La felicidad que ahora me llena
no podrá ser derribada jamás,
mi inspiración en su forma plena.
Te escribo para nunca terminar.
Para nunca terminar de quererte,
quererte en mi mundo y donde estés,
pues tu figura en mi mente
se aparece en mi hoy y en el ayer.
Fue un día en una noche de verano,
fue una tarde mientras ya anochecía,
cuando primero soñé con tomar tu mano
y pensé en pasar contigo todo el día.
Ahora que despierto, te recuerdo
y sé que ya te puedo amar;
pues atrás quedaron los lamentos
y el sueño se hizo realidad. |