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AnaCecilia,20.12.2002
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Lo que yo había expresado, era que el relato estaba lindo, pero alborotado; demasiada descripción ocular para tanto amor platónico. En la primera descripción de los ojos, debería cortarla cuando llega a: “ y nuestras pestañas”; desde ahí arrancar de nuevo con, “todo aquel sistema visual...”, hasta: “Aquellos que nos rodearon...la vida”. Desde aquí, seguir con: “Y que enterarnos...”, hasta: “se entristecieron al decir adiós”; y, cambiar el final con algo más poético, por ejemplo: Sintiendo esa tibieza platónica de sabernos el uno en el otro, sin siquiera habernos rozado, lo más sagrado de la piel; por Ej. , besos, Ana Cecilia del Río.
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CorinTorrado,20.12.2002
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bCuenteros, me han dado la asignación de ser el conejillo de indias para el nuevo Taller creado en la sección del Foro, así que aqui va el primer relato a cruxificar. Es parte de una novela de mi autoría llamada "Tus Besos, Angelica."/b
Para sorpresa mía, el día en que conocí a mi primer amor, Carlos José, este, luego de extenderme la mano a modo de cortesía, me susurró muy cerca de la cara:
—Tienes un nombre precioso, angelical. Creo que en una ocasión leí un libro acerca de una cigüeña que se llamaba igual.
Mi sorpresa fue reflejada en los ojos cristalinos que le declararon mi amor de una vez.
Yo no pude despegar nunca más la mirada lejos de su rostro. Y esa noche, como estábamos en algo parecido a un festejo vecinal, Carlos José pidió permiso para que lo acompañara bailando. Pero mi madre, que me celaba hasta del viento y mi padre que me celaba por igual, no lo permitieron.
Así que nos tuvimos que conformar con la observancia perenne de su cuerpo y el mío en la distancia del salón, y más tarde con nuestras miradas de amor. Esa noche, antes de despedirnos, deslizó su mano entre la mía, y yo soportando casi un desmayo, sentí un papel que se resbalaba entre mis dedos. Lo agarré fuertemente, apretándolo contra mi puño para que nadie supiera que Carlos José me lo había extendido. Y mientras él, muy disimulado, continuaba despidiéndose del resto del grupo, yo jadeante me dirigí a la penumbra para leerlo. Decía: “El primer beso, sabedlo, no se da con la boca, sino con los ojos. Paul Bernard (1866-1947)”.
O sea, que para él, ya nos habíamos besado. Así a lo lejos, así en la distancia, así sin tocarnos… solo con nuestras miradas, con nuestros atisbos, ojeadas y contemplaciones. Con los visuales de nuestras presencias, con los vistazos de nuestra inocencia. Con los simples miramientos de sabernos allí, de pie, bailándonos juntos en la distancia, separados por aquel nefasto trayecto de anhelar un encuentro, de estar entre la gente, de saber que tan solo existía un simple recorrido que no podíamos cruzar. Y aún así nos besamos. Con nuestros ojos, con el iris de él y la cornea mía, con su nervio cristalino y mi retina, con su esclerótica y mi conjuntiva, con nuestras pupilas, nuestros parpados, nuestro diámetro sagital, nuestra cámara vítrea, los músculos filiares, el entorno total de nuestro globo ocular y nuestras pestañas, los tejidos de soporte, el punto focal de la retina, con la mácula, el área responsable de la visión central y con las coroides, la cámara posterior al iris, y con nuestros nervios ópticos, y con ambas cejas, y la epidermis de alrededor.
Todo aquel sistema visual se había confabulado, toda aquella anatomía óptica había conspirado solo para emitir un simple beso en la lejanía. Un sutil, único, incorpóreo y primer beso. Platónico por demás, pero sabroso… sonoro… suculento… apetitoso. Lleno de deseos y pasión. Etéreo y concebido en la imaginación, pero lleno de mis instintos de fantasearlo abrazándome. Impalpable pero lleno de sus propias y masculinas propensiones de agitación. De volátil desenfreno. De ligeras simpatías y tenues devociones. De innumerables y sensuales inclinaciones. Inclinaciones que rayaron casi en lo erótico, que nadaron en lo retórico y que se sumergieron en la roja pasión de nuestros rostros abochornados.
Aquellos que nos rodeaban no sabían, no se percataban que el colosal descubrimiento aquel nos había salvado la vida. Que la noción de averiguar que el ojo estaba conectado al cerebro por el nervio óptico, el cual poseía un conjunto de mas de un millón de fibras nerviosas, las cuales nos hacían disfrutar la aparición de cada uno, la percepción del otro, la contemplación del amado nos concebía mas felices que cualquiera de ellos al azar. Y que enterarnos por las punzadas de nuestro corazón de que la córnea reflejaba nuestros propios rayos de luz a través de la pupila hacia el lente como casi tenernos de frente y tomarnos de la mano hasta danzar, nos convertía en jóvenes vilipendiados, llenos de mucha culpa y maldad. Y que finalmente nuestra pupila, la niña de los ojos, apertura circular negra en el iris mío, verde en el iris de él, al regularnos la exacta cantidad de luz al ajustar su tamaño para contraer nuestras miradas a comodidad, de la cabeza a los pies, nos llevaba al éxtasis mas divino.
Esa noche nuestros ojos, firmamento del tesoro que sentíamos, se entristecieron al decirse adiós. Pero se alegraron al reconocer, que en otra dimensión, nos habíamos besado.
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alqutun,22.12.2002
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Le faltan algunas tildes y la descripción del mecanismo de la visión y la anatomía del globo ocular muy bien documentada, pero quizás un poco prolija para la narrativa actual, a no ser que lo hayas hecho conscientemente porque ese sea tu estilo.
Algunas expresiones son de un castellano poco académico quizá por las influencias que recibes de los yanquis tan cercanos. Si te interesa que te las relate me lo haces saber. Y como siemopre en ti muy bien escrito. | |
CorinTorrado,22.12.2002
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Alqutun, gracias, como siempre. Sabes cuanto peso le doy a tus críticas. Dime dónde las tildes y tambien qué palabras al estilo yanqui cambiarías. Un Beso. | |
tapondecorcho,23.12.2002
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Corin
Todo el relato gira en torno a la descripción anatómica. Es interesante.
Te sugiero revisar algunas cacofonías y repeticiones:
uEjemplo:/u
"Para isorpresa/i bmía/b, el bdía/b en que conocí a mi primer amor, Carlos José, este, luego de extenderme la mano a modo de bcortesía/b, me susurró muy cerca de la cara:
—Tienes un nombre precioso, bangelical/b. Creo que en una ocasión leí un libro acerca de una cigüeña que se llamaba bigual/b.
Mi isorpresa/i fue reflejada en los ojos cristalinos que le declararon mi amor de una vez."
Buscá, si querés, otras palabras en las mismas condiciones.
Espero que la acotación te sea de utilidad.
Un cariño.
T. | |
CorinTorrado,23.12.2002
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Estimado y venerado Tapondecorcho (besos, eh) la cacofonía es adrede. Lo he hecho de a conciencia,,, ¿y ahora que hago? Bueno, trataré de evitarla pues... (¿ves por que detesto la poesía? se me sale sin querer y sin permiso). Jajaja. | |
PoetaSuburbano,23.12.2002
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Me parece demasiado técnico, la idea en sí es muy romantica y excelente yo propondría mas ardor en el pensamiento, más locura, más pasión, sudor y desnfreno y menos descriciones anatómicas. | |
tapondecorcho,24.12.2002
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Creo, querido Poeta, que la intención de Corin es esa: el contraste entre el amor, la pasión y el tecnicismo. En fin, ella nos desasnará.
T. | |
PoetaSuburbano,24.12.2002
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En realidad la actividad crítica nunca fue lo mío, en sí me parece arrogante como actitud, yo digo lo que siento y sólo hablo por mí sentimiento al leer. Me pasa en esto de escribir, que no es más que comunicar, no se puede llegar a todos con un instrumento tan limitado como la escritura y además los que nos leen no estan del mismo modo pero se trata de ir perfeccionando para ser mejores lectores y mejores escritores (comunicadores) incluyéndome muy especialmente.
T. alguna vez te dije que tus comentarios me parecen brillantes y el último es un muestra de ello, pero sigo queriendo saber respecto de la foto de tu libro de visitas. | |
gatelgto,08.01.2003
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Tenison en un verso hace una descrpción biologica de una flor que encuentra en el el camino , o sea que la disecciona ; por otro lado Bosho el grande de los haiku, tambien describe una flor en la barda de un camino, pero el se combierte en ella me encantaria que con tu gran capacidad para escribir ,refleccionaras y lo intentaras siendo tu solamente , como uno de mis haikus que dice vi una flor , y me vi mirando una flor. Gracias por tu relato. | |
etal1ydemas,09.06.2003
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me gusta mucho la mera descriptiva, creo que es el aspecto que más me falta trabar en mi proyectpo, espero poder contar con su asesorías y demás | |
Gabrielly,14.06.2003
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wao, Corín, esto debe publicarse... | |
adelafuente,17.09.2003
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Apenas lo leo, pero me encanto. Saludos. Aleyda | |
vato,20.09.2003
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Yo tambien apenas lo descubro y me parece excelente aunque si distingo claramente dos partes, una que va desde el principio hasta "ya jadeante de dirigí a la penumbra para leerlo" que me parece innecesario o en todo caso que pudo ser resuelto de mejor manera. A partir de ahí simplemente muy, muy bien estructurado, de una descripción exacta que no por ser docta pierde el valor literario que has sabido imprimirle...felicidades | |
casual,27.09.2003
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Reducir las cosas a una cuestión de gustos no favorece, tal ve, el enjuiciamiento objetivo de nada, pero, dado que el relato, salvo algunos deslices apuntados por otros lectores, está correctamente escrito, se hace comprensible y ha sido bien valorado por todo el mundo, queda la apreciación particular y a ella me remito. Ocurre que los cuentos que hablan de amor, más que otros, si no ofrecen un supuesto de partida verdaderamente excepcional producen cierto hastío inmediato en mí. En este Tus Besos existe un aserto interesante nada más comenzar: -Tienes un nombre precioso, angelical. Creo que en una ocasión leí un libro acerca de una cigüeña que se llamaba igual. Este supuesto de galantería que podría haber dado paso a un relato en sí, a una trama que escenificara el tiempo de la seducción es, sin embargo, cortado de raíz y se establece ya la pasión amorosa sin más, con lo cual, lo que sigue, queda en principio abocado a un descafeinado juego de príncipes y princesas azules. Pero. Más tarde, el cuento toma un giro enciclopédico, de esos que invitan a dejar lo que se está leyendo para tomar un atlas de anatomía y reconocer todos esos “enumerandos” de la fisiología humana que se datan con sin igual precisión. En ese sentido es excelente puesto que provoca la necesidad de conocimiento y aprender algo nuevo nunca está de más, mas, por el contrario, logra que uno olvide el relato y deja a su suerte a los personajes.
Como ya he avisado que esta no es sino una cuestión de gustos estimo que es una opinión cuestionable y discutible, pero la mía. Gracias. | |
Petecus,20.07.2011
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