanzó con torpeza sus pies descalzos envilecidos por callos y juanetes, quitando la trabe que obstruía la puerta.
Lo obnubiló la irradiación del día, de modo que se cubrió el rostro como un espectro salpicado con un hisopo de agua bendita. Después bajó el brazo donde se imbricaban algunas cáscaras de habas en el pelambre de plantígrado, y reparó en el rostro severo de una anciana encorvada como él, quien lo tomó de los cachetes para analizar sus facciones aún amodorradas.
La vieja pareció quedar satisfecha con el escrutinio. Extrajo de un atadijo de trapos un pergamino con los bordes mordisqueados por roedores ignotos, y se lo endilgó a Uberto gesticulando unas sentencias ininteligibles; luego se retiró haciendo zalemas absurdas, hasta dar la espalda, alejándose a marcha forzada.
Uberto maldijo a la vieja y al gallo que arremetió otra vez. Entró a su cuchitril y abrió el pergamino donde se enteró de algo que lo hizo caer en su camastro como un mono de trapo: se le informaba que era el heredero legítimo del insigne Mago Ruperto el Cascorvo, y que por ello debía incursionar en el corazón del Bosque de los Hongos en busca del grimorio de sortilegios del hombre a quien no abandonó el hálito de la magia ni en la hora de su muerte.
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umbrio,03.07.2013
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ja. No estoy tan perdido. Arriba señalé
La expresión de los sentimientos vendría a ser como una profundización racionalizada en las emociones. | |
umbrio,03.07.2013
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Utilizando el recurso de mostrar
La habilidad de Chimalli no era gratuita. Debido a un defecto congénito se dedicó desde niño a la práctica del deporte más popular del imperio. Nació con los de dedos de las manos unidos que lo impedían para el combate y no le cortaba la aspiración de ser un Guerrero Águila como su padre.
Chimalli jugaba un partido de exhibición en los festejos de las guerras floridas. Sus fuertes y largas piernas lo impulsaron por arriba, en más de un metro, de las cabezas de sus adversarios para golpear con la cadera la bola de caucho, con tal destreza que la bola salió proyectada en dirección del centro del aro. ¡Anotación! Fue el fin del Juego de Pelota.
Se preparaba para recibir la piel de coyotl que se entregaba al capitán del equipo ganador. El príncipe heredero se acercó a Chimalli y, en lugar de de entregar la prenda de triunfo, en tono solemne le informa que su padre ha sido capturado en el combate de los Aztecas en contra de los Tlaxcaltecas. Por honor debe ir a rescatarlo, mejor dicho, recuperar el estandarte del imperio que su padre portaba en el pectoral por ser el jefe del ejercito.
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umbrio,03.07.2013
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Carlitos me ha hecho notar el error que cometí. Volví a postear el mismo cuento. Este si es el escrito intentando mostrar
La habilidad de Chimalli en el ritual del Juego de Pelota fue el resultado de muchas horas de entrenamiento desde niño. Casi sin alternativa y un tanto por dignidad se propuso ser el mejor jugador de pelota. Un defecto congénito lo condenó a padecer burlas y vejaciones.
Haber nacido con los dedos de las manos pegados fue el detonante para que los escuincles de su edad, a manera de broma, colgaran en su puerta tenazas de cangrejo, aletas de pescado y patas de rana. Para hacer referencia a sus manos se inventaron los apodos más imaginativos y crueles que mente infantil pueda concebir. Sin embargo, a cada burla recibida correspondió un impulso de superación, tan efectivo fue ese proceder que se convirtió en un hábito.
Ataviados con un simple taparrabo de ixtle los siete integrantes del equipo de Chimalli dominaban las acciones pero no lograban acertar que la bola cruzara por el aro. El partido se jugaba como parte de los festejos para honrar a Xipe Tótec. Sus largas y fuertes piernas lo impulsaron por arriba, en más de un metro de las cabezas de sus compañeros para golpear con la cadera la bola de caucho, con tal destreza que el esférico salió proyectado en dirección del centro del aro. ¡Anotación!
El enfrentamiento concluyó pero el público de pie continuaba eufórico vitoreando a su ídolo. Él satisfecho de su actuación sonríe y gira el rostro en busca de la aprobación del príncipe. La seriedad con que evadió su mirada lo descontroló, el heredero del trono solía ser un animador de su talento.
Chimalli esperaba con una rodilla en el piso y la cabeza ligeramente inclinada en señal de respeto a que bajara de las gradas el príncipe para recibir de sus manos la piel de coyotl que era el trofeo que recibía el capitán del equipo ganador. El príncipe se plantó altivo frente al capitán, levantó el brazo izquierdo con el puño cerrado para callar los teponaztli y Atecocollis, en lugar de entregar la prenda de triunfo le oprime el hombro izquierdo y lo jala para que Chimalli se incorporara.
-¡Caminemos! Tengo algo grave que comunicarte.
Mientras caminaban el público expectante enmudeció. De los bordados de oro y las incrustaciones de jade de la capa del príncipe surgían chispas luminosas que contrastaban con el semblante preocupado de Chimalli.
-Le escucho príncipe. Lo dijo para apresurar los acontecimientos.
-Tu padre ha puesto en riesgo los sacrificios. Ha sido capturado en el combate que sostenemos con los tlaxcaltecas. Seguramente ellos querrán recuperar a nuestros prisioneros a cambio de devolver a tu padre y nuestro estandarte de guerra que porta en su pectoral.
Chimalli bajó el rostro y arqueó la espalda, sus pensamientos se remontaron a su infancia cuando sufría el desprecio de muchos. Por empatía el príncipe bajó también la cabeza y la voz para informarle que era su deber recuperar el pectoral.
Nada respondió, sus labios no se desplegaron pero en su cuerpo respondió. Subió lentamente sus manos, la miró y las reconoció como inútiles, en vano muchas veces intento sujetar el macuahuitl…
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Gatocteles,03.07.2013
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Mi texto anterior trata de "Mostrar". Este intenta "Decir". Sobra comentar que prefiero el primer recurso.
Uberto era inteligente, aunque iracundo y perezoso. Fue despertado una mañana por una vieja empecinada que confirmó sus facciones y le entregó un pergamino donde él se enteró que era el hijo bastardo del Mago Ruperto el Cascorvo, y que había heredado el grimorio de sortilegios del viejo, al cual debía buscar en el Bosque de los Hongos cercano a su choza. | |
edam,03.07.2013
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Buen día, este es mi aporte.
Un nuevo amanecer en las sabanas Cordobesas; por el oriente se divisaban los rayos del sol despidiendo las últimas sombras de la noche, dándole paso a un nuevo día de verano que prolonga la sequía, pues por muchos días no llovía, lo que produjo el deterioro de los montes en toda la región.
Los árboles se doblegan viendo rodar sus vestidos tejidos con tanto placer durante el invierno, tristemente uno por uno los ven caer, acompañando a los campos destrozados y contribuyendo a la desolación del paisaje que ve pasar las nubes con su vanidad, engañando y formando huellas de brisa por montón que deshojan inevitablemente a los árboles débiles; las moribundas hojas les toca vivir pálidas y secas, rodando sin ningún valor.
Amanecía y el cielo seguía despejado, la gente aunque con un marcado desespero y preocupación en sus rostros, temiendo perder los cultivos debido al fuerte verano que agrietaba la tierra, seguían esperanzados en que el clima por fin cambiaría y se desatara un aguacero.
Por la tarde de repente cambió el tiempo, se opacó el horizonte, poco a poco el calor que se sentía fue vencido por una brisa fría, el cielo se invadió de nubes negras que lloraban en el norte, inundando la tierra, cerrando sus grietas y calmando su sed, el pueblo las imitaba llorando de alegría, celebrando la salvación de sus cultivos.
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IGnus,03.07.2013
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Estuve leyendo el foro, y es muy interesante. Muchos de los aportes son invaluables, en cuanto al valor de los mismos como enseñanza.
Respecto a esto de “decir y mostrar”, debo decir que hasta ahora nunca había notado la existencia de tal concepto. De hecho, cuando escribo, y ahora que analizo mis textos bajo esta nueva lupa, encuentro que utilizo ambas estrategias en forma alternada.
Como Hugo y Musas, (con quienes me une una amistad seguramente basada en interpretaciones comunes de la vida y la literatura), escribo porque escribo. Nunca tomé un curso ni un taller ni nada. Pero sí he leído y leo mucho. Creo que muchos de mis “recursos” literarios los extraigo sin querer de mis escritores favoritos. El decir o mostrar, es para mí algo totalmente transparente. A veces digo, otras muestro. Interpreto que “digo” cuando quiero establecer un hecho definitivo y concreto, sin lugar a dudas: “Juan está muerto”. Pero “muestro” cuando intento escribir una figura literaria si se quiere “poética” dentro de un cuento: “Desde entonces, Juan ve crecer las flores desde abajo”.
Es muy interesante tener un foro donde aprender sobre esto. Incluso ya he aprendido, porque ahora puedo identificar mis “decir” y “mostrar”. Te agradezco mucho Umbrío por permitirme participar de tu excelente iniciativa. Esto es lo que nos hace crecer como escritores: saber el qué, el cómo y el por qué de nuestra escritura.
Saludos, los sigo leyendo!.
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yar,03.07.2013
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Hola a todos !!!!
Umbrio; escelente tu texto, como lo sospechaba, fue un extraordinario "complemento", además muy aleccionador.
rhcastro.- Me gusto tu texto, ahora a esperar el complemento.
edam... el primer texto era para "decir"... tengo curiosidad como será tu segunda aportación.
Ignus... hermano lo que expresas es justo lo que vivo al escribir, claro años luz atras de lo que tu haces.
saludos y abrazos múltiples !!
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yar,03.07.2013
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Bueno, he aquí mi primer texto.
Hace referencia a lo que es "decir";
Misterio.
Gabriel, doce años, retraído y regordete.
Le teme a la oscuridad.
Tiene un gusto especial por la lectura que descubrió en la vasta biblioteca de su tío.
Este salió al extranjero de vacaciones, dejándole un enigmático recado:
Querido Gabriel:
En el volumen cuatro de "Historia de los aztecas" en la página 50, encontraras un tesoro… espero lo disfrutes.
Te quiere:
Tu tío Rafael
Con trabajo pudo contenerse de ir corriendo a la biblioteca.
Era ya muy tarde, casi la media noche.
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edam,03.07.2013
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Intrigante y misterioso mi amigo Yar | |
edam,03.07.2013
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Continúo, me corrigen por favor
Un nuevo amanecer en las sabanas Cordobesas; por el oriente se divisaban los rayos del sol despidiendo las últimas sombras de la noche, dándole paso a un nuevo día de verano que prolonga la sequía, pues por muchos días no llovía, lo que produjo el deterioro de los montes en toda la región.
Los árboles se doblegan viendo rodar sus vestidos tejidos con tanto placer durante el invierno, tristemente uno por uno los ven caer, acompañando a los campos destrozados y contribuyendo a la desolación del paisaje que ve pasar las nubes con su vanidad, engañando y formando huellas de brisa por montón que deshojan inevitablemente a los árboles débiles; las moribundas hojas les toca vivir pálidas y secas, rodando sin ningún valor.
Amanecía y el cielo seguía despejado, la gente aunque con un marcado desespero y preocupación en sus rostros, temiendo perder los cultivos debido al fuerte verano que agrietaba la tierra, seguían esperanzados en que el clima por fin cambiaría y se desatara un aguacero.
Por la tarde de repente cambió el tiempo, se opacó el horizonte, poco a poco el calor que se sentía fue vencido por una brisa fría, el cielo se invadió de nubes negras que lloraban en el norte, inundando la tierra, cerrando sus grietas y calmando su sed, el pueblo las imitaba llorando de alegría, celebrando la salvación de sus cultivos.
El olor a tierra mojada invadió el ambiente, los niños descalzos y descamisados iniciaron el jolgorio, sus cuerpos morenos y resecos recibían el preciado líquido en forma de grandes gotas cristalinas que chocaban incesantemente en sus cabezas, en lucha encarnizada con el grueso e impermeable cabello de la raza afro descendiente.
Cada corazón latía incesante, emocionado y agradecido; las súplicas y rezos de Doña Carlota surtieron efecto, quizás por eso era la más ovacionada seguida por decenas de parroquianos en una procesión hacia la plaza, el lento caminar de la anciana hacía interminable el recorrido, luego con las vestiduras mojadas pegadas al cuerpo levantó su bastón, dejó salir de su voz cancina expresiones en lengua Pantú, lengua de sus ancestros, mirando al cielo ofreció todas las cosechas a Tláloc, Dios de las aguas que llegan del cielo, quien sorprendentemente responde con el destello de un relámpago que precedía el ensordecedor estropicio producido por un trueno.
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yar,03.07.2013
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Gatocteles... tu texto de "decir"; no podía ser más especifico, hasta parece un memorandum... ji ji ji
Muy aleccionador amigo.
Un saludo edam !! | |
yar,03.07.2013
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auuuu!!!
edam;
tu texto acerca de "mostrar" me parecio muy bueno, además cumpliendo con lo requerido, a mi me gusta más -como anoto Ignus- este estilo.
un abrazooooo!!!!
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IGnus,03.07.2013
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Creo que aquí tengo un buen ejemplo del "mostrar"... Me corrigen si me equivoco:
¡Pero qué gran lienzo es el mundo!. Un manantial de arcoíris que fluyen indiferentes ante la ignorancia de su propia inocencia cromática. Un océano de sensaciones para mis ojos expertos. Porque nadie como yo tiene la capacidad de vislumbrar la belleza verdadera oculta en tantos y tan variados matices. Absolutamente nadie. Por eso suelen llamarme IGnus: el ignoto.
Mi capacidad innata, la que me permite modificar los designios de la Naturaleza, seguramente es la responsable de que mi percepción de la belleza sea sencillamente superlativa. Soy un artista, por tanto, cuya obra se puede admirar en cualquier lugar donde yo lo desee.
¿Recuerdan ustedes cuando los árboles eran azules, el rocío teñía todo de amarillo y el sol iluminaba con rayos verdes?. Seguramente no. Pero esos colores no me complacían. Eran muy poco artísticos. No me van a poder negar que ahora son mucho más bellos.
Sin embargo, y seguramente para diferenciarme de un semi-dios, la Naturaleza ha olvidado un pequeño detalle en la formación de mi increíble capacidad de teñir el mundo a mi antojo: No puedo hacerlo con el color Rojo. Simplemente no alcanzo su vibración de onda. Apenas si logro algunos anaranjados. Jamás un Rojo ígneo.
Será por eso que apenas la vi, ella me pareció tan maravillosa. Su piel era rosada como un bebé, y sus cabellos eran rojos como el fuego que recorrió mi corazón al verla.
Su nombre era Fabiana, aunque me pidió que la llame “Fabi” (Seguramente esto tenía algo que ver con que era un poquito excéntrica, pero nunca lo sabré.
Llegó a mi vida una tarde en la que me encontraba creando una de mis mas grandes obras. De vez en cuando, me gusta encontrarme en algún paraje lejano, donde la huella del ser humano no es sino una ilusión. Algún paisaje remoto que permanece virgen ante los ojos de la humanidad. Allí desato mi capacidad creativa, y literalmente “pinto” el paisaje con los colores más bellos. Incluso algunos que sólo mis ojos pueden llegar a captar.
Una mirada hacia la derecha, y la fila de árboles que allí se encuentran cambian el color de sus copas a un blanco inmaculado, simulando estar cubiertos de nieve. Una mirada rasante sobre el césped, y el pasto abandona su verdor para adoptar un color fucsia intenso, que resalta mucho más las imperfecciones del relieve. Muevo una mano en el aire, y pinto a las aves en pleno vuelo. Creo que el ultravioleta les sienta bien. Además así resaltan mucho mejor su belleza sobre el cielo magenta. Pequeños insectos de color supernova crean asombrosas ilusiones ópticas, al mezclarse entre el pasto como candelas que flotan en el agua clara.
De repente, una mujer aparece en medio de mi obra. Ella vuela con un paraguas en mano, y canta a viva voz. “Super-califragilistico-espialidoso”… Y mi obra maestra se enriquece con la incorporación del sonido (cosa que no puedo dominar como al color), y de sus hermosísimos cabellos, que refulgen brillando en el único color que no puedo lograr.
Ella se acerca a mí, y mirándome a los ojos me dice:
- Me he acercado a ti porque te he visto muy triste y solo. Mi magia seguramente sabe el modo de hacerte feliz, y estoy dispuesta a ayudarte en lo que fuera, aunque voy a cobrarte algo a cambio.
Yo solamente la observaba anonadado, mientras tras ella mi obra inacabada esperaba el detalle que completaría mi inspiración.
Ella se acercó a mí, y con gran dulzura me abrazó. Sus susurros en mi oído eran sugestivos e inocentes, todo a un tiempo. Sus labios me observaban con insistencia, tentando a los míos a cada instante.
Entonces fue cuando me dijo:
- Lo único que quiero a cambio, lo único que te voy a pedir… Es que me hagas rubia.
Fue pensarlo y pestañear, y contra mi voluntad mi poder borró esos cabellos maravillosamente rojos para convertirlos en un color amarillo doloroso a mi vista.
Inmediatamente, los tentadores labios de Fabiana se juntaron con los míos, provocándome un dolor difícil de describir, obteniendo placer físico, pero a la vez mis sentidos se embargaban con ese tono amarillo que discordaba tanto en mi obra de arte.
Se notaba que ella estaba disfrutando el beso. Posiblemente ese fue el motivo de que no notara el puñal, hasta que mi mano lo enterró firmemente en su vientre.
Ella jamás lo comprendería, su limitada capacidad visual jamás apreciaría una obra de arte armónicamente finalizada.
Pero ahora mi obra se encontraba completa. El Rojo de su sangre combinaba perfectamente con el cuadro… ¡Qué lástima que su cromática inocencia jamás le permitiría admirar algo tan magnífico!.
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yar,03.07.2013
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Ignus;
¡¡que bien hermano!!,
Me encanto el texto y siento que ejemplifica muy bien lo que es mostrar... sentí hasta sentimientos.
Solo que ahora estas en un aprieto... creo... pues el texto complementario es para "decir".
La consigna era al reves;
primero decir y luego mostrar.
Me gustará leer como lo resuelves... je je je
un abrazo!!
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IGnus,03.07.2013
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Jajaja!. Me voy a divertir! | |
edam,03.07.2013
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Creo que este es un ejemplo de mostrar... quién me califica?
Parecía increíble, después de seis años ausente de mi querido Sahagún; regresaba, aunque era una visita por poco tiempo, por lo que me propuse disfrutarla al máximo.
Me desplazaba en un autobús climatizado de la empresa Brasilian, durante el transcurso del viaje imaginaba el reencuentro con mis familiares y amigos, recordaba esos momentos mágicos vividos en mi niñez y adolescencia.
A principios de los 90tas, mi futuro navegaba entre dos aguas, por un lado, continuar con la preparación cultural y pedagógica, adquirida en mi formación secundaria, pues creo ser de los pocos que en Sahagún han tenido la fortuna de aparecen en los archivos como estudiante de la Normal Lacides A. Iriarte y en los del Andrés Rodríguez Balceiro, por lo que en mi sangre se inyectó la pedagogía y la tendencia cultural. Pero por el otro lado pensaba en adelantar estudios de administración pública con el objeto de poder trabajar por mi pueblo y tratar de aportar para dar solución a los múltiples problemas sociales que se estaban presentando y a los que desafortunadamente nuestros gobernantes municipales les restaban importancia.
Mi condición de soñador me impedía entender que para cumplir con todos éstos proyectos, se necesitaba de una inversión económica que desafortunadamente no estaba en el pobre presupuesto familiar con el que en la época se contaba, mi padre hacía todo lo posible para brindarnos a duras penas la educación que sus recursos le permitían.
El factor económico fue la bofetada que me despertó, haciéndome poner los pies sobre la tierra lo que me obligó a asumir el rol como gregario de mi padre para impulsar a mis hermanos hasta los inicios de una formación universitaria, lo que a la postre sucedería.
Fue una etapa dura, puesto que debía tomar la decisión de abandonar mi terruño, pues la falta de oportunidades laborales que me permitieran generar un ingreso digno en Sahagún, eran escasas y al igual que muchos jóvenes de mi condición, sufrimos ese desplazamiento forzoso, alejándonos de nuestras familias, de nuestras novias, de nuestros amigos y por que no decirlo, de nuestros sueños. Mi visión se perfiló y direccionó en la búsqueda de oportunidades que me brindaran la posibilidad de surgir, por lo que me trasladé a la ciudad de Cartagena.
Al llegar a la ciudad, conté con la bendición de iniciar de inmediato a laborar, era el objetivo que buscaba, pero por desgracia se convirtió en la cárcel que me alejó de mi tierra por todos esos años, teniendo como carceleros a la Responsabilidad y el agradecimiento, quienes evitaban mi escape, sobre todo en épocas especiales como semana Santa o Navidad y fin de año.
Evocando esos hermosos recuerdos me sorprendí al notar que el autobús tomaba la curva que lo encaminaba hacia el paradero, el mítico Estadero El Samuray, las piernas me temblaban, la voz no me salía para ordenar la parada, era una mezcla de emociones, entre nerviosismo, ansiedad, desespero y alegría por haber llegado nuevamente a mi Sahagún, al final otro pasajero fue quien solicitó la parada, el automotor se detuvo frente a la esquina de la calle que conduce al estadio, a la entrada del barrio 16 de julio, descendí calmadamente, tratando de controlar el temblor de mis piernas, bajando los escalones suavemente mientras podía percibir la actividad comercial de los vendedores ocasionales de fritos y rosquitas que querían abordar el autobús para ofrecer sus productos a los pasajeros, se escuchaba música, era un ambiente alegre pues nos encontrábamos a pleno diciembre.
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yar,03.07.2013
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Hola edam;
aclarando que no soy nadie para calificar, normalmente solo anoto lo que siento al leer.
bueno...
Tu texto siendo muy ameno y con una narrativa muy calida, no me "muestra" mucho, porque es muy especifico en lo que sucedio, entonces no tengo que imaginar casí nada.
Siento que se acerca más a lo que es "decir", siguiendo con la consigna marcada por Umbrio.
Es solo una opinion amigo, esperemos que dicen los demás.
Un abrazo!!
ray
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IGnus,03.07.2013
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Aquí va mi “Decir”, a ver qué les parece:
Me llamo Ignus, y tengo el don sobrenatural de poder cambiar los colores de las cosas con sólo pensarlo.
De alguna manera, esto me ha convertido en un artista. Mi afición principal consiste en dirigirme hacia algún paraje lejano, y dar rienda suelta a mi arte, cambiando los colores del paisaje de manera de lograr obras que solamente yo podré apreciar, debido a que soy el único mortal con este poder.
Desafortunadamente no puedo ni pude jamás utilizar el color rojo. No alcanzo su frecuencia de onda, y nunca podré generar ese color.
Tal vez por eso es que me sorprendió tanto, cierta vez que me encontraba ejerciendo mi poder sobre un paisaje campestre, el hecho de que apareciera una mujer volando por el aire y cantando. Me sorprendió muchísimo porque su cabello era de color rojo. Se llamaba Fabiana, y me pidió que la llame: “Fabi”.
Yo no había acabado mi obra. Me faltaba el toque final. Pero esta mujer me estaba distrayendo diciéndome que ella había aparecido ante mí porque yo me encontraba solo y quería ayudarme. Me pidió algo a cambio, que su cabello se volviera rubio, y como siempre, sólo tuve que pensar en ello para que sucediera. Desgraciadamente para mí, ese color (el amarillo), discordaba enormemente, con mi trabajo, así que ni siquiera logré sentir algo con el beso que ella me dio a continuación.
No importa, gracias a eso, se acercó lo suficiente para que yo pudiera clavar un puñal en su abdomen.
Eso sí logró terminar mi obra. Y con mi color favorito. Desafortunadamente ella nunca podría apreciarlo. Sólo yo podría…
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IGnus,03.07.2013
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Perdón. La última frase debería ser:
Eso sí logró terminar mi obra. Y con mi color favorito: el rojo de su sangre. Desafortunadamente ella nunca podría apreciarlo. Sólo yo podría… | |
yar,03.07.2013
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Auuuu !!!
Orejas y rabo para mi amigo Ignus... ji ji ji
Estoy muy sorprendido amigo, deveras creí que estabas en aprietos y eso que lo hiciste al "reves".
Esperemos la opinion de Umbrio, pero para mi es muy aleccionador leerte.
Un abrazo!!!
ray | |
IGnus,03.07.2013
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Gracias Yar!. Espero no tener más errores. Es que lo escribí directamente sobre el foro... | |
musas-muertas,03.07.2013
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ok voy a copiar a Ignus lo hare sobre un relato que ya escribi y sin darme cuenta creo que "mostraba"...
aqui va mi "mostrar"...
iComienza a caer la Noche de las noches. De esa no hay amanecer.
En la llanura el frio cala los huesos como un invierno sin fin. Los depredadores, sus socios, merodean con ojos amarillos en la oscuridad olfateando mi sangre.
Bien los conozco, ya me han mordido el cuerpo y el alma. Me buscan jadeantes, creen que huyo, que me escondo aterrorizado para evitar el combate. Se equivocan.
Las dentelladas que he recibido son hoy feas cicatrices, pero de ellas he aprendido mucho. No les temo, sereno y alerta en cambio los espero.
Sé que el fin es inevitable pero no es hoy. Yo también puedo morder./i
y aqui mi "decir":
iEstoy viejo y cada vez mas cerca de la muerte. Percibo su proximidad en mi vida. Siento que los recuerdos tristes y mi la debilidad de mi cuerpo me afectan cada vez mas. se que mi fin se aproxima pero pienso dar batalla./i
Abzos
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IGnus,04.07.2013
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Perfecto Musas!!. Tu ejemplo es sencillamente perfecto. | |
yar,04.07.2013
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Ayyy musas... que tristeza se siente leyendote, sobre todo en "decir"; como muy crudo, muy sin piel...
¿Sabes?, hoy es el mejor día de mi vida... y no me importa ni "tantito" la edad.
Muy buenos tus textos querido amigo.
Te dejo miles de aullidos... disculpa, es la costumbre.
P.D.
Mi papá tiene 73 años... y vieras quer todavía le gusta "pelear"... ji ji ji | |
umbrio,04.07.2013
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Antes de comentar sobre las aportaciones que amablemente incorporaron (fuera del ejercicio por no cumplir con las consignas) agrego otro acercamiento a decir y mostrar en narrativa. El primero es una versión personal del narrador. El segundo es el espectáculo ofrecido por los personajes. El decir se repliega en la mente del narrador. El mostrar la acción se despliega a la vista del lector. En el primero el narrador explica los acontecimientos: nos da resúmenes, sumarios, sinopsis, síntesis, crónicas, comentarios. En el segundo el narrador rinde con vivacidad los acontecimientos: nos da escenas con gestos, diálogos, detalles. | |
umbrio,04.07.2013
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Tanto el cuento de Edam como el de Ignus utilizan la primera persona como narrador. Ambos como protagonistas, que de acuerdo a los conceptos que subí primero caen en “decir”, en tanto que el narrador explica los acontecimientos, sin embargo, en ambos cuentos parte de la trama el narrador o el espacio son los que ofrecen el espectáculo.
El párrafo que mas muestra en el cuento de Edam es: “las piernas me temblaban, la voz no me salía para ordenar la parada, era una mezcla de emociones, entre nerviosismo, ansiedad, desespero y alegría por haber llegado nuevamente a mi Sahagún, al final otro pasajero fue quien solicitó la parada, el automotor se detuvo frente a la esquina de la calle que conduce al estadio, a la entrada del barrio 16 de julio, descendí calmadamente, tratando de controlar el temblor de mis piernas, bajando los escalones suavemente mientras podía percibir la actividad comercial de los vendedores ocasionales de fritos y rosquitas que querían abordar el autobús para ofrecer sus productos a los pasajeros, se escuchaba música, era un ambiente alegre pues nos encontrábamos a pleno diciembre.”
“¡Pero qué gran lienzo es el mundo!. Un manantial de arcoíris que fluyen indiferentes ante la ignorancia de su propia inocencia cromática. Un océano de sensaciones para mis ojos expertos. Porque nadie como yo tiene la capacidad de vislumbrar la belleza verdadera oculta en tantos y tan variados matices.” Este de Ignus es un correlato subjetivo muy fácil de confundir. En tanque que el que mejor muestra es “Yo solamente la observaba anonadado, mientras tras ella mi obra inacabada esperaba el detalle que completaría mi inspiración.
Ella se acercó a mí, y con gran dulzura me abrazó. Sus susurros en mi oído eran sugestivos e inocentes, todo a un tiempo. Sus labios me observaban con insistencia, tentando a los míos a cada instante.” Aquí en la forma decir sería: ella intentaba seducirme.
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umbrio,04.07.2013
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Mostrar y decir tienen su espacio en la narración, hay que tener pulso y tino para administrarlo. Importante es saber diferenciarlos para sacarles provecho. Algunas reglas son por ejemplo muestra las emociones y sentimientos, para representar el espacio y las acciones de suspenso. Otro tipo de acciones es preferible decirlas por que el mostrar lo hace lento. | |
carlitro350pajaritos,04.07.2013
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Me tomé la libertad, patudamente, de equilibrar el texto de Ignus. (Es una forma de indicarte que parte de tu texto me gustó.
Es revelador lo que dice Umbrío, que el decir da velocidad, y el mostrar demora el desenlace y la acción del cuento. Por gusto personal, como lector, prefiero el mostrar más matizado, para que resalte lo que verdaderamente necesitas mostrar. Cuando aparece un gran isla (el mostrar) en la bastedad de un océano ( el decir), el sentimiento mostrado es imponente.
Así se descubre la utilidad de distinguir entre decir y mostrar, aunque sea un proceso que hagamos inconscientemente al escribir, a la hora de pulir puede ser muy útil. Entendiendo que los lectores necesitan ser atrapados, la velocidad ayuda a ese propósito.
++ texto de ignus mezclado+++
¿Recuerdan ustedes cuando los árboles eran azules, el rocío teñía todo de amarillo y el sol iluminaba con rayos verdes?. Seguramente no. Pero esos colores no me complacían. Eran muy poco artísticos. No me van a poder negar que ahora son mucho más bellos.
b
Me llamo Ignus, y tengo el don sobrenatural de poder cambiar los colores de las cosas con sólo pensarlo. De alguna manera, esto me ha convertido en un artista.
/b
Una mirada hacia la derecha, y la fila de árboles que allí se encuentran cambian el color de sus copas a un blanco inmaculado, simulando estar cubiertos de nieve. Una mirada rasante sobre el césped, y el pasto abandona su verdor para adoptar un color fucsia intenso. Muevo una mano en el aire, y pinto a las aves en pleno vuelo. Creo que el ultravioleta les sienta bien.
Sin embargo, y seguramente para diferenciarme de un semi-dios, la Naturaleza ha olvidado un pequeño detalle en la formación de mi increíble capacidad de teñir el mundo a mi antojo: No puedo hacerlo con el color Rojo. Simplemente no alcanzo su vibración de onda.
Será por eso que apenas la vi, ella me pareció tan maravillosa. Su piel era rosada como un bebé, y sus cabellos eran rojos como el fuego que recorrió mi corazón al verla.
b
Se llamaba Fabiana
/b
Se acerca a mí, y mirándome a los ojos me dice:
- Te he visto muy triste y solo. Mi magia seguramente sabe el modo de hacerte feliz, y estoy dispuesta a ayudarte en lo que fuera, aunque voy a cobrarte algo a cambio. Que me hagas rubia.
b
Desgraciadamente para mí, el amarillo, discordaba enormemente con mi trabajo, así que ni siquiera logré sentir algo con el beso que ella me dio a continuación.
/b
Se notaba que ella estaba disfrutando el beso. Posiblemente ese fue el motivo de que no notara el puñal, hasta que mi mano lo enterró firmemente en su vientre.
Ahora mi obra se encontraba completa. El Rojo de su sangre combinaba perfectamente con el cuadro… ¡Qué lástima que su cromática inocencia jamás le permitiría admirar algo tan magnífico!.
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yar,04.07.2013
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Que interesante lo que anotas Umbrio, una visión personal y otra que se oferce al lector, ello me da "luces" acerca de como desarrollarlos alternativamente... gracias.
Carlitos... ¡¡ muy bien amigo !! | |
edam,04.07.2013
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Yar, creo que nos encontramos entre neófitos en el tema, quizás como ya está demostrado tenemos compañeros más adelantados por lo que me interesa de sobremanera la opinión de todos, incluyendo la tuya.
Te confieso, me cuesta aplicar ambas técnicas a mis escritos, pero todos éstos tips me han sido de gran ayuda.
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yar,04.07.2013
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Edam.... hermano estamos en al misma "orbita", trato de desarrollar un estilo de escribir.
No había entrado a foros, pero me esta siendo de enorme ayuda lo que leo acá.
Aprender el oficio amigo, de a poco, con paciencia, es a lo que aspiro.
Un abrazo!!
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yar,04.07.2013
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Ahhhh!!
y por supuesto hay gente brillante al escribir -Umbrio, musas, Ignus- entre muchos otros, lo bueno que tienden un puente del cual puedo valerme.
gracias. | |
musas-muertas,04.07.2013
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Sir Yar Galahad!! Ud es todo un caballero Humilde!!! sus letras no tienen nada que envidiar a las de nadie...Me encanta leerte amigo!!
Abzo
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IGnus,04.07.2013
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Opino igual que Musas, Amigo Yar. Tus letras nunca defraudan. | |
IGnus,04.07.2013
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INteresante mezcla, Amigo Carlitos (o Carlitro?). A mi parecer quedó más definido el cuento, sin tantos firuletes como le puse yo al principio. Es como que vas más a lo hechos. Quedó significativamente más ágil.
No se, así es como lo veo...
Gracias!! | |
morgund,05.07.2013
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De verdad muy interesante, he aprendido mucho leyendo los escritos | |
Enyd,06.07.2013
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Leo con suma atención todas las intervenciones, me retiro de prácticar los ejercicios en público. Los haré en privado, espero que me entiendan. Gracias infinitas a umbrio por su invitación a participar. De todos ustedes me llevo gratas sorpresas. Son unos fuera de serie. Los aprecio, los estimo, y poco a poco voy conociendo a autores que desconocía de la página.
¡Pasen un buen fin de semana! | |
yar,06.07.2013
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Abrazos Enyd querida !!!! | |
umbrio,07.07.2013
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Mientras Yar y Edam suben su participación le dejo un cuento extraordinario de Kjell Askildsen, es un ejemplo avanzado de economía y precisión en el lenguaje.
Él es novelista y cuentista noruego. Con economía en el estilo (han dicho de él que es una especie de Carver europeo y que es el mejor cuentista vivo) su obra se centra en diseccionar el alma humana a través de personajes ordinarios y solitarios, sus miedos, sus amores, sus temores, en un retrato amargo y cínico del hombre: “Si uno dejara de albergar esperanzas, se ahorraría un montón de decepciones”.
La versión es la de Kirsti Baggetthum y Asunción Lorenzo.
El mundo ya no es lo que era. Ahora, por ejemplo, se vive más tiempo. Yo tengo ochenta y muchos, y es poco. Estoy demasiado sano, aunque no tenga razones para estar tan sano. Pero la vida no quiere desprenderse de mí. El que no tiene nada por qué vivir, tampoco tiene nada por qué morir. Tal vez sea ese el motivo.
Un día, hace mucho, antes de que mis piernas empezaran a flaquear seriamente, fui a visitar a mi hermano. No lo había visto desde hacía más de tres años, pero seguía viviendo donde fui a visitarlo al última vez. “Sigues vivo”, dijo, aunque él era mayor que yo. Me había llevado un bocadillo y él me ofreció un vaso de agua. “La vida es dura –dijo-, no hay quien la aguante”. Yo estaba comiendo y no contesté. No había ido allí a discutir. Acabé el bocadillo y me bebí el agua, Mi hermano miraba fijamente hacia algún punto situado encima de mi cabeza. Si me hubiera levantado y él no hubiese desviado la mirada antes, se habría quedado mirándome directamente, pero sin duda la habría desviado. Mi hermano no se encontraba a gusto conmigo. O dicho de otro modo, no se encontraba a gusto consigo mismo cuando estaba conmigo. Creo que tenía mala conciencia o, al menos, no buena. Escribió una veintena de novelas muy largas, y yo sólo unas cuantas, y además breves. Está considerado como un escritor bastante bueno, aunque un poco grosero. Escribe mucho sobre el amor, sobre todo el amor físico, me pregunto dónde lo habrá aprendido.
Mi hermano seguía con la mirada clavada en algún punto situado por encima de mi cabeza, supongo que se sentía en su derecho por la veinte novelas que tenía en el fofo trasero. Me estaban entrando ganas de largarme sin decirle el motivo de mi visita, pero pensé que después de la caminata que me había dado sería de tontos, así que le pregunté si le apetecía jugar una partida al ajedrez. “Eso lleva mucho tiempo –dijo-, y yo ya no tengo mucho tiempo que perder. Podrías haber venido antes”. Debí levantarme y largarme en ese momento, se lo hubiera merecido, pero soy demasiado cortés y considerado, esa es mi gran debilidad, o una de ellas. “No lleva más de una hora”, dije. “La partida sí –contestó-, pero a eso habría que añadir la excitación posterior o el cabreo si la perdiera. Mi corazón, sabes, ya no es lo que era. Y el tuyo tampoco, supongo”. No contesté, no tenía ganas de discutir con él sobre mi corazón, así que dije: “De modo que tienes miedo a morir. Vaya, vaya.”. “Tonterías. Lo que pasa es que mi obra no está aún concluida”. Así de pretencioso estuvo, me entraron ganas de vomitar. Yo había dejado el bastón en el suelo, y me agaché a recogerlo, quería que dejara de presumir. “Cuando morimos, al menos, dejamos de contradecirnos”, dije, aunque no esperaba que entendiera el sentido de mis palabras. Pero él era demasiado soberbio para preguntar. “No ha sido mi intención herirte”, dijo. “¿Herirme?”, contesté levantando la voz. Era razonable que me irritara. “Me importa un bledo lo poco que he escrito y lo poco que no he escrito”. Me puse de pie y le solté un discurso: “Cada hora que pasa, el mundo se libra de miles de tontos. Piénsalo. ¿Te has parado alguna vez a pensar en la cantidad de estupidez almacenada que desaparece en el transcurso de un día? Imagínate todos los cerebros que dejan de funcionar, pues es ahí donde se almacena la estupidez. Y sin embargo, todavía queda mucha estupidez, porque algunos la han perpetuado en libros, y así se mantiene viva. Mientras la gente siga leyendo novelas, ciertas novelas que tanto abundan, la estupidez seguirá existiendo”. Y Añadí, un poco vagamente, lo confieso: “Por eso he venido a jugar una partida de ajedrez”. Permaneció callado un buen rato, hasta que hice ademán de marcharme, entonces dijo: “Demasiadas palabras para tan poca cosa. Pero les sacaré partido, las pondré en boca de algún ignorante”.
Exactamente así era mi hermano. Por cierto, se murió ese mismo día, y no es improbable que me llevara sus últimas palabras, pues me marché sin contestarle, y eso no debió de gustarle nada. Quería tener la última palabra y la tuvo, aunque supongo que hubiera querido decir algo más. Cuando recuerdo lo que se irritó, me viene a la memoria que los chinos tienen un símbolo en su grafía que representa la muerte por agotamiento en el acto sexual.
Al fin y al cabo éramos hermanos.
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Gatocteles,07.07.2013
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Es un autor que no conocía. Voy a ver si encuentro otros de sus cuentos. | |
morgund,07.07.2013
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El señor de las moscas de William Golding, es una novela que podria cumplir con lo expresado por umbrio. al menos así creo. en ella se puede ver las cualidades mas nobles y maléfica del ser humano, expresado en niños. Una historia fascinante donde cada personaje representa una cualidad o defecto humano | |
yar,08.07.2013
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Auuuu !!!, que estupendo cuento el del escritor noruego, me gusta mucho esa forma de desarrollar el cuento... introspectivo, es como me gustaría escribir.
Lo siento, me apuro y subo mi texto de "mostrar".
Saludos!!
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yar,10.07.2013
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puf, puf, puf...
Siento la tardanza, dejo mi texto de "mostrar"
Misterio
La oscuridad creciente hizo que Gabriel saliera de prisa de la biblioteca, como sucedia a menudo entro sin pedir permiso e ese maravilloso lugar.
Su constitución física rolliza le hacia rehuir el juego con los demás niños, ya saben esos de correr tras un apelota o en su defecto lanzarla.
No le importaba, pues los universos que descubría en la lectura lo transportaban a muchos lugares viviendo aventuras sin fin.
A sus doce años los de Emilio Salgari y Julio Verne eran sus favoritos.
Su tío le recomendó “historia de los aztecas” en cuatro tomos. Se entusiasmo tanto, como si fueran textos inventados… ¿lo eran?
Esa noche trataría de “sacar” de la biblioteca el tomo 4.
Su tío salío de vacaciones y en la despedida junto con algunas monedas, le dejo un recadito:
“En la página cincuenta del tomo cuatro de “historia de los aztecas” encontraras un tesoro… disfrútalo”
P,D.
Este mismo, pero en la modalidad de "decir" esta allá arriba.
Saludos!!
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umbrio,10.07.2013
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Bien Yar.
Preguntaré a Edam de su aportación. En tanto la segunda parte es presentar el nudo con los dos recursos (decir y mostrar, por separado) recuerden que esta parte debe incluir una persecución. | |
umbrio,10.07.2013
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Para el nudo o desarrollo no hay límite en la extensión, somos pocos participantes. La única consigna es que deben incluir como ya dije antes una persecución. Puede ser el personaje principal el perseguido o el perseguidor.
Desarróllenlo de tal manera que el desenlace aclare en dos o tres párrafos en que manera cambió su vida.
A escribir. | |
yar,11.07.2013
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Esta bien... | |
umbrio,11.07.2013
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Desarrollo con el recurso de decir:
El príncipe le ofreció siete guerreros de la noche (Guerreros Jaguar) para cumplir con la encomienda. Debía salir a su misión esa misma tarde. Al despedirlo le desea suerte, regresa a las gradas sonriendo siniestramente y continúa con los festejos.
A media noche Chimalli y su grupo élite llegaron a las faldas del cerro que alojaba a Cacaxtla, ciudad capital de los Tlaxcaltecas. En grupo de dos subieron discreta y trabajosamente por las laderas más escarpadas para evadir los guardias. A Chimalli le correspondió el lado oeste de pendientes menos pronunciadas.
Desafortunadamente, a mitad de la ruta, su compañero sufrió un accidente que lo imposibilitó de continuar el trayecto. Chimalli llegó a la entrada de la ciudad sin más contratiempo, no había avanzado gran distancia cuando un guardia lo vio y alertó a los demás guardias de la presencia de un intruso.
Instintivamente corrió pendiente abajo, un grupo de soldados lo siguió. En plena carrera los perseguidores lanzaban sus tepoztopillis (lanzas) que el evadió bajando en zigzag. Tropezó, rodó y continuó cuesta abajo. La topografía no evitó su huída, al contrario, al llegar a la ribera del río se impulsó con fuerza a las turbulentas aguas, nadie como él nadando, sus manos fueron remos eficientes que lo impulsaron.
Lo siguieron por la orilla del río disparando sus lanzas, sus brazadas sumaron velocidad a la corriente y pronto ganó distancia y cuando más seguro estuvo de haberse escapado quedó atorado en una red que atravesaba el río. Tres guardias jalaron la red y lo apresaron. Al no ser capturado en combate no podían ofrecerlo en sacrificio, por tanto sería tratado como un delincuente que había cruzado ilegalmente el límite de su señorío. Sin embargo, Tzilmiztli, jefe militar, quiso conocerlo, le intrigó cómo había burlado las fortificaciones militares y cómo escapó tan fácil de los guardias.
Chimalli fue presentado por la mañana ante el jefe militar que lo escrutó con la mirada y secamente lo interrogó.
-¿Quién eres?
-Soy Chimalli, hijo de Cuauhtzín (Águila Venerable) jefe del ejército de los Mexicas –Esta declaración sorprendió a Tzilmiztli.
-Enséñame tus manos. –El guerrero conocía la historia del hijo de su enemigo militar. Suavizó la voz para preguntar nuevamente- ¿Y a qué has venido?
-A rescatar a mi padre
-Ja ja ja. Conozco a tu padre muchacho, créeme él es un hueso duro de roer. Si algún día recibo la bendición de mi dios de vencer a tu padre en combate, él estaría honrado de morir sacrificado. Escapar de ese privilegio es una deshonra.
¿Tampoco le arrebataron el estandarte de guerra que lleva en su pectoral?
-Te engañaron “hijo”. Tal estandarte no representa nada. Sospecho que debió ser algún miembro de la nobleza, sólo de esa manera se entiende que te acompañaran siete guerreros de la noche que regresaron muy alegres, sin importar su fracaso, impropio de su jerarquía.
-¿Por qué me mintió el príncipe? Balbuceó entre dientes, pero Puma Negro lo escuchó.
-Por ti y por tu padre voy darte un regalo. Las guerras floridas se realizan para salir a cortar flores, no cualquiera, la más valiosa que es el corazón del hombre para ofrecérselo a los dioses. Pero hay algunas flores que están secas y marchitan a otras. Para ti tengo este regalo, mi escudo, como reconocimiento a tu valor y destreza, muéstraselo al necio de padre y notarás un cambio. Ahora mismo envió una comitiva con el presente para no comprometerte ni en el camino ni a tu llegada.
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umbrio,11.07.2013
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Desarrollo uso del recurso mostrar:
Chimalli no desplegó los labios, subió lentamente sus manos, la miró y las reconoció como inútiles, en vano muchas veces intentó sujetar el macuahuitl. El príncipe se situó frente a él y lo sujetó de los hombros.
-No te preocupes te acompañarán siete Guerreros Jaguar, expertos en ataque nocturnos, será una tarea fácil. Saldrán hoy por la tarde.
Lo despidió con una palmada en la espalda y mientras giró para volver a las gradas su rostro dibujó una risa torcida, arrojó al piso la piel de coyotl, levantó los brazos para animar nuevamente al público que reanudó el griterío vitoreando a su figura deportiva, el príncipe plego el ceño y se pavoneó frente a sus incondicionales que gritaron su nombre que le devolvió el ánimo.
A media noche Chimalli y el grupo élite llegaron a las faldas del cerro que alojaba a Cacaxtla, ciudad capital de los Tlaxcaltecas, el montículo era un baluarte natural de abruptas pendientes y escarpados flancos que dificultaba el asalto. La única forma de subir era por cuatro rutas de suave acceso pero de estricto control militar. Acordaron subir, en parejas, lo más cercano posible a los puestos de vigilancia, a él le correspondió el lado oeste que era la entrada principal.
La subida fue fragosa, en tramos se arriesgaron por la escalinata de ascenso y en otros regresaron a escalar rocas, evadir grietas y rodear espesa maleza espinosa. Para Chimalli, sin falanges en las manos para poder asirse, la dificultad fue mayor, sin embargo, fue su compañero, el que sufrió un accidente al caer mal después de saltar una fisura de una roca. Avanzó solo y llegó a la explanada superior, debía de cruzar un área descubierta para internarse en las callejuelas de la ciudad que estaba alumbrada con antorchas de ocotl.
No había avanzado gran trecho en la explanada cuando un guardia lo vio y alertó a los demás guardias de la presencia del intruso. Instintivamente corrió hacía la escalinata que se desdoblaba como serpentina hasta la rivera del río, un grupo de soldados lo siguió. En plena carrera los perseguidores lanzaron sus tepoztopillis (lanzas) que el evadió bajando en zigzag. Tropezó, rodó y continuó cuesta abajo. La topografía no evitó su huída, al contrario, al llegar al del río se impulsó con fuerza a las turbulentas aguas, nadie como él nadando, sus manos fueron remos eficientes que lo impulsaron pendiente abajo.
Lo siguieron por la orilla del río disparando sus lanzas, sus brazadas sumaron velocidad a la corriente y pronto ganó distancia y cuando más seguro estuvo de haberse escapado quedó atrapado en una red que atravesaba el río. Tres guardias jalaron la red y lo apresaron. Al no ser capturado en combate no podían ofrecerlo en sacrificio, por tanto sería tratado como un delincuente que había cruzado ilegalmente el límite de su señorío. Sin embargo, Tzilmiztli (Puma Negro), jefe militar, quiso conocerlo, le intrigó cómo había burlado las fortificaciones militares y cómo escapó tan fácil de los guardias.
Fue con las primeras luces del día cuando el cautivo fue presentado ante el jefe militar, los jardines de su casa estaban repletos de flores y fuentes, hasta un estanque de peces había. Cuando Tzilmiztli los recibió en su habitación estaba de espaldas a la puerta colocándose un mascarón en forma de cabeza de águila, era auxiliado por un soldado que le anudaba las correas de sus cactlis (sandalias) en las piernas. Sin voltear a verlo preguntó.
-¿Quién eres?
-Soy Chimalli, hijo de Cuauhtzín (Águila Venerable) jefe del ejército de los Mexicas.
La declaración provocó que por primera vez el jefe militar girara el cuerpo para ver al prisionero. Lo revisó de pies a cabeza con la vista y le ordenó.
-Enséñame las manos.
Sin protestar las levantó, las tenía atadas al frente, mostraban heridas y sangre aún así se notaba la diferencia. Tzilmiztli desenfundó su cuchillo y caminó al encuentro del rehén, su traje de guerrero águila le incrementaba el aspecto fiero a su rostro severo que se asomaba entre el pico abierto del águila que usaba como casco. Lo sujetó de las manos, las estudió minuciosamente y murmuró “es increíble”. Con la obsidiana afilada cortó las ataduras.
¿Y a qué has venido muchacho? La voz antes ríspida cambió a tono paternal.
-A rescatar a mi padre.
-Ja ja ja. Conozco a tu padre muchacho. ¡Créeme!.. Él es un hueso duro de roer. Si algún día los dioses me favorecen con vencer a tu padre en combate, él estaría honrado de morir sacrificado. Escapar de ese privilegio es una deshonra.
-¿Tampoco le arrebataron el estandarte de guerra que lleva en su pectoral?
-Te engañaron “hijo”. Tal estandarte no representa nada. Sospecho que debió ser algún miembro de la nobleza, sólo de esa manera se entiende que te acompañaran siete guerreros de la noche que regresaron muy alegres sin importar su fracaso, acto impropio de su jerarquía.
-¿Por qué me mintió el príncipe? Balbuceó entre dientes, pero el guerrero lo escuchó.
Tzilmiztli tomó del brazo a Chimalli y lo condujo al jardín.
-Te voy a explicar lo que evidentemente ignoras, las guerras floridas se realizan para salir a cortar flores, entre todas buscamos la más valiosa que es el corazón del hombre para ofrecérselo a los dioses, no tomamos ninguna como ésta –cortó una de pétalos secos y la arrojó al estanque rompiendo la imagen de Chimalli- que marchita a otras.
Ordenó al soldado que le trajera su escudo y su macuahuitl. Asió con la diestra el arma y con la izquierda sujetó el escudo, lo golpeó en repetidas ocasiones y se dirigió al todavía cautivo.
-Ha sido un gran protector, ahora es tuyo, te lo regalo como reconocimiento a tu valor y destreza, muéstraselo al necio de padre y notarás un cambio. Ahora mismo envió una comitiva con el presente para no comprometerte ni en el camino ni a tu llegada.
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cieloselva1,11.07.2013
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Continuación del cuento en Decir.
Marcos dormía en la habitación contigua a Javier. Sabía que no tenía chance. Su padre, el anterior rey, hermano mayor de Altira, cuando el palacio fue incendiado en una batalla, al tratar de salvarlo quedó atrapado en medio de las llamas. Así le contó su tío antes de ser coronado. Con el correr de los días, no soportó el encierro, que no le dieran la posibilidad de competir por la doncella, era injusto. Mientras recorría los pasillos secretos para no ser visto, este pensamiento se le fue haciendo fuerte.
Entre tanto, dos sombras se erguían en una habitación oculta, Altira estaba emborrachado una vez más por el vino y las pasiones de una mujer antes vieja, fea y sucia, ahora hermosa antes sus ojos. Seductora le ordenaba firmar dos papeles con el pacto que habían hecho para que cuando estuviera sobrio se acordara. De inmediato le arrebató uno, con una risa irónica se envolvió en su mugrienta capa y desapareció dejándolo extasiado, sentado en lo que él creía su trono. Cuando se recuperó, lo que leyó lo conformó. Por fin se le revelaban las pruebas que deberían sortear aquellos que subieran la montaña. Ni loco se lo permitiría a su hijo, le urgía planear una estrategia, pero lo primero que se le ocurrió fue ir a hablar con Fernando a exigirle ser su invitado y que le diera ventaja a Javier debido al acuerdo. Arrugó el papel y lo tiró, no siguió leyendo… Marcos había escuchado todo por una pared, corrió para no ser visto pues no sabía por dónde saldría, y se escondía por los rincones frente al avance rápido del perverso y tramposo Altira al que ya no le creía nada. Algo tenía que hacer, él también era hijo de un rey.
A tres días del acontecimiento
Era una cálida tarde, Priscila probaba vestidos para la ocasión y a todos los desechaba. Su pájaro había sido la única conexión con su madre, cada vez que la había extrañado, se posaba sobre su cabeza, y entre una nebulosa de cielo radiante, ella la cobijaba, conversaban, incluso le había mostrado el rostro de un muchacho, y con él soñaba. Esto la animó, ella lo había conocido de niño. Pero necesitaba contarle sus temores; que Javier lograra su cometido ayudado por la famosa bruja, la aterraba, y un despliegue de soldados con toda clase de armamentos se estaba realizando, no era el normal para una fiesta. Llegada la noche, todo estaba tranquilo, intentaba dormir. Afuera, Marcos, después de asegurarse que nadie lo veía, pegó un salto y voló por los aires en cámara lenta hasta su balcón, golpeó suavemente, Priscila oyó, asustada se acercó, corrió apenas las cortinas y lo reconoció. Con su mirada le mostró sorpresa, con una sonrisa su amor, él, sostenido en el aire le hizo una reverencia, señal que por ella vencería. Feliz volvió a su cama aunque se preguntaba cómo no lo habían visto, y no podía dejar de pensar en un ataque sorpresivo.
El gran día
Fernando había visualizado los planes de Altira y la preocupación de Priscila. Fue hasta su recámara para decirle que estaba bellísima, que ya debía bajar, en poco las trompetas anunciarían la entrada de suntuosas caravanas. Antes de marcharse, le aseguró que por ahora no habría guerra, y guiñándole un ojo, que Javier sería el último en subir. La doncella no entendió nada, no había tiempo de pedir explicaciones.
En el salón grande
A la izquierda de su Majestad estaba sentado su invitado el rey Altira, cincuenta pretendientes frente a ellos, atrás una pequeña guardia dejaba libre la puerta, a los costados dos mesas largas sentados a ellas representantes de otros reinos y afuera una muchedumbre de pueblo algunos sentados, otros parados, alrededor de una extensa alfombra roja. Priscila llegó y se sentó a la derecha. Serían enviados de a uno y no más de diez por día en caso de que ninguno trajera la mascota. La princesa observaba cada rostro, rogaba que llegaran sin su pájaro. El gran desconcierto que se generó, entre la espera y las comilonas, fue, excepto para el rey Fernando y para Altira, que ninguno regresó. Al segundo día, muchos pretendientes renunciaron. Al tercero, nadie había regresado, y sólo uno estaba de pie frente a ellos; Javier, firme y sin ninguna expresión en el rostro. Priscila, desconsolada, amagó a irse, su padre le tomó la mano y la detuvo. En ese momento, Fernando, que no había quitado la mirada de su guardia, notó que uno había sido reemplazado por otro cuya postura no era normal. Hizo señas para que se lo trajeran, y por mala postura lo mandó a la montaña. Altira estaba feliz, ese soldado era una vergüenza para el rey, sentía que era una pequeña revancha. Se burló a su oído y cuando lo iba a persuadir de que enviara ya a Javier, Fernando lo interrumpió y le dio la orden de partir de inmediato detrás del castigado que iba sin una red. Priscila seguía sin entender, no había visto su rostro, los cascos que usaban lo impedían.
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cieloselva1,11.07.2013
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Continuación del cuento en Mostrar
Con el correr de los días, Marcos caminaba lentamente por los pasillos secretos del palacio para no ser visto, sumido en tristeza y pensamientos:
—De niño se me dijo que mi padre, cuando se incendió el palacio en una batalla, quedó atrapado en medio de las llamas para salvarme. Luego mi tío Altira fue coronado. Está bien, yo decidí suplantar a mi primo por sus temores. ¿Será por eso que duermo en el cuarto contiguo?, ¿por conveniencia y no por cariño? Que no me den la posibilidad de competir por la princesa… es injusto. Yo también soy hijo de un rey.
De pronto, detrás de una pared oyó la voz de una anciana atrevida y risas inusuales de su tío. Se plantó a escuchar.
Adentro, dos sombras se erguían, Altira estaba emborrachado una vez más por el vino y las pasiones de una mujer antes vieja, fea y sucia, ahora hermosa antes sus ojos. Seductora le ordenaba firmar dos papeles:
Adelante, tesoro, firma el pacto que hoy hemos hecho.
—Ah, no me vengas con firmas, sigue amándome, ven aquí, aún no termina la noche... Estás tan hermosa, ja, ja, ja, vamos, ven.
—Ji, ji. Es que estás tan ebrio, querido, que no lo recordarás, vamos, compláceme, recuerda que eres rey gracias a mí. Je, je, je, je.
—Aja, ja, ja, es verdad, te debo una. Dame otra copa de vino.
—Aquí la tienes, bébela, y firma de una vez.
—¿Y tú eres la que me ordenas a mí…?
—No, qué esperanza, con todo el respeto, cariñito, es porque ya tienes que poner en marcha lo que aquí está escrito. No tienes mucho tiempo, mi amor.
—Bien, aquí tienes mis firmas, toma.
De inmediato le arrebató uno, con su risa irónica se envolvió en su mugrienta capa y desapareció dejándolo extasiado y sentado en lo que él creía su trono. Cuando se recuperó, lo que leyó lo conformó:
—Ah, ja, ja, por fin, ahora sé por lo que tendrán que pasar los que suban a la montaña, ja, ja, ja –reía, pero al pensar en su hijo, calló por el susto, se puso serio, y dijo con firmeza—: Javier no subirá, debo impedirlo, ya mismo voy a pensar en algo, en principio debo hacerme respetar por Fernando, voy a exigirle estar a su lado, ah, sí, me lo debe.
Arrugó el papel y lo tiró, no siguió leyendo…
Marcos no sabía por dónde saldría y corrió a esconderse por los rincones frente al avance rápido del perverso Altira, diciéndose para sí:
—Asesino, ya nada te creo. Voy a luchar por mi amada.
A tres días del acontecimiento, en una de esas cálidas tardes, Priscila procuraba animarse en su recámara:
—¿Realmente habrá una esperanza para mí? Estos vestidos son hermosos —decía poniéndoselos delante de sí frente al espejo—, pero los odio si se los tengo que lucir a Javier. Ah, mi pajarillo…, eras la única conexión con mi madre, cada vez que la extrañaba te posabas sobre mi cabeza y ella me cobijaba entre una nebulosa de cielo radiante, hablábamos, incluso me mostró el rostro de un muchacho, era el de aquél niño que jugaba conmigo en el jardín cuando su padre era rey en vez de Altira. Madre, si me escuchas, aunque no te pueda ver –decía ya sentada frente al espejo como si fuera un rezo—: Esa bruja tiene fama y poder, temo que Javier lo logre, mi corazón le pertenece a su primo. ¿Qué habrá hecho Altira con él…? Y mira el despliegue de soldados, llevan armamentos, no es normal para una fiesta, y sí, Altira estará enojado. ¿Podrías ayudarnos…?
Así de preocupada le llegó la noche, quería dormir, mas, no podía, la luna iluminaba todo. Afuera, Marcos, después de asegurarse que nadie lo veía, pegó un salto y voló en cámara lenta hasta su balcón, golpeó suavemente el vidrio, Priscila oyó, temerosa se acercó, corrió apenas las cortinas envolviéndose con una y lo reconoció. Sorprendida abrió grandes sus ojos, y al momento con una gran sonrisa tierna le demostró su amor. Él le hizo una reverencia suspendido en el aire y así como llegó se fue. Priscila cruzó sus manos sobre su pecho, suspiró feliz, cerró las cortinas y saltando en puntas de pie se fue a su cama pensando:
—¿Cómo es que nadie lo vio si mi padre se preparó para un ataque sorpresivo?
A la mañana siguiente Altira y Fernando conversaban mientras caminaban por una senda rodeada de árboles:
—Olvidaré todo si Javier es el primero en subir —recriminó Altira.
—No le conviene. Deberías saberlo —respondió amablemente Fernando.
—¿Cómo sabes que sé?
—Tenemos pajarillos que nos lo cuentan todo, tú no eres la excepción, ¿o sí?
—No habrá un dragón, habrá tentaciones, ah, y muchas piedras en la montaña. Debes darle ventaja, ahora no hay piedras, no olvides nuestro acuerdo.
—Vaya, ¿te quejas por piedras? ¿Y quién te dijo que ahora no hay piedras? Pues te aseguro que sí las hay, muchas y grandes. ¿Acaso tu hijo no es capaz de pasar algunas pruebitas por amor?
Altira se sintió avergonzado, había algo que desconocía:
—Maldita bruja —se dijo y pensó en su plan B—: Entiendo que desees alegrar a tu hija con este entretenimiento… para niños, digamos, je, je, pero cómo demoras el casamiento... Eso es lo que tengo contra ti, no las piedras, mi amigo. Bien, para demostrártelo, entonces que sea el último. Pese a esto, convengamos que me sentarás a tu lado, y la ceremonia se realizará al finalizar.
—Por la memoria de tu hermano, que así se hará. ¿Entretenimiento para niños, dijiste? Para niños, jóvenes y grandes como nosotros, je, je, je. Mm.
El gran día
Fernando había visualizado los planes de Altira y la preocupación de Priscila. Fue hasta su recámara y golpeó su puerta:
—Un segundo… —dijo para acomodarse frente a él—. Ahora sí, pasa, padre.
—Estás bellísima, hija mía –le decía a la vez que con su mano la hacía girar—. Debes bajar, en unos minutos las trompetas sonarán, están listas para entrar suntuosas caravanas. Quiero que estés tranquila, por ahora no habrá guerra, y… —guiñándole un ojo, agregó—: Javier será el último en subir la montaña.
—Pero… Padre… Cómo es pos... ¿Entonces…?
—No hay tiempo. Baja ya –finalizó y cerró la puerta detrás de sí.
En el salón grande
A la izquierda de su Majestad estaba sentado su invitado el rey Altira, cincuenta pretendientes frente a ellos, atrás una pequeña guardia dejaba libre la puerta, a los costados dos mesas largas sentados a ellas representantes de otros reinos y afuera una muchedumbre de pueblo algunos sentados, otros parados, alrededor de una extensa alfombra roja. Priscila llegó y se sentó a la derecha. Fernando se paró, todos callaron para oírlo:
—Serán enviados de a uno, y no más de diez por día en caso de que regresen sin la mascota. Tú —señaló al primero de las cinco filas de a diez—, ¡príncipe del reino de Ascuas!, da un paso al frente. Afuera te espera un carruaje, serás llevado al pie de la montaña, allí te esperará una hora y media. Ánimo, caballero, no es tan alta —al salir el pretendiente primero con su red, el rey agregó—: Así se hará con todos. ¡Descansen! ¡Que traigan las viandas!
La princesa observaba cada rostro y rogaba que llegaran sin su pájaro. El gran desconcierto que se generó entre la espera y las comilonas, fue, excepto para Fernando y Altira, que ninguno regresó. Al segundo día, muchos pretendientes renunciaron. Al tercero ninguno había regresado, y sólo uno estaba de pie frente a ellos; Javier. Priscila, desconsolada, amagó a irse, su padre le tomó la mano y la detuvo. En ese momento, Fernando, que no había quitado la mirada de su guardia, notó que uno había sido reemplazado por otro cuya postura no era normal. Hizo señas para que se lo trajeran:
—Póngase firme. Levante la cabeza. Más alto. Bien, de castigo irá a la montaña y sin carruaje. Fuera de aquí.
—Vamos, amigo —le dijo Altira a Fernando, muy feliz al oído—, disimula, je, je, ese soldado no te deja bien, manda ahora a…
—Príncipe, Javier —lo interrumpió Fernando—, hijo del gran Altira, vete, y no demores.
Priscila seguía sin entender, su corazón latía muy fuerte, los cascos que usaban sus soldados no permitían ver los rostros, tenía que ser Marcos, no llevaba una red, y el cobarde de Javier iba detrás...
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Gatocteles,11.07.2013
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Saludos a todos. Tengo un contratiempo, pero mañana sin falta subo mi texto. | |
cieloselva1,11.07.2013
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Saludo a todos. Tuve y tengo un contratiempo con mi PC, y olvidé mi contraseña para entrar por lo que me volví a registrar como cieloselva1. Así seguiré hasta que me la arreglen y va a demorar. No la pude recuperar porque el correo con que me anoté no recibe mensajes. Ahora que han pasado 5 días, soy “Fama” pude intervenir.
Hola, Edam, un gusto. Quisiera darte mi humilde opinión ya que pediste más arriba la de todos. Me asombró que contaran en primera persona, no lo esperaba. Pero creo que diciendo se puede mostrar mucho y más en el caso de escribir en primera persona, me parece que va en la forma de decirlo y para ello hay algunos recursos. Voy a tomar una parte de tu texto e intentaré mostrar:
Dijiste:
“Mi condición de soñador me impedía entender que para cumplir con todos éstos proyectos, se necesitaba de una inversión económica que desafortunadamente no estaba en el pobre presupuesto familiar con el que en la época se contaba, mi padre hacía todo lo posible para brindarnos a duras penas la educación que sus recursos le permitían.”
Aquí el mostrar:
Soy tan soñador que olvidé mi condición. Caramba, me dije al caer en la realidad, se necesita una inversión económica. En aquella época, hablé con mi padre, y él me respondió que hacía todo lo posible, pero que a duras penas sus recursos le alcanzaban para brindarnos la educación. Así que lamentablemente mis proyectos no entraban en su presupuesto familiar.
¿Qué opinas/an? ¿Alguien tiene otro recurso?
Qué bueno que apareciste Gatocles!
Yar, enséñame a reducir porfi.
Qué buen cuento umbrio...
Un abrazooooo
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edam,12.07.2013
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Saludos a todos...
Bienvenida Cieloselva, aunque ahora debo decir Cieloselva1.
Gracias por tu aporte, en verdad como dice mi abuelo "más claro no canta un gallo".
Creo que puedo acercarme al concepto de mostrar de esta manera.
Al hablar con mi padre fue que pude darme cuenta de la realidad económica de la familia, ser un soñador no bastaba. Con un fuerte abrazo le agradecí todo el sacrificio que para la época el pobre viejo llevaba sobre sus espaldas y sería un ingrato si además le cargaba mis proyectos.
Ensimismado y cavilando solo pensé, "eres un triunfador, tienes que salir adelante"
me corrigen por favor..
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edam,12.07.2013
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Excelente los cuentos de Umbrio y Cieloselva, además de ser muy didácticos para el tema | |
cieloselva1,12.07.2013
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Gracias, Edam, por tu comentario. Lo que escribiste ahora me pareció perfecto. Creo que por ahí va la cosa. A ver qué opinan los otros compañeros. | |
umbrio,12.07.2013
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Gracias por sus aportaciones. Prefiero comentar al finalizar el ejercicio. Por ahora es sentir la libertad de describir. | |
Gatocteles,12.07.2013
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Desarrollo del cuento en "Mostrar"
La mañana siguiente Uberto preparó un atadijo de objetos que pensaba prioritarios para su incursión en el Bosque de los Hongos: un odre con vino añejo junto a su escudilla y media docena de higos maltrechos como corazones despreciados; unas alpargatas de repuesto junto a un calzón mal zurcido y dos calcetines deshebrados en el área de los tobillos y los dedos gordos que Uberto a veces cataba como se escruta a dos orugas pedorras; y sobre todo una imagen de madera de un santo maltrecho que Uberto rescató de un recoveco bajo su catre, despojándolo de una telaraña blandengue de la que escapó con todas sus patas una araña horrenda de ojillos despiadados.
Así fue como a la hora de maitines del día décimo de Nuestro Señor Uberto tomó aire y sacudió los hombros como si quisiera reacomodar su joroba, y se enfiló hacia el Bosque de los Hongos que muy pocos se atrevían a penetrar.
Una hora después Uberto ya había traspasado los límites sensatos del bosque, sintiendo que los pájaros en los árboles ya no eran los mismos animalillos rechonchos incordiados por los corucos que vio al inicio, sino más bien asemejaban a criaturas estrujadas por el pecado, con sus figuras tenebrosas de ojos rojos agazapadas en los nidos donde igual se escondían los polluelos de caras como de íncubos enervados.
Uberto infló los cachetes de nuevo y extrajo el pergamino que le diera la vieja de ingrato recuerdo (¡Maldíganle los apóstoles, y alejen sus ojos justos de ella!), como para cerciorarse de que en verdad llevaba un propósito real en esa aventura desatinada…
Suspendió su lectura de las grafías irrevocables cuando el sol pareció arroparse con varias nubes tétricas. El silencio descendió de golpe y Uberto volteó al sentir en su espalda torva unas miradas fidedignas. Sus ojos se desorbitaron al ver junto a varios hongos alucinógenos mordisqueados a nueve conejos con los costillares untados al pellejo y las orejas recorridas por múltiples parásitos tenaces.
Movían las vibrisas como púas en los hocicos de dientes filosos, y fijaban en él sus ojos amarillo limón recorridos por una retícula de venas. Uberto tragó saliva, sujetó su atadijo a la espalda y emprendió una carrera sin concierto, mientras acudía a su mente el recuerdo de las leyendas sobre los demonios occipitales diestros en posesionarse de los patones.
Los animales aguardaron unos segundos y después soltaron los resortes de sus patas almohadilladas, quebrando con delectación la hojarasca y los exoesqueletos de algunos escarabajos que hurgaban en el humus quitados de la pena.
Uberto corrió como si persiguiera a la doncella le quitaba el resuello durante lo más candente de sus sueños, en tanto los animales tras él daban brincos violentos mientras sus caras ingratas adquirían un halo de impiedad.
Uberto perdió el equilibrio al atorar su pie en un hoyo absurdo. Cayó dispersando en el suelo sus impedimentas, y apenas alcanzó a estirar las manos en un gesto de protección ante los conejos, que se detuvieron de golpe y recularon con pavor al ver algo que también heló el corazón de Uberto.
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Gatocteles,12.07.2013
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Desarrollo del cuento en "Decir"
Uberto preparó varias cosas la mañana siguiente, y salió hacia el Bosque de los Hongos, cerciorándose a ratos de lo que decía el pergamino que le diera la vieja. Traspuso un área calmada del bosque y llegó a una zona desconocida donde lo sorprendieron varios conejos que lo corretearon hasta que él cayó junto a “algo” que espantó a los animales y llenó de pavor al propio Uberto. | |
Gatocteles,12.07.2013
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En el penúltimo párrafo debía decir: "Uberto corrió como si persiguiera a la doncella QUE le quitaba el resuello..." :/ | |
carlitro350pajaritos,12.07.2013
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Muy bueno el cuento del noruego. Es del tipo de prosa que me gusta, como la de Bukowsky, Jhon fante, salinger.
Me motivó a crear un foro (en foro critica), sobre una antigua inquietud que he tenido desde hace mucho tiempo. No quise extenderme sobre ello acá, pese a tener relación con la creación literaria. Pero me gustaría saber su opinión.
Literatura :: Crítica/busco un PROTAGONISTA optimista
Sobre el texto de Umbrio, me quedo con tu texto mostrar. Hay algunas partes de tu texto decir, que quedan poco desarrolladas (como con pocas ganas, sabiendo que el texto mostrar es el que la lleva ajajaj)
Se nota tu habilidad para narrar textos de aventura.
-Lo de el pétalo rompiendo la imagen de Chimalli…( buenísima descripción, ese párrafo, la explicación final de las guerras floridas, es notable).
pd: disculpen por no subir texto, espero motivarme pronto, darme los ánimos de escribir algo.
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morgund,17.07.2013
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Aun hay mucho que sacar de este foro, no me he dado el tiempo pero participare, la idea de mostrar me parece mas interesante que el decir, porque permite el desarrollo de una descripción mas intima de los sentimientos de los personajes y situaciones | |
cieloselva1,17.07.2013
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Hola a todos, acá va mi:
Final del cuento en decir
En la montaña
El aparente Javier, fue dejado por el carruaje a pocos metros de la montaña. Aspiró el aire apenas fresco de la mañana. El paje le alertó que una vez que ponga un pie, pasara lo que pasara, oyera lo que oyera detrás de él, no debía darse vuelta por nada. El paisaje a su frente era extraño, el camino estaba bien definido y la subida era más empinada; no la recordaba así. Había muchas piedras grandes desparramadas por doquier. Con cautela y espada en mano comenzó a trepar. Cada vez que pisaba una piedra, detrás oía voces y sonidos que lo tentaban a darse vuelta. Aquello se iba convirtiendo en una tortura. Sentía temores, se detenía a pensar qué hacer, soportó valientemente y siguió adelante. El tiempo se acortaba, tenía la posibilidad de volar, mas prefirió ser igual al resto y actuar con honestidad. Apresuró su paso, y faltando poco para llegar a la cima, la voz que oyó lo paralizó; era su primo que gemía de dolor, jadeante le decía que lo habían herido y le suplicaba que lo ayudara.
Se quitó la máscara que le hacía igual a él, cayó de rodillas, y lloró. No comprendía cómo fue a parar ahí si su padre le ordenó no ir. Era su sangre, era por quien tantas veces arriesgó su vida, cómo podría dejarlo sin auxilio… Había sido consentido por un padre que no lo supo amar. Pensó en el suyo, pensó en su fidelidad, en hacer otro sacrificio pese a la traición, pero recordó la promesa a su enamorada, y la alerta de no darse vuelta por nada. Entonces tomó la decisión; se levantó, y corrió hasta la cumbre. Miró a su alrededor, no veía al pájaro. De pronto, escuchó un aleteo; he aquí la mascota se posó sobre su hombro derecho. Le picoteó suavemente el cuello, no terminó de dar dos vueltas sobre sus patas cuando en su oído escuchó la voz que él recordaba de su padre, diciéndole, vamos, hijo mío, yo estoy contigo. Aquello lo llenó de expectativas y le dio tanta seguridad, que guardó su espada, se colocó nuevamente la máscara, pegó la vuelta y comenzó a bajar con el único objetivo de alcanzar el carruaje. Ya nada de lo que sucedía detrás de él le importaba. La primera piedra que esquivó se convirtió en su primo, las siguientes en soldados de Fernando, dos apresaron al verdadero Javier, los que se iban convirtiendo en soldados de Altira empezaron el ataque para liberar al príncipe cobarde, los pretendientes que no habían vuelto tomaron su forma y trataban de escapar del lío. Volaban por los aires, por sobre los árboles, así peleaban. Los soldados de Fernando rodearon a los de Altira y los llevaban hacia el palacio.
En el palacio
Las trompetas anunciaron la llegada del vencedor. Transitó la alfombra roja mientras el pueblo lo miraba en silencio. Altira se paró y aplaudió con una sonrisa de oreja a oreja. Al no escuchar más aplausos, se sintió en ridículo y se sentó. Priscila giró su cabeza para no ver, debía recibir una reverencia. El príncipe se inclinó y apoyó una rodilla en el suelo en señal de respeto. Fernando le ordenó levantarse y sacarse el casco, él aludió que frente a su rey no le estaba permitido, Altira sonrió complacido, pero Fernando fue hasta él, le sacó el casco y la máscara dejando en evidencia que no era Javier, sino Marcos. Los sonidos guturales de los nobles visitantes hicieron que Priscila mirara lo que estaba sucediendo, vio a su enamorado, su pájaro voló y se posó sobre su cabeza. En ese momento, exclamaciones del pueblo llamaron la atención de todos, los pretendientes que no habían vuelto llegaron casi sin aliento, avisaban de la batalla y que el hijo de Altira había sido apresado por los soldados de Fernadno. Altira desenvainó su espada, pegó un salto y tomó de rehén a la princesa, el pájaro se elevó y ante sus ojos, que no le quitaban la mirada, comenzó a transformarse en un hombre con vestiduras de rey. El terror lo invadió cuando bajó y apoyó sus pies sobre el suelo; era su hermano mayor. Del pánico se le cayó la espada, soltó a Priscila, e intentó levantar vuelo para huir. Pero el brazo fuerte de su hermano lo detuvo y mientras miraba a Marcos con admiración, con una seña le indicó que le tirara su red. El antiguo rey y Fernando, atajaron con su presencia a los soldados que llegaban, los de Altira se inclinaron ante su verdadero monarca.
La fiesta fue grande, los pueblos de dos reinos se hicieron presentes, dos reyes dieron un gran ejemplo de justicia. Una princesa se casaba con un príncipe valiente, que por su honestidad y no oír esas voces que impiden realizar los sueños, fue honrado y venerado, hasta por mí.
¡Debo irme! Empieza mi adiestramiento e instrucción diaria.
Oficial particular del Rey.
Javier
Fin
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cieloselva1,17.07.2013
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Final del cuento en mostrar
En la montaña
El carruaje se detuvo a pocos metros, el aparente Javier bajó, y el paje le dijo:
—Escucha con atención. Una vez que pongas un pie allí, oigas lo que oigas detrás de ti, no te des vuelta por nada.
Le agradeció con un saludo, y miró hacia el frente. El paisaje era extraño, los árboles se erguían a los costados de un camino muy angosto y la subida era más empinada; no la recordaba así. Deprisa caminó esos metros, se detuvo, aspiró el aire apenas fresco de la mañana, desenfundó su espada y con cautela comenzó a trepar. Había piedras que obstaculizaban el andar. Después de sortear algunas, escuchó detrás de él sonidos de hojas y una conversación que lo hicieron detenerse:
—Qué viaje en balde, ¿te ayudo, compañero?
—Sí, tengo el pie atorado en este tronco, ay, duele. Avísale a ese tonto que no hay tal pájaro azul.
—Ja, ni azul ni rojo ni verde. Ningún pájaro. Vamos, levántate.
— ¡Oye, tú!, todo esto es una broma, ven con nosotros, volvamos.
—¿Traes algo de comer?
—Se hace el sordo. ¡Te vas a arrepentir!
Pensó que en esta ocasión él no era tan necesario; sin problemas de conciencia siguió hasta que oyó algo peor que lo hizo parar otra vez:
—¡Yo venceré, no tú! ¡Enfréntame, cobarde! ¡Muéstrame tu cara o te cortaré al medio!
Como no se le dijo que no podía hablar, por las dudas respondió:
—Sí, cómo no, zigzaguea tu espada, quiero sentir el viento en mi nuca.
—Zig, zag, zag. ¡Prepárate!
Reboleó la espada detrás de sí. Al comprobar que su retador no estaba tan cerca, pegó un salto para esquivar algún lanzamiento y ganó una buena distancia. El tiempo se acortaba, rugidos, sonidos de serpientes, árboles que caían a su lado, todo atentaba contra su vida. Podía volar, mas prefirió actuar con honestidad.
Faltando poco para llegar a la cima, la voz casi sin aliento que oyó lo paralizó:
—Primo, primo —gemía de dolor—, estoy herido, socórreme, por favor. Te ayudaré a buscar el pájaro y si quieres te casas con la princesa, a yu...
—Cómo es que estás aquí, tenías órdenes de no venir, debías remplazarme —respondió acongojado de espaldas.
—Yo, yo, estoy sangrando mucho, no puedo hablar… Después te explico…
Era su sangre, por quien tantas veces arriesgó su vida, cómo podría dejarlo sin auxilio… Había sido consentido por un padre que no lo supo amar. Pensó en el suyo, pensó en su fidelidad, en hacer otro sacrificio. Se quitó la máscara que le hacía igual a él, cayó de rodillas, y lloró.
De pronto recordó la promesa a su enamorada, y la alerta de no darse vuelta por nada. Ahora todo tenía sentido:
—No, no es real, son mis temores, mis penas. Nadie luchará por mis sueños, y menos Javier.
Entonces se levantó, y corrió hasta la cumbre. Miró a su alrededor, no veía al pájaro. Escuchó un aleteo; he aquí la mascota se posó sobre su hombro derecho. Le picoteó suavemente el cuello, no terminó de dar dos vueltas sobre sus patas cuando en su oído le susurró:
—Vamos, hijo mío, yo estoy contigo.
—¿Padre…?
—Ajá.
Guardó su espada, se colocó nuevamente la máscara, pegó la vuelta y comenzó a bajar con el único objetivo de alcanzar el carruaje. Nada de lo que sucedía detrás le importaba. Las piedras se iban convirtiendo en hombres; la primera en su primo, las siguientes en soldados de Fernando que lo apresaron para que no persiguiera al vencedor, los que se iban convirtiendo en soldados de Altira empezaron el ataque para liberar al príncipe cobarde, los pretendientes que no habían vuelto tomaron su forma y trataban de escapar del lío. Volaban por los aires, sobre los árboles, así peleaban. Los soldados de Fernando rodearon a los de Altira y los llevaban hacia el palacio.
En el palacio
Las trompetas anunciaron la llegada del vencedor. Transitó la alfombra roja mientras el pueblo lo miraba en silencio. Altira se paró y aplaudió con una sonrisa de oreja a oreja. Al no escuchar más aplausos, se sintió en ridículo y se sentó. Priscila giró su cabeza para no ver. El príncipe se inclinó y apoyó una rodilla en el suelo en señal de respeto y reverencia. Entonces Fernando le dijo:
—Levántate y sácate el casco.
—Perdón, su Majestad, delante de mi rey y padre no me está autorizado.
Altira sonrió complacido, pero Fernando fue hasta él, le sacó el casco y la máscara dejando en evidencia que no era Javier, sino Marcos.
Los sonidos guturales de los nobles visitantes hicieron que Priscila mirara lo que estaba sucediendo, vio a su enamorado, su pájaro voló y se posó sobre su cabeza. En ese momento, exclamaciones del pueblo llamaron la atención de todos, los pretendientes que no habían vuelto llegaron, y avisaban de la batalla y que el hijo de Altira había sido apresado por los soldados de Fernadno. Altira desenvainó su espada, pegó un salto y tomó de rehén a la princesa, el pájaro se elevó y ante sus ojos, que no le quitaban la mirada, comenzó a transformarse en un hombre con vestiduras de Monarca. El terror lo invadió cuando bajó y apoyó sus pies sobre el suelo; era su hermano mayor. Del pánico se le cayó la espada, soltó a Priscila, e intentó levantar vuelo para huir. Pero el brazo fuerte de su hermano lo detuvo y mientras miraba a Marcos con admiración, con una seña le indicó que le tirara su red. El antiguo rey y Fernando atajaron con su presencia a los soldados que llegaban, los de Altira se inclinaron ante su verdadero rey.
¡Debo irme! Empieza mi adiestramiento e instrucción diaria, Priscila y Marcos son muy felices… Ah, y yo estoy muy agradecido.
Oficial particular del Rey.
Javier
FIN
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umbrio,17.07.2013
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Gracias Cielo.
Más tarde me emparejo y posteo mi parte. Esperamos a los demás y comtamos.
Un abrazo. | |
umbrio,18.07.2013
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desenlace con decir:
Chimalli no tuvo oportunidad de medir la reacción del príncipe pero si la de su padre que lo entrevistó en la primera ocasión que lo vio.
-¿Padre conoces a Puma Negro?
-¿Y quién no lo conoce? De no ser por él hace tiempo que hubiéramos sometido a ese pueblo.
-¿Te has enfrentado a él?
-¡No! Pero se acerca el día. Será un honor que sea él quien ofrezca mi corazón a los dioses.
-Podría asegurar que él piensa lo mismo. ¡Mira! Me envió de regalo su escudo para mostrar su respeto por mi valor.
Su padre quiso marcharse pero se arrepintió, se acercó a él y le dijo.
-He sido un ciego para no ver tu valía, ese viejo de Puma Negro me lo ha restregado en la cara, de ahora en adelante será diferente.
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umbrio,18.07.2013
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desenlace, mostrar:
Liberado regresó a Tenochtitlan pero no tuvo la oportunidad de pulsar la reacción del príncipe si en cambio la de su padre quien después de algunos días había regresado de la guerra con muchos prisioneros que se contaban por decenas. Cuando se vieron le preguntó a su padre que descansaba sobre un almohadón relleno de plumas de guajalote.
-¿Padre… conoces a Puma Negro?
-¿Y quién no lo conoce? De no ser por él hace tiempo que hubiéramos sometido a ese pueblo.
-¿Te has enfrentado a él?
-¡No! Pero se acerca el día. Será un honor arrancarle el corazón o que sea él quien ofrezca el mío a los dioses.
-Podría asegurar que él piensa lo mismo. ¡Mira! Me envió de regalo su escudo para mostrarme su respeto.
Giró el cuerpo sobre el almohadón para darle la espalda, regresó a su posición original, lo miró a los ojos, se levantó y caminó rumbo a la salida de la habitación rumiando “tenía que ser ese viejo quien me lo restregara en la cara”, se rascó la cabeza y antes de salir volteó el rostro para mirar de reojo a su hijo.
Chinalli jugaba otro partido, el estadio abarrotado, el público se comportaba más frenético, se había divulgado que su calidad y valor como jugador era reconocida hasta por el acérrimo enemigo de los Mexicas. Sus seguidores lo impulsaban, el correspondió con vistosas jugadas. No transcurrió mucho tiempo para que él sellara el triunfo con una anotación.
De las gradas bajó a coro: Chimalli, Chimalli, Chimalli. Sonriente recorrió con la mirada los rostros de los asistentes, su recorrido visual llegó hasta el palco real pero el príncipe no estaba. De pronto, entre los más entusiastas, reconoció a su padre quien bajaba y subía el puño hacia el frente cada vez que coreaba el nombre de su hijo. Éste feliz y sin complejo levantó por primera vez la mano sin dedos en señal de triunfo.
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rhcastro,18.07.2013
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Bueno, acà està el final de mi cuento que no sè si està narrado en decir o mostrar, pero acà està:
No crea usted que Eunice era una mujer caritativa a la que el corazón de un niño logra conmover, no, no... Eunice era de ese tipo de mujer que compra y vende, aun cuando lo ùnico que vendiò fue su alma. El trueque que hizo con el orfanato cristiano, fue porque pensaba que las joyas en aquella corona celestial serian piedras preciosas. Ella como sus hijos, solo pensaba en dinero.
Cuando llegó al cielo y en vez de rubís y esmeraldas su corona constaba solo de amor, fue tanto su coraje que pidió audiencia con Dios, necesitaba urgente devolución . Aquello había sido un fraude. Uno de los àngeles y encargado de este tipo de casos especiales, tratò de hacerle ver la gran ventaja de estar allì, en un lugar tan privilegiado como el suyo y el significado tan profundo de aquella bendiciòn, pero ella insistìa en hablar con ese gobernante tan diplomático y estafador como los terrenales. Dios no tuvo màs remedio que recibirla.
-Mire señor de estos dominios, los del orfanato me prometieron joyas y solo he recibido esta aureola ¡ Quiero mi dinero en vuelta!
-Hija mìa, en el cielo no entra cosa corruptible
-¿Me està llamando corrupta viejo rata?
-Ofreciste ayudar a los niños a cambio de tu alma
-¡No señor! Yo invertì en joyas y aun las estoy esperando. Chivo brincao, chivo pagao, no se haga el inocente ¡Ya pague! Sabìa que mis hijos me dejarìan en la ruina si no trasladaba mis vienes a este lugar ¿Y ahora me sale con una jodida aureola ?
-Nada puedo hacer, a menos que regreses y arregles tus asuntos
-¿Y còmo piensa usted que voy a regresar en ese cuerpo con gusanos ? ¿Ya lo vio? ¡Y ni una flor le han llevado!
Dios no quiso seguir escuchando a la desequilibrada de Eunice y decidiò darle otra oportunidad para reivindicarse, mandàndola de vuelta a la tierra, pero en forma fantasmal.
¡Ay! ¡Desgraciado! ¡ratero! Se escuchaba en el cementerio, mientras unos gatos salìan despavoridos.
Eunice se quitò la tierra de encima, escupiò la gusanera y muy campante se dirigiò a casa. Cuando los hijos la vieron cayeron desmayados de uno en uno, y ella como si nada comenzó a buscar faltantes.
¡Desgraciados! ¡ Acà faltan dos planchas econòmicas con botòn rojo ahorrador!
Entre consciente e inconscientes, uno de ellos alcanza a decir:
-¡Madre! ¿Còmo fuiste capaz de dejar tu dinero a tanto desarrapado?
´-¿Mi dinero? Estàs mal muchachito, esta no es la manera de tratar a tu madre ¡ Pòngase a trabajar y haga su propia fortuna!
-Pero madre ¡ nosotros no somos el problema! Tu firmaste un acuerdo
-¿Cual acuerdo?
En ese momento Eunice desaparece echando chispas y centellas.
Los hijos, con miedo pero màs con desesperaciòn porque estàn a punto de perderlo todo, van con el notario a platicarle sobre la apariciòn de Eunice, pero el notario sonrìe y les dice que con esos cuentos no podràn demostrar absolutamente nada.
_¿Cuentos maldito viejo pelòn? ¿Le llama cuentos a mi fortuna?-Grita Eunice enfurecida mientras el notario queda inmòvil sin poder articular palabra.
_¡Esto no puede ser posible!
_¡Ah! ¿No? ¿Y que me estafen los de arriba y roben los de abajo si puede ser posible?
_¿No recibiò su corona de joyas preciosas Doña Eunice?
_Mire viejo desgraciado ¡Anule usted la responsabilidad con esos cristianos rateros para que me regresen inmediatamente mi dinero!
_Doña Eunice... pero usted està muerta
_¿Còmo? ¿No, no, a mi no me venga con fantasmas!
En ese instante un olor fètido impregna el lugar, los cristales de ventanales y puertas caen estrepitosas y Eunice, que renunciò a los regalos divinos y arrebatò a los niños sus oportunidades de escuela y manuntenciòn , desaparece en la nada sin oportunidad alguna de respingar.
El notario dio por hecho que en definitiva, el contrato con el orfanato quedaba anulado y los hijos de Eunice serìan los ùnicos herederos de inmuebles, autos, efectivo y multitud descomunal de ropa nueva y usada, aparatos electrodomèsticos, cajas de botones, cierres, telas, zapatos, aparatos ortopèdicos y de uso veterinario, antigüedades, productos higienicos, artìculos de deporte, herramienta econòmica, artesanìa mexicana made in China, platerìa falsa de Acapulco, prendas eròticas y utensilios sexuales para la autocomplacencia, ventiladores y un interminable etc, etc, ¡Ah! ... y un cuaderno.
_¿Un cuaderno?_ pregunta el mayor de los hijos.
_Si_ responde el notario mientras hojea...
_¿Y què contiene ese cuaderno?
_Mmmmm... No estoy seguro, pero parece ser algo asì como, emmm... Es un mapa que describe el lugar exacto donde se encuentra un tesoro.
-¿Un tesoro? _Gritan todos mientras jalonean los extremos hasta romperle.
_Es mìo ¡Dàmelo!
_¡No! Es mìo_ Replica el mayor
Cada uno con un trozo en mano, sale enfurecido de la notarìa ideando la manera de hacerse con el entero.
Fin. | |
Gatocteles,18.07.2013
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Final del cuento en "Mostrar"
Se trataba de una creatura descomunal y silenciosa, que Uberto ni siquiera había visto en los bestiarios con los cuales los monjes persuadían a los campesinos del camino del mal. Semejaba a un troll que doblaba el tamaño de Uberto, y se mantenía quieto entre dos árboles tortuosos, como si se sujetara de la corteza arrugada cual piel de un dios viejo.
No obstante, los conejos parecían percibir algo más, pues se encogieron cual si se les estrujaran las tripas donde ya se fermentaban los residuos de hongos y pasto. Algunos desviaron sus ojos desquiciados de la visión y emprendieron una huida vergonzosa, mientras los de avanzada quedaron en estado catatónico, con las miradas extraviadas en alguna rendija del no-ser que abatió a los filósofos.
Uberto se ovilló agachando la vista mientras boqueaba rezos inconexos, hasta que alzó el rostro luego de varios minutos al no soportar más la incertidumbre ante el silencio. Entonces el miedo cedió su sitio a un pasmo sagrado: pues Uberto supo que el troll se conformaba de miles de abejas dormidas que movían las alas dentro del halo de magia que lo conformaba…
Y algo más: en el centro de gravedad del ser descollaban los destellos lánguidos del grimorio aún imbricado con las hebras de poder del mago Ruperto el Cascorvo… Eso lo supo Uberto cuando se incorporó tembloroso y dio unos pasos hacia la visión, hasta encontrarse a poca distancia del libro que parecía recién extraído de un nido de termitas en cuarentena…
Uberto parecía en trance, con la boca entreabierta y los ojos con las pupilas al garete, así que no fue consciente del momento en que introdujo las manos a la “masa” aquella de insectos quiescentes, para sujetar el libro que le heredara su padre.
De lo que sí supo el incauto, fue del infierno de abejas que parecieron volver a la vida al desenfundar sus aguijones, deshaciendo la figura del troll al tratar de picar con enjundia al intruso que apretó contra su cuerpo enteco el libro al “despertar” de su letargo y salir corriendo como alma del purgatorio.
Hay mucho que decir sobre el destino de los conejos abatidos y de cómo Uberto sobrevivió a los piquetes y desentrañó las fórmulas mágicas del grimorio, pero esa es otra historia.
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Gatocteles,18.07.2013
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Final del cuento en "Decir"
Uberto enfrentó a un tipo de troll conformado por miles de abejas, que resguardaba en su centro de gravedad el grimorio. Varios conejos huyeron y otros cayeron abatidos, mientras Uberto quedó un rato postrado, hasta que se incorporó como en trance para apoderarse del grimorio, lo cual hizo que cesara la magia y las abejas se fueran contra él, quien escapó como pudo. | |
umbrio,20.07.2013
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Hay cuatro cuentos concluidos, el de Cielovista, Gatocteles, RhCastro y el mío.
Cuento de Cielo vista.
Comentario para tu inicio.
Narrador: omnisciente
Tono: Avizor
Ambiente: La realeza
Personajes: Priscila, Fernando, Altira, Javier y Marcos. Sin saber quién es el protagonista.
Protagonista y características: No se define quien es.
Conflicto: Aún no es muy claro, pero se intuye que es el pájaro azul.
Aciertos: Creas dos expectativas, (“algo aconteció en ese viaje que cambiaría toda la felicidad del sabio rey por varios años” y “El rey Fernando pudo notar el desagrado que le causó ver a este muchacho de unos dieciséis años. Y guardó todos estos hechos en su corazón.”) que pueden azuzar la curiosidad del lector.
Desatenciones: Intentamos mostrar con actitudes o comportamientos los términos abstractos te faltó mostrar “Orgulloso de la belleza…”.
Comentario:
En todo tu desarrollo sigues utilizando términos abstractos sin mostrarlos, ejemplo, “hacía tiempo se sabía de la tristeza de Priscila”. Avanzamos entre tumbos y brincos (elipsis de espacio y tiempo) sin conocer aún el protagonista (te cuesta trabajo quitarte el traje de novelista), vas de un personaje a otro entre párrafos tejiendo varias tramas y se pierde el hilo conductor. Tienes muchas pausas utilizadas en la novela pero no aconsejables en el cuento (ejemplo: Ah, mi pajarillo…, eras la única conexión con mi madre, cada vez que la extrañaba te posabas sobre mi cabeza y ella me cobijaba entre una nebulosa de cielo radiante, hablábamos, incluso me mostró el rostro de un muchacho, era el de aquél niño que jugaba conmigo en el jardín cuando su padre era rey en vez de Altira. Madre, si me escuchas, aunque no te pueda ver –decía ya sentada frente al espejo como si fuera un rezo—: Esa bruja tiene fama y poder, temo que Javier lo logre, mi corazón le pertenece a su primo. ¿Qué habrá hecho Altira con él…? Y mira el despliegue de soldados, llevan armamentos, no es normal para una fiesta, y sí, Altira estará enojado. ¿Podrías ayudarnos…?) y, sin embargo, gracias a esta pausa empezamos a sospechar que el protagonista es Marcos a más de la mitad del cuento. Te faltó cumplir con la consigna de que había de incluir una persecución.
Comentario del desenlace.
Confirmamos que el protagonista era Marcos. Entendemos la escena que en tu desarrollo nos presentaste de un Marcos volando, todos tenían esa capacidad. En mi opinión el final es la parte mejor lograda, las tentaciones presentadas a Marcos para hacerlo desistir, el pájaro azul que era el padre hechizado de Marcos y un Javier redimido.
Comentario final.
Tu cuento se puede acortar evitando todas las pausas, aumentar la tensión al narrar únicamente donde esté involucrado el protagonista. Y presentar a tu protagonista desde el inicio.
Cuento de RhCastro
Presentó un solo cuento dividido en dos partes. La única consigna que cumple es la del objeto y su difícil acceso para encontrarlo.
Inicio
Narrador: omnisciente
Tono: Imperturbable
Ambiente físico: Una casa atiborrada de objetos y la notaría
Personajes: Eunice y sus hijos
Protagonista y características: El protagonista es Eunice quien es obsesiva y avara.
Conflicto: Los arreglos del testamento de Eunice.
Desarrollo y Final
Porque están juntos. No se cumple con la consigna de incluir una persecución. Hay pausas y descripciones que no abonan a la trama (“autos, efectivo y multitud descomunal de ropa nueva y usada, aparatos electrodomésticos, cajas de botones, cierres, telas, zapatos, aparatos ortopédicos y de uso veterinario, antigüedades, productos higiénicos, artículos de deporte, herramienta económica, artesanía mexicana made in China, platería falsa de Acapulco, prendas eróticas y utensilios sexuales para la autocomplacencia, ventiladores y un interminable etc, etc,”). Por último, el cuento presenta uno de los tropiezos más comunes cuando el autor intuye que su protagonista no tiene fuerza, refuerza la presencia de los otros personajes.
Es un cuento que dice, no muestra.
Cuento de Gatocteles
Comentario de inicio.
Narrador: omnisciente
Tono: Imperturbable
Ambiente físico: Bosque de los Hongos, lugar ficcticio.
Personajes: Uberto, una vieja y el Mago Ruperto
Protagonista y características: El protagonista es Uberto quien es flojo y abúlico (mostrado perfectamente).
Conflicto: incursionar en el corazón del Bosque de los Hongos en busca del grimorio de sortilegios.
Desarrollo.
Comentario:
Cumple con la consigna de la persecución y narra respetando el hilo conductor. El único pero es en la escena de persecución el ritmo de la narración se hace lento en comparación con lo que se quiere mostrar, que es la velocidad, al introducir una digresión reflexiva “mientras acudía a su mente el recuerdo de las leyendas sobre los demonios occipitales diestros en posesionarse de los patones.”
Comentario del desenlace
El protagonista obtiene el objeto que le cambiará la vida, indicado en la parte que dice “desentrañó las fórmulas mágicas del grimorio,” sin embargo, deja en suspenso esa historia y la de los conejos.
En todo el cuento sólo encontré un término abstracto en la parte dice “Entonces el miedo cedió su sitio a un pasmo sagrado". Pasmo sagrado que cada quien puede interpretar de diferente forma. Este autor es de los estilos mejor definidos en la página, podrá no gustar a algunos, para mí es de gran altura.
Para el cuento de Chimalli que presenté en el foro lo glosaré en otro foro para que sirva de ejercicio de cómo mejorar los cuentos.
Un abrazo.
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rhcastro,20.07.2013
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Gracias hermano. Buena labor la tuya. En mis limitaciones sigo leyendo.
Abrazo. | |
morgund,21.07.2013
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interesante análisis umbrio, leo cada análisis y se aprende bastante, que claridad y coherencia tienen tus comentarios. Sigo leyendo y pronto pondré el mio, tarde o temprano espero XD | |
cieloselva1,21.07.2013
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Hola, umbrio, gracias por tu extenso comentario, me ayuda mucho. Muy interesante el desglose de tu cuento, debo practicar, yo tengo un lío de "novela" con el mío ahora, jeje.
Un fuerte abrazo
Saludo a todossss | |
Gatocteles,21.07.2013
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Saludos a todos. Coincido con Morgund en la claridad y coherencia de Umbrío. Añado una cualidad más aparte de su talento: la generosidad. | |
edam,22.07.2013
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Upss, definitivamente es un honor compartir contigo Umbrio, la separación de las diferentes partes del cuento para considerarlas independientemente ha sido un ejercicio enriquecedor, nunca imaginé lo útil que puede ser.. Gracias por compartir tus conocimientos y experiencia literaria.
Me ha costado mucho el mostrar, creo que seguiré tratando de incursionar en esa técnica.. bueno este es mi cuento finalizado, agradezco a todos si pueden analizarlo y emitir sus comentarios, créanme es muy importante para mi.
Abrazos | |
rhcastro,22.07.2013
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Estamos en las mismas Edam. Normalmente los cuentos que muestran, los dejo de leer en cuanto los detecto jajajja Beso.- | |
edam,22.07.2013
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Un nuevo amanecer en las sabanas Cordobesas; por el oriente se divisan los rayos del sol despidiendo las últimas sombras de la noche, dándole paso a un nuevo día de verano que inclemente prolonga la sequía pues por muchos días no llueve, lo que ha producido el deterioro de los montes en toda la región. Los árboles se doblegan viendo rodar sus vestidos tejidos con tanto placer durante el invierno, tristemente uno por uno los ven caer, acompañando a los campos destrozados y contribuyendo a la desolación del paisaje que ve pasar las nubes vanidosas engañando y formando huellas de brisa por montón, deshojando inevitablemente a los árboles débiles cuyas moribundas hojas les toca vivir pálidas y secas, rodando sin ningún valor.
Amanece y el cielo sigue despejado, la gente con sus rostros marcados de desespero y preocupación temen perder los cultivos debido al fuerte verano que agrieta la tierra, seguían esperanzados en que el clima por fin cambiaría y se desatara un aguacero. Por la tarde de repente cambió el tiempo, se opacó el horizonte, poco a poco el calor que se sentía fue vencido por una brisa fría, el cielo se invadió de nubes negras que lloraban en el norte inundando la tierra, cerrando sus grietas y calmando su sed, el pueblo las imitaba llorando de alegría, celebrando la salvación de sus cultivos.
El olor a tierra mojada invadió el ambiente, los niños descalzos y descamisados iniciaron el jolgorio, sus cuerpos morenos y resecos recibían el preciado líquido en forma de grandes gotas cristalinas que chocaban incesantemente en sus cabezas, en lucha encarnizada con el grueso e impermeable cabello de la raza afro descendiente.
Cada corazón latía incesante, emocionado y agradecido; las súplicas y rezos de Doña Carlota surtieron efecto, quizás por eso era la más ovacionada seguida por decenas de parroquianos en una procesión hacia la plaza, el lento caminar de la anciana hacía interminable el recorrido, luego con las vestiduras mojadas pegadas al cuerpo levantó su bastón, dejó salir de su voz cancina expresiones en lengua Pantú (lengua de sus ancestros), mirando al cielo ofreció todas las cosechas a Tláloc (Dios de las aguas que llegan del cielo), quien sorprendentemente responde con el destello de un relámpago precediendo al ensordecedor estropicio de un trueno.
Carlota, con el bastón toca el tobillo de Keita, ¡que suenen los cueros!, ordenó la anciana al impávido muchacho que yacía cual estatua humana aún encandilado por la fuerza lumínica del relámpago, de súbito el distraído joven emprendió veloz carrera hacia la maloca en donde se encontraba el grupo musical comunitario que anima las fiestas de la población. Jadeante y agitado después de recorrer cien metros a velocidad pura, Keita transfiere la orden que la matrona impartió, - Thabo, Thabooo, Mama Grande manda que toquen los cueros-, el grupo de corpulentos negros dirigidos por Thabo de inmediato se apoderó uno a uno de sus instrumentos, en poco tiempo se escuchaba el rítmico sonido de la agrupación; el repicar de tamboras, cununos, tambor alegre y llamador, mezclados rítmicamente con la melodía de la marímbula y el rascar del guasá, se convirtió en el detonante frenético para que los demás se contagiaran de alegría.
¡Vamo a danzá negra!, ¡vení y tomame negro!, le respondió Kendi a Kwamé, aceptando su propuesta y entrando en el redondel a bailar el bullerengue interpretado por el sexteto. Una a una las parejas iban ingresando extasiadas por el contagioso ritmo bajo el arrecio de la lluvia, bailando todo el repertorio musical autóctono como chulusangas y son de negros, - Tomen, tomen, celebren a Tláloc -, decía Enam, quizás el más anciano de la aldea, con un guindarejo de calabazos disecados sobre sus hombros, llenos de guandolo, licor de caña de azúcar destilado y fermentado artesanalmente.
-¡Enam, pásame un calabazo!, gritó Mawelik.
- De seguro hoy te emborrachas otra vez, respondió el anciano, mira que tu pierdes la cabeza cuando tomas demasiado.
- Si pero hoy es un día para celebrar, además la manera como están tocando los muchachos dan ganas de gozar.
- Bueno aquí tiene mijo, harte, harte que si la tierra está bebiendo es porque quiere que nosotros también bebamos. De inmediato Mawelik se empinó el calabazo, despojándolo de la mitad de su contenido en un solo sorbo, los gestos que su cara mostraba eran la consecuencia del tortuoso recorrido que la bebida etílica hacía a través del tracto digestivo quemando todo a su paso. – De a poco y con calma Mawelik, los demás también tienen derecho, le susurró Enam mientras le tocaba el hombro. – Quién más quiere, volvió a gritar el anciano quien de súbito se vio rodeado por sus hijos Obatalá y Kisem, prestos a ayudarle a repartir el guandolo, llevándolo hasta el redondel de danzantes.
La noche fue cayendo y la lluvia cesando, el barrizal formado por los bailarines se convirtió en una trampa resbaladiza que atrapaba a los más embriagados, generando escenas jocosas merecedoras de resonantes carcajadas. Uminta ya tenía el fuego encendido, las dos hornillas de piedra sostenía dos enormes calderos rebosados de frituras y guiso de cerdo salvaje que fueron vertidos en la mesa comunitaria al interior de la maloca, la mesa vestida con hojas de plátano recibió a los comensales, que uno a uno retiraban su porción acompañándola con arroz y yuca.
El festín poco a poco fue llegando a su final, Carlota sigilosamente recorría cada rincón de la maloca, haciendo un inventario de todos y cada uno de los miembros de su comunidad, luego, cuando logra constatar que todos están dormidos profundamente, se dirige de nuevo al centro de la plaza, encorvando su cuerpo y abriendo sus brazos; sorprendentemente la anciana fue tomando forma de águila, un plumaje denso y brillante cubrió su esmirriado cuerpo, la transformación fue cuestión de segundos, levantando el vuelo y posándose en lo más alto del árbol de bonga que imponente custodiaba la aldea.
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