Veamos algunos poemas de Alfonsina y asi tal vez podamos entender su romántico interés por alcanzar lo perfecto, por ser ella misma la perfección.
Tal vez podamos identificarnos con sus sueños, sus ideales y sus búsquedas; además de disfrutar de sus bellos poemas
waris,06.09.2007
Aqui va uno de sus poemas
DOLOR
QUISIERA esta tarde divina de octubre
Pasear por la orilla lejana del mar;
Oue la arena de oro, y las aguas verdes,
Y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
Como una romana, para concordar
Con las grandes olas, y las rocas muertas
Y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
Y la boca muda, dejarme llevar;
Ver cómo se rompen las olas azules
Contra los granitos y no parpadear
Ver cómo las aves rapaces se comen
Los peces pequeños y no despertar;
Pensar que pudieran las frágiles barcas
Hundirse en las aguas y no suspirar;
Ver que se adelanta, la garganta al aire,
El hombre más bello; no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
Perderla, y que nunca la vuelva a encontrar;
Y, figura erguida, entre cielo y playa,
Sentirme el olvido perenne del mar.
Considerada una de las más grandes poetisas argentinas. Si bien cultivó el género literario de novela y teatro, su verdadera notoriedad se basa en su poesía, que constituye una de las representativas y originales expresiones líricas de América.
iYO EN EL FONDO DEL MAR
En el fondo del mar
hay una casa
de cristal.
A una avenida
de madréporas
da.
Un gran pez de oro,
a las cinco,
me viene a saludar.
Me trae
un rojo ramo
de flores de coral.
Duermo en una cama
un poco más azul
que el mar.
Un pulpo
me hace guiños
a través del cristal.
En el bosque verde
que me circunda:
din don... din dan,
se balancean y cantan
las sirenas
de nácar verdemar.
Y sobre mi cabeza
arden, en el crepúsculo
las erizadas puntas del mar./i
Obras principales:
La inquietud del rosal, El dulce daño, Irremediablemente, Languidez, Ocre, Mascarilla y trébol, Mundo de siete pozos.
Comparte, con estilo absolutamente propio, el lugar que ocupan en la literatura americana poetisas tales como Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou.
Le he leido y me enamore de sus letras ... habla de la muerte con una simpleza terrible, habla del amor, del dolor, un dolor que te llega, que tambien podes sentirlo ... es fascinante.
cromatica,29.12.2007
Una poetisa que alcanza lo más alto de la expresión del amor desde el dolor, en constante ruta de melancolía, en incierto camino hacia la Infinita muerte.
i
ALMA DESNUDA
Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.
Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.
Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.
Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas(*)
con que la primavera nos envuelve.
Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.
Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.
Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.
Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.
Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.
Esta poeta, que luchó contra el ahogante rol de la mujer, y, sin embargo, no fue comprendida ni defendida por sus contemporáneas, no soportando el dolor que le producía el cáncer, se suicidó en Mar del Plata, en 1938, internándose en el mar desde la playa “La Perla”.
La noche anterior escribió el poema de despedida “Voy a dormir”. Lo envió al diario La Nación, y lo publicaron junto con su nota necrológica.
i
VOY A DORMIR
Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera,
una constelación, la que te guste,
todas son buenas, bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes.
Te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides. Gracias... ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.
He dejado mi alcoba
envuelta en telas claras,
anudado el cabello
al descuido, mis plantas
libres, desnudas, juegan.
Me he tendido en la hamaca,
muy cerca de la puerta
un poco amodorrada.
El sol que está subiendo,
ha encontrado mis plantas.
Y las tiñe de oro...
Perezosa mi alma
ha sentido que, lento,
el sol subiendo estaba
por mis pies y tobillos.
Así, como buscándola.
Yo sonrío, este bueno
de sol, no ha de encontrarla.
Pues yo que soy su dueña,
no sé por donde anda:
cazadora ella parte
y trae, azul, la caza...
Un niño viene ahora,
la cabeza dorada.
Se ha sentado a mi lado
sin pronunciar palabra,
como yo el cielo mira,
como yo sin ver nada.
Me acaricia los dedos
de los pies, con la blanca
mano; por los tobillos.
Las yemas delicadas
de sus dedos desliza...
Por fin, sobre mis plantas
ha puesto su mejilla,
y en la fría pizarra
del piso el cuerpo tiende
con infinita gracia.
Cae el sol dulcemente,
oigo voces lejanas,
está el cielo muy lejos...
Yo sigo amodorrada
con la rubia cabeza
muerta sobre mis plantas.